DEVOTA
NOVENA A NUESTRO SOBERANO REDENTOR JESUS CRICIFICADO
EN
OBSEQUIO Y VENERACIÓN DE SU IMAGEN INTITULADA DE LA SALUD, VENERADA EN EL
PUEBLO DE HECELCHAKÁN, CAMPECHE, MÉXICO.
COMPUESTA
POR
UN INDIGNÍSMO SACERDOTE,
QUIEN
CON TODO RENDIMIENTO Y AFECTO
LA
CONSAGRA AL MISMO DIVINO SEÑOR
Y
A SU
PURÍSIMA
MADRE
SIEMPRE
VIRGEN MARÍA
1975
Gobierno
Eclesiástico de la Diócesis de Yucatán y Tabasco.
Su
Señoría Ilustrísima el Dignísimo Prelado Diocesano Dr. D. Leandro Rodríguez de
la Gala concede superior permiso para que se reimprima la “Devota Novena a Nuestro
Soberano Redentor Crucificado en obsequio y veneración de su Imagen intitulada
de La Salud”, recomendando la mayor diligencia y exactitud en la tipografía,
conforme al ejemplar adjunto que va enmendado y corregido, y debiendo traerse a
esta Secretaría dos ejemplares para el archivo. Así mismo S.S. Ilma. concede
cuarenta días de indulgencia a las personas que devotamente practicaren dicha
Novena en cada uno de los días de ella.
-Mérida, junio 22 de 1881.
-Canónigo Crescencio
Carrillo y Ancona, Secretario General.
CON LICENCIA ECLESIÁSTICA
ADVERTENCIA
Quien
quisiere hacer devotamente esta Novena para alcanzar beneficios del
SEÑOR
DE LA SALUD, confiese y comulgue los días de ella, que pudiere, con consejo de
su confesor, y pídale, a éste e señale alguna limosna o mortificación para cada
día, con que mueva más la piedad del Señor. Si tuviere algún rato desocupado,
empléelo en leer u oír leer algún libro espiritual todos los días; y cuando
bueno hiciere en ello ofrézcalo por el alma del purgatorio, que más amó a JESÚS
en esta vida, y repita con la boca o con el corazón fervorosos actos de
contrición cada hora.
Cuando
lea las meditaciones de esta Novena, advierta que no todas las noticias contenidas
en ella son artículos de Fé, sólo lo son las que constan en las Sagradas
Escrituras; las demás o son revelaciones, o consideraciones pías, que personas
ilustradas de nuestro Señor han escrito para mover a compasión a las almas que
meditan su pasión santísima.
Últimamente,
poniéndose delante de una devota imagen de JESÚS crucificado, con toda fé,
reverencia y atención, persígnese y diga:
ACTO
DE CONTRICIÓN
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido,
para dejar por eso de ofenderte.
Muéveme Tú, Señor, muéveme el verte
clavado en esa cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor en tal manera,
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues, aunque lo que espero, no esperara,
lo mismo que te quiero, te quisiera.
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh
Dulcísimo JESÚS crucificado, Hijo Unigénito de Eterno Padre y de la Inmaculada
Virgen María! Como pobre vengo a Ti, que eres riquísimo; como miserable a Ti,
que eres Misericordiosísimo; como criatura enferma, a Ti que eres el médico
verdadero, y el único dador de LA SALUD, pues eso significa tu sacrosanto
nombre de JESÚS, no permitas, Señor, que yo me aparte de tus pies sin consuelo
ni remedio: concédeme lo que humildemente te pido por tu adorable corazón, y el
de tu amante Madre, María Santísima; no atiendas a mis culpas, que te obligaran
a abandonarme; a tiende a tus méritos, que así me harás favor. Con estos
supremos méritos tuyos, junto mis deprecaciones, esperando conseguir por ellos,
lo que por los míos nunca podré alcanzar. Y desde ahora para siempre, te doy
las debidas gracias por el buen despacho que confío he de obtener de tu misericordia,
la cual sea alabada eternamente. Amén.
