lunes, 19 de julio de 2021

NOVENA A SANTA MARINA, VIRGEN Y MÁRTIR


DEVOTA NOVENA DEDICADA A LA GLORIOSA VIRGEN Y MARTIR SANTA MARINA

 

Que se venera en la Iglesia de la Purísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, y en la Ermita de Nuestra Señora de la Misericordia de la Ciudad de Reus.

 

Compuesta por el Reverendo Padre Juan de la Cruz Sardà, beneficiado de la Parroquia de San Pedro Apóstol de esta ciudad en el año de 1854.

 

Imprenta de Francisco Aris, Tarragona, España. Año 1854.

 

BREVE NOTICIA DE LA VIDA DE SANTA MARINA VIRGEN Y MÁRTIR, SEGÚN PIADOSAMENTE SE REFIERE POR ALGUNAS LEYENDAS Y TRADICIONES

Santa Marina, hermana de Santa Librada y de otras santas vírgenes y mártires, era hija de Catelio y Calsia, personas ricas y poderosas, y que gozaban de cierta autoridad casi soberana en la ciudad de Balcagia en el año 200. Su padre quería matarla, si no tributaba a los ídolos que él adoraba, sacrílegas adoraciones. Para evitarlo, resuelve nuestra Santa retirarse al campo de Limia, cerca de la ciudad de Orense, donde se dedicaba al santo ejercicio de la oración y de otras obras agradables a Nuestro Señor Jesucristo. La vio el presidente del imperio romano Olibrio, enemigo de los cristianos; y prendado por su rara belleza, quiso robarle no solo su fe, sino también su pureza. Pero implorando la santa virgen la ayuda del Señor, pudo vencer los más fuertes ataques del tirano. Furioso aquél, manda que con garfios de hierro fuesen arrancadas sus delicadas carnes hasta que se viesen los huesos. Aquel lastimoso espectáculo horrorizó a todos los circunstantes, y hasta al mismo presidente, que aparentando compasión quiso probar con caricias la constancia de la santa. Viendo que todo era inútil, ordenó que encerraran a la santa en un oscuro calabozo, que fue iluminado por el Señor con un resplandor admirable p ara consuelo de Marina, la cual con la señal de la cruz hace huir de allí al demonio, que la atacaba en figura de un terrible dragón. Conducida al día siguiente al tribunal del tirano, se mostró ella inflexible a todas las tentativas dirigidas a vencer su constancia, por lo cual mandó aquél a los verdugos a que quemasen los costados de la santa con hachas encendidas, y que atada de pies y manos la tirasen al agua. Pero el Señor libró a la Santa de todos aquellos martirios; y, admirados muchos gentiles de ver que una inocente y delicada moza podía resistir tan grandes tormentos, clamaron que era verdaderamente grande el Dios de los cristianos, y se convirtieron muchos a la fe que Marina predicaba. Lleno de confusión Olibrio mandó a degollar a la santa virgen, la cual logra por este medio la deseada corona del martirio el día 18 del mes de Julio. El cuerpo de la Santa se venera en la Iglesia de su nombre, en el sitio conocido como “Aguas Santas”, a dos leguas de Orense, donde se enseñan varios monumentos justificativos de su pasión, como son: el horno de fuego, donde se dice que también la echaron, y la fuente en que fue degollada, las aguas de la cual, cuentan los naturales, que han hecho muchos prodigios de curaciones. Además de Galicia, es venerada Santa Marina en Córdoba, Sevilla, Tarragona, etc., y muy particularmente en la ciudad de Reus, que celebra su fiesta el día 18 de Julio.

 

 

MODO DE HACER LA NOVENA

Arrodillado y hecha la señal de la cruz, te prepararás diciendo con toda devoción el siguiente:

 

ACTO DE CONTRICION

Señor Dios mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo sobre todas las cosas; por ser Vos quien sois bondad infinita, me pesa de haberos agraviado; y propongo firmísimamente nunca más ofenderos. Ayúdame, Señor amabilísimo, en mi propósito por vuestra bondad y méritos de Santa Marina, a quien dedico esta novena. Concédeme gracia para hacerla devotamente para mayor gloria Vuestra, honra de la santa mártir y bien de mi alma. Amén.

