sábado, 26 de junio de 2021

NOVENA A SAN FÉLIX I, PAPA Y MÁRTIR

TRIDUO TRINO EN HONOR DEL SAGRADO PONTÍFICE Y MÁRTIR SAN FÉLIX

PATRÓN Y PROTECTOR DE LA VILLA DE CARRIÓN, VALLE DE ATLIXCO

FORMADO POR UN SU BENEFICIADO 

Impreso a expensas del Lic. D. José Antonio Garfias, Abogado de la Real Audiencia de este Reino, y comisario del Santo Oficio, originario, vecino y labrador de dicha villa y valle fértil

 

Con Licencias necesarias

En la Oficina del Real Seminario Palafoxiano de Puebla de los Ángeles, año de 1790

 

INTRODUCCIÓN

Dios, cuyos juicios son inescrutables, gusta tratar y conversar con los sencillos de corazón, en testimonio de esta verdad, hecho hombre por nuestro amor, se familiarizó con los pobres, eligiendo para sus compañeros a los Apóstoles, comió entre publicanos, descubrió el secreto de ser el mesías a la samaritana, recibió el honor y alabanza de los pequeños, que le negaron a los presuntuosos el Domingo de Ramos, y por último, nos dice el Apóstol, que eligió lo ignorante del mundo, lo débil y contentible, a fin de humillar el orgullo del sabio, del noble, del poderoso, para que nadie se vanaglorie en su presencia. En esta atención te animarás a ofrecer esta novena en Honor de San Félix Papa, tu patrón y protector, o por regraciarle los beneficios recibidos, o por alcanzar otros de nuevo. Con el mismo motivo, ofrezco al Santo mi cordial afecto en formar este método de alabarle y pedirle para honor suyo y utilidad de sus devotos, advirtiendo, que cada uno puede añadir, según el fervor de su corazón, algún ejercicio de virtud, empleándose a solas en la mortificación, ayuno y oración, teniendo para el común la práctica de rezar la oración preparatoria de todos los días, un padre nuestro, Ave María y un Credo, y lo demás que se dice para cada día.

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Señor mío y mi amado Redentor Jesús, Sabiduría Eterna del Padre celestial, por quien fueron hechas todas las cosas, altamente admirables, y por quien el hombre fue reformado más admirablemente: Yo, vilísima criatura tuya, redimida con tu preciosísima Sangres, postrada ante tu divino acatamiento, no soy digno de levantar mis ojos al cielo por mis gravísimas culpas, con las que eh merecido tu justa indignación, que tal vez podía haberme castigado aun desde esta vida con diversas calamidades, como principio de los dolores que padecen los réprobos en el infierno, pero atendiendo a tu piedad y clemencia, con que me dais tiempo para la debida penitencia, te pido perdón de mis pecados, y la gracia de que me recibáis en tu casa como a hijo pródigo, a fin de servirte fielmente, cumpliendo de aquí en adelante los preceptos de tu Santa Ley, que para que te ama es yugo suave, y para el que adora, carga ligera, por los méritos e intercesión de nuestro Patrón San Félix, a quien pido su patrocinio para la perseverancia hasta el fin, con cuya gracia espero desagraviarte en esta vida, para bendecirte y alabarte en la otra por todos los siglos de los siglos. Amén.

 

 

DÍA PRIMERO

CONSIDERACIÓN

Piensa un rato y considera como San Félix, fue conducido a la Viña del Señor por medio de la vocación gratuita al gremio de la Santa Iglesia. Luego que se reconoció siervo de Jesucristo, por el carácter que recibió en el bautismo, se tuvo por el más feliz y afortunado, porque concibió desde luego que es mayor honor ser siervo de Jesucristo, que emperador de todo el mundo, y como se veía altamente obligado con esa gracia y favor del cielo, dejó la ociosidad de la vida mundana, y tomó sobre sus hombres el peso de la Ley Divina, a fin de trabajar en el cultivo de su alma, huyendo siempre de lo malo, y obrando, en cuanto podía, todo lo bueno ¡Oh que fiel operario en la Viña del Señor! Imítale en este noble empeño, puesto que has recibido igual favor en el Bautismo, ya no quieras servir ni agradar a otro que a tu Amo y Redentor Jesús.

Padre nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.