Se
rezan todos los días 3 Padrenuestros, 3 Avemarías y 3 Glorias, y la siguiente:
ORACIÓN
Señor
mío Jesucristo, en quien yo creo y espero, a quien amo y adoro con todo mi
corazón; yo te suplico por tus penas, y las de tu Madre, mires por la exaltación
y aumento de tu Santa e; por la paz y concordia entre los príncipes y gobiernos
cristianos, conversión de los pecadores, conquista de la Tierra Santa; vida y
acierto de nuestro Santísimo Padre el Papa, y demás superiores y prelados;
victoria contra los infieles, sanidad de todos los enfermos; y por aquella
amargura que por mí miserablemente padeciste en la Cruz, por espacio de tres
horas, especialmente en aquella última cuando tu alma nobilísima salió de tu
bendito cuerpo, te pido tengas misericordia de la mía cuando saliere de este
mundo y la lleves a la vida eterna. Amén.
Acabada
esta oración, se lee siempre el punto que ha de considerar, el cual cada día se
muda:
Y
habiéndose detenido en meditarlo la persona devota todo el tiempo que quisiere,
después rezará 1 Credo y 1 Gloria Patri, y la oración que se pone al final de
cada meditación.
DÍA
PRIMERO
MEDITACIÓN
Considera,
que deseando los judíos, que JESÚS muriese crucificado, le llevan atado con la
Cruz a cuestas al Calvario. Donde luego que llega le desnudan avergonzándose
sumamente, y así le mandan que se tienda sobre la Cruz, para tomarle la medida
de los barrenos, la cual, tomada, le dan a su Majestad con el pie en su costado
para quitarlo de encima del Santo Madero, y tirándole por los cabellos, lo
levantan y lo conducen a una pea, en donde le sientan, mientras taladraban la
Cruz no para que descansase, sino para ponerle otra vez la corona de espinas,
que al desnudarlo le habían quitado de la cabeza. Oye alma, los repetidos
golpes que sobre ella le dan. ¡Ay, qué inhumanamente se la van clavando!
Pondera la paciencia y humildad con que tu Dios tolera estos dolores y
afrentas; y avergüénzate de ver, que siendo tú un vil gusano, no se halla en ti
otra cosa que soberbias o impaciencias, cuando sientes algunas penas.
Habiéndose
tenido un rato de meditación, se reza 1 Credo y 1 Gloria Patri, y la siguiente:
ORACIÓN
¡Oh
Jesús amorosísimo, verdadera salud del mundo! Infinitas gracias te doy por la
afrentosa desnudez que sufriste en el Calvario, principalmente por los intensos
dolores que sentiste cuando de nuevo te coronaron de espinas; concédeme, Señor,
que, a tu imitación, lleve siempre con grande paciencia y humildad cualesquiera
injurias y adversidades por tu amor; y otórgame propicio lo que en esta Novena
confiadamente te pido, si ha de ser para mayor gloria tuya, y bien de mi alma.
Amén.
DÍAS
SEGUNDO
MEDITACIÓN
Considera,
que estando ya barrenada la Cruz, cogen los verdugos al inocentísimo JESÚS por
los brazos con furor y lo sientan sobre ella, sosteniéndolo por las espaldas
fuertemente. Mira, alma, cómo ponen los pies de tu Señor uno sobre otro, y
llegándolos al taladro, allí se los traspasan por los empeines con un clavo muy
largo, grueso y esquinado, dando sobre él treinta y seis golpes, como dice Lanspergio.
¡Ay! Qué dolor tan vehemente sentía JESÚS cada vez que daban con el martillo
sobre el clavo, todo el cuerpo le temblaba; todos los nervios se le encogían.
¿Qué te parece, alma, lo que tu Dios padece? ¿Te asombra? ¿Te horroriza? No lo
dudo. Pues horrorízate, asómbrate aún más, al ver que estos mismos dolores y
tormentos que los judíos le causaron en el monte Calvario, tú con tus pecados
se los repites y renuevas (cuando es de tu parte) como dice San
Pablo.
¿Y qué, sabiendo esto te atreves a pecar? Resuélvete a morir antes que cometer
una culpa.
