jueves, 25 de marzo de 2021

NOVENA A NUESTRO PADRE JESÚS DE TEPACHE


NOVENA A NUESTRO PADRE JESÚS DE NAZARETH

 

Venerado en el Pueblo de Tepache, Edo. de Sonora, México

Impresa en 1989

Hermosillo, Sonora.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Dulcísimo Jesús, Dios verdadero,

Nazareno Divino, hermosa flor,

mi rey, mi dueño, Padre y Redentor mío,

a quien amo, en quien yo creo y en quien espero,

sí al sacrificio vais Manso Cordero,

veis aquí lo que roba vuestro amor,

la oveja sois, perdida, Buen Pastor,

cuyas culpas cargáis en el madero,

ya que así buscáis me habéis de hallar,

pues yo también os busco arrepentido

y espero que me habéis de perdonar,

porque amor y dolor me traen rendido

y así, ya, dueño mío, no más pecar,

perdón mi Jesús, perdón os pido,

a vos llego Jesús, arrepentido,

llorando amargamente mi pecado,

más viendo que vais con esa cruz cargado,

¿Cómo no muero que os eh ofendido?

¿Cómo a tu corazón no le han partido,

Esos cambrones que a vos han coronado?

Si mi Jesús, a vos tienen traspasado,

Muera yo de dolor, si quiera herido,

Más ni muera yo, no muera,

Que tal consuelo no merece quien fue tan inhumano,

Pues, que haré mi Jesús, a vos apelo,

Válgame vuestro asilo soberano,

Contra vos he pecado, y contra el cielo,

Perdonad a este triste publicano. Amén.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Señor Dios poderosísimo, Padre de las Misericordias y Dios de todo consuelo, que de tal suerte nos amaste y nos diste a vuestro Unigénito Hijo, para que hecho hombre, para redimir al hombre, padeciera amarguísimos dolores, penas y tormentos, hasta sacrificarse esta Inocente Víctima en un afrentoso madero, para que eternamente no padeciéramos los que merecemos, los castigos de vuestra justa indignación, hoy, clementísimo Padre, presentamos ante vuestra soberana presencia, a este mansísimo cordero, que amante y fino camina para  el sacrificio hasta el calvario, y os suplicaremos rendidos que miréis propicio, no solo su rostro santo, sino también su lastimado corazón sagrado. Mirad pues esa sacrosanta cabeza y sienes divinas, que tanto lastiman aceradas puntas. Mirad esa preciosísima sangre que por ellas brota. Mirad esas preciosas lágrimas que eclipsan los claros luceros de sus benignos ojos, mirad ese rostro, soberano espejo en quien desean los ángeles mirarse, tan afeado con salivas, tan lastimado con bofetadas, y ahora con el sudor y polvo de la calle obscurecido, mirad esas espaldas que antes llevaron inhumanos azotes, y añadiendo dolor, a el dolor de sus llagas, ahora las abruma un pesado madero, que con los vaivenes clavan las espinas de esa dura corona, mirad ese cuello y brazo con sogas y cadenas atormentados, esas rodillas partidas con repetidas caídas, esas sagradas plantas ensangrentadas por tantas y tan agudas piedras, y a todo ese Nazareno divino, miradlo hecho un varón de dolores, una priva de tormentos, y blanco de ignominias, para que viendo por nosotros ingrato ha padecido, nos miréis a nosotros con ojos de misericordia, concediéndonos gracia para que mirando con terneza ese doloroso espectáculo, se imprima en nuestros corazones, y a su vista lloremos nuestras culpas. Conformemos nuestras vidas con tan divino ejemplar, carguemos nuestras cruces cumpliendo con las obligaciones de nuestro estado, y sigamos sus sangrientas huellas, hasta que logremos besar sus sagradas plantas en la eterna gloria; donde con vos y el Espíritu Santo viva y reine por los siglos de los siglos. Amen.

 

LA FLOR DE LA PASIÓN

Ingrato y desconocido,

confieso mi Dios que fui,

vos siempre miráis por mí,

yo siempre de vos me olvido,

pero ya desconocido

mis ingratitudes lloro,

y vuestro favor imploro

para emplear mi corazón

en sentir vuestra pasión

que es donde está mi tesoro.

