lunes, 8 de noviembre de 2021

NOVENA AL SEÑOR DE SAN ROMÁN

 

NOVENA DEL SEÑOR DE SAN ROMÁN

Escrita por Fr. Joaquín de S. Miguel de Zapata

A petición de un devoto suyo

 

En un acuerdo celebrado por el Cabildo de Campeche en el año de 1689, que textualmente dice así: En un acuerdo celebrado por el Cabildo de Campeche, para disponer que se reparase la Iglesia en donde está colocada la imagen del Señor de San Román, en el año de 1689, a 10 de enero, siendo cura el Sr. Lic. D. Diego Tello de Aguilar, y Alcalde D. Felipe de la Barreda y Villegas, rector de la cofradía se dispuso que 49 pesos, que fueron remitidos de la ciudad de Mérida, recogidos de limosnas de cuando el Señor estuvo en aquella ciudad, y paraban en depósito en poder de D. Juan Gutiérrez de Cosgalla, con 71 pesos y otros picos que había existentes, que por todo ascendían a 350 pesos, se invirtiesen en el pronto reparo de la Iglesia por la prontitud que exigía su composición. Campeche, septiembre 1° de 1863. Juan P. Marcín, mayordomo de dicha imagen.

 

INDULGENCIA

El Excmo. e Ilmo. y Dignísimo Señor Obispo Diocesano, Dr. D. José Ma. Guerra, por sí y hermandad que tiene acordada con varios Ilmos. Sres. Obispos de la comunión católica, concede doscientos días de indulgencia a los fieles cristianos que ante la imagen devota de Nuestro Señor Jesucristo que bajo la advocación de San Román, se venera en su santuario extramuros de la ciudad de Campeche, rezaren el Padrenuestro, el Credo, o cualquiera de los salmos penitenciales, la novena o algún día de ella, o en in, por cualquiera oración aprobada por la Santa Iglesia nuestra madre, en la forma que ella misma acostumbra; ampliando Su Señoría Ilustrísima por la presente concesión, y renovado en la parte correspondiente, la que igualmente hizo a solicitud del respetable señor coronel D. José Segundo Carbajal.- Mérida, octubre 2 de 1847. Matías José de la Cámara, notario mayor.

 

SEÑOR

No es esta la vez primera que se vale de vuestra disposición soberana de medios inútiles para fines altísimos. Yo venero vuestros divinos e inescrutables juicios, y conozco que en haberme elegido para extender más vuestra devoción y mayor culto, fue para daros a conocer más maravilloso en vuestra sagrada imagen de San Román; pues me reconozco el más vil instrumento para encender en los pechos cristianos vuestra sagrada devoción, y solo me alienta a emprender esta obrita, la esperanza que tengo en Vos, de que me ayudaréis para el acierto, como que tengo puestas en vuestras manos sacrosantas su desempeño; y así todo lo bueno que tuviere será vuestro y míos todos los hierros todos. Ofrézcoos con reconocimiento esta oferta pequeña en lo material, pero grande en lo formal, pues se dirige a enseñar a los mortales a daros las más debidas gracias por habernos favorecido dos siglos ha por medio de vuestra sagrada imagen con tan innumerables prodigios y maravillas como publica la común voz y fama. Os suplico por quien sois, nos favorezcáis a todos vuestros devotos en especial a aquel amarteladísimo vuestro, que me suplicó me dedicara a hacer esta obrita, ofreciendo él imprimirla a su costa, prueba de su grandísima devoción, que cordial profesa a vuestra sagrada, milagrosa imagen. A vuestros pies sagrados postrados vuestro esclavo indigno

 

Fr. Joaquín de S. Miguel de Zapata.

 

Este novenario puede hacerse en cualquier tiempo del año como la necesidad lo pidiere, pero en especial el día 5 de septiembre para acabarlo víspera de la fiesta del Santísimo Cristo, que es el día 14 de dicho mes.

 

 

DÉCIMA

Que compuso el autor al Santísimo Cristo de San Román

 

No solo con gentileza,

O divina sacra hechura,

De mi JESÚS la hermosura

Retratas con gran destreza.

