TIERNAS MEMORIAS DE LAS SIETE PALABRAS DE CRISTO CRUCIFICADO DIJO EN EL ÁRBOL DE LA CRUZ
Y
POR ELLAS IMPLORAR DE MARÍA SANTÍSIMA DE LOS DOLORES UNA VERDADERA PENITENCIA,
Y FIRME ARREPENTIMIENTO DE LAS CULPAS COMETIDAS CONTRA SU SANTÍSIMO HIJO
Reimpresa
en Puebla de los Ángeles, en la Imprenta de D. Pedro de la Rosa.
Año
de 1811
ACTO
DE CONTRICIÓN
Creo
en Dios, espero en Dios, amo a Dios sobre todas las cosas, por ser vos quien
sois, Dios mío, me pesa de haberos ofendido, propongo con vuestra divina gracia
de nunca más ofenderos.
OFRECIMIENTO
Jesús
mío, que agonizaste por mí en la Cruz, yo te ofrezco y dedico el momento de mi
muerte y agonías de ella, juntas con este ejercicio, a las agonías y momento de
la tuya. Sea tu muerte mi vida, Buen Jesús. Amén.
Jaculatoria: En
la muerte, amor mío Crucificado, no me quites el habla, por tus siete palabras
en la agonía del Calvario.
-La
primera palabra que habló nuestro Redentor desde el Árbol de la Cruz, fue
decir: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. Digamos nosotros diez
veces con gran dolor por haberle ofendido: Padre perdóname, porque no supe lo que hice.
-En
lugar del Gloria Patri se dice: Adoramoste Cristo y bendecimoste, que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo. Y luego se dice la jaculatoria: En la
muerte, amor mío…
-La
segunda palabra que habló el Señor en la Cruz fue: Hoy estarás conmigo en el
paraíso. Digamos nosotros diez veces: Señor, acuérdate de mí pues estas en tu
Reino.
-La
tercera palabra que habló en la Cruz fue: Eh ahí a tu Hijo, eh ahí a tu Madre.
Digamos nosotros con gran esperanza en el Señor, que nos ha de perdonar por los
méritos de su Santísima Madre, diez veces: Mírame Señor, con piedad, que soy Hijo de María
Santísima.
-La
cuarta palabra que habló el Señor fue: Dios mío, Dios mío ¿porque me has
desamparado? Pidamos al Señor no nos desampares en la muerte, digamos diez
veces:
Dios mío, Dios mío, no me desampares en la amargura de la muerte.
-La
quinta palabra que habló el Señor fue: Sed tengo. Digamos nosotros diez veces: Sed
tengo de morir en vuestro amor. Pidamos al Señor nos dé verdadera
contrición y mucho amor.
-La
sexta palabra fue: Consumado está. Pidamos nosotros no nos desampares en
aquella hora, digamos diez veces: Acábese Señor mi vida en tu amistad y gracia.
-La
séptima palabra que habló el Señor en la Cruz, fue: Padre en tus manos
encomiendo mi espíritu. Digamos nosotros con gran deseo de expirar en las manos
de Dios, diez veces: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
-Ahora
se repite tres veces: Jesús sea conmigo en mi muerte. Y luego esto: Humillose
Cristo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de Cruz por nosotros.
ORACIÓN
¡Oh
fuente inagotable de piedad! Bondad sin comparación, mayor que todas las culpas
de los hombres: interpón tu Cruz y tu muerte entre mis pecados y tu Justicia.
Ten misericordia de mí y perdóname, por las tres horas de tu mortal agonía, y
cuando yo esté expirando, extiende tus brazos, Dios mío, crucificado por mi
amor, y esconde mi alma en el seno de tus infinitas misericordias. Amén
L/:
Ruega por nosotros, Virgen Dolorosísima
R/:
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
¡Oh
María, mar de dolores, que amarga es tu pena! ¡Quien me dará a participar de tu
compasión al pie de la Cruz! ¡Oh Reina de los Mártires! Soy indigno (como lo
soy) del martirio de sangre de tu Hijo, alcánzame por lo menos, ser mártir de
amor por tu Hijo que murió por mi amor. Amén.
Dulce Jesús de mi vida
Que en la Cruz estáis por mí,
En la vida y en la muerte
Señor, apiadaos de mí.
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