NOVENA
A SAN ZOILO, MÁRTIR
ABOGADO
CONTRA LAS ENFERMEDADES RENALES
DISPUESTA
por
el Lic. D. J. F. C., Cura menos antiguo del Sagrario
de
esta Santa Iglesia Catedral de Puebla de los Ángeles, y Promotor
Fiscal
de la Curia Eclesiástica.
año de 1857
ACTO
DE CONTRICCIÓN
Jesús
mío, adorable Redentor de mi alma, abrumado con el peso de mis iniquidades,
pero confiado en tu gran misericordia, humildemente te pido me purifiques de
las manchas de mis culpas y de tal manera me laves, que quede más blanco que la
nieve. Confieso, Señor, que be cometido el mal delante de ti: me duelo de ello
y me arrepiento con toda mi alma, y tú, Dios mío, no despreciarás a un corazón
contrito y humillado, sino que renovarás en mis entrañas tu Espíritu Santo,
para que pueda anunciar por todas partes tu alabanza. Confírmame en ese
Espíritu recto y principal, para no volver a ofenderte; no me deseches de tu
divina presencia: dame la alegría espiritual de tu salad, y condúceme a la
Jerusalén celestial. Amen.
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DIAS
Dios
mío, tú que penetras el fondo de los corazones y que escudriñas lo más íntimo
de las entrañas, ves con toda claridad cuál es el motivo de la aflicción y
amargura, conque vengo a tu divina presencia a pedirte humildemente el remedio
de todos mis males, tanto espirituales como temporales. Te lo ruego, por la
intercesión de tu amado siervo San Zoilo, por sus virtudes, sus méritos, su
espantoso suplicio, su sangre tan profusamente derramada y su preciosa muerte,
con tanto valor sufrida en defensa de nuestra adorable religión. Bien puedes,
Dios mío, desechar mis ruegos por indignos de ser elevados al augusto trono de
tu grandeza y majestad; pero no despreciarás los que en favor mío te dirige el
glorioso atleta, en cuyo obsequio y para tu mayor honra y gloria dedico esta
novena. Él es mi protector, bajo su patrocinio me pongo y confiado en su
valimiento, espero conseguir lo que te pido, y principalmente la gracia de
perseverar en tu santo servicio hasta la muerte, para después gozarte por los
siglos de los. Amen.
DIA
PRIMERO
MEDITACION
La
Religión católica, es decir: la Religión que profesa la Iglesia, cuyo Soberano
es el Romano Pontífice, es la única verdadera, porque está fundada por el mismo
Dios, y Dios no había de fundar dos religiones, cuyo culto, cuyos dogmas, cuya
disciplina y cuyas leyes fuesen diferentes las de la una de las de la otra. Las
otras religiones son falsas como establecidas por el capricho y las pasiones de
los hombres; y Dios no puede aprobar la idolatría entre los idólatras, el
mahometismo en Turquía, el protestantismo en Inglaterra, sino solo el
cristianismo con la fe y la doctrina de Roma católica y apostólica. En esta
doctrina y en esta fé se instruyó San Zoilo desde los primeros albores de su
razón. Córdoba le vio nacer a fines del siglo tercero: sus padres que
pertenecían a la primera nobleza de la ciudad, le educaron con el mayor esmero,
y de tal suerte inculcaron en su tierno corazón las verdades católicas, que con
los años iba creciendo el niño en buenas obras y en las más sublimes virtudes.
Su modestia en todas sus acciones era tan sobresaliente y singular que, por
ella, dice un historiador, se atrajo la amistad de todos sus compatricios. De
día y de noche meditaba en la ley del Señor, y de ella hacia todas sus
delicias.
DEPRECACION
Nobilísimo
San Zoilo, glorioso lustre de la ciudad de Córdoba, yo te suplico que me
alcances del Señor la gracia de que me instruya en la ciencia de la religión
católica, apostólica, romana, que tu profesaste con tanta perfección. La guarda
de los mandamientos de Dios y de la Iglesia, y la práctica de las virtudes
cristianas debe ser, como lo fué para tí, mi única y exclusiva ocupación: haz
que no tenga otra en mi vida, si es que he de gozar, como lo espero en tu
poderosa intercesión, de la recompensa eterna que el Señor ha ofrecido a los
que como tú le son fieles hasta la muerte. Amen.