 

Más se admira tu belleza

En todo lo orbicular,

Y es justo que con igual

Amor fino y respetuoso,

Contemple hoy en tu hermoso Rostro,

que es tan singular.

 

Persignándose primero se dice el siguiente:

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor y Dios míos, Padre amorosísimo de mi alma, a vuestras Aras recurro como el ciego a buscar la luz eterna de vuestra gracia, os he ofendido, sumo bien, de que me pesa sobre todo pesar, solo por ser vos quien sois, propongo satisfacer a tanta ofensa en cuanto pueda; confiando en vuestra piedad soberana me habéis de recibir en vuestra gracia me la habéis de dar para nunca ofenderos. Amén.

 

ORACIÓN COTIDIANA AL ETERNO PADRE

Soberano Dios Omnipotente, de que dimana todo lo bueno, y a quien debo todo el ser que tengo: reconozco estos tan grandes beneficios y quisiera agradecerlos, como es debido, en especial el singular que me hicisteis, y a toda esta ciudad, en concedernos esta imagen sagrada de vuestro Unigénito Hijo, para que en ella hallásemos todo el consuelo espiritual y temporal siendo un antídoto celestial que nos libra de todo mal, y nos comunica todo bien, pues por medio de esta milagrosísima imagen tenemos los elementos todos sujetos; y si no, ¿quién no dirá que a su invocación la tierra estéril no se volvió fecunda? ¿Qué el mar embravecido no se tornó leche? ¿Qué el aire corrupto no se tornó salutífero? ¡Qué el fuego voraz no suspendió sus incendios? ¡Oh imagen y qué admirable! Pues así representa tan al vivo a vuestro Unigénito Hijo, que con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

1 Padrenuestro y 1 Avemaría con Gloria Patri al Eterno Padre.

 

 

DÍA PRIMERO

Celebremos muy festivos

la dicha tan singular

de tener en nuestra Patria

al Señor de San Román.

 

Considera con atención, cristiano devoto, como uno de los mayores beneficios que Dios nuestro Señor ha hecho en esta ciudad y provincia, fue el querer que en ella estuviese esta imagen sacrosanta, por un medio tan milagroso como refiere el padre Cogolludo en su historia de Yucatán, pues habiendo encargado la ciudad de Campeche al mercader Juan de Cano de Coca Gaytán, que iba a la Nueva España, trajese una imagen de un Santo Crucifijo, la trajo el año de 1565, y con tan manifiesto prodigio, que el bajel en que se embarcó llegó de Veracruz a Campeche en solo veinticuatro horas, cosa nunca vista ni oída, en que claramente nos manifestó esta milagrosa imagen, que en su llegada tan presurosa, nos traía todo el bien y consuelo que podíamos desear, lo cual considerando dirás la siguiente:

 

ORACIÓN

Jesús amado, que siempre deseas el bien de los hombres, y por cuyo amor padeciste en tu sagrada Pasión tantos dolores y tormentos hasta ser elevado en este sagrado Madero, sin más interés, que el mirar por nuestro bien, rescatándonos con tu preciosísima Sangre, Pasión y muerte de los horrores de la más lastimosa que la del alma, a que estamos sujetos por la culpa de Adán. Yo os doy las más debidas gracias por tan grande beneficio, y por el que nos hiciste con haber venido por medio de esta vuestra sagrada imagen, para nuestro espiritual y temporal consuelo; y suplicaos por el amor que nos tenéis, me concedáis este especial favor que ahora os pido, si es de vuestro divino agrado. Amén.

