SEMANA
DEVOTA
A LA MATRONA SEÑORA SANTA ANA
Breves y pequeños obsequios que en cada uno de los días de la semana se pueden hacer
Reimpresa,
a expensas de un sacerdote del Obispado de Puebla de los Ángeles
En la Imprenta de Cristóbal Ortega, año de 1767
UNA
PALABRA
Ha mostrado la
Santísima Virgen María, Señora nuestra, el obsequio que su Majestad recibe, en
que sea servida de nosotros su Venerable Madre, mi Señora Santa Ana, el Rev. P.
Fr. Juan de San Cirilo, refiere que, a un devoto de Señora Santa Ana, habló así
Nuestra Señora: “todos los que honraren con su devoción en su vida, sentirán
por su intercesión, alivio en todas sus angustias temporales, y a la hora de la
muerte, el socorro espiritual y asistencia en los asaltos del común enemigo en
aquella hora tan peligrosa.” No excitando pues, todos de tal amparo, alentémonos
a esta breve devoción de todos los días, y por medio de la Santa, nos bendiga
el Señor. Amén.
Todos los días se empezará, después de persignarse, con esta salutación:
Por la señal ✠…
Dios te salve,
Santísima Matrona
feliz, con tu
consorte felicísimo,
más feliz con tu
Hija Santísima,
más con tu nieto,
Hijo del Altísimo.
-Gloria
sea dada a Jesús, María, José, Joaquín y Ana, a quienes encomiendo mi cuerpo y
alma.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
OFRECIMIENTO
Dios te salve, Ana
gloriosa, que mereciste se escogida del Eterno Padre, dándote un entendimiento
tan soberano, para que llena de fé, tuvieses tolerancia en tu esterilidad,
sufriendo tantas afrentas y trabajos: alcánzame Santa mía, que mi
entendimiento, ilustrado con la luz de la fe, no pierda de vista a Dios en
todas mis acciones, que por tu intercesión espero gozar de tu Majestad en la
gloria. Amén.
-Gloria sea dada a
Jesús, María, José, Joaquín y Ana, a quienes encomiendo mi cuerpo y alma.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
OFRECIMIENTO
Dios te salve, Ana
gloriosa, que mereciste que el Hijo de Dios te escogiera para Madre de su Santísima
Madre, mereciéndote esta dicha, la memoria de que te adornó aquella viva
esperanza con que vivías, de que a Dios no hay cosa imposible: alcánzame
Señora, que la mía se termine con la vista de tu Santísimo Nieto, en tu
compañía en la gloria. Amén.
-Gloria sea dada a
Jesús, María, José, Joaquín y Ana, a quienes encomiendo mi cuerpo y alma.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
OFRECIMIENTO
Dios te salve, Ana gloriosa, en cuyo vientre adornó el Espíritu Santo con el fuego del Amor, el Santísimo Cuerpo y Alma de la siempre virgen María, para su Esposa, siendo tu crecidísima voluntad, la que, adornada de tu caridad, te mereció tan soberana dicha: alcánzame Señora mía, que yo viva tan lleno del fuego de Amor Divino, que, inflamada mi voluntad, no quiera ni ame otra cosa que a Dios. Y pues de toda la Santísima Trinidad fuiste escogida, adornada y enriquecida de tan soberanas virtudes, alcánzame de tu Majestad Divina, que yo viva como debo, para que, llegando el día de mi muerte, merezca mi alma, que tú, Señora mía, la presentes ante su Divino Acatamiento como cosa tuya. Amén. Jesús, María y José, Joaquín y Ana.
LUNES
Tres Padres nuestros y tres Aves Marías, en reverencia de la Predestinación de Señora Santa Ana, para Madre de María Santísima, y luego la siguiente:
ORACIÓN
Gloriosísima
Señora mía Santa Ana, yo doy gracias de todo corazón a la Santísima Trinidad,
porque desde la eternidad os predestinó, y escogió para Madre de la Serenísima
Emperatriz del Cielo, María Santísima, Señora nuestra, y os preparó con las
gracias, dones y virtudes, que con tan alta dignidad corresponden. Os doy a
Vos, Señora mía, los plácemes y parabienes de vuestra Soberana elección, y pido
que, por ella, me alcancéis de vuestro Santísimo Nieto, intercediendo vuestra
Santísima Hija, mis Señores San José y San Joaquín, el remedio de mi alma, cual
veis lo necesito, para honra y gloria de Dios, y salvación de mi alma. Amén.
