viernes, 1 de octubre de 2021

NOVENA Y VISITA A NUESTRO PADRE JESÚS DEL CONVENTO



VISITA Y NOVENA

A

NUESTRO PADRE JESUS

 

QUE SE VENERA EN EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO EN SANTA ANA   CHIAUTEMPAN, TLAX.

1953

Por cl Pbro. José Cantú Corro

 

 

ORACION PREPARATORIA PARA CADA DIA

Jesús amoroso, que has padecido por mis pecados, estoy ante tu Imagen Milagrosa. Todos te invocamos con el dulcísimo nombre de "Nuestro Padre Jesús", porque eres Padre generoso, para los que a ti acudimos. Soy un pobre pecador. Pero reconozco mis errores, me arrepiento de ellos y te prometo no volver a pecar. Perdón, Padre Jesús, compadécete de todas las miserias mías y concédeme lo que te pido, por los -crueles padecimientos de tu Santa Pasión. Ilumina mi mente, comunica a mi voluntad afectos de compasión y lléname dc tu gracia para que saque todo el fruto espiritual en esta Novena. Sea todo por tu Santa Gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Te pido que me concedas tu gracia y me hagas partícipe de la corona inmortal. Por los siglos dc los siglos. Amén.

 

 

DÍA PRIMERO

MEDITACION. — CREADOR

Oh Padre Amorosísimo, eres mi Dios y mi Creador. Te adoro desde los abismos de mi pequeñez. Agradezco en lo profundo de mi alma la bondad incomparable que tuviste para crearme, y te pido con la confianza en tu infinito poder, que me perdones mis pecados y mc otorgues la gracia que hoy te pido de rodillas, porque eres mi. Creador, que vives y reinas por toda la eternidad. Amén.

 

 

DÍA SEGUNDO

MEDITACIÓN – NOS SOSTINE Y CONSERVA

Señor y Dios mío, tu eres mi Providencia Divina. Acepta el homenaje de adoración que te tributo. En medio de tanta gloria tienes presente a este miserable gusanillo, para conservarle la vida, después de habérsela dado.

Todo mi agradecimiento es nada por lo que haces en mi favor. Reconozco que vida que me conservases una oportunidad más cada día para que me arrepienta de mis pecados y me salve. Yo te bendigo mil veces y te ruego humildemente que me con- cedas la gracia que te pido hoy, si es para tu gloria y para mi eterna salvación. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

DÍA TERCERO

MEDITACIÓN. — NOS REDIMIO

Oh Padre Jesús bondadosísimo, tú eres mi Redentor amoroso.

Tu Imagen Sagrada, ante la que hoy humildemente me postro, mc revela cuánto padeciste por redimirme; y los favores que sigues haciendo a los que te invocan en la dulce advocación dc "Nuestro Padre Jesús", me hacen ver que eres verdadero Padre y Salvador que se compadece dc nosotros. Sálvame, Jesús Divino. Perdóname mis pecados y concédeme el favor que te pido arrodillado, como lo hiciste con los que a ti acudieron. Por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

DÍA CUARTO

MEDITACIÓN. — NOS GUÍA

Oh Señor Sapientísimo, mi faro y mi guía, todos los tormentos que sufriste en tu dolorosa pasión fueron para redimirme del pecado y para enseñarme el camino de la salvación, sembrado de espinas y de dolor. Haz, oh Señor, que yo lo siga fielmente, para llegar a la gloria dónde vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

DÍA QUINTO

MEDITACIÓN. — NOS AYUDA

¡Qué fuera de mí, oh Padre Jesús de bondad, si no contara con tu ayuda en mis grandes necesidades! Yo sé, porque me lo dice mi fe, que nadie ha vuelto de estar junto a tu Sagrada Imagen, sin la firme confianza de que lo ayudarás. Lo hemos visto y nos llena dc consuelo. Lávame, Señor, dc la mancha que el pecado ha hecho en mi alma. Mc arrepiento con todo mi corazón y espero, con tu paternal ayuda, alcanzar la gracia que postrado imploro. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