Un
rato de meditación, 1 Credo, 1 Gloria Patri y la siguiente:
ORACIÓN
¡Oh
Jesús pacientísimo, verdadera salud del mundo! Yo me arrojo a tus pies besando
y adorando a las Santísimas Llagas que abrió el clavo con que quisiste que se
fijasen por mi amor en el leño de la Cruz. Concédeme, Señor, tal aborrecimiento
a las culpas todas, que nunca más vuelva a cometerlas; para que, de este modo,
no torne a crucificarte en adelante, como hasta aquí le he hecho cuantas veces
contra Ti he pecado, y juntamente otórgame benigno lo que en esta Novena
confiadamente te pido, si ha de ser para mayor gloria tuya y bien de mi alma.
Amén.
DÍA
TERCERO
MEDITACIÓN
Considera
como tienden a JESÚS sus enemigos sobre la Cruz para clavarle las manos, y no
pudiendo éstas llegar a los barrenos, por haberse encogido el Cuerpo de tu
Redentor con el clavo de los pies estrujándolas y estirándolas inhumanamente,
las hacen llegar, valiéndose para esto de la soga que su Majestad había llevado
al cuello. Mira, alma, como puesta, la una y otra mano sobre los taladros, las
fijan los verdugos en el áspero madero con otros dos gruesos clavos parecidos el
primero, descargando sobre ellos veintiocho golpes de martillo. Detente aquí, y
atiende, como están en la Cruz las manos de tu Dios. ¿Se parecen por ventura a
las tuyas? Las suyas clavadas para redimirte; las tuyas libres para ofenderle.
Las suyas afeadas, las tuyas adornadas. Las suyas desnudas; las tuyas con
guantes. Las suyas con escarpias de hierro; las tuyas con anillos de oro.
Confúndete y trata de conformarte con este Señor en cuanto puedas. Renuncia por
Él a las vanidades.
Meditación,
1 Credo, 1 Gloria Patri, y la siguiente:
ORACIÓN
¡Oh
Jesús amabilísimo, verdadera Salud del mundo! Yo venero y saludo humildemente
las sagradas llagas de tus manos por mi amor abiertas en la Cruz; en ellas
encomiendo mi espíritu, y te suplico me detengas con ellas mismas para que no
me precipite a los vicios, a que me inclino; sino que con tu Divina ayuda, me
ejercite gustoso y perseverante en las verdaderas virtudes conforme a tu voluntad;
y juntamente me otorgues o que en esta Novena confiadamente te pido si ha de
ser para mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén.
CUARTO
DÍA
MEDITACIÓN
Considera,
que fijado JESÚS en la Cruz de pies y manos, para que los clavos no soltasen el
Divino Cuerpo, arbitraron los ministros de la iniquidad remacharlos por la
parte que traspasaba el sacrosanto madero. Para ejecutarlo más impíamente,
levantaron la Cruz por un brazo, volcándola encima del Señor, lo cogieron
debajo contra el suelo, que estaba lleno de guijarros e inmundicias; y poniéndolo
sobre tres grandes piedras las cabezas de los clavos, allí con fuertes golpes
redoblaron sus puntas, según el venerable Padre Ulloa. Mira, alma, a tu Salvador,
estrujado contra la tierra y suciedades del Calvario, percibiendo hedores,
recibiendo heridas. Así le pagan aquellos ingratos hombres los innumerables
beneficios que de su piadosa mano habían recibido. Acuérdate de esto cuando
vieres que tus prójimos corresponden con ingratitudes los favores que les
haces; empéñate entonces en favorecerlos más, atendiendo, no a ellos, sino a
Jesús, que es quien recibe por ellos cualquier bien que le hicieres.
Meditación,
1 Credo, 1 Gloria Patri, y la siguiente:
ORACIÓN
¡Oh
Jesús, verdadera salud del mundo! Maestro sapientísimo que en la cátedra de la
Cruz enseñas a tolerar las ingratitudes y malos tratamientos de los prójimos;
concédeme, Señor, que, armado siempre mi espíritu de mansedumbre, a todos
devuelva bienes por males, favores por agravios, amor por odio; y otórgame
clemente lo que en esta Novena confiadamente te pido, si ha de ser para mayor
gloria tuya y bien de mi alma. Amén.