 

Ahora se rezan cinco Padres nuestros, Aves Marías y Glorias de la forma siguiente:

 

Justifícanos Jesús mío, pues eres nuestro júbilo y justificación, y por amor y gozo con que recibiste la santa cruz en tus hombros, para que nosotros carguemos con gozo la de nuestras obligaciones. Ten Jesús piedad de nosotros.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

 

Enséñanos Jesús mío, sapientísimo erario de ciencias y escuela sagrada de virtudes, pues eres nuestro ejemplar, espejo y preceptor, y por la doctrina que diste a las mujeres que te seguían en la calle de la amargura, para que esperemos llorar nuestras culpas. Ten Jesús piedad de nosotros.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

 

Sánanos Jesús mío, piadosísimo sacerdote, sumo soberano médico, pues eres nuestro único remedio, perfecta sanidad y salud eterna y por las tres caídas que diste con el peso de la santa cruz para que nos levantemos tantas veces caídos del cieno de nuestros pecados. Ten Jesús piedad de nosotros.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

 

Vivifícanos Jesús mío, poderosísimo trigo vigoroso y sagrada vida, pues eres nuestro único aliento, vivifica, respiración y vida eterna, y por la vida de gracia que diste al Cirineo que compasivo te ayudó a llevar la santa cruz hasta el calvario para que te sigamos hasta morir con la santa cruz de la negación de nosotros mismos y logremos por tu pasión la eterna gloria. Ten Jesús piedad de nosotros. 

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

 

Sálvanos Jesús mío, misericordiosísimo, serenidad del suelo y gloria del cielo, pues eres nuestra seguridad permanente, sombra y salvación eterna y por lo que hizo en el mundo tu divino rostro estampado en tres partes de la compasiva Verónica, para que impreso en nuestros corazones siempre te veneremos. Ten Jesús piedad de nosotros. 

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

 

 

PRIMER DÍA

Nazareno florido, nardo sagrado,

Jesús hermosísimo.

Míranos compasivo, pues eres nuestro único negocio,

segura nave y perfecta norma de nuestras vidas,

y por la tierna vista que diste a tu madre santísima y dolorosa

despedida en la calle de la amargura

para que nos despidamos de lo caduco,

y solo en tí pensemos verdad infalible,

y solo a tí amemos poder infinito

y solo a ti amemos bien sumo,

y para que de ti gocemos, de tu Eterno Padre

y del Espíritu Santo en la gloria eterna.

 

ORACIÓN

Soberano, divino y hermoso Jesús dueño mío, luz de mis ojos, vida de mi alma, recreo de mi corazón, nazareno os llamáis porque lo previnieron los profetas, más bella flor del paraíso celestial, flor peregrina que nació de la vara de José, flor la más saludable del campo y lirio el más hermoso, con esa corona aunque de espinas, y con esa cruz que lleváis al hombro aunque pesada, porque en esa cruz cargáis la florida vara que figuró la de Arón, y en esa corona mostráis que como cabeza de vuestra iglesia, sois un carmelo hermoso de flores coronado, más si todo vos sois florido, ya no me admira que sean también flores para el alma que os sana vuestras heridas, afrentas y dolores, porque estas son las flores que pedía en los cantares la esposa santa de vuestro amor enfermo, concédenos pues Jesús mío dulcísimo divino Nazareno de nuestras almas, que todas esas flores se graben en nuestros corazones, para que apareciendo en la tierra nuestros pechos, no broten ya espinas de pecados, sino que se convierten en un gracioso florido huerto, en que vos os recreáis como esposo de nuestras almas, y sea para vos el honor y la alabanza por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA

(Para todos los días)