DIA
SEGUNDO
MEDITACION
¿Qué
es lo que Dios tiene derecho de exigir de nosotros por la gracia singular que
nos hizo de llamarnos al cristianismo, prefiriéndonos a tantos, a quienes ha
dejado en las tinieblas y en las sombras de la muerte? Una obediencia ciega a
sus palabras y a lo que nos propone su divina Esposa nuestra Madre su Santa
Iglesia: una caridad sin límites: una inocencia debida que huya de toda mancha
en palabras, obras y pensamientos: una esperanza firme en las promesas de la
vida eterna y una voluntad eficaz de conseguirla. ¿Y así es como yo he correspondido
a aquella gracia? ¿He sido un verdadero cristiano? Ilustrado el joven Zoilo con
las vivísimas luces de la fé católica, consagró todo su esmero en cumplir con
lo que ella prescribe. Cristiano no solo de boca sino de todo su corazón, era
un perfecto modelo y el ejemplar de los jóvenes sus contemporáneos, en el amor
con que los trataba y socorría: en la asistencia a las prácticas religiosas, en
las que se le veía con la mayor compostura y devoción: en la pureza de sus
costumbres en la sabiduría de sus palabras: en la obediencia a sus padres: en
el amor a Dios, y en su frecuente y continua oración, por cuyo medio alcanzaba
mayor aumento de virtudes.
DEPRECACION
Amabilísimo
San Zoilo, que tan perfectamente supiste corresponder a las gracias con que
adornó el Señor tu hermosa alma, oye benigno mis súplicas y sácanos de este
lago de miseria y de profunda ignorancia, de este todo inmundo de
concupiscencia, de este sueño de la muerte, en que vivimos, y que nos impide cumplir
como debiéramos con las sacrosantas obligaciones de cristianos que contrajimos
desde el glorioso día de nuestro bautismo. Hemos multiplicado las iniquidades
sobre los cabellos de nuestra cabeza; pero ruega Señor que nos vea con ojos de
misericordia y haz que dirijamos nuestros pasos por el sendero que nos ha
marcado la ley del Evangelio. Amen.
DIA
TERCERO
MEDITACION
Este
amor es el primero y más esencial de los preceptos: Si no tengo la caridad,
dice mi V. P. San Pablo, nada soy. ¿Y cómo no deberemos amar a Dios, ya por sus
infinitas perfecciones, como por los beneficios que diariamente nos dispensa?
Este amor ha hecho los santos en la tierra y hace la felicidad eterna de los
bienaventurados en el cielo. Amemos también a nuestro prójimo. Dios le formó lo
mismo que a mí: le dió, como a mí, el mismo destino, que es amarle y servirle;
y tiene como vos la misma esperanza de gozarle eternamente en el cielo.
Unámonos, pues, desde la tierra con el vínculo que nos unirá para siempre en la
gloria. El ejercicio de la continua meditación, de las verdades de la Religión
y de las perfecciones de Dios, encendía un vehemente amor en el candoroso pecho
de Zoilo. No hablaba sino de Dios, no respiraba sino por Dios, y no pudiendo
ocultar en su corazón este fuego divino, que lo devoraba, lo difundía
exteriormente; y por él llegaron a descubrir los esbirros del Gobernador de
Córdoba, en el imperio de Diocleciano, que el joven era católico, uno de los
adoradores del verdadero Dios, y de consiguiente que obedecía las leyes y
estatutos civiles, que mandaban venerar y dar culto a los ídolos. En
consecuencia, de este descubrimiento fué reducido a prisión.
DEPRECACION
Ilustre
San Zoilo, que, abrasado con las llamas del amor divino, no temiste exponerte a
la persecución de lo idólatras, sino que con toda libertad predicabas tu
gloriosa profesión de cristiano, hasta verte prendido por los satélites del
poder: suplícote me alcances del Señor una caridad tan perfecta y animosa, que
despreciando todas las asechanzas de los enemigos de mi Religión y de mi salud,
me de fortaleza para arrostrar todos los peligros de confesar en cualquiera
circunstancia el sacro santo nombre de Dios y la fe de la Iglesia, para que
después de amarle como tú en esta vida, merezcamos gozarle en la gloria. Amen.
DIA
CUARTO
MEDITACION
¡Que
resfriado debe estar entre los hombres el amor de Dios, cuando se muestran tan
indiferentes e insensibles a las ofensas que se le hacen y con que se ultraja
su gloria y se menoscaban sus intereses! Si se comete un atentado contra la
autoridad pública, al momento los magistrados castigan a sus autores; mas
¿quién castiga las blasfemias, las injusticias, el libertinaje, la impiedad, la
irreligión y tantos otros atentados y desacatos hechos contra Dios y su
Iglesia? Nos ofendemos de un agravio hecho a un amigo, y nada nos importa los
que se hacen a Dios en las calles, en las plazas, en nuestras compañías, en
todas partes. ¿Quién arde en el celo del honor de Dios? En uno de los tiempos
más difíciles y tormentosos para la Iglesia, cual fué la última persecución del
siglo tercero, declarada por el Emperador Diocleciano, no faltaron ilustres
campeones, y entre ellos San Zoilo, que, sin temer la rabia del infierno,
defendieron la gloria de Dios delante de sus mismos enemigos. Puesto nuestro
santo en prisión trató de seducirle el mismo Gobernador, con las más halagüeñas
expresiones; pero firme en sus principios confesó su fé, y que por el nombre de
Jesús estaba pronto a sufrir los tormentos y aun la muerte misma, añadiendo que
no tenía a los que solo pueden quitar la vida del cuerpo, y la del alma.
