domingo, 3 de octubre de 2021

MES DE SANTA TERESITA - DÍA TERCERO


DÍA TERCERO

MEDITACIÓN. — LA GRACIA

Gratia Dei sum id quod sum. (S. Pablo, 1 ad. Cor. XV-16.)

Por la gracia de Dios soy lo que soy.

La gracia es el factor poderoso en la santificación de las almas. Sin ella' no podemos comenzar, ni continuar, ni concluir cosa para la vida eterna. Porque siendo la vida, eterna sobrenatural, no puede conseguirse sin medios de la misma cualidad, es decir sobrenaturales. El apóstol San Pablo llega a decir, que ni siquiera podemos concebir un pensamiento en orden a Dios que no sea por la gracia. Es pues necesaria la gracia para la salvación, y sin ella no podremos salvarnos. Porque no es del hombre el reino de Dios sino don de la misericordia infinita de Él. La gracia que es la luz del ojo de mi inteligencia para darle la vista de la fe, es también el calor de mi corazón para darle el impulso del amor. Todo el hombre, en lo sobrenatural, lo es por la gracia, como todo el hombre en lo natural lo es por el alma. El alma es creada por Dios y sus actos son humanos. La gracia es un ser divino infundido por Dios y sus actos son de efectos divinos. En el orden de la naturaleza nada podría obrar sin el alma y en el orden sobrenatural nada podría obrar sin la gracia. Todo el hombre, pues, según el orden sobrenatural, lo es por la gracia. ¡Oh admirable e incomprensible don de la gracia que me ha sido dada por el Espíritu Santo que mora en mí, por ti merezco no sólo ser llamado, sino que de verdad lo soy hijo de Dios y heredero del reino de los cielos! Mas, así como el alma nada puede obrar sin el concurso del cuerpo, al cual dice relación, tampoco la gracia puede obrar sin el concurso nuestro. Comprendió la Santita esta doctrina y en ansias de amores inflamada exclamó con religioso acento: ¡Yo lo escojo todo! «Cuando vislumbré la perfección, escribe. comprendí que para ser santa era preciso padecer muchísimo, aspirar siempre lo más perfecto y olvidarse de mi misma. Comprendí que en la santidad hay muchos grados de perfección y que él es libre de responder como quiera a las insinuaciones de Nuestro Señor, de hacer poco o por su amor; en una palabra, que puede escoger entre los sacrificios que Él le pide. Entonces como en los días de mi niñez exclamé: Dios mío, lo escojo todo: No quiero ser santa a medias; no tengo miedo e sufrir por Vos; tan sólo temo una cosa: conservar mi voluntad; tomadla pues, escojo todo lo que Vos queréis. Con esta disposición el alma se hace fuerte delante de los enemigos de quienes nada puede temer, pues un alma en estado de gracia no tiene nada que temer del demonio, que es cobarde y pronto a huir ante la mirada de un niño que posea la gracia que le hace hijo de Dios. ¡Qué feliz era yo en aquella edad! exclama; no sólo comenzaba a gozar de la vida, sino que la virtud encerraba mil halagos para ml. En verdad puedo decir que todo en la tierra me sonreía; mi camino estaba sembrado de flores... pero iba a comenzar una nueva fase la que había de ser tan pronto esposa de Jesús; tocábale sufrir desde la niñez. Al igual que las flores de la primavera empiezan a germinar bajo la nieve, abriéndose a los primeros rayos del sol, la florecita, tuvo que pasar por el invierno de la tribulación y llenar su cáliz del rocío de las lágrimas.

Medítese un momento y pídase la gracia

 

EJEMPLO

EN FAVOR DE UN ALMA RELIGIOSA

 

C. Estados Unidos, 14-10-1920.

Muy Rda. Madre:

En el mes de agosto de 1919 os escribía para pediros una novena en honor de Sor Teresita del Niño Jesús, a fin de obtener una gracia de transformación muy necesaria a una de nuestras hermanas que ejerce uno de los cargos más importantes la casa. Pues. bien. el 29 de este mismo mes, hacia Ja una de mañana. mientras ella estaba desierta, nuestra querida Santa se apareció vestida de blanco V ge acercó a su cama; apoyó la mano sobre su espalda. la miró algunos segundos V desapareció. En momento, los bien conocidos perfumes de Ángel del Carmelo me despertaron. Cuando al día siguiente nuestra privilegiada hermana vino a relatarme el hecho, no tuve duda ninguna sobro la realidad del mismo. Desde entonces la gracia ha obrado con tanta tuena sobre esta alma, que esto por completo transformada, su humildad dependencia son edificantes. muy al contrario, lo que antes era. Ayúdenos, Rda. Madre, a dar gracias a la angelical Santita.

Sor X., priora.

 

Jaculatoria. ¡Oh buen Jesús: concédeme, por mediación de tu regalada Esposa, voluntad decidida para emprender el camino de mi santificación

 

ORACIÓN PARA ESTE DIA

¡Oh queridísima Santita! Siento en mi alma la aspiración de ser santa. y crece mi audacia cuando medito que la gracia del Señor viene a mi derramada graciosamente por el Espíritu Santo. ¡Oh Santita mía! que mi voluntad es débil y me veo arrastrada por mis malas inclinaciones y a pesar de mis buenos deseos no doy un paso firme en el camino de In salud Tú que sentiste estos mismos deseos y los llevaste a feliz cumplimiento con la gracia del Señor, consígueme las gracias que necesito para decir y obrar conforme a tu exclamación favorita: ¡Oh Dios mío, lo escojo todo, No quiero ser santa a medias; no tengo miedo de sufrir por Vos; tan sólo temo una cosa, conservar mi voluntad, tomadla, pues escojo todo lo que queréis»! Y para más obligarte te recordamos tus inefables promesas en favor de tus devotos con las siguientes: 


 

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