martes, 23 de marzo de 2021

MES DE MARZO A SAN JOSÉ - DÍA VENTITRÉS


CONSIDERACION XXIII.

Habiendo muerto el tirano Herodes y cesando con su muerte las sacrílegas pretensiones de sus ministros y comisarios, ya no era forzoso a san José permanecer en Egipto con su Familia. Así es que, apareciéndose el ángel al señor san José, por ser cabeza y en algún modo superior de la sagrada Familia, le ordenó que se volviese a Israel. Sale en efecto de Hérmópolis, que era la ciudad de su habitación, con aquel regocijo con que los peregrinos dejan el lugar de su destierro, que siempre está mezclado con ciertas cualidades tan amargas, que jamás andan de acuerdo con la dulce memoria de la patria. El gusto en alguna manera sería alivio y consuelo en aquel viaje tan largo, por distar Hérmópolis de las tierras de Israel como algo más de ciento treinta y tres leguas castellanas. Para llegar José con más prontitud y facilidad al término de su destino le prestaba comodidad atravesar por la Judea, y así lo intentó; pero al llegar a sus términos supo con pena y susto que en ella reinaba el tirano Arquelao, hijo de aquel Heredes que mandó degollar a los niños de Belén, por lo que temió, y con justicia, que el hijo pretendiese dar muerte al niño Dios. No pasó adelante, sino que se detuvo dudando de lo que debía resolver en aquel lance tan estrecho, y en el tormento de sus dudas y crueles temores se quedó dormido, y durante el reposo del sueño se le apareció el ángel del Señor, y le dijo, que retrocediera y se retirara á Galilea. Obedeció José, volviéndose puntualmente hacia la Galilea, como el ministro de Dios se lo ordenaba, y estableció su habitación en la antigua ciudad de Nazaret.

 

ORACION

Oh atribulado Patriarca señor san José, que apenas se alegra tu corazón paladeando el gozo, cuando de cerca te espera ya el dolor para llenarte de tristeza: yo te ruego que me alcances fortaleza y humildad para que ni la prosperidad me engría, ni me abata la adversidad, sino que en ambas con ánimo igual sirva a mi Dios, venerando siempre la mano que me exalta y que me humilla. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...