 

-Hecha esta preparación en cada uno de los nueve días, se comenzará luego la meditación propia de cada día.

 

 

DIA PRIMERO

FIDELIDAD DE MARINA A LAS GRACIAS DE DIOS

Considera la fidelidad de Santa Marina a la gracia de la vocación. Habiendo sido ella un modelo de perfecta virtud, la previno Dios con bendiciones celestiales, le dio un corazón humilde y un ánimo lo más dócil a las santas inspiraciones. Apenas escuchó la voz interior con que Jesús le dijo: “Sígueme (sequere me)”, ¡cuán luego despreció el esplendor de la gloria temporal, detestó las delicias que le prometía el mundo, abandonó todas las vanidades, se negó a sí misma para entregarse toda al servicio del Supremo Señor! ¡Oh admirable valentía y prontitud de espíritu! ¡Oh fiel correspondencia a las gracias de Dios! ¡Cuántos beneficios divinos merecía esta nuestra santa!

-Aquí se hará una breve pausa.

 

Considera cuánto penetró en Marina la gracia de su vocación. Por la fe de Jesucristo renuncia a todos los afectos desordenados, miró con desprecio los bienes terrenos, aborreciendo los deleites sensuales. Los que así obran, dice San Jerónimo, recibirán ciento por uno y poseerán la vida eterna, según la promesa del Salvador. ¿Qué será pues de ti, que, llamado por el Señor con sus inspiraciones, remordimientos y castigos, no deseas resistir al amor propio, ni hacerle la menor violencia, ni mortificarlas pasiones para seguir a Jesucristo? ¡Cuánto debes temer que el ejemplo de Santa Marina te condene en el Juicio, si no correspondes, como ella, a la gracia de la vocación y a tantos favores de Dios!

 

-Aquí se hará una segunda pausa, después de la cual,

-se concluirá la meditación de cada día diciendo lo siguiente:

 

En reverencia de las virtudes heroicas y excelencias de la mártir Santa Marina, y en acción de gracias al Rey de los mártires Jesucristo, por los favores concedidos a ella, rezaremos tres Padrenuestros, Ave Marías y Gloria Patri.

 

-Después se dirá cada día la siguiente:

 

ORACION

¡Oh gloriosísima Santa Marina!, tan admirable en las perfecciones del cuerpo como grande en la virtud; discípula fiel de Jesucristo, predicadora de su santa Ley; víctima de caridad; defensora ilustre de la fe; mártir invencible! Por aquella docilidad que tuviste a la voz de Cristo, y por vuestro ardentísimo celo por su gloria, por vuestro castísimo amor al prójimo, por aquella humildad, paciencia, fortaleza y constancia con que sufriste los tormentos, os suplicamos que nos alcances del Rey de los mártires Jesucristo gracia para seguir sus inspiraciones y tenerle un amor perfecto; para amar a nuestros hermanos y enemigos; para resistir a los ardores de la concupiscencia, vencer todas las tentaciones, y no separarnos jamás de la amistad de Dios ni por las falsas delicias del mundo ni por temor de las penas, ni por los horrores de la muerte. Vos, ¡oh mártir santísima!, que sois tan exaltada en la gloria, que tienes tanto poder para favorecer a tus devotos, dispénsanos vuestro eficaz patrocinio contra el mal y el dolor, las tempestades, el hambre, la guerra y los estragos del fuego. Y por la sagrada reliquia de vuestro cuerpo, que postrados en tierra adoramos, presérvanos de toda calamidad, particularmente de la peste y demás enfermedades, para poder emplearnos en obsequio vuestro y en el servicio de Dios con espíritu más fervoroso; y al mismo fin concédenos a todos la gracia que te pedimos en esta santa novena.

 

-Aquí se pedirá la gracia que cada cual desea alcanzar por la intercesión de Santa Marina.

-Luego se dirá la siguiente conclusión, que servirá para todos los días.