Afligidísima virgen María, azucena cándida, cerca de las espinas de tantas penas, rosa flagrante rodeada de los cambrones de tantos dolores, florido huerto regado con los olores y aguas de tantas amarguras, que dices dilectísima tierna madre mía al ver esa peregrina flor que produjo a la bendita tierra de tu purísimo vientre tan ajado con mis culpas, a ese lirio el más hermoso de los valles, tan marchito por mis ingratitudes que en traje de ajusticiado le encuentras en la calle de la amargura, le miras caído en el suelo y le atiendes entre dos ladrones, hecho escarnio de los hombres yo, ¿Qué digo? Que ciego sin ver lo que ejecuto cuando peco, tengo por gusto a lo que a mi Jesús motiva, tanta afrenta mis pecados Señora. Labraron ese madero que le agobia, esa dura soga que le ciñe, y esa corona que le atormenta, así lo reconozco, amorosísima, tierna madre mía, y así deseo sentirlo, llorarlo y suspirarlo, y acompañarte en tanta pena, por lo que te suplico, que si el fuerte dolor que rompe tu corazón sagrado, te anuda la garganta para no hablar palabra en este paso, suéltame el amor que me tienes, hablad algo por mí a Jesús, y a mí por mi Jesús, habladme, moverme, sino con voces con una mirada tierna a mi Jesús, a que me dé auxilios eficaces y a mi obligación, me arregle a las leyes de mi estado, y le siga en vuestra compañía, y que mi Jesús amante y a vos, madre mía Dolorosa, me acompañes en vida y muerte, para que entre vos y mi Jesús querido, tenga mis delicias en la gloria. Amén.

Se reza una Salve.

 

 

ORACIÓN A SAN JUAN EVANGELISTA

(Para todos los días)

Gloriosísimo Benjamín de la ley de gracia, fénix abrazado en el amor divino, discípulo amado de mi Jesús querido evangelista elevado, sagrado apóstol, mártir sin sangre, doctor sin igual, confesor ilustre, virgen purísimo, huerto florido de virtudes de la militante iglesia, en cuyo amoroso pecho como en un vistoso jardín, se miran las cándidas azucenas de tu pureza, la marcada rosa de la caridad, la violeta morada de la compasión, el oloroso clavel de tu contemplación, pues como ovejita tierna en el florido paraíso, de la más sagrada escuela de Jesús, chupaste la miel de las flores de su pasión santa, y de los dolores de su tiernísima madre, sintiendo como propios sus tormentos y penas, yo te suplico por el ardiente amor que tienes a Jesús y a María y por la compañía que les tuviste en sus afrentas, trabajos e ignominias, me alcances gracia para que imitando en estas virtudes, consiga ser participante de tus glorias. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

Señor San Dimas y Santa María Magdalena constantes compañeros de Jesús y de María en sus dolores, alcanzarnos de su piedad una verdadera contricción.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Soberano, eterno, inmenso, sabio, justo, omnipotente, benigno clemente y misericordioso, Dios trino en las personas, y uno en la esencia, por los méritos de la santísima vida, muerte y resurrección de Jesús Nazareno, mi amorosísimo redentor, por la poderosísima intersección de la Nazarena Dolorosa María santísima, tu hija muy amada, tu madre muy querida, y tu muy regalada esposa, por los ruegos del gloriosísimo San Juan Evangelista, tu siervo muy amado, por los de tus escogidos, San Dimas y Santa Marca Magdalena, y por los de todos los ángeles y santos, en reconocimiento de que por mi indignidad y miseria nada merezco, y en reconocimiento de que de tu solo eres soberano padre de las luces, viene a todos los cristianos todo don perfecto, postrado este vil gusanillo de la tierra ante du divino acatamiento, te suplico rendido seáis servido despachar esta petición en ti confiado, te presento si es de tu agrado y me fuere algún provecho, con especialidad te ruego asistas propicio, a nuestro Santísimo Padre el Papa, Señores Cardenales, Arzobispos, Obispos, a todo el Estado Eclesiástico, (a nuestro católico Monarca), ministros de justicia, y Estado Secular, convierte benigno a los infieles herejes y pecadores a verdadera penitencia, a los agonizantes defiende de las astucias, y a todos los que nos congregamos unidos a hacer esta novena, tu gracia veneración y culto a este tu santuario y a todos los que a él nos acogemos - la santa iglesia donde vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

 

DÍA SEGUNDO

Dos coronas te ofrecen dos señores,

 mira alma con cuidado a cuál te inclinas,

sí a la que el mundo ofrece que es de flores

o a la que Cristo ofrece que es de espinas,

la de flores remata en sinsabores,

la de espinas en glorias peregrinas

escoge pues la de mayor nobleza,

que es la que carga Jesús en la cabeza.