 

ORACIÓN

¡Oh Santo Patrono nuestro, feliz operario de la Viña del Señor! he aquí a tus puertas un pobre que ha gastado inútilmente el tiempo en la vanidad del sentido, volviendo en sí, no halla obras buenas con las que el alma se enriquece, por tanto te suplico rendidamente, interpongas tu intercesión a fin de conseguir una gracia especial, que me habilite a la labor espiritual de mi alma, con la cual, sembrando el grano de la divina palabra en mi corazón, logre la cosecha abundante en la Patria Celestial. Por los méritos de mi Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

DÍA SEGUNDO

CONSIDERACIÓN

Considera como San Félix, supo grajearse la voluntad de su Amo y Señor nuestro Dios, pues siendo fiel siervo y prudente en sus labores, fue exaltado al sacerdocio, en que, ofreciendo al Altísimo la Hostia Viva de nuestro Redentor en las Aras del Altar, aplacó su justo enojo contra el pecador, y concilió el corazón del Padre Celestial a beneficio del mismo, reducido a la casa de su Padre, como el hijo pródigo, ¡Oh medianero prudente y pío! Despierta alma dormida, una vez que eres deudora a la divina justicia, ruega por medio de San Félix, para que promedie a beneficio tuyo.

Padre nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.

 

ORACIÓN

Sagrado y Ejemplar Sacerdote, venerado Padre mío San Félix, pues merecisteis la gracia inestimable de ser mediador entre Dios y los hombres, te suplico rendidamente que me acojas bajo tu patrocinio, para que consiga yo el perdón de todas mis culpas en esta vida, y restituido a la gracia de mi Señor y Criador eterno, logre la felicidad de darle las gracias y alabarle en tu compañía en la patria celestial. Por los méritos de mi Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

DÍA TERCERO

CONSIDERACIÓN

Considera como San Félix, fue sagrado pontífice de la Católica Iglesia Universal. de cuyo centro difundía, como el sol sus rayos, los de la fe más pura, para disipar las tinieblas del error y triunfar con la luz de la verdad, de los sofismas inveterados de la idolatría. ¡Oh cuan hermosa es la casta generación de los creyentes, pues teniendo en el Sumo Pontífice, una cabeza visible de su filiación adoptiva, adquirida por la Sangre del Divino Cordero, se ha hecho gloriosamente ilustre ante Dios y los hombres! Aprende a estimar como San Félix, la ilustre generación de la Santa Fe Católica.

Padre nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.

 

ORACIÓN

¡Oh Pontífice Sagrado y Padre de la más noble generación, que es el cristianismo! Glorioso Patrón nuestro San Félix, pues Dios te eligió y exaltó a tan alta dignidad en su pueblo escogido, heredad propia de su Hijo Humanado, dame luz para que reconozca la suma bondad de mi Criador, que tanto se dignó amar al mundo, que envió a su Unigénito solo a fin de que por la Divina Gracia, seamos y nos llamamos hijos suyos: y pues soy tan pobre para poder regraciar tan alto beneficio, da tu por mi las debidas gracias a mi Dios, ya que logras en su Reino la participación de la gloria eterna, la cual por tu intercesión espero lograr, para bendecirle y alabarle eternamente. Amén.

 

 

DÍA CUARTO

CONSIDERACIÓN

Considera como San Félix, fue pastor universal del Rebaño de Jesucristo, y tan buen pastor, que, no cuidando jamás de su propia comodidad, se expuso a morir muchas veces por ministrarles el pasto espiritual a sus ovejas, exhortando y animando a los que estaban en las cárceles por profesar nuestra sagrada religión. No temía nunca la voracidad de los lobos, pues solo pueden estos quitar la vida del cuerpo, y siempre temió a Dios, cuyo poder extiende a castigar con el fuego eterno del infierno al alma ingrata a sus beneficios.

Padre nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.

 

ORACIÓN

¡Oh Buen Pastor y Padre mío San Félix! ¡Cuantas veces me he descarriado como una oveja errante, en seguimiento de mis apetitos, expuesto a que el lobo infernal me devorara como infeliz víctima de sus engaños, y por tu intercesión me habré libertado! Yo confieso que erré, no oyendo la voz del Divino Pastor, que me encamina siempre al bien de mi alma, y por eso te suplico, por aquel celo con que apacentase el Rebaño de Jesucristo, me apartes de los peligros en que incautamente me expongo a perecer, y me alientes con la sana doctrina, a fin de lograr la robustez en la salud de mi alma, y la vida eterna. Por los méritos de mi Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

DÍA QUINTO

CONSIDERACIÓN

Considera como San Félix, fue doctor y maestro de la verdad, a cuya luz, toda filosofía pagana se anonada, porque el Santo enseñó en aquella Cátedra de San Pedro, contra quien jamás prevalecerán los sofismas del error, pues no siendo esta sabiduría hija de la carne ni la sangre, es descendiente del Padre Celestial. Ama y sigue lo cierto, y deja lo dudoso, guarda en tu corazón esta máxima del derecho.

Padre nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.

