NOVENA
A NUESTRO PADRE JESÚS DE NAZARETH
Venerado
en el Pueblo de Tepache, Edo. de Sonora, México
Impresa
en 1989
Hermosillo,
Sonora.
ACTO
DE CONTRICIÓN
Dulcísimo
Jesús, Dios verdadero,
Nazareno
Divino, hermosa flor,
mi
rey, mi dueño, Padre y Redentor mío,
a
quien amo, en quien yo creo y en quien espero,
sí
al sacrificio vais Manso Cordero,
veis
aquí lo que roba vuestro amor,
la
oveja sois, perdida, Buen Pastor,
cuyas
culpas cargáis en el madero,
ya
que así buscáis me habéis de hallar,
pues
yo también os busco arrepentido
y
espero que me habéis de perdonar,
porque
amor y dolor me traen rendido
y
así, ya, dueño mío, no más pecar,
perdón
mi Jesús, perdón os pido,
a
vos llego Jesús, arrepentido,
llorando
amargamente mi pecado,
más
viendo que vais con esa cruz cargado,
¿Cómo
no muero que os eh ofendido?
¿Cómo
a tu corazón no le han partido,
Esos
cambrones que a vos han coronado?
Si
mi Jesús, a vos tienen traspasado,
Muera
yo de dolor, si quiera herido,
Más
ni muera yo, no muera,
Que
tal consuelo no merece quien fue tan inhumano,
Pues,
que haré mi Jesús, a vos apelo,
Válgame
vuestro asilo soberano,
Contra
vos he pecado, y contra el cielo,
Perdonad
a este triste publicano. Amén.
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
Señor
Dios poderosísimo, Padre de las Misericordias y Dios de todo consuelo, que de
tal suerte nos amaste y nos diste a vuestro Unigénito Hijo, para que hecho
hombre, para redimir al hombre, padeciera amarguísimos dolores, penas y
tormentos, hasta sacrificarse esta Inocente Víctima en un afrentoso madero,
para que eternamente no padeciéramos los que merecemos, los castigos de vuestra
justa indignación, hoy, clementísimo Padre, presentamos ante vuestra soberana
presencia, a este mansísimo cordero, que amante y fino camina para el sacrificio hasta el calvario, y os
suplicaremos rendidos que miréis propicio, no solo su rostro santo, sino
también su lastimado corazón sagrado. Mirad pues esa sacrosanta cabeza y sienes
divinas, que tanto lastiman aceradas puntas. Mirad esa preciosísima sangre que
por ellas brota. Mirad esas preciosas lágrimas que eclipsan los claros luceros
de sus benignos ojos, mirad ese rostro, soberano espejo en quien desean los
ángeles mirarse, tan afeado con salivas, tan lastimado con bofetadas, y ahora
con el sudor y polvo de la calle obscurecido, mirad esas espaldas que antes
llevaron inhumanos azotes, y añadiendo dolor, a el dolor de sus llagas, ahora
las abruma un pesado madero, que con los vaivenes clavan las espinas de esa
dura corona, mirad ese cuello y brazo con sogas y cadenas atormentados, esas
rodillas partidas con repetidas caídas, esas sagradas plantas ensangrentadas
por tantas y tan agudas piedras, y a todo ese Nazareno divino, miradlo hecho un
varón de dolores, una priva de tormentos, y blanco de ignominias, para que
viendo por nosotros ingrato ha padecido, nos miréis a nosotros con ojos de
misericordia, concediéndonos gracia para que mirando con terneza ese doloroso
espectáculo, se imprima en nuestros corazones, y a su vista lloremos nuestras
culpas. Conformemos nuestras vidas con tan divino ejemplar, carguemos nuestras
cruces cumpliendo con las obligaciones de nuestro estado, y sigamos sus
sangrientas huellas, hasta que logremos besar sus sagradas plantas en la eterna
gloria; donde con vos y el Espíritu Santo viva y reine por los siglos de los
siglos. Amen.
LA
FLOR DE LA PASIÓN
Ingrato
y desconocido,
confieso
mi Dios que fui,
vos
siempre miráis por mí,
yo
siempre de vos me olvido,
pero
ya desconocido
mis
ingratitudes lloro,
y
vuestro favor imploro
para
emplear mi corazón
en
sentir vuestra pasión
que
es donde está mi tesoro.
