jueves, 1 de julio de 2021

ROSARIO A LA MADRE DE LA LUZ


OFRECIMIENTO DEL ROSARIO

QUE TODOS LOS MIÉRCOLES SE REZA A LA MADRE SANTÍSIMA DE LA LUZ

 

Que se venera en el Templo de San Nicolás de Tolentino, de esta Muy Noble Ciudad de Tlaxcala

Dispuesta por un devoto sacerdote de esta gran señora.

Con Licencia en Puebla de los Ángeles, por la Vda. de Miguel de Ortega, año de 1747

 

MÚSICA

Concurrid grey fervorosa

a venerar hoy la Luz,

que la Madre de Jesús,

os comunica amorosa.

 

Abrid Señor nuestros labios, para que iluminados con vuestra luz divina nuestro entendimiento, podamos alabar vuestro Santísimo Nombre, y el de vuestra Purísima Madre, inflamad también nuestros corazones, para que, abrazados en vuestro amor, merezcamos ser oídos en vuestro divino acatamiento, y para que consigamos el fruto prometido a los que atentamente rezamos el Rosario a vuestra Santísima Madre. Amén.

 

 

-Padre nuestro, diez Aves Marías y Gloria.

PRIMER OFRECIMIENTO

Dulcísima Madre mía y Madre amantísima de la Luz, que, entre todas las criaturas, mereciste atraer del seno del Padre, la Luz del Divino Verbo, para que, Encarnando en tus purísimas entrañas, quedaras constituida Madre de la Divina Luz: yo te pido que me alcances de tu Santísimo Hijo, para que siendo del gremio de tus adoptivos felices hijos, consiga eficaz luz en vida y en muerte, que destierre de mi alma toda culpa, para que te alabe eternamente en la gloria. Amén.

 

Cuando la Divina Luz,

encarna en Madre tan pura,

se retoca la criatura

con el pincel de Jesús.

 

 

-Padre nuestro, diez Aves Marías y Gloria.

SEGUNDO OFRECIMIENTO

Dulcísima Madre mía y Madre amantísima de la Luz, que, solicitando el bien de las almas, como Madre de los pecadores, quisiste reverberar con tanto esplendor en las montañas de Judá para iluminar al Sagrado Precursor de Cristo, en la obscura caverna del vientre de su Madre, donde padecía ligado con las prisiones de la culpa original: yo te pido, te muestres Madre piadosa conmigo, para que, iluminándome en las tenebrosas sombras de esta vida, rompa feliz, con tu amparo, las prisiones en que me tienen mis culpas, para que libre y regocijado con el Bautista, te alabe siempre en la gloria. Amén.

 

Raya esta luz en Judá,

dejando a Juan libre y fuerte,

porque triunfa de la muerte

la Madre, que a luz lo da.

 

 

-Padre nuestro, diez Aves Marías y Gloria.

TERCER OFRECIMIENTO

Dulcísima Madre mía y Madre amantísima de la Luz, que, reverberando tantos luminosos rayos de luz, diste a luz la Divina Luz del Mundo, para iluminar a todos los hombres existentes en él, gozando única y singular la preeminencia de Virgen y Madre: yo te pido humildemente, renazca en mi corazón el divino Sol de Justicia, tu Hijo, para que ilustrándome en las tinieblas y sombras de la muerte en que vivo con mis culpas, siguiendo cual girasol, sus rayos, me vea iluminado en vida y en muerte para gozarle eternamente en la gloria. Amén.

 

La Aurora anuncia en su luz,

que nace el divino Sol,

porque es su Oriente el crisol,

con que ilumina Jesús.

 

 

-Padre nuestro, diez Aves Marías y Gloria.

CUARTO OFRECIMIENTO

Dulcísima Madre mía y Madre amantísima de la Luz, que, mereciendo ser Corredentora del Linaje Humano, mereciste la gloria de ser privilegiada en la Triunfante Resurrección de tu Hijo, pues cuando reverberó como Divino Sol en su cénit, dejando por sagrado trofeo de su Pasión y muerte, vencida la muerte, la culpa y el infierno, entonces tu entronizada en el divino pecho de tu Hijo, aclamaste la victoria, Corona Reina de Luz: yo te pido humildemente, me concedas virtud y fuerzas para vencer todas las tentaciones, y que permaneciendo siempre en la divina Luz que me alcanzó tu Hijo, en ella persevere hasta el fin de mi vida. Amén.

 

Renace el Sol de su ocaso,

triunfante de toda culpa y muerte,

y hace más feliz la suerte,

de la luz, que es su regazo.

 

 

-Padre nuestro, diez Aves Marías y Gloria.

QUINTO OFRECIMIENTO

Dulcísima Madre mía y Madre amantísima de la Luz, que, girando festiva Cielo y tierra, llegó la hora en que, sobre llena de gracia y luz, triunfante de la muerte y culpa, subieras llena de delicias al Trono de la Santísima Trinidad, donde te coronó Reina y Señora de todo lo criado, gozando el Imperio de la Divina Omnipotencia, Sabiduría y Amor, con que Dios, Uno y Trino te coronó, premiando tus cuasi infinitos méritos, para que en solio de tanta grandeza te ostentaras Madre de la Divina Luz: yo te pido dulcísima Madre mía, que como acostumbras, la comuniques a todo el orbe cristiano, mirando con especiales ojos a la Santa Iglesia, Esposa de tu Hijo, al Sumo Pontífice, su Vicario, y a nuestros gobernantes, para que, con su acierto y protección, disipen las tinieblas de las herejías, haciendo que tan malignas constelaciones, resplandeciendo puras en el Cielo de tu Iglesia, sean luceros fijos de tu corona. Emplea Señora los rayos de tu luz en dar celo apostólico a los ministros de tu Hijo, para que conviertan a todos los pecadores, y los hagan hijos de tu luz por gracia. Aumenta a todos los justos, para que den nuevo reflejo a la luz, que hiciste amanecer en el cielo, dánosla a todos, Señora, para que, aumentado el número de tus Hijos, siempre se crezcan tus luces, siendo el auge de tu gloria accidental todos los que vivimos debajo de tu amparo, por cuyo medio esperamos la nuestra esencial, a vuestra de tu Padre, Hijo y Esposo, por toda la eternidad de la gloria. Amén.

 

El complemento a la Gloria

le da en su Trance, María,

pues se corona ese día,

de Cielo y tierra Señora.

-Se rea una Salve.

-Se reza la letanía.

 

 

LAVS SIT DEVS

 

 

-Se pide un Credo por los que están en pecado mortal, para que Dios los saque de tan miserable estado, un Padre nuestro y un Ave María por las Almas del Purgatorio y una Salve por quien sacó a luz este ofrecimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...