viernes, 5 de noviembre de 2021

NOVENA AL SEÑOR DE LA SALUD DE HECELCHAKÁN

 

DEVOTA NOVENA A NUESTRO SOBERANO REDENTOR JESUS CRICIFICADO

 

EN OBSEQUIO Y VENERACIÓN DE SU IMAGEN INTITULADA DE LA SALUD, VENERADA EN EL PUEBLO DE HECELCHAKÁN, CAMPECHE, MÉXICO.

 

COMPUESTA

POR UN INDIGNÍSMO SACERDOTE,

QUIEN CON TODO RENDIMIENTO Y AFECTO

LA CONSAGRA AL MISMO DIVINO SEÑOR

Y A SU

PURÍSIMA MADRE

SIEMPRE VIRGEN MARÍA

1975

 

Gobierno Eclesiástico de la Diócesis de Yucatán y Tabasco.

Su Señoría Ilustrísima el Dignísimo Prelado Diocesano Dr. D. Leandro Rodríguez de la Gala concede superior permiso para que se reimprima la “Devota Novena a Nuestro Soberano Redentor Crucificado en obsequio y veneración de su Imagen intitulada de La Salud”, recomendando la mayor diligencia y exactitud en la tipografía, conforme al ejemplar adjunto que va enmendado y corregido, y debiendo traerse a esta Secretaría dos ejemplares para el archivo. Así mismo S.S. Ilma. concede cuarenta días de indulgencia a las personas que devotamente practicaren dicha Novena en cada uno de los días de ella.

 

-Mérida, junio 22 de 1881.

-Canónigo Crescencio Carrillo y Ancona, Secretario General.

CON LICENCIA ECLESIÁSTICA

 

 

ADVERTENCIA

Quien quisiere hacer devotamente esta Novena para alcanzar beneficios del

SEÑOR DE LA SALUD, confiese y comulgue los días de ella, que pudiere, con consejo de su confesor, y pídale, a éste e señale alguna limosna o mortificación para cada día, con que mueva más la piedad del Señor. Si tuviere algún rato desocupado, empléelo en leer u oír leer algún libro espiritual todos los días; y cuando bueno hiciere en ello ofrézcalo por el alma del purgatorio, que más amó a JESÚS en esta vida, y repita con la boca o con el corazón fervorosos actos de contrición cada hora.

Cuando lea las meditaciones de esta Novena, advierta que no todas las noticias contenidas en ella son artículos de Fé, sólo lo son las que constan en las Sagradas Escrituras; las demás o son revelaciones, o consideraciones pías, que personas ilustradas de nuestro Señor han escrito para mover a compasión a las almas que meditan su pasión santísima.

Últimamente, poniéndose delante de una devota imagen de JESÚS crucificado, con toda fé, reverencia y atención, persígnese y diga:

 

ACTO DE CONTRICIÓN

No me mueve, mi Dios, para quererte

el cielo que me tienes prometido,

ni me mueve el infierno tan temido,

para dejar por eso de ofenderte.

Muéveme Tú, Señor, muéveme el verte

clavado en esa cruz y escarnecido;

muéveme el ver tu cuerpo tan herido,

muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor en tal manera,

que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,

y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,

pues, aunque lo que espero, no esperara,

lo mismo que te quiero, te quisiera.

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh Dulcísimo JESÚS crucificado, Hijo Unigénito de Eterno Padre y de la Inmaculada Virgen María! Como pobre vengo a Ti, que eres riquísimo; como miserable a Ti, que eres Misericordiosísimo; como criatura enferma, a Ti que eres el médico verdadero, y el único dador de LA SALUD, pues eso significa tu sacrosanto nombre de JESÚS, no permitas, Señor, que yo me aparte de tus pies sin consuelo ni remedio: concédeme lo que humildemente te pido por tu adorable corazón, y el de tu amante Madre, María Santísima; no atiendas a mis culpas, que te obligaran a abandonarme; a tiende a tus méritos, que así me harás favor. Con estos supremos méritos tuyos, junto mis deprecaciones, esperando conseguir por ellos, lo que por los míos nunca podré alcanzar. Y desde ahora para siempre, te doy las debidas gracias por el buen despacho que confío he de obtener de tu misericordia, la cual sea alabada eternamente. Amén.