Ahora
se rezan cinco Padres nuestros, Aves Marías y Glorias de la forma siguiente:
Justifícanos
Jesús mío, pues eres nuestro júbilo y justificación, y por amor y gozo con que recibiste
la santa cruz en tus hombros, para que nosotros carguemos con gozo la de
nuestras obligaciones. Ten Jesús piedad de nosotros.
Padre Nuestro, Ave María,
Gloria.
Enséñanos Jesús mío, sapientísimo
erario de ciencias y escuela sagrada de virtudes, pues eres nuestro ejemplar,
espejo y preceptor, y por la doctrina que diste a las mujeres que te seguían en
la calle de la amargura, para que esperemos llorar nuestras culpas. Ten Jesús
piedad de nosotros.
Padre
Nuestro, Ave María, Gloria.
Sánanos
Jesús mío, piadosísimo sacerdote, sumo soberano médico, pues eres nuestro único
remedio, perfecta sanidad y salud eterna y por las tres caídas que diste con el
peso de la santa cruz para que nos levantemos tantas veces caídos del cieno de
nuestros pecados. Ten Jesús piedad de nosotros.
Padre Nuestro, Ave María,
Gloria.
Vivifícanos Jesús mío, poderosísimo trigo vigoroso y sagrada vida, pues eres nuestro único aliento, vivifica, respiración y vida eterna, y por la vida de gracia que diste al Cirineo que compasivo te ayudó a llevar la santa cruz hasta el calvario para que te sigamos hasta morir con la santa cruz de la negación de nosotros mismos y logremos por tu pasión la eterna gloria. Ten Jesús piedad de nosotros.
Padre
Nuestro, Ave María, Gloria.
Sálvanos Jesús mío, misericordiosísimo, serenidad del suelo y gloria del cielo, pues eres nuestra seguridad permanente, sombra y salvación eterna y por lo que hizo en el mundo tu divino rostro estampado en tres partes de la compasiva Verónica, para que impreso en nuestros corazones siempre te veneremos. Ten Jesús piedad de nosotros.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
PRIMER
DÍA
Nazareno
florido, nardo sagrado,
Jesús
hermosísimo.
Míranos
compasivo, pues eres nuestro único negocio,
segura
nave y perfecta norma de nuestras vidas,
y
por la tierna vista que diste a tu madre santísima y dolorosa
despedida
en la calle de la amargura
para
que nos despidamos de lo caduco,
y
solo en tí pensemos verdad infalible,
y
solo a tí amemos poder infinito
y
solo a ti amemos bien sumo,
y
para que de ti gocemos, de tu Eterno Padre
y
del Espíritu Santo en la gloria eterna.
ORACIÓN
Soberano,
divino y hermoso Jesús dueño mío, luz de mis ojos, vida de mi alma, recreo de
mi corazón, nazareno os llamáis porque lo previnieron los profetas, más bella
flor del paraíso celestial, flor peregrina que nació de la vara de José, flor
la más saludable del campo y lirio el más hermoso, con esa corona aunque de
espinas, y con esa cruz que lleváis al hombro aunque pesada, porque en esa cruz
cargáis la florida vara que figuró la de Arón, y en esa corona mostráis que
como cabeza de vuestra iglesia, sois un carmelo hermoso de flores coronado, más
si todo vos sois florido, ya no me admira que sean también flores para el alma
que os sana vuestras heridas, afrentas y dolores, porque estas son las flores
que pedía en los cantares la esposa santa de vuestro amor enfermo, concédenos
pues Jesús mío dulcísimo divino Nazareno de nuestras almas, que todas esas
flores se graben en nuestros corazones, para que apareciendo en la tierra
nuestros pechos, no broten ya espinas de pecados, sino que se convierten en un
gracioso florido huerto, en que vos os recreáis como esposo de nuestras almas,
y sea para vos el honor y la alabanza por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN
A MARÍA SANTÍSIMA
(Para
todos los días)
Afligidísima
virgen María, azucena cándida, cerca de las espinas de tantas penas, rosa
flagrante rodeada de los cambrones de tantos dolores, florido huerto regado con
los olores y aguas de tantas amarguras, que dices dilectísima tierna madre mía
al ver esa peregrina flor que produjo a la bendita tierra de tu purísimo
vientre tan ajado con mis culpas, a ese lirio el más hermoso de los valles, tan
marchito por mis ingratitudes que en traje de ajusticiado le encuentras en la
calle de la amargura, le miras caído en el suelo y le atiendes entre dos
ladrones, hecho escarnio de los hombres yo, ¿Qué digo? Que ciego sin ver lo que
ejecuto cuando peco, tengo por gusto a lo que a mi Jesús motiva, tanta afrenta
mis pecados Señora. Labraron ese madero que le agobia, esa dura soga que le
ciñe, y esa corona que le atormenta, así lo reconozco, amorosísima, tierna
madre mía, y así deseo sentirlo, llorarlo y suspirarlo, y acompañarte en tanta
pena, por lo que te suplico, que si el fuerte dolor que rompe tu corazón
sagrado, te anuda la garganta para no hablar palabra en este paso, suéltame el
amor que me tienes, hablad algo por mí a Jesús, y a mí por mi Jesús, habladme,
moverme, sino con voces con una mirada tierna a mi Jesús, a que me dé auxilios
eficaces y a mi obligación, me arregle a las leyes de mi estado, y le siga en
vuestra compañía, y que mi Jesús amante y a vos, madre mía Dolorosa, me
acompañes en vida y muerte, para que entre vos y mi Jesús querido, tenga mis
delicias en la gloria. Amén.