Aquí se rezan 5 Padrenuestros y Avemarías con Gloria Patri, en honra y gloria de las 5 Llagas de Nuestro Salvador y alentando la confianza se hace petición, y después de ella, la oración:

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Milagro de la Omnipotencia, y maravilla de sus gracias, amor mío, Señor de San Miguel, yo me regocijo de la virtud que tienes sobre todas las virtudes, y ruego que pues es tan propio de ella hacer milagros, hagas que venciendo todo descuido, y violentando su naturaleza corrompida y estragada, te amen, y procuren con verdad tu devoción que es el milagro de los milagros y el remedio portentoso que te pido y deseo ver, para que así no sean tan raros los que siguen el camino de la virtud, sino que todos, abrazándose en ella, alcancen el premio de la gloria. Amén.

 

 

 

 

SEGUNDO DÍA

Palma hermosa que te elevas

Hasta la cumbre del cielo,

Danos la gracia y favor

Que os pedimos por consuelo.

 

Considera muy atento, que el símbolo más expresivo de esta soberana imagen es la misteriosa palma que elevándose derecha a hasta el cielo, nos dará racimos de sazonados y hermosos frutos, que son los milagros maravillosos con que nos favorece tan a manos llenas. No lo digo yo mundanamente lo publican aquellos amontonados trofeos de sus prodigios que se miran en su santa casa. ¿Qué dicen aquellas cabezas, ojos, brazos, manos y pies, y demás señales en cera y tabla? Sino que por medio de esta sagrada imagen enmendó Cristo nueva vida, el desorden con que los elementos descompuestos hicieron a unos cojos, a otros tullidos y a otros ciegos, a otros mancos, y a otros maltratada la cabeza, etc. ¡Oh prototipo y qué soberano! ¡Oh imagen y qué milagrosa! ¿Qué dijera Longinos (considerando con atención) si viera tantos milagros, como en las paredes de su santa casa se miran? Tal vez lo aclamara por el mismo Hijo de Dios, como lo hizo cuando vio los prodigios que obraba en el Calvario. Más no debemos decir, sino que por imagen suya la más milagrosa, es la mejor señal de su divinidad, porque para conocerse la divinidad de Jesucristo nuestra vida, esos milagros casi valen lo mismo que la revelación de Dios. Valga por tantos la maravilla que refiere el R. Padre Cogolludo ya citado, en donde dice las señales milagrosas que tenía el Señor de San ROMÁN, quiso el mayordomo hacer de ellas velas para el monumento, y al partir el tronco salió de en medio de él una palma muy bien formada de la misma cera y color, como de un palmo, la cual llevaron con admiración a la iglesia parroquial, de donde la volvieron con solemne procesión a la del Santísimo Cristo, y púsose en un relicario de plata con vidriera; quedando testimonio auténtico del suceso. Hasta aquí el R. Padre y tú desde aquí ponderando a tus solas este raro prodigio, dirás después la siguiente:

 

ORACIÓN

Jesús dulcísimo, Palma frondosa, de cuyos sazonados frutos se alimentan las almas; hambrienta se halla la mía de tu divina gracia, porque olvidada de ti, fuente de aguas vivas, he corrido tras mis vicios y mayores precipicios, y pues reconozco mis yerros, quiero volver a tu gracia, que perdí por mis culpas atroces. Recíbeme, Padre amorosísimo, por el amor tan grande que tienes a los mortales, por habernos dado vuestra imagen sacrosanta para nuestro universal consuelo, y concededme el favor que pido si es de vuestro divino agrado. Amén.

 

 

 

TERCER DÍA

Amantísimo Jesús,

Es tu poder de tal suerte,

Que tu gracia nos da la vida

Y nos libra de la muerte.

 

Considera alma devota que, así como nuestro amantísimo Redentor triunfó de la muerte con su misma muerte así nos libertó de la muerte de la culpa por su muerte. No hay acto de caridad más perfecto, que el de ofrecer uno su vida temporal, porque no peligre la espiritual del prójimo: este acto en grado heroico obró nuestro celestial, nuestro Jesús, ofreciendo en holocausto su vida; por darnos la espiritual que la gracia, de que estábamos todos privados por la culpa original. Demos a nuestro Soberano Redentor las más debidas gracias por tan grande beneficio, y por el que os hizo de habernos concedido su sagrada, milagrosa imagen, que por medio de ella libertó a otro devoto suyo de la muerte temporal, como lo certifica el siguiente milagroso caso que trae el R. Padre historiador ya citado. Enfermó gravemente el mismo mercader que trajo la sagrada imagen del Santísimo Cristo de San ROMÁN, a quien se encomendó de corazón y después de muchos días que padeció, murió y amortajado que fue, y pasadas siete horas después con admiración y pasmo de los circunstantes, lo resucitó el Señor, sobreviviendo después cuatro años. Considerando este prodigio, dirás la siguiente:

