domingo, 20 de junio de 2021

DEVOCIÓN DE LAS TRES SALVES A LA VIRGEN DEL PERPETUO SOCORRO

PIADOSA DEVOCIÓN DIARIA EN HONOR DE NUESTRA AUGUSTÍSIMA MADRE, LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL PERPETUO SOCORRO 

Para alcanzar su protección en nuestras necesidades


ORACIÓN PREPARATORIA

Virgen Santísima, Madre de nuestro Señor Jesucristo y madre nuestra, postrados humildemente a vuestros pies, os rogamos por las actuales necesidades que oprimen a nuestra patria y a nuestros corazones. Vos ¡Oh Madre mía! quisisteis ser llamada “Madre del Perpetuo Socorro” como que sabias bien que vuestro Amorosísimo Hijo, no os niega nada de cuanto le pidáis. Pedidle, Madre Misericordiosísima, pedidle por vuestra valiosa intercesión la gracia que hoy le pedimos, si es para honra de Dios, gloria vuestra y bien de nuestras almas. Amén. (Se pide la gracia)

 

OFRECIMIENTO DE LAS TRES SALVES

Compadeceos ¡Oh Madre amorosa! Compadeceos de nuestras penas y aflicciones, pues nuestras débiles fuerzas flaquean al sentir el peso enorme de nuestras miserias y dolores.

 

-Por la espada del dolor que atravesó a vuestro Santísimo Corazón, cuando encontrasteis a vuestro queridísimo Hijo Jesús, en el camino del Calvario con la Cruz a cuestas.

Salve.

 

-Por la espada de dolor que atravesó a vuestro amorosísimo Corazón, cuando colocaron en vuestros brazos el Santísimo Cuerpo, herido y ensangrentado de vuestro queridísimo Hijo, después de ser crucificado por nuestros pecados.

Salve.

 

-Por la espada de dolor que atravesó a vuestro Corazón de Madre, cuando os fue quitao el Santísimo Cuerpo de vuestro misericordiosísimo Hijo Jesús, para ser depositado en el sepulcro.

Salve.

 

Amorosísima Madre del Perpetuo Socorro, supla vuestra bondad, la insuficiencia de estas mis oraciones y dignaos presentárselas a nuestro amado Salvador Jesús, como desagravios por tantas penas y dolores que, por nosotros sufrió en su Santísima Pasión y Muerte de Cruz, para que se digne concedernos su paternal bendición, ahora y en la terrible hora de nuestra muerte. Amén. Jesús.

 

 

DEPRECACIONES

M

adre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida, acordaos de mí, miserable pecador. Ave María.

 

 

A

cueducto de las divinas gracias, concededme abundancia de lágrimas para llorar mis pecados. Ave María.

 

 

R

eina de los cielos y tierra, sed mi amparo y defensa en las tentaciones y a la hora de mi muerte. Ave María.

 

 

I

lustre y querida hija de Joaquín y Ana, alcanzadme de vuestro Santísimo Hijo, las gracias que necesito para mi salvación. Ave María.

 

A

 

bogada y refugio de pecadores, asistidme en la hora de mi muerte, y abridme las puertas del cielo. Ave María y Gloria.

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