DEPRECACION
Esclarecido
San Zoilo, que con un valor admirable te presentaste al tirano a dar testimonio
el más glorioso, de la verdad de nuestra adorable religión, ardiendo en tu
corazón el celo más puro por la honra de Dios: yo te suplico enciendas en mi
alma el mismo fuego, para que en todas ocasiones y sin temer el odio de los
impíos, vuelva por el honor de Dios, la santidad de mi religión, la dignidad y
soberanía de mi madre la santa Iglesia y la inmunidad de sus ministros,
teniéndome por dichoso, si llego a padecer algo por tan sagrados intereses. Así
seré participante de tu mérito, para participar también de tu recompensa. Amen.
DIA
SEXTO
MEDITACION
La
humildad se funda en el conocimiento de Dios, en cuanto es posible tenerla, en
el conocimiento de nosotros mismos. ¿De qué nos serviría tener la ciencia de
los secretos más profundos de la naturaleza, si nos ignoramos a nosotros mismos
que somos delante de Dios? Es tan esencial esta virtud, que, sin ella, lo mismo
que sin la fe, no se puede agradar a Dios, ni conseguir la salvación. ¿Qué
tenemos que no hayamos recibido? y ¿por qué nos gloriamos de lo que tenemos, como
si no lo hubiéramos recibido? Por eso, una de las primeras lecciones que nos
dio Jesucristo es esta: Aprended de mí que soy dulce y humilde de corazón. A
pesar de los dones de la gracia, de los bienes de fortuna y de la nobleza de su
origen, con que Dios enriqueció á Zoilo, nunca hizo alarde de nada de eso, ni
mucho menos exigió nunca superioridad ninguna respecto de sus compatricios.
Ahora se le ve sufrir la cárcel, los malos tratamientos y las violencias del
tirano, considerándose más bien como indigno de tener que padecer algo por el
nombre cristiano. Para libertarse de aquellos no merecidos ultrajes ni echa
mano de sus riquezas, para comprar mediadores, ni se apoya en lo distinguido e
ilustre de su familia, para que se le trate con más miramiento y
consideraciones.
DEPRECACION
Humildísimo
San Zoilo, convencido como lo estoy de que el orgullo de mi corazón y la
soberbia de mi vida, es la causa de los males que padecemos, y me cerrará por
último las puertas del cielo, si no corrijo tan detestable vicio,
fervorosamente te suplico me alcances del Señor la gracia de que conociendo mis
miserias y pecados y todas las flaquezas de mi alma, consiga la verdadera
humildad, aquella virtud del publicano, aquella virtud que tú practicaste y que
sin distinción ninguna han practicado todos los fieles, como que es la
principalmente mandada en la ley de Jesucristo. Así mereceré que me vea el Señor
con ojos de misericordia. Amen.
DIA
SEPTIMO
MEDITACION
Muy
criminal es el que no espera en la bondad y misericordia de Dios, aun en medio
de las más grandes aflicciones, de los más profundos pesares. Un Dios que
quiere nuestra felicidad con más vehemencia de lo que nosotros la deseamos: un
Dios que nos ha asegurado que se halla al lado nuestro en la tribulación: cum
ipso sum in tribulation. (Ps. 90) es digno por cierto de que confiemos en él.
Mas: si nos pareciere que escucha nuestras oraciones, que no oye nuestros
gemidos, deberíamos decir con Job: Aun cuando Dios con la espada en mano me
diese el golpe de muerte, yo siempre tendría confianza en él... De los halagos
y amenazas pasó el Gobernador a la ejecución de la horrible sentencia, que
había dado contra Zoilo, de que fuera cruelmente azotado y desgarrados con
garfios sus costados, para que se extrajeran por ellos los riñones. Escucha el
joven con serenidad tan terrible fallo, y poniendo en Dios toda su confianza,
se entrega con gozo en poder de sus verdugos, que, apoderándose de su virginal
cuerpo, le desnudan y comienzan a descargar sobre él golpes continuados hasta
hacer brotar su sangre y después con los garfios afilados le abren los costados
y sacan los riñones.