 

ORACIÓN

Misericordiosísimo Jesús y Padre amorosísimo de nuestras almas, con la mayor humildad llegó ante vuestro divino acatamiento, y os doy las más rendidas gracias, porque con vuestra muerte diste vida a nuestras almas; y también porque por medio de esta nuestra sagrada imagen nos dais el consuelo temporal que os pedimos; os suplico me concedáis el que ahora os pido, si es de vuestro divino agrado. Amén.

 

 

 

CUARTO DÍA

Mi Jesús, sois la salud

Del enfermo que os invoca,

Y le concedéis favores,

Casi a pedir de boca.

 

Considera que, por medio de esta sagrada imagen, quiere Dios concedernos tantos favores, que es un antídoto universal para todo género de enfermedades; pues solo podrá decirlo el necesitado que le ha invocado en sus aflicciones, como la evidencia el siguiente caso que trae en su historia el citado R. Padre. D. Pedro Machuca llegó a ver a su mujer desahuciada de los médicos, y haciendo oración ante el Santísimo Cristo de San ROMÁN, le pidió que le diese salud a su esposa, y que de haberse de llevar a uno de los dos fuese a él, porque ella hacía mucha alta a sus hijos; así se lo concedió a su Majestad, pues conforme iba mejorando a su mujer, iba agravándose a él el accidente, hasta que a los 8 días murió, quedando ella del todo sana, Considerando este raro prodigio dirás la siguiente:

 

ORACIÓN

Dulcísimo y amorosísimo Jesús, que, no mirando nuestros deméritos e ingratitud suma, siempre quieres nuestro bien; yo te doy gracias por tu gran misericordia y piedad que usas con nosotros miserables pecadores, y te suplico me concedas tus auxilios, para vivir siempre en tu gracia, y el favor que ahora te pido, si es de tu divino agrado. Amén.

 

 

 

 

QUINTO DÍA

Tú socorre con piedad

Al hombre que en el mayor

Peligro invoca tu nombre,

Y le infundes gran valor.

 

Considera que del modo que el dulcísimo nombre de Jesús es tan temido de nuestros enemigos invisibles los demonios, así el nombre de esta sacratísima imagen del Señor de San ROMÁN, es temido de nuestros temporales enemigos, dando su Majestad Divina valor a los que devotos le invocan para vencerles, como lo evidencia el siguiente maravilloso caso que trae el citado R. Padre historiador, y es como sigue: Unos enemigos corsarios prendieron a siete indios del barrio de San Román y los traían por el mar, sin quererlos echar a tierra; determinaron los indios alzarse con la fragata, y sin más que unos cuchillos que cogieron en ella, encomendándose muy deberas al Santísimo Cristo de San ROMÁN, e invocándolo con fe viva dieron el avance con tal felicidad, que mataron al capitán y ocho de ellos, maniataron a los restantes y alzando velas desde el Puerto de Oilam (en donde sucedió este suceso) trajeron la fragata a este puerto de Campeche con los prisioneros y armas. Considerando este prodigio dirás la siguiente:

 

ORACIÓN

Mi Jesús amado, cuyo sagrado y dulcísimo nombre es temido de todos nuestros enemigos, pues a su invocación huyen los demonios y tiembla el infierno todo y quieres que hasta a invocación de él de esta tu sagrada imagen, no solamente los invisibles sino también los visibles que nos molestan, dándonos valor para vencerlos: por él te pido me deis valor para vencer las pasiones que me mortifican, para que así no te ofendan concédeme el favor que ahora os pido, si es de tu divino agrado. Amén.

