DÍA
TERCERO
MEDITACIÓN.
— LA GRACIA
Gratia
Dei sum id quod sum. (S. Pablo, 1 ad. Cor. XV-16.)
Por la
gracia de Dios soy lo que soy.
La
gracia es el factor poderoso en la santificación de las almas. Sin ella' no
podemos comenzar, ni continuar, ni concluir cosa para la vida eterna. Porque
siendo la vida, eterna sobrenatural, no puede conseguirse sin medios de la
misma cualidad, es decir sobrenaturales. El apóstol San Pablo llega a decir,
que ni siquiera podemos concebir un pensamiento
en orden a Dios que no sea por la gracia. Es pues necesaria la gracia para la
salvación, y sin ella no podremos salvarnos. Porque no es del hombre el reino
de Dios sino don de la misericordia infinita de Él. La gracia que es la luz del
ojo de mi inteligencia para darle la vista de la fe, es también el calor de mi
corazón para darle el impulso del amor. Todo el hombre, en lo sobrenatural, lo
es por la gracia, como todo el hombre en lo natural lo es por el alma. El alma
es creada por Dios y sus actos son humanos. La gracia es un ser divino
infundido por Dios y sus actos son de efectos divinos. En el orden de la
naturaleza nada podría obrar sin el alma y en el orden sobrenatural nada podría
obrar sin la gracia. Todo el hombre, pues, según el orden sobrenatural, lo es
por la gracia. ¡Oh admirable e incomprensible don de la gracia que me ha sido
dada por el Espíritu Santo que mora en mí, por ti merezco no sólo ser llamado,
sino que de verdad lo soy hijo de Dios y heredero del reino de los cielos! Mas,
así como el alma nada puede obrar sin el concurso del cuerpo, al cual dice
relación, tampoco la gracia puede obrar sin el concurso nuestro. Comprendió la
Santita esta doctrina y en ansias de amores inflamada exclamó con religioso
acento: ¡Yo lo escojo todo! «Cuando vislumbré la perfección, escribe. comprendí
que para ser santa era preciso padecer muchísimo, aspirar siempre lo más
perfecto y olvidarse de mi misma. Comprendí que en la santidad hay muchos
grados de perfección y que él es libre de responder como quiera a las
insinuaciones de Nuestro Señor, de hacer poco o por su amor; en una palabra,
que puede escoger entre los sacrificios que Él le pide. Entonces como en los
días de mi niñez exclamé: Dios mío, lo escojo todo: No quiero ser santa a
medias; no tengo miedo e sufrir por Vos; tan sólo temo una cosa: conservar mi
voluntad; tomadla pues, escojo todo lo que Vos queréis. Con esta disposición el
alma se hace fuerte delante de los enemigos de quienes nada puede temer, pues
un alma en estado de gracia no tiene nada que temer del demonio, que es cobarde
y pronto a huir ante la mirada de un niño que posea la gracia que le hace hijo
de Dios. ¡Qué feliz era yo en aquella edad! exclama; no sólo comenzaba a gozar
de la vida, sino que la virtud encerraba mil halagos para ml. En verdad puedo
decir que todo en la tierra me sonreía; mi camino estaba sembrado de flores...
pero iba a comenzar una nueva fase la que había de ser tan pronto esposa de
Jesús; tocábale sufrir desde la niñez. Al igual que las flores de la primavera
empiezan a germinar bajo la nieve, abriéndose a los primeros rayos del sol, la
florecita, tuvo que pasar por el invierno de la tribulación y llenar su cáliz
del rocío de las lágrimas.
Medítese un momento y pídase la
gracia
EJEMPLO
EN FAVOR DE UN ALMA RELIGIOSA
C. Estados Unidos,
14-10-1920.
Muy Rda. Madre:
En el mes de agosto de 1919 os
escribía para pediros una novena en honor de Sor Teresita del Niño Jesús, a fin
de obtener una gracia de transformación muy necesaria a una de nuestras
hermanas que ejerce uno de los cargos más importantes la casa. Pues. bien. el
29 de este mismo mes, hacia Ja una de mañana. mientras ella estaba desierta,
nuestra querida Santa se apareció vestida de blanco V ge acercó a su cama;
apoyó la mano sobre su espalda. la miró algunos segundos V desapareció. En
momento, los bien conocidos perfumes de Ángel del Carmelo me despertaron.
Cuando al día siguiente nuestra privilegiada hermana vino a relatarme el hecho,
no tuve duda ninguna sobro la realidad del mismo. Desde entonces la gracia ha
obrado con tanta tuena sobre esta alma, que esto por completo transformada, su
humildad dependencia son edificantes. muy al contrario, lo que antes era.
Ayúdenos, Rda. Madre, a dar gracias a la angelical Santita.
Sor X., priora.
Jaculatoria. ¡Oh buen Jesús: concédeme, por mediación de tu
regalada Esposa, voluntad decidida para emprender el camino de mi santificación
ORACIÓN PARA ESTE DIA
¡Oh queridísima Santita! Siento en
mi alma la aspiración de ser santa. y crece mi audacia cuando medito que la
gracia del Señor viene a mi derramada graciosamente por el Espíritu Santo. ¡Oh
Santita mía! que mi voluntad es débil y me veo arrastrada por mis malas
inclinaciones y a pesar de mis buenos deseos no doy un paso firme en el camino
de In salud Tú que sentiste estos mismos deseos y los llevaste a feliz
cumplimiento con la gracia del Señor, consígueme las gracias que necesito para
decir y obrar conforme a tu exclamación favorita: ¡Oh Dios mío, lo escojo todo,
No quiero ser santa a medias; no tengo miedo de sufrir por Vos; tan sólo temo
una cosa, conservar mi voluntad, tomadla, pues escojo todo lo que queréis»! Y
para más obligarte te recordamos tus inefables promesas en favor de tus devotos
con las siguientes:
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