PIADOSA DEVOCIÓN DIARIA EN HONOR DE NUESTRA AUGUSTÍSIMA MADRE, LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL PERPETUO SOCORRO
Para alcanzar su protección en nuestras necesidades
ORACIÓN
PREPARATORIA
Virgen Santísima,
Madre de nuestro Señor Jesucristo y madre nuestra, postrados humildemente a
vuestros pies, os rogamos por las actuales necesidades que oprimen a nuestra
patria y a nuestros corazones. Vos ¡Oh Madre mía! quisisteis ser llamada “Madre
del Perpetuo Socorro” como que sabias bien que vuestro Amorosísimo Hijo, no os
niega nada de cuanto le pidáis. Pedidle, Madre Misericordiosísima, pedidle por
vuestra valiosa intercesión la gracia que hoy le pedimos, si es para honra de
Dios, gloria vuestra y bien de nuestras almas. Amén. (Se pide la gracia)
OFRECIMIENTO
DE LAS TRES SALVES
Compadeceos ¡Oh
Madre amorosa! Compadeceos de nuestras penas y aflicciones, pues nuestras
débiles fuerzas flaquean al sentir el peso enorme de nuestras miserias y
dolores.
-Por la espada del
dolor que atravesó a vuestro Santísimo Corazón, cuando encontrasteis a vuestro
queridísimo Hijo Jesús, en el camino del Calvario con la Cruz a cuestas.
Salve.
-Por la espada de
dolor que atravesó a vuestro amorosísimo Corazón, cuando colocaron en vuestros brazos
el Santísimo Cuerpo, herido y ensangrentado de vuestro queridísimo Hijo,
después de ser crucificado por nuestros pecados.
Salve.
-Por la espada de
dolor que atravesó a vuestro Corazón de Madre, cuando os fue quitao el
Santísimo Cuerpo de vuestro misericordiosísimo Hijo Jesús, para ser depositado
en el sepulcro.
Salve.
Amorosísima Madre
del Perpetuo Socorro, supla vuestra bondad, la insuficiencia de estas mis
oraciones y dignaos presentárselas a nuestro amado Salvador Jesús, como
desagravios por tantas penas y dolores que, por nosotros sufrió en su Santísima
Pasión y Muerte de Cruz, para que se digne concedernos su paternal bendición, ahora
y en la terrible hora de nuestra muerte. Amén. Jesús.
DEPRECACIONES
M |
adre mía
amantísima, en todos los instantes de mi vida, acordaos de mí, miserable pecador.
Ave María.
A |
cueducto de las divinas
gracias, concededme abundancia de lágrimas para llorar mis pecados. Ave
María.
R |
eina de los cielos
y tierra, sed mi amparo y defensa en las tentaciones y a la hora de mi muerte. Ave
María.
I |
lustre y querida
hija de Joaquín y Ana, alcanzadme de vuestro Santísimo Hijo, las gracias que
necesito para mi salvación. Ave María.
A |
bogada y refugio de pecadores, asistidme en la hora de mi muerte, y abridme las puertas del cielo. Ave María y Gloria.
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