Se
reza una Salve.
ORACIÓN
A SAN JUAN EVANGELISTA
(Para
todos los días)
Gloriosísimo
Benjamín de la ley de gracia, fénix abrazado en el amor divino, discípulo amado
de mi Jesús querido evangelista elevado, sagrado apóstol, mártir sin sangre,
doctor sin igual, confesor ilustre, virgen purísimo, huerto florido de virtudes
de la militante iglesia, en cuyo amoroso pecho como en un vistoso jardín, se
miran las cándidas azucenas de tu pureza, la marcada rosa de la caridad, la
violeta morada de la compasión, el oloroso clavel de tu contemplación, pues
como ovejita tierna en el florido paraíso, de la más sagrada escuela de Jesús,
chupaste la miel de las flores de su pasión santa, y de los dolores de su
tiernísima madre, sintiendo como propios sus tormentos y penas, yo te suplico
por el ardiente amor que tienes a Jesús y a María y por la compañía que les
tuviste en sus afrentas, trabajos e ignominias, me alcances gracia para que
imitando en estas virtudes, consiga ser participante de tus glorias. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
Señor
San Dimas y Santa María Magdalena constantes compañeros de Jesús y de María en
sus dolores, alcanzarnos de su piedad una verdadera contricción.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
ORACIÓN
FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Soberano,
eterno, inmenso, sabio, justo, omnipotente, benigno clemente y misericordioso,
Dios trino en las personas, y uno en la esencia, por los méritos de la
santísima vida, muerte y resurrección de Jesús Nazareno, mi amorosísimo
redentor, por la poderosísima intersección de la Nazarena Dolorosa María
santísima, tu hija muy amada, tu madre muy querida, y tu muy regalada esposa,
por los ruegos del gloriosísimo San Juan Evangelista, tu siervo muy amado, por
los de tus escogidos, San Dimas y Santa Marca Magdalena, y por los de todos los
ángeles y santos, en reconocimiento de que por mi indignidad y miseria nada
merezco, y en reconocimiento de que de tu solo eres soberano padre de las
luces, viene a todos los cristianos todo don perfecto, postrado este vil gusanillo
de la tierra ante du divino acatamiento, te suplico rendido seáis servido
despachar esta petición en ti confiado, te presento si es de tu agrado y me
fuere algún provecho, con especialidad te ruego asistas propicio, a nuestro
Santísimo Padre el Papa, Señores Cardenales, Arzobispos, Obispos, a todo el
Estado Eclesiástico, (a nuestro católico Monarca), ministros de justicia, y
Estado Secular, convierte benigno a los infieles herejes y pecadores a
verdadera penitencia, a los agonizantes defiende de las astucias, y a todos los
que nos congregamos unidos a hacer esta novena, tu gracia veneración y culto a
este tu santuario y a todos los que a él nos acogemos - la santa iglesia donde
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA
SEGUNDO
Dos
coronas te ofrecen dos señores,
mira alma con cuidado a cuál te inclinas,
sí
a la que el mundo ofrece que es de flores
o
a la que Cristo ofrece que es de espinas,
la
de flores remata en sinsabores,
la
de espinas en glorias peregrinas
escoge
pues la de mayor nobleza,
que
es la que carga Jesús en la cabeza.