Se rezan todos los días 3 Padrenuestros, 3 Avemarías y 3 Glorias, y la siguiente:

 

ORACIÓN

Señor mío Jesucristo, en quien yo creo y espero, a quien amo y adoro con todo mi corazón; yo te suplico por tus penas, y las de tu Madre, mires por la exaltación y aumento de tu Santa e; por la paz y concordia entre los príncipes y gobiernos cristianos, conversión de los pecadores, conquista de la Tierra Santa; vida y acierto de nuestro Santísimo Padre el Papa, y demás superiores y prelados; victoria contra los infieles, sanidad de todos los enfermos; y por aquella amargura que por mí miserablemente padeciste en la Cruz, por espacio de tres horas, especialmente en aquella última cuando tu alma nobilísima salió de tu bendito cuerpo, te pido tengas misericordia de la mía cuando saliere de este mundo y la lleves a la vida eterna. Amén.

Acabada esta oración, se lee siempre el punto que ha de considerar, el cual cada día se muda:

 

Y habiéndose detenido en meditarlo la persona devota todo el tiempo que quisiere, después rezará 1 Credo y 1 Gloria Patri, y la oración que se pone al final de cada meditación.

 

DÍA PRIMERO

MEDITACIÓN

Considera, que deseando los judíos, que JESÚS muriese crucificado, le llevan atado con la Cruz a cuestas al Calvario. Donde luego que llega le desnudan avergonzándose sumamente, y así le mandan que se tienda sobre la Cruz, para tomarle la medida de los barrenos, la cual, tomada, le dan a su Majestad con el pie en su costado para quitarlo de encima del Santo Madero, y tirándole por los cabellos, lo levantan y lo conducen a una pea, en donde le sientan, mientras taladraban la Cruz no para que descansase, sino para ponerle otra vez la corona de espinas, que al desnudarlo le habían quitado de la cabeza. Oye alma, los repetidos golpes que sobre ella le dan. ¡Ay, qué inhumanamente se la van clavando! Pondera la paciencia y humildad con que tu Dios tolera estos dolores y afrentas; y avergüénzate de ver, que siendo tú un vil gusano, no se halla en ti otra cosa que soberbias o impaciencias, cuando sientes algunas penas.

Habiéndose tenido un rato de meditación, se reza 1 Credo y 1 Gloria Patri, y la siguiente:

 

ORACIÓN

¡Oh Jesús amorosísimo, verdadera salud del mundo! Infinitas gracias te doy por la afrentosa desnudez que sufriste en el Calvario, principalmente por los intensos dolores que sentiste cuando de nuevo te coronaron de espinas; concédeme, Señor, que, a tu imitación, lleve siempre con grande paciencia y humildad cualesquiera injurias y adversidades por tu amor; y otórgame propicio lo que en esta Novena confiadamente te pido, si ha de ser para mayor gloria tuya, y bien de mi alma. Amén.

 

 

 

DÍAS SEGUNDO

MEDITACIÓN

Considera, que estando ya barrenada la Cruz, cogen los verdugos al inocentísimo JESÚS por los brazos con furor y lo sientan sobre ella, sosteniéndolo por las espaldas fuertemente. Mira, alma, cómo ponen los pies de tu Señor uno sobre otro, y llegándolos al taladro, allí se los traspasan por los empeines con un clavo muy largo, grueso y esquinado, dando sobre él treinta y seis golpes, como dice Lanspergio. ¡Ay! Qué dolor tan vehemente sentía JESÚS cada vez que daban con el martillo sobre el clavo, todo el cuerpo le temblaba; todos los nervios se le encogían. ¿Qué te parece, alma, lo que tu Dios padece? ¿Te asombra? ¿Te horroriza? No lo dudo. Pues horrorízate, asómbrate aún más, al ver que estos mismos dolores y tormentos que los judíos le causaron en el monte Calvario, tú con tus pecados se los repites y renuevas (cuando es de tu parte) como dice San

Pablo. ¿Y qué, sabiendo esto te atreves a pecar? Resuélvete a morir antes que cometer una culpa.