 

ORACIÓN

¡Oh amantísimo Jesús, divino Nazareno, sol hermoso claro de justicia, pero como esposo coronado porque de vuestras espinas sagradas salen rayos de luz para iluminar a los ciegos que viven sentados en las tinieblas y sombras de la muerte, yo soy uno de estos querido dueño mío aunque el más ingrato y miserable de todos, porque siendo vos mi Dios, mi rey, mi capitán y emperador supremo yo he apetecido gustos, cuando vos amarguras, yo descansos y regalos, cuando vos por mi amor penalidades y ayunos, yo pasatiempos y vanidades y entretenimientos mundanos, cuando vos abatido, cuando vos humillado hasta la muerte de cruz, y padeciste por mí, remedios, angustias, dolores, desprecios y los demás tormentos, que solo vos benigno pudiste decirlo con razón, amorosísimo Jesús, confieso que estoy ciego, pues escojo camino que me lleve al infierno, y desprecio el que vos me enseñas para el cielo, pues vivo tan descuidado de mi salvación, cuando vos viviste tan desvelado para que no me perdiere, yo os agradezco Jesús mío y deseoso de seguiros, os pido lo que el otro ciego, cuando le dijeron que vos pasabas Nazareno divino, que tengáis misericordia de mí y me des vista para escoger lo que más me aproveche y despreciar lo que más me dañe, para amar los trabajos, espinas y mortificaciones y olvidar gustos, flores y comodidades para que me corone de santos y castos pensamientos en esta video y en la otra eternamente en la gloria. Amén.

 

 

DÍA TERCERO

Porque las flores terrenas

no roben ya mis amores,

sigo a tal lirio entre penas,

que de espinas hace flores,

y de flores azucenas.

 

ORACIÓN

Dulcísimo y amado salvador de mi alma, lirio el más fragante y hermoso de los valles, que para enseñarme a cargar mi cruz, inclinaste la cabeza obediente al decreto de vuestro eterno, ya soberano dueño de mi corazón, conozco que para agradaros debo resignarme a seguiros a padecer con vos, y a copiar en mi alma con vuestra gracia, vuestra imitación, aunque en esta valle de lágrimas pudiere derramar por mi suma flaqueza, os tengo a vos que sois fortaleza de los cielos y de los valles el más precioso lirio que para consuelo de las almas las escogéis como azucenas y si fieles os imitan, las trasplantáis en el paraíso como flores para otro recreo, vos dueño hermoso como esposo amante descendiste para ser nuestra azucena y lirio, que para hacernos a nosotros lirios y azucenas, salutífero lirio el más medicinal, sois pues aunque oprimido y lastimado, curáis nuestras envejecidas llagas, mitigáis vuestra sed ardiente y sanáis nuestras enfermedades, penas y dolores, y ahuyentar de nosotros las más venenosas serpientes y nos libertáis de las astucias. Azucena todo candor, toda pureza, toda hermosura, nos mostráis porque queréis que en sus propiedades os imitemos y pues entre azucenas y glorias os aposentáis que como azucenas y flores en el jardín de vuestra iglesia, y a coger azucenas a la hora de las aromas descendéis porque en estas tenéis vuestras delicias, haced divino hortelano de nuestras almas que atraídos por vos, tras vos corramos, siguiendo los ungüentos y fragancias de vuestras virtudes, para que así merezcamos gozar de vuestra hermosura en el feliz ameno de vuestra iglesia. Amén.

 

 

DÍA CUARTO

Salúdote árbol florido,

que el Nazareno cargó,

porque el que en el árbol venció,

en ti quedóse vencido,

si el fruto de aquel prohibido

trajo tantos sinsabores,

tus frutos son superiores,

ojalá árbol soberano,

llegue yo a extender la mano

a tus frutos y a tus flores.