ORACIÓN
¡Oh
amantísimo Jesús, divino Nazareno, sol hermoso claro de justicia, pero como
esposo coronado porque de vuestras espinas sagradas salen rayos de luz para
iluminar a los ciegos que viven sentados en las tinieblas y sombras de la
muerte, yo soy uno de estos querido dueño mío aunque el más ingrato y miserable
de todos, porque siendo vos mi Dios, mi rey, mi capitán y emperador supremo yo
he apetecido gustos, cuando vos amarguras, yo descansos y regalos, cuando vos por
mi amor penalidades y ayunos, yo pasatiempos y vanidades y entretenimientos
mundanos, cuando vos abatido, cuando vos humillado hasta la muerte de cruz, y
padeciste por mí, remedios, angustias, dolores, desprecios y los demás
tormentos, que solo vos benigno pudiste decirlo con razón, amorosísimo Jesús,
confieso que estoy ciego, pues escojo camino que me lleve al infierno, y
desprecio el que vos me enseñas para el cielo, pues vivo tan descuidado de mi
salvación, cuando vos viviste tan desvelado para que no me perdiere, yo os
agradezco Jesús mío y deseoso de seguiros, os pido lo que el otro ciego, cuando
le dijeron que vos pasabas Nazareno divino, que tengáis misericordia de mí y me
des vista para escoger lo que más me aproveche y despreciar lo que más me dañe,
para amar los trabajos, espinas y mortificaciones y olvidar gustos, flores y
comodidades para que me corone de santos y castos pensamientos en esta video y
en la otra eternamente en la gloria. Amén.
DÍA
TERCERO
Porque
las flores terrenas
no
roben ya mis amores,
sigo
a tal lirio entre penas,
que
de espinas hace flores,
y
de flores azucenas.
ORACIÓN
Dulcísimo
y amado salvador de mi alma, lirio el más fragante y hermoso de los valles, que
para enseñarme a cargar mi cruz, inclinaste la cabeza obediente al decreto de
vuestro eterno, ya soberano dueño de mi corazón, conozco que para agradaros
debo resignarme a seguiros a padecer con vos, y a copiar en mi alma con vuestra
gracia, vuestra imitación, aunque en esta valle de lágrimas pudiere derramar
por mi suma flaqueza, os tengo a vos que sois fortaleza de los cielos y de los
valles el más precioso lirio que para consuelo de las almas las escogéis como
azucenas y si fieles os imitan, las trasplantáis en el paraíso como flores para
otro recreo, vos dueño hermoso como esposo amante descendiste para ser nuestra
azucena y lirio, que para hacernos a nosotros lirios y azucenas, salutífero
lirio el más medicinal, sois pues aunque oprimido y lastimado, curáis nuestras
envejecidas llagas, mitigáis vuestra sed ardiente y sanáis nuestras
enfermedades, penas y dolores, y ahuyentar de nosotros las más venenosas
serpientes y nos libertáis de las astucias. Azucena todo candor, toda pureza,
toda hermosura, nos mostráis porque queréis que en sus propiedades os imitemos
y pues entre azucenas y glorias os aposentáis que como azucenas y flores en el jardín
de vuestra iglesia, y a coger azucenas a la hora de las aromas descendéis
porque en estas tenéis vuestras delicias, haced divino hortelano de nuestras
almas que atraídos por vos, tras vos corramos, siguiendo los ungüentos y
fragancias de vuestras virtudes, para que así merezcamos gozar de vuestra
hermosura en el feliz ameno de vuestra iglesia. Amén.
DÍA
CUARTO
Salúdote
árbol florido,
que
el Nazareno cargó,
porque
el que en el árbol venció,
en
ti quedóse vencido,
si
el fruto de aquel prohibido
trajo
tantos sinsabores,
tus
frutos son superiores,
ojalá
árbol soberano,
llegue
yo a extender la mano
a
tus frutos y a tus flores.