Un rato de meditación, 1 Credo, 1 Gloria Patri y la siguiente:

 

ORACIÓN

¡Oh Jesús pacientísimo, verdadera salud del mundo! Yo me arrojo a tus pies besando y adorando a las Santísimas Llagas que abrió el clavo con que quisiste que se fijasen por mi amor en el leño de la Cruz. Concédeme, Señor, tal aborrecimiento a las culpas todas, que nunca más vuelva a cometerlas; para que, de este modo, no torne a crucificarte en adelante, como hasta aquí le he hecho cuantas veces contra Ti he pecado, y juntamente otórgame benigno lo que en esta Novena confiadamente te pido, si ha de ser para mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

 

 

DÍA TERCERO

MEDITACIÓN

Considera como tienden a JESÚS sus enemigos sobre la Cruz para clavarle las manos, y no pudiendo éstas llegar a los barrenos, por haberse encogido el Cuerpo de tu Redentor con el clavo de los pies estrujándolas y estirándolas inhumanamente, las hacen llegar, valiéndose para esto de la soga que su Majestad había llevado al cuello. Mira, alma, como puesta, la una y otra mano sobre los taladros, las fijan los verdugos en el áspero madero con otros dos gruesos clavos parecidos el primero, descargando sobre ellos veintiocho golpes de martillo. Detente aquí, y atiende, como están en la Cruz las manos de tu Dios. ¿Se parecen por ventura a las tuyas? Las suyas clavadas para redimirte; las tuyas libres para ofenderle. Las suyas afeadas, las tuyas adornadas. Las suyas desnudas; las tuyas con guantes. Las suyas con escarpias de hierro; las tuyas con anillos de oro. Confúndete y trata de conformarte con este Señor en cuanto puedas. Renuncia por Él a las vanidades.

Meditación, 1 Credo, 1 Gloria Patri, y la siguiente:

 

ORACIÓN

¡Oh Jesús amabilísimo, verdadera Salud del mundo! Yo venero y saludo humildemente las sagradas llagas de tus manos por mi amor abiertas en la Cruz; en ellas encomiendo mi espíritu, y te suplico me detengas con ellas mismas para que no me precipite a los vicios, a que me inclino; sino que con tu Divina ayuda, me ejercite gustoso y perseverante en las verdaderas virtudes conforme a tu voluntad; y juntamente me otorgues o que en esta Novena confiadamente te pido si ha de ser para mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

 

 

CUARTO DÍA

MEDITACIÓN

Considera, que fijado JESÚS en la Cruz de pies y manos, para que los clavos no soltasen el Divino Cuerpo, arbitraron los ministros de la iniquidad remacharlos por la parte que traspasaba el sacrosanto madero. Para ejecutarlo más impíamente, levantaron la Cruz por un brazo, volcándola encima del Señor, lo cogieron debajo contra el suelo, que estaba lleno de guijarros e inmundicias; y poniéndolo sobre tres grandes piedras las cabezas de los clavos, allí con fuertes golpes redoblaron sus puntas, según el venerable Padre Ulloa. Mira, alma, a tu Salvador, estrujado contra la tierra y suciedades del Calvario, percibiendo hedores, recibiendo heridas. Así le pagan aquellos ingratos hombres los innumerables beneficios que de su piadosa mano habían recibido. Acuérdate de esto cuando vieres que tus prójimos corresponden con ingratitudes los favores que les haces; empéñate entonces en favorecerlos más, atendiendo, no a ellos, sino a Jesús, que es quien recibe por ellos cualquier bien que le hicieres.

