DÍA V
APROVECHAMIENTO DE LA GRACIA
Spiritus Sanctus partitur raliamJ singula prout
ecundurn propriurn cutus
(Trident. Sess. 7.)
El Espíritu Santo reparte (la gracia) a cada uno según
el beneplácito y en conformidad con la disposición y cooperación de cada uno.
Prudentísima, la divina Sabiduría,
en la obra de la santificación de las almas, aun cuando sin ella no podamos
tener ni un solo pensamiento bueno, exige la cooperación nuestra de tal manera
que 'El que nos crió sin tener en cuenta nuestra voluntad, no nos salvará sin
la cooperación activa de nuestra voluntad. Él nos llama con vocación manifiesta
a la santidad: 'Sed santos.... y en esta dignísima vocación nos dice que lo seamos,
y para que ello sea una realidad nos ofrece su gracia por medio de los
Sacramentos. Los Sacramentos, canales místicos por los que se comunica a las
almas la savia dc la gracia, son en la Iglesia manifestación perenne del anhelo
ferviente que mueve al Corazón divino a desear la salvación de los
predestinados. Por ellos Jesucristo, cabeza invisible del cuerpo místico, la
Iglesia, comunica su vida a todos los miembros que forman parte dc Él. De tal
manera es esto verdad, que la nota característica por la que distinguimos la
verdadera Iglesia, la santidad, tiene aquel su fundamento. La Iglesia es santa
porque su fundador es santo: porque sus leyes regulan los actos humanos en
orden a la santidad; porque los Sacramentos son medios eficacísimos de
santificación. Los fieles cristianos en contacto directo con Jesucristo por
medio de los Sacramentos, no dejan de ser santos, o no son santos, sino cuando
conservan en si óbices u obstáculos que rechazan la acción directa de la gracia
que abundantemente se les comunica. La gracia obra siempre y produce los
efectos propios de la santidad. Si, pues, los fieles unidos a Jesucristo y por
los Sacramentos vivificados con la savia vital, la gracia, no son santos, no
tiene más explicación esta anomalía sino diciendo que rechazan, que se oponen a
la gracia y el que a la gracia resiste está reñido con el Espíritu Santo, autor
de la santidad. ¡Qué admirable se nos ofrece nuestra pequeña Teresa, apreciando
en su valor no sólo los Sacramentos sino aún los sacramentales y las más insignificantes
reglas litúrgicas! De todo sabía aprovecharse dejando libre la acción de la
gracia en la obra transformadora de su almita. ¡Con qué devoción asistía al
tremendo sacrificio de la misa y anticipaba de él por medio del pan bendito ¡Qué
alegría engendraba en su corazón la representación de los grandes misterios en
las festividades eclesiásticas! ¡Las fiestas! ¡Ah, cuán dulces recuerdos traen
a mi memoria esta palabra...! las fiestas... ¡Cuánto me gustaban! ¡Sabían mis
hermanas explicarme tan bien los misterios ocultos en cada una de ellas, que
esos días de la tierra venían a convertirse para mi en días de cielo! Me
gustaban sobre todo las procesiones del Santísimo Sacramento. ¡Qué alegría poder
sembrar de flores el camino por donde pasaba Dios,' Antes de dejarlas caer las
lanzaba muy alto, gozando extraordinariamente cuando ven que mis rosas
deshojadas tocaban la Sagrada Custodia: ¿Cómo me aprovecho yo de estas mismas
gracias en orden a mi santificación?
EJEMPLO
EL CAMINO DE LA INFANCIA APRECIADO POR UN HOMBRE DE MUNDO
Villa san José. A. (Francia) 4-7-16
Me siento dichoso al deciros que Sor
Teresita del Niño Jesús, según lo he a menudo comprobado, ejerce su acción
poderosa sobre las almas, impulsándolas hacia el bien, siendo por lo tanto una
poderosa ayuda sobre la tierra. Ella siembra sus rosas, y el perfume que
exhalan es tan dulce que las almas se sienten movidas al amor de Dios. En otro
tiempo andaba errante, en la Vida espiritual buscaba un guía y no encontraba
quien respondiera a mis aspiraciones. Hace cuatro años un santo sacerdote me
hizo conocer a la virgen del Carmelo. había descubierto ml camino, mi exquisito
modelo! Desde entonces gozo de una profunda dicha y no ceso de demostrarle mi
agradecimiento por haberme enseñado que se puede ganar el Corazón de Jesús sin
hacer Obras sublimes, cuya grandeza me asustaba y a las cuales no podía llegar.
¡Mi celestial Maestra está aún muy elevada para mí, pero la quiero tanto, que
no puede rehusarme un poco de afecto y piedad les tan buena! ¡Qué
misericordioso es el Señor de habernos dado este delicioso ejemplo de una vida
toda suya, simplemente suya, y esto en el momento en que todo se complicaba
desde el punto de' vista espiritual! Querían el nombre grande, y he aquí que ha
Venido el Niño. ¡Qué calma para el corazón! Mi camino esto Iluminado por la
pura y celestial doctrina de vuestra santita.
Barón de X.
Jaculatoria: ¡Oh dulcísimo Jesús! haz que comprendamos, y sigamos
el Caminito de Infancia Espiritual, que tan candorosamente nos enseña tu pequeña
y regalada Esposa Santa Teresita del Niño Jesús
ORACIÓN PARA ESTE DÍA
¡Oh solicita Virgen! que supiste
aprovechar en beneficio tuyo todas las gracias que el Señor comunica a nuestras
almas para la santificación, mereciendo por este motivo que tu corazón fuese
regalado con las dulzuras que la presencia de la gracia produce en las almas
agradecidas. Haz, piadosa Santita, que sepa hacer buen uso de las gracias que
el Señor me comunica para que mi corazón sea acepto al Señor; y para más
obligarte te recordamos tus inefables bondades con las siguientes:
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