ANTÍFONA
Bienaventuradas
las entrañas de la Felicísima y Santísima Matrona Ana. que albergaron por nueve
meses a la Hija muy amada del Eterno Padre, y Bienaventurados los pechos que
sustentaros a la Virginal Madre del Eterno Hijo y Purísima Esposa del Espíritu
Santo.
L/: Oh
bienaventurada Ana, que siempre reinas con los Santos Ángeles
R/:
Acuérdate en tu gloria de nosotros, de suerte, que merezcamos ser tus
compañeros.
ORACIÓN: Oh
Soberano Dios, que hicisteis a la bienaventurada Ana, la gracia de ser la Madre
de María Santísima, en cuyas virginales entrañas, se vistió nuestra carne
vuestro Eterno Verbo: concédenos por vuestra misericordia, que en vuestra
presencia nos patrocine aquella, cuya dulce memoria celebramos. Por vuestro
mismo Hijo Santísimo, nuestro Señor Jesucristo. Amén.
ESCLAVITUD
A SEÑORA SANTA ANA
Gloriosa Matrona
Señora mía Santa Ana, Madre felicísima de María Santísima, Abuela dignísima de
nuestro Redentor de Jesucristo, yo N. N. desde este instante, para todo el
tiempo de mi vida, me ofrezco por rendido esclavo tuyo, y te suplico me admitas
en el número de tus escogidos, estampando en mi corazón, la divisa de tu nombre
feliz, que significa GRACIA, de suerte, que jamás la pierda por la culpa, sino
que, antes pierda la vida y la honra antes que cometa la menor ofensa contra tu
querido Nieto, mi Señor Jesucristo, valiéndome tu poderoso patrocinio, y
singularísimo amparo en mi vida y en mi muerte. Amén.
MARTES
Tres Padres nuestros y tres Aves Marías, en reverencia del Nacimiento y Nombre de mi Señora Santa Ana, y luego la siguiente:
ORACIÓN
Gloriosísima
Señora mía Santa Ana, yo doy gracias de todo corazón a la Santísima Trinidad,
porque naciste para tanto bien y provecho del mundo, y os fue dado
milagrosamente vuestro amable nombre: os doy, por vuestro nacimiento y nombre,
los plácemes y parabienes, y os pido, por el nombre de vuestro dulcísimo Nieto
Jesús, por el de vuestra purísima Hija María, por el de mis señores San José y
San Joaquín, y por el vuestro, Oh Santísima Matrona, Señora mía Ana, el remedio
de mi alma, para honra y gloria de Dios, y porque no se pierda quien conoció e
invocó tan dulces y saludables nombres. Amén.
MIÉRCOLES
Tres Padres nuestros y tres Aves Marías, en reverencia de la paciencia con que sufrió la esterilidad y nota de ella por veinte años, y luego la siguiente:
ORACIÓN
Gloriosa Señora
mía Santa Ana, yo doy gracias de todo corazón a la Santísima Trinidad, por la
paciencia y resignación que os dio en los veinte años, que sufriste con vuestro
pacientísimo esposo, la afrenta y notoria esterilidad, hasta por ser por ella,
públicamente arrojados del templo: os doy mil plácemes y parabienes por vuestro
sufrimiento y paciencia, que os dispuso para ser Madre de una tan alta y
soberana Hija, os pido Señora mía, que como oyó el Señor piadosamente vuestras
súplicas y oraciones, y excedió con el don que os dio de deseos de vuestro
Corazón, así me oigas y alcancéis el remedio de mi alma, cual veis necesito,
para gloria de Dios. Amén.
