DIA
QUINCE CONSAGRADO AL CULTO DE SAN CAMILO DE LELIS, FUNDADOR DE LA RELIGION DE
PADRES CLÉRIGOS REGULARES MINISTROS DE LOS ENFERMOS AGONIZANTES
Compuesto
por el Rev. P. Fr. José Francisco Valdés
Impreso
por don Mariano de Zúñiga y Ontiveros
México,
año de 1804
ACTOS
DE FÉ, ESPERANZA Y CARIDAD
¡Bendito
seas para siempre, Omnipotente Dios y Señor! que dándonos cada día nuevos
testimonios de beneficencia tu bondad, enviaste al mundo en el gloriosísimo
Padre y Patriarca San Camilo, un hombre penetrado vivamente de la caridad y amor
al prójimo, y compadecido de sus necesidades, lo ayudase en el terrible y
espantoso trance de la muerte, esforzarse su flaqueza, e inspirase en su
corazón sentimientos cristianos de piedad, ¿Pues como en vista de esto no he creer que eres infinitamente
bueno? ¿Cómo no he de confiar en esa bondad infinita? Yo lo creo Señor, yo
espero que me has de conceder una contrición perfecta de mis pecados, y un propósito
firme de no volver a ofenderte. Ea Señor, pues has tenido paciencia para
sufrirme, usa de tu bondad para perdonarme, y para admitirme en tu amistad y
gracia. Mira como esta mi corazón de amor tuyo, en el dolor de haberte
ofendido, porque te amo sobre todo amor. Amén.
ORACIÓN
¡Oh
gloriosísimo protector mío San Camilo! ¿Cuál beneficio, cual favor de los que
el mundo ofrece se puede comparar con el que tu nos franqueas en tu instituto, ofreciéndonos
auxilio en la terrible hora de la muerte? yo te doy mil gracias por haberte
inspirado pensamiento tan santo, y así te pido y suplico sea yo uno de los que
logren este beneficio. ¿Con cuantos grados de gloria se aumentará tu eterna
felicidad, con la vista de aquellos que por este medio han conseguido su
salvación? Sea yo uno de estos, pues te lo pido por aquel Señor que te declaró
y manifestó ser obra suya tu sagrado instituto. Sea yo uno de aquellos que te
han de acompañar a darle a Dios las gracias de sus misericordias, por toda la
eterna. Amén.
-Tres
Padres nuestros, Aves Marías y Glorias, y esta:
ORACIÓN
A MARÍA SANTÍSIMA
¡Oh
Purísima Virgen María, verdadera Madre de Dios y abogada nuestra! ¿Cómo no he
de llegar confiado a implorar tu patrocinio cuando te veo adornada de todos aquellos
dotes que necesito yo para mi remedio? Yo oigo todos los días a la Iglesia saludarte
con el título de silla y trono de la sabiduría, y por eso conozco que te son
notorias mis necesidades, te oigo saludar con el título de Madre de la Misericordia,
de Madre Amable, y de Virgen Poderosa, y con esto, persuadido de que no te
falta poder para remediarlas, ni voluntad de hacerlo. ¿Pues qué falta, sino que
yo te lo ruegue, te lo pida y te lo suplique? Pues ea, Señora y Abogada
nuestra, yo te ruego, yo te pio, yo te suplico te muestres para mí, tal como
eres para mí. Muéstrate Madre mía, principalmente en la hora terrible de mi
muerte, para entonces te llamo, para entonces te invoco, y para entonces espero
te muestres mi Madre amable. Amén.
OCTAVA
Tú,
cualquiera que seas, mira atento
la
imagen de Camilo, aquel gran santo
que
a los agonizantes da contento,
y
a los demonios causa espanto:
Suplícale
te esfuerce con su aliento,
en
las lides del último quebranto
que
al que su ayuda con confianza implora
no
le salta la muerte en fatal hora.
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