Meditación, 1 Credo, 1 Gloria Patri, y la siguiente:

 

ORACIÓN

¡Oh Jesús, verdadera salud del mundo! Maestro sapientísimo que en la cátedra de la Cruz enseñas a tolerar las ingratitudes y malos tratamientos de los prójimos; concédeme, Señor, que, armado siempre mi espíritu de mansedumbre, a todos devuelva bienes por males, favores por agravios, amor por odio; y otórgame clemente lo que en esta Novena confiadamente te pido, si ha de ser para mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

 

 

 

QUINTO DÍA

MEDITACIÓN

Considera, como remachados los clavos de la Cruz, llevaron al Señor sus enemigos a la cumbre del Calvario, medio arrastrando, y dando golpes sobre las piedras y estorbos del camino. Mira, alma, como se va lastimando todo el cuerpo de tu Jesús, especialmente aquellas heridas de que cuelga el peso de su cuerpo. Así llegó, por último, cerca del hoyo, que estaba abierto, para que en él se fijase el Madero Santo y levantando en alto, con garfios, horquillas y lanzas, que (como dice la de Ágreda) le pusieron a su Majestad por debajo de los brazos, dejan caer la Cruz de golpe, y como dio en piedra, se estremeció el Divino Cuerpo y comenzó a temblar en todos sus miembros. Entonces los circunstantes, con lágrimas y voces, lamentaban el tormento atroz que veían. Si tú no sientes que el corazón se te aflige y enternece, considerando este lastimoso caso, hay, miserable de Ti…

Meditación, 1 Credo, 1 Gloria Patri, y la siguiente:

 

ORACIÓN

¡Oh Jesús humildísimo, verdadera salud del mundo! Que quisiste sufrir por mí el tormento de ser clavado en Cruz, y levantado en alto con agudos dolores; concédeme, Señor, una humildad muy profunda y un deseo ardientísimo de padecer, y ser despreciado por Ti en esta vida, de tal suerte, que esto lo tenga siempre por grande felicidad mía. Y juntamente otórgame lo que en esta Novena confiadamente te pido, si ha de ser para mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

 

 

 

DÍA SEXTO

MEDITACIÓN

Considera cómo enarbolada la Cruz estuvo pendiente en ella tres horas tu amante JESÚS, atormentándole sumamente el peso de su mismo cuerpo. Mira, alma, como, aunque los soldados le veían entre tantas penas mortales, no sólo no se compadecían de su Majestad, sino que deseaban aumentarle sus congojas; por lo cual, no alcanzando a herirle más el cuerpo con sus manos, le maltrataban el alma con sus lenguas, blasfemándole, deshonrándole, acompañando a las lenguas con gestos y ademanes de escarnio. ¿Cómo puedes quejarte, criatura vil, de que los hombres burlen, de que te afrenten y agravien, de que te ofendan en tu persona y fama (mereciéndolo por tus culpas), cuando el Santo de los Santos, que no lo merecía, tan injuriosamente le trataron en público sus enemigos? No ha de ser el siervo más bien tratado que su Señor.

Meditación, 1 Credo, 1 Gloria Patri, y la siguiente:

 

ORACIÓN

¡Oh Jesús mansísimo, verdadera salud del mundo! Que, levantado públicamente en el árbol de la Cruz, padeces sin culpa propia por las nuestras los mayores baldones, deshonras y dolores que en el mundo ha sufrido, ni sufrirá jamás el hombre inicuo. Concédeme, Señor, que por tu amor me mortifique, me niegue y me desprecie, aunque la carne y el amor propio lo repugnen; y juntamente otórgame piadoso el favor, que en esta Novena te pido si ha de ser para mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

 

 

 

DÍA SÉPTIMO

MEDITACIÓN

Considera cómo habiendo consumado JESÚS la obra infinita de su pasión, y resolviendo morir, levanta al cielo los ojos, y hablando a su Eterno Padre desde la Cruz con una voz alta y fuerte, le dice: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu; e inclinando tiernamente su cabeza, expira… Repara, alma, aquí dos cosas: la primera, para morir JESÚS, habla con gran fortaleza, para mostrar que no muere por falta de poder siendo Dios como era, sino por voluntad y amor; encomendándose a Dios Padre, y esto con gran fervor, significando en la alta voz con que le habla. Aprende de tu Redentor a aparejarte con tiempo para la muerte; encomiéndate fervorosamente a su Majestad cada día como si fuese el último de tu vida. La segunda: que antes de expirar inclina este Señor su Divina cabeza hacia donde estaba su querida Madre, como dice Hugo Cardenal, para señalártela con tan tierno además por tu abogada. ¡Oh qué amor! Ea, alma, aliéntate, no desconfíes de salvarte, teniendo de tu parte a María Santísima: invócala frecuente y devotamente; pídele que interceda por ti; y para obligarla más, ámala de corazón, sírvele con gusto.

