TRIDUO
TRINO EN HONOR DEL SAGRADO PONTÍFICE Y MÁRTIR SAN FÉLIX
PATRÓN Y PROTECTOR DE LA VILLA DE CARRIÓN, VALLE DE ATLIXCO
FORMADO POR UN SU BENEFICIADO
Impreso
a expensas del Lic. D. José Antonio Garfias, Abogado de la Real Audiencia de
este Reino, y comisario del Santo Oficio, originario, vecino y labrador de
dicha villa y valle fértil
Con
Licencias necesarias
En
la Oficina del Real Seminario Palafoxiano de Puebla de los Ángeles, año de 1790
INTRODUCCIÓN
Dios,
cuyos juicios son inescrutables, gusta tratar y conversar con los sencillos de
corazón, en testimonio de esta verdad, hecho hombre por nuestro amor, se
familiarizó con los pobres, eligiendo para sus compañeros a los Apóstoles,
comió entre publicanos, descubrió el secreto de ser el mesías a la samaritana,
recibió el honor y alabanza de los pequeños, que le negaron a los presuntuosos
el Domingo de Ramos, y por último, nos dice el Apóstol, que eligió lo ignorante
del mundo, lo débil y contentible, a fin de humillar el orgullo del sabio, del
noble, del poderoso, para que nadie se vanaglorie en su presencia. En esta
atención te animarás a ofrecer esta novena en Honor de San Félix Papa, tu
patrón y protector, o por regraciarle los beneficios recibidos, o por alcanzar
otros de nuevo. Con el mismo motivo, ofrezco al Santo mi cordial afecto en
formar este método de alabarle y pedirle para honor suyo y utilidad de sus
devotos, advirtiendo, que cada uno puede añadir, según el fervor de su corazón,
algún ejercicio de virtud, empleándose a solas en la mortificación, ayuno y
oración, teniendo para el común la práctica de rezar la oración preparatoria de
todos los días, un padre nuestro, Ave María y un Credo, y lo demás que se dice
para cada día.
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
Señor
mío y mi amado Redentor Jesús, Sabiduría Eterna del Padre celestial, por quien
fueron hechas todas las cosas, altamente admirables, y por quien el hombre fue reformado
más admirablemente: Yo, vilísima criatura tuya, redimida con tu preciosísima Sangres,
postrada ante tu divino acatamiento, no soy digno de levantar mis ojos al cielo
por mis gravísimas culpas, con las que eh merecido tu justa indignación, que
tal vez podía haberme castigado aun desde esta vida con diversas calamidades,
como principio de los dolores que padecen los réprobos en el infierno, pero
atendiendo a tu piedad y clemencia, con que me dais tiempo para la debida
penitencia, te pido perdón de mis pecados, y la gracia de que me recibáis en tu
casa como a hijo pródigo, a fin de servirte fielmente, cumpliendo de aquí en
adelante los preceptos de tu Santa Ley, que para que te ama es yugo suave, y
para el que adora, carga ligera, por los méritos e intercesión de nuestro
Patrón San Félix, a quien pido su patrocinio para la perseverancia hasta el
fin, con cuya gracia espero desagraviarte en esta vida, para bendecirte y
alabarte en la otra por todos los siglos de los siglos. Amén.
DÍA
PRIMERO
CONSIDERACIÓN
Piensa
un rato y considera como San Félix, fue conducido a la Viña del Señor por medio
de la vocación gratuita al gremio de la Santa Iglesia. Luego que se reconoció
siervo de Jesucristo, por el carácter que recibió en el bautismo, se tuvo por
el más feliz y afortunado, porque concibió desde luego que es mayor honor ser
siervo de Jesucristo, que emperador de todo el mundo, y como se veía altamente
obligado con esa gracia y favor del cielo, dejó la ociosidad de la vida mundana,
y tomó sobre sus hombres el peso de la Ley Divina, a fin de trabajar en el
cultivo de su alma, huyendo siempre de lo malo, y obrando, en cuanto podía,
todo lo bueno ¡Oh que fiel operario en la Viña del Señor! Imítale en este noble
empeño, puesto que has recibido igual favor en el Bautismo, ya no quieras
servir ni agradar a otro que a tu Amo y Redentor Jesús.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.
