viernes, 5 de noviembre de 2021

NOVENA A SAN CARLOS BORROMEO


NOVENA EN HONOR AL GLORIOSO SAN CARLOS BORROMEO

ARZOBISPO DE MILAN.

 

Sacada a la luz por un devoto suyo.

 

Impresa por Carlo Giorgi, Imprenta Arzobispal de Livorno.

Italia. Año 1872.

 

Se puede considerar hacer un Triduo en vez de la Novena, para esto puede servirse de tres días cualquiera en cualquier orden.

 

ORDEN DE LA NOVENA O TRIDUO PARA TODOS LOS DIAS.

 

Presente ante la exposición del Santísimo Sacramento se da inicio con el Himno “Pange Lingua”; en caso de no estar ante el Sacramento o en la Iglesia se principiará como sigue:

 

En el nombre del Padre, etc.

 

V. Dios mío ven en mi ayuda.

R. Señor, apresúrate en socorrerme.

 

Gloria Patri, etc.

 

 

PRIMER DIA

LA SANTIDAD DE SAN CARLOS

Vuestra Santidad, oh Gloriosísimo Carlos, fue anunciada al Mundo antes de vuestro feliz Nacimiento; porque estando oculto en el vientre un insólito esplendor a manera de un rayo de sol, que aclara las tinieblas, fue un manifiesto indicio que Vos debías ser grande en la Iglesia de Dios; por tanto, te ruego humildemente me concedas del Eterno Padre un rayo de su Divina Gracia para claridad de mi Mente, y para poder imitarte en la piedad y en la devoción.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria Patri.

 

Antiphona: Ecce Sacerdos Magnus, qui in diebus fuis placuit Deo, et inventus est justus: et in tempore iracundiae factus est reconciliatio.

 

INNO

Iste Confessor Domini, colentes

Quem pie laudant Populi per Orbem,

Hac die laetus meruit beatas

Scandere fedes.

Qui pius, prudens, humilis, pudicus,

Sobriam duxit fine labe vitam,

Donec humanos animavit aurae

Spiritus artus.

Cujus ob praestans meritum frequenter,

Aegra quae passim jacuere membra

Viribus morbi, dormitis, saluti

Restituuntur.

Noster hinc illi chorus obsequentem

Concinit laudem, celebresque palmas,

Ut piis ejus precibus juvemur

Omne per aevum.

Sit fallus illu decus, atque virtus,

Qui super caeli folio coruscans,

Totius mundi feriem gubernat

Trinis, et unus. Amen.

 

V. Iste est, qui contempsit vitam Mundi, et pervenit ad caelestia regna.

R. Ipse intercedat pro Peccatis omnia populorum.

 

OREMUS

Ecceliam tuam, Domine, Sancti Caroli Confessoris tui, atque Pontificis continua protectione custodi: ut sicut illum Pastoralis sollicitudo gloriosum reddidit; ita non ejus intercessio in tuo Semper faciat amore ferventes. Per Christum Dominum nostrum. Amen.

 

No estando expuesto el Santisimo Sacramento durante esta novena o triduo, en vez del “Tantum Ergo” se dirá la Letanía de la Santísima Virgen.

 

 

ANTÍFONA: He aquí al gran sacerdote que en sus días agradó al Señor, y se ha encontrado justo, y en el tiempo de Su Ira hubo reconciliación.

 

HIMNO

Este Confesor del Señor,

A quien los fieles alaban y veneran

Piadosamente por todo el Universo,

Mereció en este día subir con regocijo

A las mansiones de la Gloria.

Gozando ya de la Gloria

Merece en este día las mayores

Aclamaciones de alabanza.

 

El que siendo piadoso,

Prudente, humilde y casto,

Tuvo una vida arreglada y sin culpa,

Cuando sus miembros humanos

Eran vivificados por el espíritu

De nuestra existencia.

 

Por cuyos grandes méritos

Se ven frecuentemente arreglados

Los estímulos de las pasiones

Y restituidos a la salud de la gracia

Los hombres que estaban tan enfermos

Del pecado que a cada paso delinquían.

 

Cantémosle pues, aquí en nuestro coro

Las alabanzas que le son agradables

Y publiquemos sus heroicas victorias;

Para que, por su piadosa intercesión,

Seamos favorecidos en todo tiempo.

 

Tenga la salud, el honor y el poder

Aquel que siendo Trino y uno,

Y lleno de Majestad sobre los cielos,

Gobierna desde su trono cuantas cosas

Existen en todo el mundo. Así sea.

 

V. Él es el que despreció la vida del mundo y vino al Reino de los Cielos.

R. Que él interceda por los pecados de todos los pueblos.

 

OREMOS

Mantén tu mirada sobre nosotros, oh Señor, que estamos bajo la protección ininterrumpida de tu Confesor y Obispo Carlos; para que su intercesión nos haga siempre fervientes en el amor. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

 

 

SEGUNDO DIA

AUSTERIDAD DE SAN CARLOS

Considerada la vanidad y la caducidad de las cosas mundanas, ¡Oh glorioso San Carlos!, Vos desdeñasteis ser un gran príncipe secular: te diste a la mayor austeridad de la Vida; te consagraste todo a Dios tomando el orden Sacerdotal; rechazaste riquezas, honores, cargos honrosísimos, y profesiones respetables; Oh te ruego que hagas que yo reflexione de una vez sobre las quimeras del mundo y conciba santo aborrecimiento de ellas y no piense sino en la conquista de mi eterna salvación.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria, como el primer día.