 

ORACIÓN

Jesús mi dulcísimo, amabilísimo, santísimo, mi Dios, mi padre, mi Señor, mi fortaleza, mi refugio y mi libertad, que para arrancar de la viciosa tierra de mi corazón, las innumerables espinas que en él ha producido mi malicia, me ofrezco liberal en este árbol santo de la cruz, y con él sobre tus hombros soberanos, tantas flores y virtudes que quede en mi alma un ameno huerto para mi recreo, oh mi dulcísimo Jesús que yo fiel las imite, dadme querido dueño mío, un corazón que te desee, un deseo que te busque, un buscarte tan eficaz que sea encontrarte, y un hallarte de modo que sea amarte con toda mi alma, con todas mis fuerzas, con todo mi corazón, quita mi Dios de mi alma las espinas de la vanidad, del amor propio, de la inconstancia, sensualidad y demás venenosas raíces del pecado, para que libre de ellas, con las flores de las virtudes contrarias en su lugar plantadas merezca después gozar el suavísimo fruto de esta árbol sagrado de la cruz de tu gloria. Amén.

 

 

DÍA QUINTO

De tus tiernas caricias

mi Jesús, y de tu amor,

me da el jacinto noticias,

más hay cuan caro Señor

de cuestan estas delicias.

 

ORACIÓN

Amabilísimo Jesús, dueño de mi alma, que como celestial jacinto os mostráis en vuestras aflicciones, dolores y amarguras, para que yo acabe de conocer el extremo a que llegó vuestro soberano pues sí como si os viese emplear en penas por amor del hombre, advirtió vuestra querida esposa en los cantares, que tenías las mano de jacintos llenas, como si a mano llenas las complacéis, concededme dulce Jesús de mi vida, que sepa yo agradecer esas finezas, y pues en vos enamorado bien de mi alma, flotaron los aires de tan grandes dolores, angustias y aflicciones, aunque tan acervas, porque como cordero mansísimo nos abristeis vuestros divinos labios, aún pondré la queja imprimase éstas en mi corazón y grábense en lo íntimo de mi alma, para que yo sepa llorar vuestra pasión amarga, atadme fuerteventura con las cuerdas de vuestro amor, y haced amante Nazareno mío, que ame, venere y reverencie e invoque frecuentemente vuestro dulcísimo, santísimo y poderosísimo nombre de Jesús, ahora y en todo instante y en el de mi muerte que os pido sea en vuestra gracia, para que goce de vos eternamente. Amén.

 

 

DÍA SEXTO

Vos y yo Jesús amante,

hemos andado a porfía,

yo huyo de vos cada día,

vos me buscáis cada instante,

pero ya desde hoy constante,

seguiros mi bien espero,

porque ya me considero

tan preso de vuestro amor,

que, si os no seguís pastor,

os he de seguir cordero.

 

ORACIÓN

Oh hermosísimo, dulcísimo, y amabilísimo Jesús Nazareno, puro e inmaculado cordero, que por lavarme con el riquísimo, y salutífero baño de tu preciosa sangre, que por recrear esta mi triste alma con licor tan divino, caminas ya para el lugar del sacrificio, atormentado de estas aceradas espinas que desconocida te ofrece la viciosa tierra de mi corazón, vas con ese duro leño que tanto lastima esas soberanas espaldas, agobiado con el peso que le cargan mis culpas, para ser en él por mi amor con duros clavos escarpados, has amante dueño de mi alma, que a vista de tan innumerables finezas, se ablande me empedernido corazón enardecido todo en el fuego, que con ese madero y espinas viniste a encender en la tierra, de tal suerte que te ame, que sin ti nada aprecie, nada de esta mundo me agrade, sus alegrías me sean tristezas, y esas tristezas me aparten de todo lo terreno y caduco, haced Jesús mío dulcísimo, que todo mi anhelo sea tu imitación, y que sea yo manso, humilde, casto, y todo a tus divinos ojos agradable, que llore amargamente mis culpas y todo lo que tú mi bien por ellas padeciste para que sembrando lágrimas en esta vida, logre después el copioso fruto de ellas entre las delicias del ameno paraíso. Amén.

 

 

DÍA SÉPTIMO

Alma que de mi amor te has olvidado,

sí a seguiros no vas ¿Qué es lo que intentas?

mírame todo herido y lastimado

y que más con tus culpas me atormentas,

descalzo y con madero tan pesado,

esta corona y soga, estas afrentas,

todo clama que te amo y que, de tal suerte,

que por tu amor padeció hasta la muerte.