 

ORACIÓN

Si es feliz aquel quien el Señor enseñare, como lo protesta el real profeta ¡Que feliz eres, Padre mío San Félix! pues en esta sabiduría no solamente fuiste aventajado discípulo, sino doctor y maestro. Yo te suplico, destierres de mi aquella ignorancia heredada a nuestro Padre Adán, y me ilustres el entendimiento con tu celestial doctrina, con la cual, conociendo a mi Criador y Redentor como debo, comience mi felicidad en esta vida, la que se confirme en la posesión de la eterna, la cual espero conseguir por los méritos de mi Señor Jesucristo, Luz del mundo y Luz Eterna, que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

DÍA SEXTO

ORACIÓN

Considera como San Félix, fue el grano que se había de sembrar para enriquecer el granero de la Iglesia, no se menguó ni con el chahuistle del escándalo en medio de un pueblo disoluto y dado a la idolatría, ni con el cierzo de la contradicción y tentativas del enemigo, sino que, llegando a una alta perfección, fue escogido de Dios para el martirio, como que era preciso que este grano se mortificara y se multiplicara en abundantes frutos de caridad. Aprende a perfeccionarte en sus operaciones, para que, sembrando buenas obras en esta vida, cojas abundante cosecha en la eterna.

Padre nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.

 

ORACIÓN

¡Oh Santo mártir y patrón nuestro San Félix! pues fue tu fe tan viva por la caridad, que como fuego devoró en tu corazón todo afecto terreno, hasta dar la vida por amor de mi Redentor, te suplico humildemente que aumentes nuestra fe, de manera que estando firmes en que no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que procede de la boca de Dios, sepamos preferir este alimento del alma al que necesita el cuerpo, con que, anhelando siempre a mejorar de vida, merezcamos la eterna. Por la muerte y redención de nuestro Señor Jesucristo, que, a la diestra del Padre, vive con el Espíritu Santo, por toda la eternidad. Amén.  

 

 

DÍA SÉPTIMO

COSIDERACIÓN

Considera como San Félix, fue colocado en el cielo como una estrella fija, donde luce y lucirá en perpetuas eternidades, para gloria de Dios, honor suyo, y utilidad nuestra. Aprende a dirigir tus pasos, de modo que merezcas colocarte en su compañía en las eterna moradas.

Padre nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.

 

ORACIÓN

¡Oh Santo Glorioso y Padre mío San Félix! puesto que ya entraste como siervo fiel en el gozo de tu Señor, dispón este mi corazón de forma que, asegurándome cada día más y más en mi vocación, con las buenas obras que me prescriben la justicia y la caridad, merezca por este medio la aprobación del Justo Jue, oyéndole decir aquella sentencia favorable: “Alégrate siervo fiel, entra en el gozo de tu Señor” Así sea, por los méritos de mi Redentor Jesús, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

DÍA OCTAVO

CONSIDERACIÓN

Considera como San Félix, fue escogido entre los Santos, y destinado del Supremo Señor y Gobernador del Universo para especial Patrón y Protector de esta Villa y Valle de Atlixco. ¡Con que amor y eficacia se encargó de este noble empleo! ¡Como la defiende de las calamidades, y le solicita tantos bienes! Imítale en proteger al desvalido y necesitado.

Padre nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.

 

ORACIÓN

¡Oh Santo Patrón y Abogado nuestro San Félix! pues fuiste escogido para ejercer tu valimiento y caridad sobre esta Villa y Valle de Atlixco, a fin de defendernos de los desastres y males que nos pueden acaecer en esta vida, y procurarnos los bienes que necesitamos, te suplico me concedas lo que pretendo por medio de esta novena, y me apartes de toda culpa, que es el mal de los males, para que así, libre de mis enemigos, pueda servir y amar a Dios en esta vida, y le vaya a gozar en la eterna, por los méritos de nuestro Redentor Jesucristo, que vive en ella eternamente. Amén.

 

 

DÍA NOVENO

CONSIDERACIÓN

Considera, cuanto agradecimiento merece un bienhechor tan insigne como lo es nuestro Santo Patrón, pues mereciendo nuestra ingratitud el retiro de su beneficencia, cada día se manifiesta más benéfico a esta Villa y Valle de Atlixco, con señales tan evidentes, que son notorias a todo el mundo. Aprende a ser benéfico aun con los que te son ingratos, pues a esto te exhorta San Félix, que a imitación del Padre Celestial hace salir su sol, y llover en los campos de los buenos y malos.

Padre nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.

 

ORACIÓN

¡Oh amabilísimo Santo, bienhechor nuestro! ya que tan liberal te manifiestas en socorrernos benigno, alcánzame del Padre de las Misericordias, el rocío de los divinos auxilios, y el calor de la caridad, para que, viviendo en esta vida como árbol frondoso junto al corriente de las aguas, dé yo el sazonado fruto en tiempo oportuno a mi Dueño y Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo, vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.

 

 

LAVS DEVS

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