QUINTO
DÍA
MEDITACIÓN
Considera,
como remachados los clavos de la Cruz, llevaron al Señor sus enemigos a la
cumbre del Calvario, medio arrastrando, y dando golpes sobre las piedras y
estorbos del camino. Mira, alma, como se va lastimando todo el cuerpo de tu
Jesús, especialmente aquellas heridas de que cuelga el peso de su cuerpo. Así llegó,
por último, cerca del hoyo, que estaba abierto, para que en él se fijase el
Madero Santo y levantando en alto, con garfios, horquillas y lanzas, que (como
dice la de Ágreda) le pusieron a su Majestad por debajo de los brazos, dejan
caer la Cruz de golpe, y como dio en piedra, se estremeció el Divino Cuerpo y
comenzó a temblar en todos sus miembros. Entonces los circunstantes, con
lágrimas y voces, lamentaban el tormento atroz que veían. Si tú no sientes que
el corazón se te aflige y enternece, considerando este lastimoso caso, hay, miserable
de Ti…
Meditación,
1 Credo, 1 Gloria Patri, y la siguiente:
ORACIÓN
¡Oh
Jesús humildísimo, verdadera salud del mundo! Que quisiste sufrir por mí el tormento
de ser clavado en Cruz, y levantado en alto con agudos dolores; concédeme,
Señor, una humildad muy profunda y un deseo ardientísimo de padecer, y ser
despreciado por Ti en esta vida, de tal suerte, que esto lo tenga siempre por
grande felicidad mía. Y juntamente otórgame lo que en esta Novena confiadamente
te pido, si ha de ser para mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén.
DÍA
SEXTO
MEDITACIÓN
Considera
cómo enarbolada la Cruz estuvo pendiente en ella tres horas tu amante JESÚS,
atormentándole sumamente el peso de su mismo cuerpo. Mira, alma, como, aunque los
soldados le veían entre tantas penas mortales, no sólo no se compadecían de su
Majestad, sino que deseaban aumentarle sus congojas; por lo cual, no alcanzando
a herirle más el cuerpo con sus manos, le maltrataban el alma con sus lenguas,
blasfemándole, deshonrándole, acompañando a las lenguas con gestos y ademanes
de escarnio. ¿Cómo puedes quejarte, criatura vil, de que los hombres burlen, de
que te afrenten y agravien, de que te ofendan en tu persona y fama (mereciéndolo
por tus culpas), cuando el Santo de los Santos, que no lo merecía, tan
injuriosamente le trataron en público sus enemigos? No ha de ser el siervo más
bien tratado que su Señor.
Meditación,
1 Credo, 1 Gloria Patri, y la siguiente:
ORACIÓN
¡Oh
Jesús mansísimo, verdadera salud del mundo! Que, levantado públicamente en el
árbol de la Cruz, padeces sin culpa propia por las nuestras los mayores baldones,
deshonras y dolores que en el mundo ha sufrido, ni sufrirá jamás el hombre
inicuo. Concédeme, Señor, que por tu amor me mortifique, me niegue y me
desprecie, aunque la carne y el amor propio lo repugnen; y juntamente otórgame
piadoso el favor, que en esta Novena te pido si ha de ser para mayor gloria
tuya y bien de mi alma. Amén.
DÍA
SÉPTIMO
MEDITACIÓN
Considera
cómo habiendo consumado JESÚS la obra infinita de su pasión, y resolviendo
morir, levanta al cielo los ojos, y hablando a su Eterno Padre desde la Cruz
con una voz alta y fuerte, le dice: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu;
e inclinando tiernamente su cabeza, expira… Repara, alma, aquí dos cosas: la
primera, para morir JESÚS, habla con gran fortaleza, para mostrar que no muere
por falta de poder siendo Dios como era, sino por voluntad y amor; encomendándose
a Dios Padre, y esto con gran fervor, significando en la alta voz con que le
habla. Aprende de tu Redentor a aparejarte con tiempo para la muerte;
encomiéndate fervorosamente a su Majestad cada día como si fuese el último de
tu vida. La segunda: que antes de expirar inclina este Señor su Divina cabeza
hacia donde estaba su querida Madre, como dice Hugo Cardenal, para señalártela
con tan tierno además por tu abogada. ¡Oh qué amor! Ea, alma, aliéntate, no
desconfíes de salvarte, teniendo de tu parte a María Santísima: invócala
frecuente y devotamente; pídele que interceda por ti; y para obligarla más,
ámala de corazón, sírvele con gusto.