Meditación, 1 Credo, 1 Gloria Patri, y la siguiente:

 

ORACIÓN

¡Oh Jesús clementísimo, verdadera salud del mundo! Que para consumar la obra de nuestra Redención expiras en la Cruz; y para mostrar lo que nos amas inclinas la cabeza, señalándonos con ella por nuestra abogada a tu querida Madre; por esta Divina Reina te suplico, Señor, me enseñes a amarte y amarla hasta el fin de mi vida, disponiéndome con tal amor a conseguir una santa muerte; y juntamente me otorgues lo que en esta Novena confiadamente te pido, si ha de ser para mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

 

 

 

DÍA OCTAVO

MEDITACIÓN

Considera, cómo viendo los judíos crucificado a JESÚS, deseosos de atormentarlo más, discurrieron partirle ferozmente las piernas, porque no estaban todavía satisfechos con cuanto habían ejecutado; así lo contempló S. Hilario. Mas hallándose sin autoridad ya sobre el Señor, para hacerle este daño, pidieron a Pilatos licencia, y alcanzada, vinieron orgullosos al Calvario; pero viéndole difunto, no pasaron a poner en ejecución su cruel intento: aunque porque del todo no se frustrase, un atrevido sayón le atravesó con una cruel lanza el pecho. Mira, alma, y admira el odio, que aquellas gentes tenían contra tu Dios, pues aún después de muerto lo manifiestan hiriéndole sin piedad su amoroso Corazón. Ofrécele el tuyo, y no partido, sino entero. No le des una parte a las criaturas, y otra a tu Criador, entiende que en eso le agravias notablemente. Oye lo que te dice en su Escritura: “dame, hijo mío, entero tu corazón”.

Meditación, 1 Credo, 1 Gloria Patri, y la siguiente:

 

ORACIÓN

¡Oh Jesús inocentísimo, verdadera salud del mundo! Muerto por mi eterna salud, yo venero con todo rendimiento la llaga profunda en que tu pecho amante abrió la lanza. Suplícote, Señor, me introduzcas en la puerta de esta herida al templo santo de tu Corazón, dentro del cual viva y muera empleándome en servirte y alabarte sin cesar. Y juntamente te ruego me otorgues el favor que en esta Novena confiadamente pido a tu Majestad, si ha de ser para mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

 

 

 

DÍA NOVENO

MEDITACIÓN

Considera a tu Redentor en la Cruz, sobre la cual mandó Pilatos que se pusiese escritas estas palabras: Jesús Nazareno Rey de los judíos. Mira, alma, atentamente, cómo está este monarca Altísimo en la cumbre del Calvario, mírale allí, no como colocado en algún trono, sino clavado en un tronco; no coronado con diadema honrosa sino ceñido con corona ignominiosa; no vestido con púrpura real, sino ensangrentado y acompañado de ladrones. Advierte cómo tiene cerrados los ojos, denegridos los labios, levantado el pecho y pálido el color. A tan lastimoso espectáculo, el velo del templo se rasga, la tierra tiembla, las piedras se parten, los sepulcros se abren, los muertos resucitan, el cielo se enluta, y las gentes lloran. ¿Y qué, tú no das la menor muestra de sentimiento a vista de este Dios amante tuyo, que, siendo inmortal e impasible por esencia, se quiso hacer hombre para padecer y morir por ti? ¿Y qué, sabiendo que muere por ti, tú no mueres por él al mundo y sus deleites?