 

Intercede también, ¡oh poderosísima mártir!, por el aumento de la santa fe, la exaltación de nuestra Madre la Iglesia, paz y concordia entre los príncipes católicos y prosperidad de esta monarquía. Alcanza el alivio de las ánimas del purgatorio, el consuelo de los afligidos, la conversión de los pecadores y la perseverancia de los justos, a fin de que siguiendo todos los mortales vuestro ejemplo, merezcan recibir con vos la corona de la gloria eterna. Amén.

 

 

DIA SEGUNDO

CELO DE MARINA POR LA GLORIA DE JESUCRISTO.

Considera el celo de la gloria de Jesucristo que tenía Santa Marina. Estando inflamada toda en el amor de Jesús, no aspira sino a promover su gloria. ¡Y cuánto la exaltó en Galicia con su resignación y martirio! El nombre del Crucificado que en aquella provincia era para muchos nombres de oprobio e ignominia, pasó a ser nombre de honra y mucha gloria. La religión santa tan burlada y perseguida, va triunfando en los corazones de muchos por las celosas fatigas y victorias de nuestra mártir. ¿Quién no honrará pues la santidad de Marina, habiendo llevado a Jesús en su corazón siempre y con tanto celo? ¡Oh!, ¡quién pudiera lograr un amor tan grande por Cristo! ¡Quién tuviera la dicha, como Santa Marina, de llevarlo en su espíritu hasta la muerte!

 

-Aquí se hará una breve pausa.

 

Considera los deseos de Marina por glorificar a Jesús. A la ardorosa sed de convertir almas, añade un sumo cuidado de evitar culpas, resuelta a sufrir la muerte, antes que permitir una ofensa a Dios. ¡Cuánta pena no le causarían las vanidades y la vida disoluta de muchos cristianos! ¡Cómo se indignaría contra los escandalosos que son los ministros de Lucifer! Marina se esforzó a reprender a los pecadores, confortó con su ejemplo a los justos, y se aplicó a la virtud con tal fervor, que es la confusión de todos. Piensa que, si no te desagradan las ofensas a Dios, si eres perezoso en entregarte a su servicio, si con tanta tibieza practicas las obras buenas, es por falta de celo. Y si no tiene celo de la gloria de Dios ¿cuál es el amor que le tienes? Y sin amor de Dios ¿cómo vas a salvarte? Marina te da el desengaño.

 

-Aquí se hará una segunda pausa, después de la cual se concluirá con la meditación del primer día.

 

 

 

DIA TERCERO

PACIENCIA DE MARINA EN LOS TRABAJOS

Considera la paciencia de Santa Marina en sufrir trabajos por Jesucristo. Estaba persuadida que sin paciencia no podía conformarse a la voluntad del Señor, ni salvar su alma. Así nos lo enseña San Pablo diciendo: “nos es necesaria la paciencia, para cumplir la voluntad de Dios y lograr las promesas eternas”. Alentada Marina con la esperanza de tan gran premio, sufre las mayores adversidades; no desmaya en la cruel persecución; y si cae sobre ella una furiosa tempestad de males, se mantiene siempre con ánimo inmóvil y espera con la mayor resignación. ¡Oh gloriosa Santa! ¡Quién sabrá imitar vuestra inalterable paciencia!

 

-Aquí se hará una breve pausa.

 

Considera la perfecta resignación con que sufre Marina todas las adversidades. No se queja en las mayores penas, no murmura de las disposiciones divinas, se guarda de prorrumpir en palabras injuriosas a la bondad de Dios. Al entrar en sus penosos trabajos, diría con San Ignacio mártir: “ahora comienzo a servir a Cristo!”. ¡Y con qué serenidad de ánimo y contento los sufría, resonando en su oído aquellas palabras de San Santiago: “alegraos cuando estén rodeados de varias tribulaciones”! ¡Oh cuán lejos estás de tener un grado de paciencia tan excelente como Santa Marina! Querrías a un Dios que siga tu voluntad; y tú rehuyendo las penas, no quieres sujetarte a la de Dios.

