OBSEQUIOS
EN HONRA Y GLORIA DE LA MADRE SANTÍSIMA DE LA LUZ
PARA
TODOS LOS SÁBADOS DEL MES
Compuestos
por el P. José María Genovés, de la Compañía de Jesús
Reimpreso
en Puebla de los Ángeles, en la Oficina de D. Pedro de la Rosa, Año de 1872
MODO
1.- Se ayunará o
se hará alguna mortificación corporal en honor de la Santísima Madre.
2.- Se asistirá al
Santo Sacrificio de la Misa, en la cual, entre otros fines, se ha de ofrecer a
la Santísima Trinidad, en acción de gracias por los innumerables tesoros de
gracia y gloria.
3.- Se hará alguna
obra de caridad o misericordia con el prójimo, corporal o espiritual.
4.- Se visitará su
altar, o si hubiere impedimento para ello, delante de su Santa Imagen, se
rezarán los siete Padres nuestros y siete Aves Marías de la manera siguiente:
ORACIÓN
¡Oh Espíritu
Santo! yo te ofrezco estos siete Padres nuestros, Aves Marías y Salves, a tu
mayor gloria, por afectuosa memoria y veneración de los siete Dones que con
tanta sobreabundancia comunicaste a María Santísima, y por amor y honor de esta
Señora, y te lo ofrezco en unión del singularísimo amor con que amaste y amas a
esta tu Divina Esposa. Amén.
Se rezan siete
Padres nuestros, Aves Marías, y Salves, más si tuviese oportunidad y quieres
hacer este obsequio más agradable a la Santísima Madre, podrás rezarlos según
la práctica siguiente:
I.
¡Oh
Espíritu Santísimo! yo con todo el afecto de mi corazón, te doy humildes
gracias por el don de la altísima Sabiduría, con que
enriqueciste el Alma de tu Santísima Esposa: y te pido humildemente por sus
méritos, me concedas a mi este tan excelso Don, para que, conociendo vivamente
los divinos misterios y celestiales arcanos de la divinidad, desprecie las
vilezas de la tierra, y tenga mi corazón siempre fijo en el Cielo. Amén.
¡Oh
Madre Santísima de la Luz! yo me gozo y congratulo contigo por este
Don tan divino con que fuiste enriquecida de tu Santísimo Esposo, y te pido
ruego humildemente ¡Oh clara fuente de la celestial Sabiduría! me la participes
a mi por tu intercesión, para que más perfectamente ame a mi Dios. Amén.
-Salve.
II.
¡Oh
Espíritu Santísimo! yo con todo el afecto de mi corazón, te doy humildes
gracias por el don de sublimísima Ciencia, que comunicaste a
tu Santísima Esposa, y por sus méritos te ruego, me participes a mi este
celestial Don, para que, conociendo la divina ley y tus santos mandamientos,
haga siempre lo que es bueno, y huya de todo lo malo. Amén.
¡Oh Madre Santísima de la Luz! yo me gozo y congratulo
contigo por este Don de clarísima Ciencia, que comunicó a tu Santísima Alma
tu Divino Esposo, y te suplico ¡Oh rico Erario de la Ciencia de Dios! me hagas
a mí, participe de tan sublime don, para que así más perfectamente cumpla la
divina voluntad. Amén.
-Salve.
III.
¡Oh
Espíritu Santísimo! yo con todo el afecto de mi corazón, te doy humildes
gracias por el excelentísimo don de Entendimiento, que concediste a
María Santísima, y humildemente te suplico me concedas tan alto Don, con que
penetre más perfectamente tus divinos atributos y los sentidos ocultos de tus
divinas palabras, y dirija siempre todas mis acciones a la mayor honra y gloria
tuya. Amén.
¡Oh
Madre Santísima de la Luz! yo me gozo y congratulo contigo por el don
tan esclarecido de Entendimiento, con que ilustró tu purísima Alma tu Divino
Esposo, y te ruego ¡Oh mi esplendida Luz! ilustres con este Don mi alma, para
que dedique todo su amor al Sumo Bien, que solo lo merece. Amén.
IV.
¡Oh
Espíritu Santísimo! yo con todo el afecto de mi corazón, te doy humildes
gracias por el estabilísimo don de Consejo, con que adornaste a tu
Divina Esposa, y por sus méritos te ruego, me lo concedas a mí, para que,
descubriendo las sutiles artes del mundo, demonio y carne, quede de ellos
siempre vencedor, y así alcance la corona prometida a los que vencen. Amén.
- Padre nuestro,
Ave María.
¡Oh
Madre Santísima de la Luz! yo me gozo y congratulo contigo por el soberano
don de Consejo con que te adornó tu Divino Esposo, ilumíname, te lo suplico ¡Oh
Estrella Polar de las Almas! con este excelso don, para los peligros,
perplejidades y dudas, acierte siempre con el divino beneplácito y agrado de
Dios. Amén.
-Salve.
V.
¡Oh
Espíritu Santísimo! yo con todo el afecto de mi corazón, te doy humildes
gracias por el don de la invicta Fortaleza, que concediste al
Corazón de tu Santísima Esposa, concédeme te suplico, por sus méritos, tan
estimable don, para que yo nunca ceda a los peligros y dificultades que se
encuentran en tu divino servicio, y siempre desprecie la vida y no tema a la
muerte, para conservar tu gracia y mi fidelidad en amarte. Amén.
¡Oh Madre Santísima de la Luz! yo me gozo y congratulo
contigo por el don invencible de la Fortaleza, con que tu Divino Esposo
hizo tu Corazón inexpugnable a los males y penas, fortaléceme te ruego ¡Oh
Señora mía y seguro amparo de mi alma! para que, varonilmente resista a quien al
mal estimula, líbrame Madre Santísima, de las caídas, que otra cosa no temo. Amén.
VI.
¡Oh
Espíritu Santísimo! yo con todo el afecto de mi corazón, te doy humildes
gracias por el don de Piedad, con que dotaste a tu Santísima
Esposa, por sus méritos te suplico, participes a mi este don tan soberano, para
que, reconociéndote como mi amantísimo Padre, siempre te venere, ame y
obedezca, y este siempre rendido a tu adorable voluntad. Amén.
¡Oh
Madre Santísima de la Luz! yo me gozo y congratulo contigo por el don tan
excelente de Piedad, con que fuiste adornada de tu Divino Esposo, concédeme con
tus súplicas ¡Oh piadosísima Reina de mi corazón! este tan insigne don, para
que ocupe toda mi vida en obras de piedad, y del agrado de Dios y tuyo. Amén.
VII.
¡Oh Espíritu
Santísimo! yo con todo el afecto de mi corazón, te doy humildes gracias por el
don tan respetuoso y reverencial de Temor, que colmaste el Corazón de tu amantísima
Esposa, por sus méritos te ruego, llenes el mío de este Santo Temor, para que evite
siempre toda culpa, aun la más leve que sea, no tanto por temor del castigo y
afecto al premio que tiene prometido, cuanto por la suma reverencia, respeto y
amor que debo a tu siempre e infinitamente adorable y amable Majestad. Amén.
- Padre nuestro,
Ave María.
¡Oh Madre
Santísima de la Luz! yo me gozo y congratulo contigo por el don tan reverencial
de Temor con que te adornó tu Santísimo Esposo, haz con tus ruegos ¡Oh amabilísima
Madre del Santo Amor y Temor! que yo siempre tema con amor y ame con temor a mi
Dios, para que, alcance los infinitos bienes que ha prometido su Majestad a los
que le amaren y temieren. Amén.
-Salve.
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