Meditación, 1 Credo, 1 Gloria Patri, y la siguiente:

 

ORACIÓN

¡Oh Jesús soberano, verdadera salud del mundo! A quien en el patíbulo de la Cruz publican Rey las criaturas racionales y aún las insensibles con extraordinarias demostraciones; concédeme, Señor, que con obras santas confiese yo sin rubor a tu Majestad, y muestre que eres mi único Rey, de cuyas

piadosas manos espero alcanzar lo que con repetidos clamores he pedido, y pido humilde y confiadamente en esta Novena para mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

LAUS DEO

 

 

 

ALABADO

DEL

SEÑOR DE LA SALUD

 

Padre mío de la Salud

que al cielo estás alumbrando,

ante tu templo divino

gracias vengo tributando.

 

Eres Arco Iris de Paz, eres Arco luminoso,

el planeta más hermoso, el Astro que alumbra más.

Sobre mi nombre tendrás y me estarás gobernando

como vasallo mandando desde ese trono exclusivo.

 

Ay Padre mío, querido, gracias vengo tributando,

eres Arco Iris de Alianza, fuente de seguridad.

Eres Padre de bondad que alimenta mi esperanza,

vuestra segura confianza que por vos estoy fundado,

pues sois nuestro Redentor. Eres mi Padre y Señor.

Gracias vengo tributando.

 

Al entrar en tu Santuario yo te adoro con anhelo.

Escudo firme del Cielo y de pureza sagrario.

Eres de gracia el Calvario, postrado lo estoy mirando

y te vengo proclamando tus hermosas maravillas

hoy humilde de rodillas gracias vengo tributando.

 

Dios te salve, Cruz hermosa, fuente de misericordia,

luz eterna de la gloria, eres la más ventajosa,

mi alma al mirarte se goza brillar con tu resplandor,

pues en ti murió el Señor quien a todos está amando,

tus hijos con gran amor gracias te están tributando.

 

 

DESPEDIDA DEL TEMPLO

Adiós Santuario dichoso, dulce imán, flor de mi vida.

Ya se llegó la partida, adiós Crucifijo hermoso,

adiós Santo relicario por quien vivo yo y lamento,

pues sólo dejarte siento, adiós Arco, adiós Santuario.

 

Adiós Ilustre Sagrario de ese altar, adiós Panteón,

y que hoy con mi devoción ya me voy trise y quejoso.

Échame tu bendición, adiós crucifijo hermoso,

adiós Cáliz puro y santo, adiós ángeles triunfantes.

 

Ya se van tus caminantes regando copioso llanto,

adiós imán de mi encanto, bajel creado con esmero,

celeste inmenso Cordero de esa gloria concebida.

Adiós hasta el venidero, dulce imán, flor de mi vida.

 

Adiós Docel brillantado, luz de humildes corazones,

el consuelo de aflicciones, nuestra partida ha llegado.

Adiós Corazón Sagrado de esa gloria sin igual,

adiós rico manantial de agua la más escogida.

Adiós templo virginal ya se llegó tu partida.

 

Pesarosos caminantes, mañana triste destino considerando

el camino llorando nos separamos en este instante

dejamos un Amor de celo ardiente. Adiós Padre omnipotente,

retrato el más prodigioso Cordero el más refulgente,

crucifijo milagroso

 

 

 

HIMNO

AL

SEÑOR DE LA SALUD

Letra Pbro. Raúl Herrera Cuevas

Música Profra. Alicia Ortíz A. de P.

 

Entonemos un himno ferviente

con acento de amor y gratitud

al buen Jesús que está en la Cruz pendiente,

milagroso Señor de la Salud.

 

En su imagen sagrada tenemos

un compendio divino de amor

si queremos salud no busquemos

sino en Cristo Jesús Salvador.

 

Nuestros pueblos, Señor, languidecen

en un mundo de odio y de maldad

pero en Ti las virtudes florecen

danos Fe, Esperanza y Caridad.

 

Hoy por eso con fe suplicante

a tus plantas venimos Señor

no nos deje tu amor un instante

nos bendigas pedimos con fervor.

 

En tus brazos, Señor poderoso,

que en madero clavados están,

en estrecho abrazo amoroso

ahora y siempre tengas a Hecelchakán


 https://www.youtube.com/watch?v=M_JaUhlJHMg

 

-Colaboración de William Gómez Poot

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