ORACIÓN
Jesús
mi dulcísimo, amabilísimo, santísimo, mi Dios, mi padre, mi Señor, mi
fortaleza, mi refugio y mi libertad, que para arrancar de la viciosa tierra de
mi corazón, las innumerables espinas que en él ha producido mi malicia, me
ofrezco liberal en este árbol santo de la cruz, y con él sobre tus hombros
soberanos, tantas flores y virtudes que quede en mi alma un ameno huerto para
mi recreo, oh mi dulcísimo Jesús que yo fiel las imite, dadme querido dueño
mío, un corazón que te desee, un deseo que te busque, un buscarte tan eficaz
que sea encontrarte, y un hallarte de modo que sea amarte con toda mi alma, con
todas mis fuerzas, con todo mi corazón, quita mi Dios de mi alma las espinas de
la vanidad, del amor propio, de la inconstancia, sensualidad y demás venenosas
raíces del pecado, para que libre de ellas, con las flores de las virtudes
contrarias en su lugar plantadas merezca después gozar el suavísimo fruto de
esta árbol sagrado de la cruz de tu gloria. Amén.
DÍA
QUINTO
De
tus tiernas caricias
mi
Jesús, y de tu amor,
me
da el jacinto noticias,
más
hay cuan caro Señor
de
cuestan estas delicias.
ORACIÓN
Amabilísimo
Jesús, dueño de mi alma, que como celestial jacinto os mostráis en vuestras
aflicciones, dolores y amarguras, para que yo acabe de conocer el extremo a que
llegó vuestro soberano pues sí como si os viese emplear en penas por amor del
hombre, advirtió vuestra querida esposa en los cantares, que tenías las mano de
jacintos llenas, como si a mano llenas las complacéis, concededme dulce Jesús
de mi vida, que sepa yo agradecer esas finezas, y pues en vos enamorado bien de
mi alma, flotaron los aires de tan grandes dolores, angustias y aflicciones,
aunque tan acervas, porque como cordero mansísimo nos abristeis vuestros
divinos labios, aún pondré la queja imprimase éstas en mi corazón y grábense en
lo íntimo de mi alma, para que yo sepa llorar vuestra pasión amarga, atadme
fuerteventura con las cuerdas de vuestro amor, y haced amante Nazareno mío, que
ame, venere y reverencie e invoque frecuentemente vuestro dulcísimo, santísimo
y poderosísimo nombre de Jesús, ahora y en todo instante y en el de mi muerte
que os pido sea en vuestra gracia, para que goce de vos eternamente. Amén.
DÍA
SEXTO
Vos
y yo Jesús amante,
hemos
andado a porfía,
yo
huyo de vos cada día,
vos
me buscáis cada instante,
pero
ya desde hoy constante,
seguiros
mi bien espero,
porque
ya me considero
tan
preso de vuestro amor,
que,
si os no seguís pastor,
os
he de seguir cordero.
ORACIÓN
Oh
hermosísimo, dulcísimo, y amabilísimo Jesús Nazareno, puro e inmaculado
cordero, que por lavarme con el riquísimo, y salutífero baño de tu preciosa
sangre, que por recrear esta mi triste alma con licor tan divino, caminas ya
para el lugar del sacrificio, atormentado de estas aceradas espinas que
desconocida te ofrece la viciosa tierra de mi corazón, vas con ese duro leño
que tanto lastima esas soberanas espaldas, agobiado con el peso que le cargan
mis culpas, para ser en él por mi amor con duros clavos escarpados, has amante
dueño de mi alma, que a vista de tan innumerables finezas, se ablande me
empedernido corazón enardecido todo en el fuego, que con ese madero y espinas
viniste a encender en la tierra, de tal suerte que te ame, que sin ti nada
aprecie, nada de esta mundo me agrade, sus alegrías me sean tristezas, y esas
tristezas me aparten de todo lo terreno y caduco, haced Jesús mío dulcísimo,
que todo mi anhelo sea tu imitación, y que sea yo manso, humilde, casto, y todo
a tus divinos ojos agradable, que llore amargamente mis culpas y todo lo que tú
mi bien por ellas padeciste para que sembrando lágrimas en esta vida, logre
después el copioso fruto de ellas entre las delicias del ameno paraíso. Amén.
DÍA
SÉPTIMO
Alma
que de mi amor te has olvidado,
sí
a seguiros no vas ¿Qué es lo que intentas?
mírame
todo herido y lastimado
y
que más con tus culpas me atormentas,
descalzo
y con madero tan pesado,
esta
corona y soga, estas afrentas,
todo
clama que te amo y que, de tal suerte,
que
por tu amor padeció hasta la muerte.
