lunes, 4 de octubre de 2021

MES DE SANTA TERESITA - DÍA CUARTO

 

DIA IV

MEDITACIÓN. — LA COOPERACIÓN HUMANA

Omnia cooperantur in bonum. lis, qui seeundum pmpositum vocati sunt sancti. (S. Pablo ad Rom. VIII, 28.)

Todas las cosas contribuyen al bien de aquellos que han sido llamados a la santidad.

 

En la vida nada hay que no pueda ser de provecho para la santidad dc nuestra alma. Como dirigido por la mano providente del Señor, todo va ordenado para la santificación de sus elegidos. Jesús, con soberana elocuencia, lo enseñó a sus amados discípulos: cuando les dijo: Ni una hoja del árbol cae en tierra, ni un solo cabello se desprende de vuestra cabeza sin providencia divina. No queráis, pues, temer que todos los cabellos de vuestra cabeza están contados y vosotros valéis mucho más delante de mi Padre. El secreto pues de la santidad no está en la ostentación que lleva consigo el ejecutar grandes obras, sino en saber tener la voluntad conforme en todo lo que la divina Providencia ordenare. Esto es hacer la voluntad del Señor en todas nuestras acciones, como se lo suplicamos en la oración del Padre nuestro. Hágase Señor tu voluntad así en la tierra como en el cielo». ¡Oh si meditásemos un momento la sublime doctrina que encierran estas palabras de la oración Dominica!, cuán otros serian nuestros progresos en la perfección del espíritu: No andaríamos tan inquietos por los contratiempos que se oponen en el camino de la vida. Correríamos acosados por la sed fatigosa del dolor a la única fuente donde manan las verdaderas aguas de la consolación, a la voluntad de nuestro Señor, que sapientísimamente dirige para nuestro bien toda tribulación.

La muerte prematura de la señora de Martin causó pena profundísima en el tierno y delicado corazón de Teresita. Todo cambió por completo. Antes era viva, expansiva y alegre: ahora tímida, dulce, de exagerada sensibilidad. No recuerdo haber orado mucho, pero a nadie comunicaba los profundos sentimientos que embargaban mi corazón; observaba y escuchaba en silencio... Si Dios no hubiera prodigado sobre su florecita sus bienhechores rayos jamás hubiera podido aclimatarse en la tierra. Demasiado tierna todavía para soportar las lluvias y las tormentas. le era necesario mucho calor, suave rocío y brisa primaverales. Nada de esto le faltó ni siquiera bajo la nieve de la tribulación. ¿Y cómo le había de faltar si todas las cosas, como ordenadas y dirigidas por el Señor, contribuyen a la salvación de los elegidos de Dios? La conformidad con la voluntad del Señor libra al corazón de mil sinsabores que produce la demasiada reflexión de las cosas sensibles. No merecen la pena de una reflexión intelectual las contradicciones de esta vida. Si de vez en cuando dejásemos correr nuestros ojos por los espacios admirables de los cielos, muy pronto, la luz que en ellos se refleja nos haría comprender aquella profunda sentencia del apóstol San Pablo: «No son dignas de aprecio las contradicciones de este mundo si las ponemos en parangón con las bienaventuranzas que el Señor tiene prometidas a sus escogidos.

 

 

EJEMPLO

DESFUÉS DE HABER LEÍDO SU VIDA, HE APRECIADO EL SUFRIMIENTO

M. Francia. 9 de Julio de 1919.

 

Tengo 20 años. desde la edad de sufro. casi continuamente de endocarditis. angina de pecho, anemia, etc.; en fin, muchas espinas. Estas espinas, desgraciadamente, no han producido flores en mucho tiempo. Ha sido necesaria la intervención de esta encantadora Reinecita para hacerme comprender que era un privilegiado de Jesús. Solamente después de leer su vida he apreciado el grande honor que me hacia el Señor asociándome a sus sufrimientos. Desde que conozco a Sor Teresita, 8 meses poco más o menos, me encuentro completamente cambiado. Poco a poco, gracias a ella, he llegado a no amar más que la voluntad de Dios, penas o alegrías, poco importa más Yo no quiero sino lo que quiere nuestro Señor. No le pido más que una cosa: amarle con locura, siguiendo las huellas de mi Teresita.  ¡Oh! compadezco con toda mi alma a los que no conocen el amor, y estoy vivamente agradecido a Sor Teresita de habérmelo revelado; a ejemplo suyo me eh abandonado al Amor misericordioso. El sufrimiento es a veces muy vivo, pero 10 amo, puesto que viene de Jesús. Este relato expresa muy deficientemente lo que la Santita ha hecho por mí. Pero lo que es evidente es que ella me ha convertido por completo, que la amo mucho, y desearía fuese conocida en todas partes. 

 

Jaculatoria: ¡Dios mío! lo escojo todo. no quiero ser Santa a medias; no tengo miedo de sufrir por Vos, tan sólo temo una cosa: conservar mi voluntad; tomadla, pues escojo todo lo que Vos queréis "


ORACION PARA ESTE DIA

¡Venerada Santita! que mereciste por tu inquebrantable adhesión a la voluntad divina, que todas las más grandes tribulaciones que mortificaron tu vida fuesen motivos dc purificación para tu almita delicada y que tus lágrimas derramadas por la fuerza del dolor se convirtieran en preciosos brillantes que adornan tu corona en el cielo; haz, piadosa Santita, que sepa aprovecharme de todas las cosas que el Señor me mande, sometiéndome en un todo a su santísima voluntad; y para más obligarte te recordamos tus inefables promesas en favor de tus devotos con las siguientes


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