DEPRECACIÓN
Invictísimo
San Zoilo, cuya fortaleza en los terribles tormentos que sufriste, solo
pudieron sostenerse en la ciega confianza que tenías colocada en Dios, que es
la fuerza de los débiles, y el que ha prometido la corona de vida eterna a los
que como tú son probados en el crisol de la tentación y del tormento; yo te
pido que no me desampares en mis trabajos, en mis tribulaciones y en todas las
tentaciones de mi vida, sino que, animado con tu ejemplo, ponga toda mi
esperanza de salir victorioso, en la bondad y misericordia del Señor, para no
ser jamás confundido por mis enemigos. Amen.
DIA
OCTAVO
MEDITACION
Si
atendemos a que las pasiones de este tiempo no son dignas para la gloria
futura, que se nos ha prometido, a que el reino de Dios padece violencia y solo
con violencias se arrebata; a que si queremos ser aceptos al Señor, es preciso
que nos pruebe la tentación; a que por nuestros pecados somos acreedores a los
mayores castigos, y, por último, a que Jesucristo, siendo la suma inocencia,
padeció desde la cuna basta el calvario trabajos, persecuciones y al fin una
muerte afrentosa, quién no se conformará con las penas y tribulaciones que
precisamente deben sufrirse en esta miserable vida. En lo más acerbo del martirio que destrozaba,
de una manera tan espantosa y tan cruel, las entrañas de Zoilo, se le veía
conservar una entereza tan admirable, que causó asombro a sus mismos verdugos.
Pero ¿cuál sería su sorpresa al verle caminar con los costados abiertos y sin
riñones, y dirigirse bacía la presencia del Gobernador? Una vez allí, como si
nada estuviera padeciendo, le echa en cara su crueldad, le amenaza con los
suplicios eternos, le habla de nuevo acerca de la verdad de la fé católica, de
la torpeza y abominación del culto de los ídolos, y espera con resignación el
ultimo resultado de tan arriesgada conferencia.
DEPRECACION
Invencible
San Zoilo, que en la pasión de los riñones, y en la entrevista que
posteriormente tuviste con el tirano, manifestaste una calma y tranquilidad de
espíritu tan completa, que solo puede explicarse con aquella conformidad y
resignación, conque el Señor te favoreció en tu tan intenso y nunca oído
suplicio: por esa tu admirable constancia, te ruego encarecidamente me alcances
de Dios la fortaleza que necesito, para sufrir los trabajos y adversidades que
me cercan, y para permanecer firme en la doctrina de la Iglesia católica que
profeso, a pesar de la tormenta que contra ella levanta el espíritu de las
tinieblas. Amen.
DIA
NOVENO
MEDITACION
Cuando
venga sobre el pecador la calamidad repentina, cuando se vea envuelto el impío
en la última tribulación y angustia, entonces, dice el Señor, me invocarán y yo
me reiré de ellos: illos aulem Dominus irridebit, porque despreciaron mi ley,
mis consejos y disciplina. . .Pero cuando el justo, el que sigue las huellas de
Jesucristo, el que ha correspondido a su gracia, el que ha sostenido los
derechos de su religión, el que ha amado a Dios y al prójimo, el que se ha
humillado y desprendido del mundo, el que ha puesto su esperanza en Dios y ha
padecido por Jesucristo, cuando este justo muere, recibirá el refrigerio de la
vida eterna. Después de tanto padecer, ya era tiempo de que Zoilo recibiera el
premio de sus trabajos y la corona de la justicia. Admirado el Gobernador de
ver aquella entereza del joven, aunque hecha pedazos su carne, y pudiendo
sufrir su orgullo la magnánima reprensión de su víctima, olvidándose de su
dignidad y del decoro que à sí mismo se debía, rebozando la ira y rencor que le
devoraba, desenvaina la espada y da con ella un golpe tan fuerte y seguro sobre
el cuello de Zoilo, que su preciosa cabeza, con la sonrisa en los labios, cayó
rodando hasta los pies del bárbaro tirano. . . y aquella alma candidísima voló
al cielo, donde rodeada de gloria vivirá para siempre.
DEPRECACION
Gloriosísimo
San Zoilo, patrón y abogado mío amabilísimo, en cuyo honor he hecho esta
novena, confiando, como con toda seguridad confío en tus insignes méritos y
gran valimiento para con Dios, que me conseguirás de su Majestad las gracias
que te lie pedido: por tu preciosa muerte y por la inmensa felicidad que
disfrutas, no me abandones en las tribulaciones y borrascas de mi vida; antes
bien, mírame con ojos compasivos, sostenme en las buenas resoluciones que he
formado en estos días, de imitar tus esclarecidas virtudes, para que
arrepentido de mis culpas y perseverando en el bien obrar basta el último
instante de mi vida, merezca después verte y acompañarte en el cielo. Amen.
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