 

 

 

DIA CUARTO

AMOR DE MARINA AL PRÓJIMO

Considera el verdadero amor de Santa Marina al prójimo. La caridad, como explica San Pablo, es paciente, es benigna, no se irrita, no piensa mal, se alegra del bien de los otros, lo desea y lo procura a todos. Tales eran los frutos de las obras que el espíritu de amor producía en Santa Marina. ¡Con qué benignidad y dulzura trataba a todos, amigos y enemigos! ¡Con qué paciencia y mansedumbre sufría de aquellos las injurias, los menosprecios y las persecuciones! No pensaba en dañar ni entristecer a ninguno, ni en vengarse de sus perseguidores. A todos los perdona, a todos los ama de corazón. ¡Cuán fijas tendría en su memoria las palabras de Jesucristo: “amen a vuestros enemigos, hagan el bien a los que os aborrecen”!

 

-Aquí se hará una breve pausa.

 

Considera cuán grande fue el amor de Marina al prójimo. Si los malvados perseguidores la ponen en una obscura prisión para que no siguiera los caminos celestiales y siguiera los terrenales, ella los convida a imitar y seguir los preceptos de Jesucristo que encaminan a la vida eterna de los bienaventurados; y puesta en oración, ruega con gran fervor a su amado Jesús que abrazasen su divina ley y salven sus almas redimidas con su santísima Sangre. ¡Oh mártir gloriosa, que supiste, a imitación de Cristo vuestro divino Maestro, perdonar a aquellos que te perseguían, rogar por ellos y hacerles bien, por más que fuesen indignos! Te pido humildemente que me alcances de Dios la caridad con mis prójimos, el perdón de todos mis enemigos y la gracia de hacerles todo el bien que pueda. Si no lo practicas así, oh cristiano, ¿Cómo vas a imitar a Marina?

 

 

 

DIA QUINTO

HEROICA FORTALEZA DE MARINA

Considera la fortaleza heroica de Santa Marina. Las empresas más arduas, los combates más terribles no atemorizan su gran espíritu. ¡Con qué ánimo responde al tirano que la perseguía cruelmente y le dijo: “tu vana religión es una locura; los ídolos que veneras son obra del demonio! Aprende la sabiduría y adora a un solo Dios, supremo Señor del Cielo y la Tierra. Él es quien me ha dado una fortaleza por la cual ni el poder de las armas ni la muerte, ni ninguna otra cosa podrán separarme de Él". ¡Oh incomparable grandeza de ánimo! ¡Que confusión para los pusilánimes que se avergüenzan de confesar a Cristo delante de los malos cristianos!

 

-Aquí se hará una breve pausa.

 

Considera cuán fuerte se mantiene la Santa contra los ataques del fiero perseguidor. No bastan para vencerla las amenazas más terribles, ni todos los excesos de la crueldad. Con gran furia descargan sobre la inocente una multitud de azotes hasta despedazar su cuerpo. ¿Y qué? ¿Desmayará Marina al rigor de tales tormentos? No. Ella sabe que la discípula no debe ser tratada mejor que su Maestro. Sabe que el verdadero cristiano ha de seguir a Jesucristo que sufrió por nosotros terribles tormentos. ¡Oh divina Sabiduría que inspira a nuestra Santa tanta fortaleza! ¡Cuán falsas son, oh mortal, las razones y pretextos que te apartan de las penas y de imitar en ellas a la santa mártir!

 

 

 

DIA SEXTO

CONSTANCIA DE MARINA EN LOS SUFRIMIENTOS

Considera la constancia invencible de Santa Marina en sufrir los tormentos. La malicia refinada del tirano apura sus recursos para atormentar y vencer a la ilustre defensora de la fe. Pero, por más que manda ponerla en un horno lleno de vivas llamas para quemarla, es en vano. Aquel Dios que libró del horno de Babilonia a los tres jóvenes, conserva también sin daño a Marina y la libra de aquellos incendios por virtud de Cristo. ¡Con qué serenidad dijo al tirano: “Yo, por la virtud de Jesucristo, ¡no siento tus tormentos”! ¡Oh cuán misericordioso es el Señor con los que le son fieles en la persecución! Bienaventurados los que saben sufrirla como la santa.

 

-Aquí se hará una breve pausa.