ORACIÓN
Oh
Jesús mío dulcísimo, hermoso espejo de mi alma, dueño amante de mis ojos, que
con razón os llamáis camino, verdad y vida, para que en vos hallemos, camino
que nos guíe, verdad que nos enseñe y vida que nos resucite, camino sois que no
solo nos lleváis al padre, más nos enseñáis la senda verdadera que es la cruz,
padeciendo por nuestro amor, y dejándonos ejemplo para que sigamos vuestras
sangrientas huellas, verdad sois que condena nuestros engaños y vanidades, pues
todo vos Jesús amante sois contrario a las falsedades y seguimos ciegos,
nuestra corona condena nuestros soberbios pensamientos, nuestras necedades y
locuras, nuestra cruz, nuestros desórdenes, nuestros delitos y apetitos,
vuestros llorosos ojos, nuestras ceguedades, vuestro oído que con tanto sufrimiento
escucha las injurias, baldones y blasfemias, nuestras arrogancias, mentiras y
rencores, vuestra pobreza, nosotros demasiados, vuestras heridas y dolores,
nuestros regalos y gustos, y en fin, todo vos sois un claro espejo, que
descubre nuestras abominables manchas, más pues sois también vida que velando
por vuestra gracia la muerte de la culpa sigamos fieles el camino de la verdad
que nos enseñas, viviendo solamente para vos, y muriendo para todo aquello que
de vos nos aparta, pues así caminaremos a vos hasta alcanzaros y gozaros para
siempre en el paraíso de vuestra gloria. Amén.
DÍA
OCTAVO
Si
tu cruz te desagrada,
alma
mía considera,
que
tu cruz es muy ligera,
la
de Jesús muy pesada,
pero
si eres delicada,
el
temor te moverá,
porque
si a si Jesús va,
si
esto se hace con tal cordero,
si
este es el verde madero
el
seco ¿Qué será?
ORACIÓN
Oh
Jesús mío dulcísimo, Nazareno de mi alma, obediente y soberano, que cargáis el
leño sobre vuestras inocentes espaldas, Isaac el más justo a quien sacó su
cruel hermano, el pueblo hebreo, fuera de la ciudad para derramar con
ignominias su sangre, Salomón divino que cargáis amante vuestro trono,
ensangrentado esposo, que lleváis fino vuestro sagrado leño, doctor de justicia
sagrada, que a juzgar por vuestra cátedra al mundo, todo esforzado y valeroso,
capitán que levantáis vuestra roja bandera, para que rompamos guerra contra
nuestras pasiones, conozco, ya confieso dueño amante de mi alma lo que os
cuesta sacarme de la cárcel de la culpa, y encaminarme al paraíso de la gloria,
pues después de azotar inhumanamente esas espaldas, hasta descubrir en partes
sus sagrados huesos, después de haber taladrado esa cruel corona de espinas
vuestras soberanas sienes, hasta salir por fuera sus retorcidas y encorvadas puntas,
cargáis ese bromoso madero sobre vuestros delicados hombros, aumentándose con
el peso del dolor de la caídas, ensanchando se más vuestras heridas,
multiplicándose más las penas, siendo irremediables las aflicciones y congojas
de ese corazón sagrado, al considerar los muchos que por no seguir como deben
perderán la corona y el premio ganado, a costa de tan inauditos tormentos,
asistidme pues amoroso Jesús, con vuestra gracia, para que sintiendo vuestras
congojas llorando vuestras amarguras, imitando vuestros ejemplos y cumpliendo
con las obligaciones de nuestro estado, consigamos de vuestra piedad en el
ameno pincel de la gloria. Amén.
DÍA
NOVENO
Llorad
pretendo ya vuestra pasión,
Nazareno
divino justo y santo,
llegad
con ella un triste corazón,
que
desea liquidarse todo en llanto,
y
así a seguiros quiero es razón,
cuando
vos camináis con tal que brote,
porque
no es más el siervo que el Señor,
ni
es más la criatura que el cordero.