 

ORACIÓN

Oh Jesús mío dulcísimo, hermoso espejo de mi alma, dueño amante de mis ojos, que con razón os llamáis camino, verdad y vida, para que en vos hallemos, camino que nos guíe, verdad que nos enseñe y vida que nos resucite, camino sois que no solo nos lleváis al padre, más nos enseñáis la senda verdadera que es la cruz, padeciendo por nuestro amor, y dejándonos ejemplo para que sigamos vuestras sangrientas huellas, verdad sois que condena nuestros engaños y vanidades, pues todo vos Jesús amante sois contrario a las falsedades y seguimos ciegos, nuestra corona condena nuestros soberbios pensamientos, nuestras necedades y locuras, nuestra cruz, nuestros desórdenes, nuestros delitos y apetitos, vuestros llorosos ojos, nuestras ceguedades, vuestro oído que con tanto sufrimiento escucha las injurias, baldones y blasfemias, nuestras arrogancias, mentiras y rencores, vuestra pobreza, nosotros demasiados, vuestras heridas y dolores, nuestros regalos y gustos, y en fin, todo vos sois un claro espejo, que descubre nuestras abominables manchas, más pues sois también vida que velando por vuestra gracia la muerte de la culpa sigamos fieles el camino de la verdad que nos enseñas, viviendo solamente para vos, y muriendo para todo aquello que de vos nos aparta, pues así caminaremos a vos hasta alcanzaros y gozaros para siempre en el paraíso de vuestra gloria. Amén.

 

 

DÍA OCTAVO

Si tu cruz te desagrada,

alma mía considera,

que tu cruz es muy ligera,

la de Jesús muy pesada,

pero si eres delicada,

el temor te moverá,

porque si a si Jesús va,

si esto se hace con tal cordero,

si este es el verde madero

el seco ¿Qué será?

 

ORACIÓN

Oh Jesús mío dulcísimo, Nazareno de mi alma, obediente y soberano, que cargáis el leño sobre vuestras inocentes espaldas, Isaac el más justo a quien sacó su cruel hermano, el pueblo hebreo, fuera de la ciudad para derramar con ignominias su sangre, Salomón divino que cargáis amante vuestro trono, ensangrentado esposo, que lleváis fino vuestro sagrado leño, doctor de justicia sagrada, que a juzgar por vuestra cátedra al mundo, todo esforzado y valeroso, capitán que levantáis vuestra roja bandera, para que rompamos guerra contra nuestras pasiones, conozco, ya confieso dueño amante de mi alma lo que os cuesta sacarme de la cárcel de la culpa, y encaminarme al paraíso de la gloria, pues después de azotar inhumanamente esas espaldas, hasta descubrir en partes sus sagrados huesos, después de haber taladrado esa cruel corona de espinas vuestras soberanas sienes, hasta salir por fuera sus retorcidas y encorvadas puntas, cargáis ese bromoso madero sobre vuestros delicados hombros, aumentándose con el peso del dolor de la caídas, ensanchando se más vuestras heridas, multiplicándose más las penas, siendo irremediables las aflicciones y congojas de ese corazón sagrado, al considerar los muchos que por no seguir como deben perderán la corona y el premio ganado, a costa de tan inauditos tormentos, asistidme pues amoroso Jesús, con vuestra gracia, para que sintiendo vuestras congojas llorando vuestras amarguras, imitando vuestros ejemplos y cumpliendo con las obligaciones de nuestro estado, consigamos de vuestra piedad en el ameno pincel de la gloria. Amén.

 

 

DÍA NOVENO

Llorad pretendo ya vuestra pasión,

Nazareno divino justo y santo,

llegad con ella un triste corazón,

que desea liquidarse todo en llanto,

y así a seguiros quiero es razón,

cuando vos camináis con tal que brote,

porque no es más el siervo que el Señor,

ni es más la criatura que el cordero.