 

 

TERCER DIA

CARIDAD DE SAN CARLOS

Vuestra caridad hacia el prójimo fue tan grande, oh Glorioso San Carlos!, que no solo las puertas de tu Palacio eran siempre abiertas a los pobres y a los peregrinos, a los cuales donabas generosas limosnas; sino que vendiste entonces la mayor parte de vuestros bienes al beneficio de los miserables a los cuales sin distinción alguna acogiste con señal de verdadero amor; te suplico que enciendas en mi un afecto igual por mis semejantes, para que yo pueda imitarte aquí en la tierra, para gozar después contigo en el Cielo. Amén.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria, como el primer día.

 

 

CUARTO DIA

ABSTINENCIA DE SAN CARLOS

Cuánta abstinencia observaste, ¡oh Glorioso San Carlos mío!, vuestros ayunos eran cotidianos y austeros, vuestras penitencias eran asiduas y rigurosas. Un áspero y duro cilicio te ceñías siempre a la carne; y con disciplinas demoledoras. Las duras tablas eran vuestro lecho, y pocas horas bastaban para reposar vuestro fatigado cuerpo. Oh Santo mío, haz que yo enamorado de tan bella virtud me abstenga al menos de cometer pecados, que tanto te desagradan, y tanto ofenden a Dios.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria, como el primer día.

 

 

QUINTO DIA

CASTIDAD DE SAN CARLOS

El celoso cuidado con que custodiaste siempre tus sentidos, Oh Glorioso San Carlos, fue ocasión de una de las más bellas virtudes vuestras: La Castidad. Tú desde tu tierna infancia supiste huir de las malas compañías y prácticas escandalosas, y de las ocasiones de pecar. Vos siempre amasteis la pureza de costumbres, la impecabilidad del corazón; oh obtenedme que yo también huya de los malos ejemplos, y ame siempre la castidad y la pureza ante los ojos de vuestro y mi Señor.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria, como el primer día.

 

 

SEXTO DIA

HUMILDAD DE SAN CARLOS

Vos, Gloriosísimo San Carlos, nacido de una familia opulenta y noble, fuiste siempre tan humilde, que despreciaste todas las pompas y todas las galas; Vos deseabas no solo vestir pobremente, también huiste siempre los aplausos y los elogias que a vos se debían. Vos con los pies descalzos, con una soga al cuello, y con la Cruz sobre los hombros fuiste visto muchas veces ofreciendo procesionalmente al Señor por los pecados ajenos; oh procúrame una igual humildad de espíritu, a fin de que, conociéndome a mí mismo, aprenda de una vez a vivir cristianamente. Amén.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria, como el primer día.

 

 

 

SEPTIMO DIA

EFICIENCIA DE SAN CARLOS

La eficacia con la cual siempre cumpliste con vuestros deberes es un admirable mérito vuestro, oh Glorioso San Carlos. Vos incesantemente sudaste por el bien espiritual de las almas a ti confiadas; no te atemorizaron las fatigas ni los males; ni aun en el tiempo de la horrible peste, que devastaba vuestra ciudad de Milán, tú no cesaste nunca de socorrer a los pobres moribundos administrándoles con tus propias manos el Santísimo Sacramento; obtenedme, os lo suplico, del Señor una pronta actividad para el cumplimiento de los deberes propios de mi estado. Amén.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria, como el primer día.

 

 

OCTAVO DIA

FE DE SAN CARLOS

Vuestra doctrina, y vuestro celo, oh Gloriosísimo San Carlos, fueron un impenetrable escudo contra los impíos profanadores de nuestra santa Religión; y vos siempre con imperturbable constancia y firmeza de ánimo conservaste intacta y estable la Fe Católica, que siempre predicaste por escrito y también predicaste a voces; quedando concluido por medio vuestro el Santo Concilio de Trento, el cual fue tan útil y ventajoso para nuestra creencia; obtenedme una igual constancia y una viva fe, para que yo jamás me deje seducir de las lisonjas exageradas de los impíos. Amén.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria, como el primer día.

 

 

NOVENO DIA

MUERTE DE SAN CARLOS

La muerte no te aterró, ni te sorprendió, oh Glorioso San Carlos, porque para ella estabas ya preparado, mientras en ella habías siempre pensado en el Sacro Monte de Varallo; y aunque llegó para cortar el hilo de vuestros preciosos días, Vos con invicta constancia la esperaste; porque ibas a gozar el premio de vuestras virtudes; oh consígueme, te lo ruego, la gracia de vivir bien para poder después morir santamente. Amén.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria, como el primer día.

 


-Colaboración de Carlos Villaman

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