 

Considera cuán constante es Marina en las mayores pruebas de los tormentos. Si el ardor de las brasas y llamas en el horno no pudieron alterar su corazón, acude el tirano a usar otros tormentos. Pero ¿qué?, agobiada la mártir con tantas aflicciones ¿entregará su espíritu? De ningún modo. Marina tiene a la vista al Rey de los mártires traspasado de dolores, causados por las espinas, los clavos y una aguda lanza. Marina desea morir antes que negar la fe de Cristo. ¡Ah! ¡Con la conducta de la Santa se condena tu inconstancia en los buenos propósitos y tu impaciencia en los trabajos! Desengáñate: “Solamente será a salvo quien persevere hasta el fin en la fe”.

 

 

 

DIA SEPTIMO

TRIUNFO DE SANTA MARINA EN SU MUERTE

Considera el glorioso triunfo que por último alcanza Marina muriendo. Alentada con aquellas palabras de Jesucristo: “no tengan temor a los que matan el cuerpo y no el alma”, se esfuerza en sostener los asaltos más horrorosos. Enciende en ira al tirano, por no haberla podido vencer ni con las cadenas, ni con los garfios, ni con el fuego; manda degollarla prontamente, si no abandonaba la fe. ¡Qué tentación tan poderosa! Pero Marina recuerda que, si niega a Jesucristo, será negada por El en el juicio de Dios. Con gran ánimo, pues, inclina la cabeza, derrama la sangre, sufre la muerte antes que ofender a su amabilísimo Jesús. ¡Oh ilustre Mártir! ¡Cuán admirable es vuestro valor! ¡Quién podrá ponderar el amor ardentísimo que tenías a Jesucristo! No podías demostrarlo mejor que dando la vida por El.

 

-Aquí se hará una breve pausa.

 

Considera el aplauso con que Cielo y Tierra celebran la victoria de la Santa Mártir. ¡Qué contento tendrían los cristianos de Galicia a ver que Marina dejaba burlados al poder y la barbarie de los verdugos! ¡Qué alabanzas le darían, la honran por vencedora de la malicia y de la muerte más terrible! No faltaría el ejército de los mártires que, adornados con las palmas y coronas brillantes, acompañados de un coro de música angelical, presentarían la gran mártir al Rey de la gloria diciéndole: “Dignaos ponerle la corona de oro y de hermosura”. ¡Oh dichos mártires, que elegiste morir con tormentos, para vivir en eternas delicias! Qué bien sabías, que la gloria del cielo es un premio muy superior a las penas de esta vida.

 

 

 

DIA OCTAVO

GLORIA DE MARINA EN EL CIELO

Considera la gloria admirable de Santa Marina en el Cielo. No alcanza el entendimiento a comprender los infinitos contentos de que está gozando en aquella Patria. ¡Qué gozo tan inefable ha de ser estar entre los coros de los ángeles, oír unos cánticos tan armoniosos y suaves, y ser iluminada con resplandores de luz perpetua! Qué alegría es estar en la presencia de la Reina de todos los Santos, contemplar la cara hermosísima de Jesús, ver claramente a Dios y gozar de su bondad, ¡hermosura, sabiduría y demás perfecciones infinitas! ¡Oh bienaventurada Marina que sufriendo la tentación fuiste probada en ella! Vos habéis ya recibido la corona eterna de una vida gloriosísima. La grandeza de vuestro premio nos deleita. Anímanos vos ahora en el combate de los trabajos.

 

-Aquí se hará una breve pausa.

 

Considera cuanto debemos honrar la memoria de Santa Marina. Dios la eligió, la santificó, y quiso comunicarle tantas gracias para ser alabado en ella. De aquí la gran veneración que le profesan tantas provincias. ¡Cuántas poblaciones de España se glorían de tributarle solemnes cultos! Y nosotros que este santuario de María Santísima de la Misericordia tenemos la dicha de adorar su sagrada reliquia, ¿cómo podremos mirar con indiferencia los obsequios que devotos y fervorosos debemos dirigir a nuestra singular Protectora? ¡Ah! Que la devoción que le tuvieron nuestros padres y mayores nos acusará de nuestra tibieza en los juicios de Dios.