ORACIÓN
Oh Jesús mío misericordiosísimo, salutífera y fragantísima rosa, flor la más saludable de los campos, y lirio el más hermoso de los valles, esposo amantísimo de las almas fieles que buscan corazones en quienes queden grabadas vuestras penas, dolores y amarguras, aquí tenéis amabilísimo Jesús, aquí tenéis los nuestros aunque lienzos manchados, con el asqueroso cieno de las abominaciones, más quien podrá Señor purificarlos sino esa sangre preciosa en quien lavaron los santos sus estolas, por ellas os pedimos, verdaderas lágrimas de contricción para que llorando con ellas y confesamos como debemos nuestras culpas, con una firme resolución y propósito de nunca más pecar y a vos únicamente amemos y agradecidos a los que por amor vuestro con tanto amor padeciste, borremos de vuestra memoria tan admirable beneficio, mirad piadosísimo Jesús, las necesidades de vuestra iglesia, asistid a Vuestro Vicario el Sumo Pontífice, para que la gobiernen con el acierto más agradable a vuestros ojos, quitad a los infieles de las tinieblas, dadles luz para que conozcan, amen y adoren a sectas y judíos, que viviendo obstinados, caminan precipitados, ilustrad a los misericordiosos, para que conozcan y lloren sus engaños, siguiendo en todo como unido rebaño, a un pastor verdadero, que sois vos Jesús mío, dad luz, vida y pros perdida en gobierno a vuestros católicos monarcas, especialidad a nuestro rey, para que ambas Españas sean gobernadas, con el debido acierto, broten flores de santidad en súbditos, para vuestro recreo a los que unidos hacemos esta novena y a todos nos des paz y concordia, mucha unión, mucho aborrecimiento al pecado, mucho amor a la justicia, muchos deseos de agradaros en gracia, para que después de esta vida fortalecidos con vuestra sagrada pasión en la muerte, te alabemos y gocemos por toda una eternidad.
GOZOS
Porque
de la cruz Señor,
Hacéis
florida el camino.
L/:
Sois Nazareno divino
La
más saludable flor.
Cual
flor del campo exhaláis
Tantas
fragancias y olores
Que
al campo y todas sus flores
En
ellas aventajáis
Si
a sanar vais al viador
Soberano
peregrino.
Queréis
caminar así
Porque
el justo halle consuelo
Y
en vos encuentre su cielo
Como
en sagrado alhelí
Porque
a su cruz cobre amor
La
cruz es vuestro destino.
Sois
narciso en la belleza
Que
os miraréis en la fuente
De
vuestra sangre corriente
Cuando
inclináis la cabeza
Fuentes
son del salvador
La
que vuestro amor previno.
Sois
del cielo maravilla
Pues
queda como pasmado
Viendo
que a tan vil estado
Su
mismo creador se humilla
Camináis
cual malhechor
porque
así el amor convino.
Balsamina
os retratáis
Porque
vertéis amoroso
Ese
bálsamo precioso
Conque
a los hombres sanáis
Blanco
y rojo flor de amor
Sois
el amante más fino.
Sois
jacinto no marchito
Y
aunque mi amor os pondera
Todo
por dentro y por fuera
Y
en grandes halles escritos
Lirio
que sea el dolor
O
flor lirio os imagino.
Si
vuestra lengua enmudece
Son
bocas vuestras heridas
que
con lenguas muy floridas
Vuestra
caridad ofrezco
Rubrico
grabe el furor
En
la flor que de alto vino.
Decís
yo soy lastimado
Rosa
herida con espinas
Sois
entre las clavellinas
Como
un clavel deshojado
Sois
jazmín con suave olor
Y
entre flores me reclino.
Yo
soy la flor imperial
A
quien todo se sujeta
Soy
la morada violeta
Lirio
todo cardenal
El
golpe muda el color
Como
yo bien lo examinó.
Yo
soy púrpura granado
Que
tantas flores ofrezco
Cuántas
heridas padezco
Porque
se acabe el pecado
Así
brota el pecador
Hierba
que tanto abomino.
Sois
la flor medicinal
Sois
el cándido cordero
La
mejor flor del romero
Y
azucena celestial
Comunico
mi candor
Y
así a la tierra me inclino.
Sois
el adonis hermoso
De
las flores envidado
Y
muerto por el pecado
Que
es el jabalí alevoso
Vendido
por un traidor
A
dar mi vida camino.
Alma
dame el corazón
Como
tú flor más amada
Y
en él queda colocada
Esta
flor de la pasión
Ablande
tanto favor
A
este pecho adamantino.
Porque
de la cruz señor
Hacéis
florido el camino
L/:
Sois Nazareno divino
La más saludable flor
Colaboración de César Sánchez Torres
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