ORACIÓN
¡Oh
Santo Patrono nuestro, feliz operario de la Viña del Señor! he aquí a tus
puertas un pobre que ha gastado inútilmente el tiempo en la vanidad del
sentido, volviendo en sí, no halla obras buenas con las que el alma se
enriquece, por tanto te suplico rendidamente, interpongas tu intercesión a fin
de conseguir una gracia especial, que me habilite a la labor espiritual de mi
alma, con la cual, sembrando el grano de la divina palabra en mi corazón, logre
la cosecha abundante en la Patria Celestial. Por los méritos
de mi Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA
SEGUNDO
CONSIDERACIÓN
Considera
como San Félix, supo grajearse la voluntad de su Amo y Señor nuestro Dios, pues
siendo fiel siervo y prudente en sus labores, fue exaltado al sacerdocio, en que,
ofreciendo al Altísimo la Hostia Viva de nuestro Redentor en las Aras del
Altar, aplacó su justo enojo contra el pecador, y concilió el corazón del Padre
Celestial a beneficio del mismo, reducido a la casa de su Padre, como el hijo pródigo,
¡Oh medianero prudente y pío! Despierta alma dormida, una vez que eres deudora a
la divina justicia, ruega por medio de San Félix, para que promedie a beneficio
tuyo.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.
ORACIÓN
Sagrado
y Ejemplar Sacerdote, venerado Padre mío San Félix, pues merecisteis la gracia
inestimable de ser mediador entre Dios y los hombres, te suplico rendidamente
que me acojas bajo tu patrocinio, para que consiga yo el perdón de todas mis
culpas en esta vida, y restituido a la gracia de mi Señor y Criador eterno,
logre la felicidad de darle las gracias y alabarle en tu compañía en la patria
celestial. Por los méritos de mi Señor Jesucristo, que vive y reina por los
siglos de los siglos. Amén.
DÍA
TERCERO
CONSIDERACIÓN
Considera
como San Félix, fue sagrado pontífice de la Católica Iglesia Universal. de cuyo
centro difundía, como el sol sus rayos, los de la fe más pura, para disipar las
tinieblas del error y triunfar con la luz de la verdad, de los sofismas inveterados
de la idolatría. ¡Oh cuan hermosa es la casta generación de los creyentes, pues
teniendo en el Sumo Pontífice, una cabeza visible de su filiación adoptiva,
adquirida por la Sangre del Divino Cordero, se ha hecho gloriosamente ilustre
ante Dios y los hombres! Aprende a estimar como San Félix, la ilustre
generación de la Santa Fe Católica.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.
ORACIÓN
¡Oh
Pontífice Sagrado y Padre de la más noble generación, que es el cristianismo!
Glorioso Patrón nuestro San Félix, pues Dios te eligió y exaltó a tan alta
dignidad en su pueblo escogido, heredad propia de su Hijo Humanado, dame luz
para que reconozca la suma bondad de mi Criador, que tanto se dignó amar al
mundo, que envió a su Unigénito solo a fin de que por la Divina Gracia, seamos y
nos llamamos hijos suyos: y pues soy tan pobre para poder regraciar tan alto
beneficio, da tu por mi las debidas gracias a mi Dios, ya que logras en su
Reino la participación de la gloria eterna, la cual por tu intercesión espero
lograr, para bendecirle y alabarle eternamente. Amén.
DÍA
CUARTO
CONSIDERACIÓN
Considera
como San Félix, fue pastor universal del Rebaño de Jesucristo, y tan buen
pastor, que, no cuidando jamás de su propia comodidad, se expuso a morir muchas
veces por ministrarles el pasto espiritual a sus ovejas, exhortando y animando
a los que estaban en las cárceles por profesar nuestra sagrada religión. No temía
nunca la voracidad de los lobos, pues solo pueden estos quitar la vida del
cuerpo, y siempre temió a Dios, cuyo poder extiende a castigar con el fuego
eterno del infierno al alma ingrata a sus beneficios.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.
ORACIÓN
¡Oh
Buen Pastor y Padre mío San Félix! ¡Cuantas veces me he descarriado como una
oveja errante, en seguimiento de mis apetitos, expuesto a que el lobo infernal
me devorara como infeliz víctima de sus engaños, y por tu intercesión me habré
libertado! Yo confieso que erré, no oyendo la voz del Divino Pastor, que me
encamina siempre al bien de mi alma, y por eso te suplico, por aquel celo con
que apacentase el Rebaño de Jesucristo, me apartes de los peligros en que
incautamente me expongo a perecer, y me alientes con la sana doctrina, a fin de
lograr la robustez en la salud de mi alma, y la vida eterna. Por los méritos de
mi Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA
QUINTO
CONSIDERACIÓN
Considera
como San Félix, fue doctor y maestro de la verdad, a cuya luz, toda filosofía
pagana se anonada, porque el Santo enseñó en aquella Cátedra de San Pedro,
contra quien jamás prevalecerán los sofismas del error, pues no siendo esta
sabiduría hija de la carne ni la sangre, es descendiente del Padre Celestial.
Ama y sigue lo cierto, y deja lo dudoso, guarda en tu corazón esta máxima del
derecho.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.