Meditación,
1 Credo, 1 Gloria Patri, y la siguiente:
ORACIÓN
¡Oh
Jesús clementísimo, verdadera salud del mundo! Que para consumar la obra de
nuestra Redención expiras en la Cruz; y para mostrar lo que nos amas inclinas
la cabeza, señalándonos con ella por nuestra abogada a tu querida Madre; por
esta Divina Reina te suplico, Señor, me enseñes a amarte y amarla hasta el fin
de mi vida, disponiéndome con tal amor a conseguir una santa muerte; y
juntamente me otorgues lo que en esta Novena confiadamente te pido, si ha de
ser para mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén.
DÍA
OCTAVO
MEDITACIÓN
Considera,
cómo viendo los judíos crucificado a JESÚS, deseosos de atormentarlo más,
discurrieron partirle ferozmente las piernas, porque no estaban todavía
satisfechos con cuanto habían ejecutado; así lo contempló S. Hilario. Mas
hallándose sin autoridad ya sobre el Señor, para hacerle este daño, pidieron a
Pilatos licencia, y alcanzada, vinieron orgullosos al Calvario; pero viéndole
difunto, no pasaron a poner en ejecución su cruel intento: aunque porque del
todo no se frustrase, un atrevido sayón le atravesó con una cruel lanza el
pecho. Mira, alma, y admira el odio, que aquellas gentes tenían contra tu Dios,
pues aún después de muerto lo manifiestan hiriéndole sin piedad su amoroso
Corazón. Ofrécele el tuyo, y no partido, sino entero. No le des una parte a las
criaturas, y otra a tu Criador, entiende que en eso le agravias notablemente.
Oye lo que te dice en su Escritura: “dame, hijo mío, entero tu corazón”.
Meditación,
1 Credo, 1 Gloria Patri, y la siguiente:
ORACIÓN
¡Oh
Jesús inocentísimo, verdadera salud del mundo! Muerto por mi eterna salud, yo
venero con todo rendimiento la llaga profunda en que tu pecho amante abrió la
lanza. Suplícote, Señor, me introduzcas en la puerta de esta herida al templo
santo de tu Corazón, dentro del cual viva y muera empleándome en servirte y
alabarte sin cesar. Y juntamente te ruego me otorgues el favor que en esta
Novena confiadamente pido a tu Majestad, si ha de ser para mayor gloria tuya y
bien de mi alma. Amén.
DÍA
NOVENO
MEDITACIÓN
Considera
a tu Redentor en la Cruz, sobre la cual mandó Pilatos que se pusiese escritas
estas palabras: Jesús Nazareno Rey de los judíos. Mira, alma, atentamente, cómo
está este monarca Altísimo en la cumbre del Calvario, mírale allí, no como colocado
en algún trono, sino clavado en un tronco; no coronado con diadema honrosa sino
ceñido con corona ignominiosa; no vestido con púrpura real, sino ensangrentado
y acompañado de ladrones. Advierte cómo tiene cerrados los ojos, denegridos los
labios, levantado el pecho y pálido el color. A tan lastimoso espectáculo, el
velo del templo se rasga, la tierra tiembla, las piedras se parten, los
sepulcros se abren, los muertos resucitan, el cielo se enluta, y las gentes
lloran. ¿Y qué, tú no das la menor muestra de sentimiento a vista de este Dios
amante tuyo, que, siendo inmortal e impasible por esencia, se quiso hacer
hombre para padecer y morir por ti? ¿Y qué, sabiendo que muere por ti, tú no
mueres por él al mundo y sus deleites?