 

 

 

DIA NOVENO

PODEROSA PROTECCION DE MARINA

Considera el eficaz patrocino de la mártir Santa Marina. Cristo dijo a sus discípulos: “vosotros sois mis amigos, si cumplen lo que les mando”. ¿Y quién ha cumplido los preceptos del Redentor más exactamente que nuestra Santa? No podía darle mayores pruebas de fidelidad y amor. ¡Cuán grande, pues, ha de ser la amistad de Santa Marina con Dios! ¡Cuán poderosos sus valimientos a favor de sus devotos! ¿De qué males nos preservará su protección? Puede responder la multitud de cristianos que con confianza se refugian en su amparo, para librarse de los estragos del mal y del dolor, de guerras, fuego, peste y otras calamidades, quedando todos socorridos.

 

-Aquí se hará una breve pausa.

 

Considera la singular protección que nos dispensa la mártir venerada en este santo templo de la Madre de la Misericordia. ¿Cuántos hemos implorado humildes su auxilio contra el dolor y los males, que no nos haya oído piadosamente? ¿Cuál devoto afligido por la miseria, u otra adversidad, recurre a su amparo, que no haya logrado alivio y consuelo? ¿Cuáles enfermos la han invocado en sus tristes penas, que no hayan sentido su dulce patrocinio y amorosa compasión? Buen testimonio de tan singulares favores es toda esta ciudad de Reus y su comarca, que acudiendo con viva fe al patrocinio de Santa Marina quedaron libres prontamente de la calamidad que los afligía. ¡Oh bondad inestimable de nuestra Santa! Cuán obligados estamos a serle agradecidos y a venerarla con respeto y amor.

 

 

FIN DE LA SANTA NOVENA

 

 

GOZOS DE LA GLORIOSA SANTA MARINA, VIRGEN Y MARTIR, QUE SE VENERA EN SU PROPIA CAPILLA.

Pues de los males sois medicina

Y de Dios tan estimada

Sed vos nuestra abogada

Dichosa Santa Marina.

 

De España sois natural

Y de linaje elevado,

Que vuestra gran santidad

Lo demuestra principal;

Muriendo por la fe Divina

De Jesús enamorada:

 

Cuando el martirio pasaste

En Galicia demostraste

El gran valor que heredaste,

Y la virtud que adquiriste:

Siendo a Dios siempre leal

Y del mundo bien olvidada:

 

Igual rabia no fue vista

Que los gentiles usaron

Cuando el tormento te dieron

Por amor a Jesucristo;

Para probar vuestra ruina

En un horno fuiste echada:

 

No pudiendo tal tormento

Acabar con vuestra vida,

Irritado ya, sin medida

Contra vos el Presidente

Os quiere decapitada

Para una muerte tan honrada

 

En el lugar que cayó

Tu cabeza ahí nacieron

Tres fuentes que hasta hoy

Perseveran nuestra fe

Es agua de gran sanación

Para todos males apropiada

 

A dos leguas de Orense

En la Iglesia de Aguas Santas

Son allí las gracias tantas

Que el Cielo por vos dispensa:

Que el alma que allí se encamina

Siempre torna consolada:

 

Vuestras reliquias sagradas

Aquí también se veneran,

Por lo que de vos esperan

Las gracias acostumbradas:

En la Iglesia peregrina

De vuestro nombre ilustrada:

 

A todo mal das remedio

Si os piden de buen corazón

Mayormente al del dolor

Muy propicia os mostráis

Y la espina del pecado

Por vos es desterrada

 

Os tienen por su patrona

La Tortosa y su Ribera,

Y en vuestro culto se esmera

Todo el campo de Tarragona:

Y ya que a vos tantos se inclinan

No nos dejes, virgen Sagrada:

 

Pues de males sois medicina

Y de Dios tan estimada,

Sed vos nuestra abogada

Dichosa Santa Marina.

 

V. Ruega por nosotros Santa Marina.

R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

 

OREMOS: Señor concédenos tu indulgencia, te pedimos por intercesión de Santa Marina Virgen y Mártir, que siempre vivió de tu gracia, por el mérito de su castidad y la práctica de sus virtudes. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

 

 

-Colaboración de Carlos Villaman

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