ORACIÓN
Si
es feliz aquel quien el Señor enseñare, como lo protesta el real profeta ¡Que feliz
eres, Padre mío San Félix! pues en esta sabiduría no solamente fuiste aventajado
discípulo, sino doctor y maestro. Yo te suplico, destierres de mi aquella
ignorancia heredada a nuestro Padre Adán, y me ilustres el entendimiento con tu
celestial doctrina, con la cual, conociendo a mi Criador y Redentor como debo,
comience mi felicidad en esta vida, la que se confirme en la posesión de la
eterna, la cual espero conseguir por los méritos de mi Señor Jesucristo, Luz
del mundo y Luz Eterna, que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo, por
los siglos de los siglos. Amén.
DÍA
SEXTO
ORACIÓN
Considera
como San Félix, fue el grano que se había de sembrar para enriquecer el granero
de la Iglesia, no se menguó ni con el chahuistle del escándalo en medio de un
pueblo disoluto y dado a la idolatría, ni con el cierzo de la contradicción y
tentativas del enemigo, sino que, llegando a una alta perfección, fue escogido
de Dios para el martirio, como que era preciso que este grano se mortificara y
se multiplicara en abundantes frutos de caridad. Aprende a perfeccionarte en
sus operaciones, para que, sembrando buenas obras en esta vida, cojas abundante
cosecha en la eterna.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.
ORACIÓN
¡Oh
Santo mártir y patrón nuestro San Félix! pues fue tu fe tan viva por la
caridad, que como fuego devoró en tu corazón todo afecto terreno, hasta dar la
vida por amor de mi Redentor, te suplico humildemente que aumentes nuestra fe,
de manera que estando firmes en que no solo de pan vive el hombre, sino de toda
palabra que procede de la boca de Dios, sepamos preferir este alimento del alma
al que necesita el cuerpo, con que, anhelando siempre a mejorar de vida,
merezcamos la eterna. Por la muerte y redención de nuestro Señor Jesucristo, que,
a la diestra del Padre, vive con el Espíritu Santo, por toda la eternidad. Amén.
DÍA
SÉPTIMO
COSIDERACIÓN
Considera
como San Félix, fue colocado en el cielo como una estrella fija, donde luce y
lucirá en perpetuas eternidades, para gloria de Dios, honor suyo, y utilidad
nuestra. Aprende a dirigir tus pasos, de modo que merezcas colocarte en su
compañía en las eterna moradas.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.
ORACIÓN
¡Oh
Santo Glorioso y Padre mío San Félix! puesto que ya entraste como siervo fiel
en el gozo de tu Señor, dispón este mi corazón de forma que, asegurándome cada
día más y más en mi vocación, con las buenas obras que me prescriben la
justicia y la caridad, merezca por este medio la aprobación del Justo Jue, oyéndole
decir aquella sentencia favorable: “Alégrate siervo fiel, entra en el gozo de
tu Señor” Así sea, por los méritos de mi Redentor Jesús, que vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
DÍA
OCTAVO
CONSIDERACIÓN
Considera
como San Félix, fue escogido entre los Santos, y destinado del Supremo Señor y
Gobernador del Universo para especial Patrón y Protector de esta Villa y Valle
de Atlixco. ¡Con que amor y eficacia se encargó de este noble empleo! ¡Como la
defiende de las calamidades, y le solicita tantos bienes! Imítale en proteger
al desvalido y necesitado.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria, y Credo.
ORACIÓN
¡Oh
Santo Patrón y Abogado nuestro San Félix! pues fuiste escogido para ejercer tu
valimiento y caridad sobre esta Villa y Valle de Atlixco, a fin de defendernos
de los desastres y males que nos pueden acaecer en esta vida, y procurarnos los
bienes que necesitamos, te suplico me concedas lo que pretendo por medio de
esta novena, y me apartes de toda culpa, que es el mal de los males, para que
así, libre de mis enemigos, pueda servir y amar a Dios en esta vida, y le vaya
a gozar en la eterna, por los méritos de nuestro Redentor Jesucristo, que vive
en ella eternamente. Amén.
DÍA
NOVENO
CONSIDERACIÓN
Considera,
cuanto agradecimiento merece un bienhechor tan insigne como lo es nuestro Santo
Patrón, pues mereciendo nuestra ingratitud el retiro de su beneficencia, cada
día se manifiesta más benéfico a esta Villa y Valle de Atlixco, con señales tan
evidentes, que son notorias a todo el mundo. Aprende a ser benéfico aun con los
que te son ingratos, pues a esto te exhorta San Félix, que a imitación del
Padre Celestial hace salir su sol, y llover en los campos de los buenos y
malos.
Padre nuestro, Ave María y Gloria, y
Credo.
ORACIÓN
¡Oh
amabilísimo Santo, bienhechor nuestro! ya que tan liberal te manifiestas en
socorrernos benigno, alcánzame del Padre de las Misericordias, el rocío de los
divinos auxilios, y el calor de la caridad, para que, viviendo en esta vida
como árbol frondoso junto al corriente de las aguas, dé yo el sazonado fruto en
tiempo oportuno a mi Dueño y Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu
Santo, vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.
LAVS DEVS
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