Meditación,
1 Credo, 1 Gloria Patri, y la siguiente:
ORACIÓN
¡Oh
Jesús soberano, verdadera salud del mundo! A quien en el patíbulo de la Cruz
publican Rey las criaturas racionales y aún las insensibles con extraordinarias
demostraciones; concédeme, Señor, que con obras santas confiese yo sin rubor a
tu Majestad, y muestre que eres mi único Rey, de cuyas
piadosas
manos espero alcanzar lo que con repetidos clamores he pedido, y pido humilde y
confiadamente en esta Novena para mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén.
LAUS
DEO
ALABADO
DEL
SEÑOR
DE LA SALUD
Padre
mío de la Salud
que
al cielo estás alumbrando,
ante
tu templo divino
gracias
vengo tributando.
Eres Arco Iris de Paz, eres Arco luminoso,
el planeta más hermoso, el Astro que alumbra más.
Sobre mi nombre tendrás y me estarás gobernando
como vasallo mandando desde ese trono exclusivo.
Ay Padre mío, querido, gracias vengo tributando,
eres Arco Iris de Alianza, fuente de seguridad.
Eres Padre de bondad que alimenta mi esperanza,
vuestra segura confianza que por vos estoy fundado,
pues sois nuestro Redentor. Eres mi Padre y Señor.
Gracias vengo tributando.
Al entrar en tu Santuario yo te adoro con anhelo.
Escudo firme del Cielo y de pureza sagrario.
Eres de gracia el Calvario, postrado lo estoy mirando
y te vengo proclamando tus hermosas maravillas
hoy humilde de rodillas gracias vengo tributando.
Dios te salve, Cruz hermosa, fuente de misericordia,
luz eterna de la gloria, eres la más ventajosa,
mi alma al mirarte se goza brillar con tu resplandor,
pues en ti murió el Señor quien a todos está amando,
tus hijos con gran amor gracias te están tributando.
DESPEDIDA
DEL TEMPLO
Adiós
Santuario dichoso, dulce imán, flor de mi vida.
Ya
se llegó la partida, adiós Crucifijo hermoso,
adiós
Santo relicario por quien vivo yo y lamento,
pues
sólo dejarte siento, adiós Arco, adiós Santuario.
Adiós Ilustre Sagrario de ese altar, adiós Panteón,
y que hoy con mi devoción ya me voy trise y quejoso.
Échame tu bendición, adiós crucifijo hermoso,
adiós Cáliz puro y santo, adiós ángeles triunfantes.
Ya se van tus caminantes regando copioso llanto,
adiós imán de mi encanto, bajel creado con esmero,
celeste inmenso Cordero de esa gloria concebida.
Adiós hasta el venidero, dulce imán, flor de mi vida.
Adiós Docel brillantado, luz de humildes corazones,
el consuelo de aflicciones, nuestra partida ha
llegado.
Adiós Corazón Sagrado de esa gloria sin igual,
adiós rico manantial de agua la más escogida.
Adiós templo virginal ya se llegó tu partida.
Pesarosos caminantes, mañana triste destino
considerando
el camino llorando nos separamos en este instante
dejamos un Amor de celo ardiente. Adiós Padre
omnipotente,
retrato el más prodigioso Cordero el más refulgente,
crucifijo milagroso
HIMNO
AL
SEÑOR
DE LA SALUD
Letra
Pbro. Raúl Herrera Cuevas
Música
Profra. Alicia Ortíz A. de P.
Entonemos
un himno ferviente
con
acento de amor y gratitud
al
buen Jesús que está en la Cruz pendiente,
milagroso
Señor de la Salud.
En su imagen sagrada tenemos
un compendio divino de amor
si queremos salud no busquemos
sino en Cristo Jesús Salvador.
Nuestros pueblos, Señor, languidecen
en un mundo de odio y de maldad
pero en Ti las virtudes florecen
danos Fe, Esperanza y Caridad.
Hoy por eso con fe suplicante
a tus plantas venimos Señor
no nos deje tu amor un instante
nos bendigas pedimos con fervor.
En tus brazos, Señor poderoso,
que en madero clavados están,
en estrecho abrazo amoroso
ahora y siempre tengas a Hecelchakán
-Colaboración de William Gómez Poot
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