 

DÍA SEXTO

MEDITACIÓN. — NOS DEFIENDE

Vivimos en un mundo de incesantes peligros para nuestra alma. Pero tú, Señor, eres nuestra defensa y nuestra fortaleza. En los trances más difíciles nunca nos abandonas. Mírame, oh Padre Jesús, perdido y fuera del sendero del bien. Me asechan por todas partes los peligros. Pero reconozco mis errores, me arrepiento de ellos y confío en que me defenderás como Padre poderosísimo. Escucha, Señor mis plegarias, mira mis penas y las de mi familia y socórreme con tu infinita bondad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

 

 

DÍA SÉPTIMO

MEDITACIÓN. — NOS PERDONA

Jesús mío y Padre mío, tú lo miras todo y lo puedes todo. Cuánta confianza me inspiran las perfecciones infinitas de tu Majestad Soberana. Sé que, no obstante, mis grandes flaquezas, tu infinita misericordia perdonará mis pecados y me concederás la gracia que tc pido, porque eres mi Padre bondadoso que vives y reinas por los siglos dc los siglos. Amén.

 

 

DÍA OCTAVO

MEDITACIÓN. — NOS CURA

Oh tierno y misericordioso Padre Jesús, tú sabes cuán grandes son las miserias de mi alma y de mi cuerpo. He caído en la desgracia del pecado, origen de todos los males, entre ellos los del cuerpo que nos afligen constantemente. Pero tú eres el Médico divino que nos ves llorar arrepentidos en este valle de lágrimas y nos perdonas y nos curas. Por tu preciosa Sangre te pido de rodillas la salud que me hace falta. Concédemela por intercesión dc tu dulcísima Madre, la Virgen María. Amén.

 

 

DÍA NOVENO

MEDITACIÓN. — NOS LLEVA AL CIELO

Jesús Divino, Salvador mío, estás en cl Ciclo en un trono de gloria, como verdadero Dios y verdadero hombre. Desde allí me invitas y me atraes para gozar esa dicha que jamás terminará. Yo sé, oh Señor de Misericordia, que no obstante ser un esclavo vil y criatura que te ofendido tantas veces, te has compadecido de mí y me concederás morir en tu santa amistad para ir al cielo y adorarte con los bienaventurados y los ángeles por toda la eternidad. Amén.

 

 

VISITA

Benignísimo Señor, vengo ante tu Sagrada Imagen a postrarme con humildad. Creo firmemente que eres mi Dios, mi Redentor, mi Maestro y mi Guía. Te adoro, Mártir Divino; pongo ante tus augustas plantas los rendimientos de mi fe y reconozco en esta bendita advocación de Nuestro Padre Jesús los sufrimientos inauditos que padeciste en la noche de tu prendimiento, cuando en me. dio de la desolación más grande, volvías tu mirada angustiosa e inocente sin encontrar una mano amiga que limpiara tu sagrado rostro manchado por la sangre, las lágrimas y el sudor. Estuviste, Jesús mío, en la cárcel, tú que eres el Rey del Ciclo, Soberano de los Ángeles, bienhechor inmortal; tú que predicaste la doctrina santa de la libertad y que rompiste el yugo de todas las esclavitudes; tú que no conociste las impurezas del pecado, fuiste a la prisión de los malhechores. ¿Por qué tan grande humillación? Lo hiciste Señor, para mostrarnos tu infinita caridad y darnos cl ejemplo de todas las' virtudes. Lo hiciste por tu gran misericordia para con los pecadores. Ten piedad de mí, Dios mío que soy un miserable pecador. Mírame con la infinita bondad con que miraste a los enfermos que acudieron a ti durante tu vida en la tierra. Sé tú, Señor, mi refugio y mi guía y dame la felicidad eterna, tú que vives y reinas por los siglos dc los siglos. Amén.

 

-Colaboración de Miguel de Jesús, Santa Ana Chiautempan, Tlaxcala.


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