 

ORACIÓN

Oh Jesús mío misericordiosísimo, salutífera y fragantísima rosa, flor la más saludable de los campos, y lirio el más hermoso de los valles, esposo amantísimo de las almas fieles que buscan corazones en quienes queden grabadas vuestras penas, dolores y amarguras, aquí tenéis amabilísimo Jesús, aquí tenéis los nuestros aunque lienzos manchados, con el asqueroso cieno de las abominaciones, más quien podrá Señor purificarlos sino esa sangre preciosa en quien lavaron los santos sus estolas, por ellas os pedimos, verdaderas lágrimas de contricción para que llorando con ellas y confesamos como debemos nuestras culpas, con una firme resolución y propósito de nunca más pecar y a vos únicamente amemos y agradecidos a los que por amor vuestro con tanto amor padeciste, borremos de vuestra memoria tan admirable beneficio, mirad piadosísimo Jesús, las necesidades de vuestra iglesia, asistid a Vuestro Vicario el Sumo Pontífice, para que la gobiernen con el acierto más agradable a vuestros ojos, quitad a los infieles de las tinieblas, dadles luz para que conozcan, amen y adoren a sectas y judíos, que viviendo obstinados, caminan precipitados, ilustrad a los misericordiosos, para que conozcan y lloren sus engaños, siguiendo en todo como unido rebaño, a un pastor verdadero, que sois vos Jesús mío, dad luz, vida y pros perdida en gobierno a vuestros católicos monarcas, especialidad a nuestro rey, para que ambas Españas sean gobernadas, con el debido acierto, broten flores de santidad en súbditos, para vuestro recreo a los que unidos hacemos esta novena y a todos nos des paz y concordia, mucha unión, mucho aborrecimiento al pecado, mucho amor a la justicia, muchos deseos de agradaros en gracia, para que después de esta vida fortalecidos con vuestra sagrada pasión en la muerte, te alabemos y gocemos por toda una eternidad.

 

GOZOS

Porque de la cruz Señor,

Hacéis florida el camino.

L/: Sois Nazareno divino

La más saludable flor.

 

Cual flor del campo exhaláis

Tantas fragancias y olores

Que al campo y todas sus flores

En ellas aventajáis

Si a sanar vais al viador

Soberano peregrino.

 

Queréis caminar así

Porque el justo halle consuelo

Y en vos encuentre su cielo

Como en sagrado alhelí

Porque a su cruz cobre amor

La cruz es vuestro destino.

 

Sois narciso en la belleza

Que os miraréis en la fuente

De vuestra sangre corriente

Cuando inclináis la cabeza

Fuentes son del salvador

La que vuestro amor previno.

 

Sois del cielo maravilla

Pues queda como pasmado

Viendo que a tan vil estado

Su mismo creador se humilla

Camináis cual malhechor

porque así el amor convino.

 

Balsamina os retratáis

Porque vertéis amoroso

Ese bálsamo precioso

Conque a los hombres sanáis

Blanco y rojo flor de amor

Sois el amante más fino.

 

Sois jacinto no marchito

Y aunque mi amor os pondera

Todo por dentro y por fuera

Y en grandes halles escritos

Lirio que sea el dolor

O flor lirio os imagino.

 

Si vuestra lengua enmudece

Son bocas vuestras heridas

que con lenguas muy floridas

Vuestra caridad ofrezco

Rubrico grabe el furor

En la flor que de alto vino.

 

Decís yo soy lastimado

Rosa herida con espinas

Sois entre las clavellinas

Como un clavel deshojado

Sois jazmín con suave olor

Y entre flores me reclino.

 

Yo soy la flor imperial

A quien todo se sujeta

Soy la morada violeta

Lirio todo cardenal

El golpe muda el color

Como yo bien lo examinó.

 

Yo soy púrpura granado

Que tantas flores ofrezco

Cuántas heridas padezco

Porque se acabe el pecado

Así brota el pecador

Hierba que tanto abomino.

 

Sois la flor medicinal

Sois el cándido cordero

La mejor flor del romero

Y azucena celestial

Comunico mi candor

Y así a la tierra me inclino.

 

Sois el adonis hermoso

De las flores envidado

Y muerto por el pecado

Que es el jabalí alevoso

Vendido por un traidor

A dar mi vida camino.

 

Alma dame el corazón

Como tú flor más amada

Y en él queda colocada

Esta flor de la pasión

Ablande tanto favor

A este pecho adamantino.

 

Porque de la cruz señor

Hacéis florido el camino

L/: Sois Nazareno divino

La más saludable flor


 Colaboración de César Sánchez Torres 

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