jueves, 7 de octubre de 2021

MES DE SANTA TERESITA - DÍA SIETE



  

DIA VII

MEDITACIÓN. — MEDIO NECESARIO

Semetipsum exingnivit. (S. Pau. ad PhiliP. 11, 7.)

Se anonadó a sí mismo.

 

El místico maestro S. Juan de la Cruz, naciendo alusión al texto de David, Se redujo a la nada, dice que es: Para que entienda el buen espiritual el misterio de la puerta y del camino para unirse con Dios, según estas dos partes, sensitiva y espiritual, tanto más se une a Dios y tanto mayor obra hace, y cuando viniere a quedar resuelto en nada, que será en la suma humildad, quedará hecha la unión entre cl alma y Dios, que es cl mayor y más alto estado a que en esta vida se puede llegar.' (Sub. del Monta Carm. cap. VII.) La Santita nos confirma esta doctrina admirable cuando nos dice: «Comprendí (en la santa Faz del Señor) como nunca, lo que es la verdadera gloria. Aquél, cuyo reino no es de este mundo, me enseñó que la única realeza apetecible consiste en querer ser ignorado g tenido por nada, en poner su gozo en el desprecio de sí mismo. A semejanza de Jesús, quería yo que mi rostro permaneciese escondido a todas las miradas, que nadie me conociera en la tierra; tenia sed de padecer y de ser olvidada.' (Hist. Cap. VII.) Así esta perfección me parece fácil, veo que basta reconocer su nada y abandonarse como un niño en los brazos de Dios.

 

'También me hizo comprender que la única gloria verdadera es la que ha de durar empre; que para alcanzarla no es necesario llevar a cabo obras ostentosas, sino esconderse a los ojos de los demás, y aun a los de uno mismo. de suerte que la mano izquierda ignore lo que hace la derecha.' (Hist. Cap. IV.) Y toda esta admirable transformación de su alma la juzga efecto gracioso de su humildad: «Porque era débil v pequeña se rebajó hasta- mi instruyéndome suavemente en los secretos de su amor.' (Hist. Cap. V.)

EI camino de la humildad a semejanza de la senda que condujo al Señor al Tabor, lleva al alma a la divina transformación. Es el crisol preparado por la misma alma, donde voluntariamente se arroja, para ser purificada de las imperfecciones que la hacen desagradable a los ojos de Dios. Y de él, cual precioso y rico metal, sale transformada y dispuesta a seguir al que   le señala el camino y el modelo. Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón., (Mat. cap. XI, 29.)

Admirable cosa es que habiendo en Jesucristo tantos y tan perfectos ejemplos de virtudes, nos dijera de sólo la humildad que aprendiéramos de Él. Y es que la humildad es el ambiente donde todas las virtudes se desarrollan y dejan de si el suavísimo olor, tras el que corren todas las almas. 'Sin ellas — dice San Bernardo — la virginidad de María Santísima. no habría sido del agrado de Dios. • (Homil. I super Missus.) «Con ella mereció que el Omnipotente hiciera en ella grandiosas maravillas.' (Cant. Magn.) Es el vestido de todas las virtudes, se lo quitáis desaparecerán todas. (S. Greg. Lib. Moral.) En una palabra, toda la verdadera sabiduría y grandeza cristiana está basada en la humildad, pues el divino Maestro, dando a sus discípulos una verdadera y necesaria lección, que les enseñara cuán errados iban por el camino de las grandezas humanas, tomó a un niño y colocándolo en medio de ellos, les dijo: Si no os hicieseis como uno de estos pequeñuelos no entraréis en el reino de los cielos.

 

 

EJEMPLO

CALMA DE UNA VIOLENTA TEMPESTAD INTERIOR

X (América), 15-9-1921.

 

Hacía ya mucho tiempo conocía la vida de la Santita y había también leído con emoción su maravillosa Lluvia de Rosas, pero a pesar de ello no se me ocurría recurrir a ella.

En abril de 1921, un decaimiento físico y moral, aumentado por las penas interiores, me redujo a un estado tal de tortura que no recordar sin estremecerme. Para colmo de mi desolación, los medios ordinarios para proporcionar ánimo y consuelo me fueron ¡Ay! sustraídos uno tras otro. Este sufrimiento cuyos detalles no pueden expresarse, duró un mes. Estaba ya en los límites de la desesperación.

Un día, hojeando mi carnet de bolsillo, la imagen de Sor Teresita atrajo mis miradas. Había visto esta imagen centenares de veces, pero entonces. sin saber por qué, no podían mis ojos separarse de ella. Me parecía que la Santita me invitaba a implorar uno de los pétalos que calan de su Crucifijo. En el mismo instante una confianza desconocida, una esperanza inmensa, llenaron mi corazón, tenía la impresión de haber hallado la salvación. Comencé una novena a la Santa Carmelita y prometí publicar su intervención si calmaba la tempestad que agitaba mi alma. Al terminar la novena. el cielo de mi alma serenóse de nuevo; apartada de las puertas del infierno, comencé a vivir una nueva Vida. Fue la aceptación amorosa del sufrimiento en conformidad con la voluntad divina. Era la fuerza en la prueba y la contradicción; la alegría y la paz en la humillación; en fin comprensión clara de la nada de todo lo que no sea Dios. Desde entonces soy completamente feliz, apoyada siempre por la misericordia divina.

Sor X.

 

Jaculatoria: ¡Oh incomparable Santita! haz que, comprendiendo la nada de este mundo, practique la verdadera humildad.

 

 

ORACIÓN PARA ESTE DÍA

¡Oh regalada virgen! que iluminada por la luz celestial que irradia de la Faz divina, comprendiste como nunca lo que es la verdadera gloria; alcánzame la gracia que a imitación tuya no ambicione más que permanecer oculto a todas las miradas, y que nadie me conozca en la tierra, a fin de conseguir la perfección de mi alma; y para más obligarte te recordamos tus inefables promesas en favor de tus devotos con las siguientes:

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