JUEVES
Tres Padres nuestros y tres Aves Marías, en reverencia de la Purísima Concepción de María Santísima, Señora nuestra, en el bendito vientre de mi Señora Santa Ana, y luego la siguiente:
ORACIÓN
Gloriosísima
Señora mía Santa Ana, yo doy de todo mi corazón, gracias a la Santísima
Trinidad,
porque en el bendito seno de vuestro casto vientre, se obró el estupendo logro
de concebirle en gracia, santidad y justicia original, una descendiente de
Adán, pero singularmente privilegiada, vuestra Hija, graciosísima María, señora
nuestra, se adelantó el uso de la razón, y haciéndole en su Concepción, hecho
sagrario de sus maravillas, se detuvo nueve meses en él, con indecible júbilo,
provecho y adelantamiento de vuestro Santo Espíritu: yo os doy los debidos
parabienes, Señora mía, de que ya en posesión seáis Madre de tan alta, pura, e
Inmaculada Princesa, y os pido, por su limpia concepción, y por los nueve meses
que se hospedó en vuestro casto vientre, me alcancéis del Señor, el remedio de
mi alma, cual veis le necesito, para gloria de Dios. Amén.
VIERNES
Tres Padres nuestros y tres Aves Marías, en reverencia del Nacimiento y Nombre de María Santísima, su crianza y presentación en el Templo, y la siguiente:
ORACIÓN
Gloriosísima
Señora mía Santa Ana, yo doy de todo mi corazón, gracias a la Santísima
Trinidad, porque de vuestro casto vientre, salió la luz, la alegría del mundo,
la honra de la naturaleza, el purísimo júbilo del cielo, refugio de los
miserables, y esperanza de los pecadores, María Santísima, Señora nuestra, la
criasteis a vuestros dichosos pechos, y continuamente os complacisteis en tan
modesta, santa y humilde belleza, le pusisteis su Augustísimo y Venerabilísimo
nombre de María, y la presentasteis al templo, como Perla sola digna del Joyel
de Dios: os doy, Señora mía muy amable, mil plácemes por tanta dicha vuestra, y
os suplico rendidamente, que por aquellas dulces espirituales delicias, que
tuviste en vuestra nobilísima Hija, por su intercesión me alcances de aquel Dios,
el remedio de mi alma, como veis lo necesito. Amén.
SÁBADO
Tres Padres nuestros y tres Aves Marías, en reverencia del resto de vida de mi Señora Santa Ana, y luego la siguiente:
ORACIÓN
Gloriosísima
Señora mía Santa Ana, yo doy de todo mi corazón, gracias a la Santísima
Trinidad, porque habiéndoos quitado el oprobio de vuestra esterilidad, con la
fecundidad más dichosa, que (exceptuado la de vuestra misma Hija) tuvo jamás Matrona
en el mundo, habiéndoos dado dentro de vuestra casa, un ejemplo tan alto de
santidad como vuestra sacratísima Hija, habiendo llenado vuestro Espíritu y Alma
de su Divino y Celestial fervor, por los méritos de vuestro Nieto e Hija, os dio
que hicieseis una vida santísima, llena de toda virtud, inefable caudal de
merecimientos: os doy de todo corazón los plácemes, por la felicidad con que
correspondisteis a la gracia y auxilios de Dios, y os suplico Señora mía, me alcancéis
de su Majestad el remedio bien de mi alma, para que correspondiendo a la gracia
de Dios, viva yo y muera cristiano religiosamente. Amén.
DOMINGO
Tres Padres nuestros y tres Aves Marías, en reverencia de la altísima gloria que goza mi Señora Santa Ana, y luego la siguiente:
ORACIÓN
Gloriosísima Señora mía Santa Ana, yo doy de todo mi corazón, gracias a la Santísima Trinidad, porque después de vuestra feliz y santísima vida, os subió en el cielo a tanta gloria, que convenía a la Madre de la Emperatriz del Cielo, y a la Abuela del Dueño y Señor de el: yo os doy mil plácemes, y me complazco en vuestra inefable bienaventuranza, y en la eterna duración de ella, y os suplico Señora mía, que desde el alto solio en que reinas para siempre, me miréis con los ojos compasivos de vuestra piedad, me tengáis en vida y en muerte bajo vuestra protección, y me alcancéis de Dios, el remedio y bien de mi alma, como veis que lo necesito. Amén.
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