 

 

SEXTO DÍA

De ese piélago soberbio,

Jesús, su furor detienen,

De mil males nos libertas,

Comunicándonos bienes.

 

Considera cuantos peligros del mar ha libertado Dios Nuestro Señor a la invocación de esta sagrada imagen de su Unigénito, y hallarás que es un mar sin fondo; pues apenas hay barco que venga a este puerto, que no publique las maravillas y prodigios de esta imagen sagrada de San ROMÁN, y es tan universal la invocación de su santo nombre para libertarse de naufragios, no solo en este seno y en todas las Indias, sino en toda la Europa, que hasta allá llegan sus benéficas influencias, bien claro nos lo muestra ser así la muda elocuencia de tantas pinturas de sucesos, que penden de las paredes de su santa iglesia y sacristía, que sería por demás el individuarlos. Considerando esto, dirás la siguiente:

 

ORACIÓN

Jesús amantísimo, único remedio de nuestros males, líbrame, Señor, del mayor mal, que es el pecado mortal, para no caer en el inmenso piélago del infierno, concédeme el favor especial que ahora os pido, si es de vuestro divino agrado y santo servicio. Amén.

 

 

 

SÉPTIMO DÍA

Tu piedad se nos franquea

Sin limitarse en el mar,

Circula también por tierra

Libertándonos del mar.

 

¡Oh que gran consuelo es considerar con atención el bien que tenemos y poseemos en esta sagrada siempre milagrosa imagen del Señor de SAN ROMÁN, al ver que en todo tiempo y lugar nos favorece, y a su invocación santa nos remedia! Son casi infinitos los prodigios que ha hecho Dios Nuestro Señor a su invocación en los peligros, como lo aseguran muchos, que al referirlos fueran prolijidad, y así considerando este punto dirás:

 

ORACIÓN

Jesús mío y amado dueño de mi alma, cuya piedad por ser infinita, como es, no se restringe, sino que ampliamente nos la comunicas por medio de tu sagrada imagen de que te doy las gracias y te suplico me libertes de las ocasiones de ofenderte para que siempre te ame y sirva y me concedas este especial favor que ahora te pido, si es de tu divino agrado. Amén.

 

 

 

OCTAVO DÍA

En la necesidad mayor De lluvias os invocamos, Y en vuestra piedad hallamos El consuelo y el favor. Es cierto que en lo temporal no puede haber mayor necesidad que la falta de lluvias, como lo saben todos, pues de ella no solo dimanan accidentes y pestes (como nos lo demuestra la experiencia) sino también hambre, que es la mayor desdicha que un lugar puede sufrir. Pues todo esto no libra Dios, nuestro Seor, por esta sagrada imagen de tu Santísimo Hijo, como lo ha mostrado tantas veces la experiencia; pues luego que escasean las lluvias, no hay otro recurso, sino a esta sagrada imagen, la traen en solemne procesión desde la iglesia de San ROMÁN mártir, en donde se venera, que está extramuros de esta ciudad, a la parroquial en donde se le canta un novenario de misas, y no ha habido vez que salgan desconsolados los vecinos de esta ciudad; antes muy favorecidos siempre con abundantes lluvias, así en acción de gracia, dí la siguiente:

 

ORACIÓN

Jesús dulcísimo, fuente de aguas vivas con que refrigeras la sed del miserable pecador: se alienta, se llena mi alma de vuestra divina gracia, dámela para que nunca ofenda y haz me mantenga en el propósito de morir antes que te ofenda, y concédeme el favor que ahora te pido, si es de tu divino agrado. Amén.

 

 

 

NOVENO DÍA

Todos nosotros, Señor,

Confesamos a una voz,

Que eres muy maravilloso,

Y en la piedad mayor.

 

Considera que esta soberana imagen del Señor de SAN ROMÁN es un prodigio de prodigios y un milagro de milagros no hay necesidad, enfermedad, pestilencia, peligros del mar y tierra en que se halle el hombre, que, invocando su sagrada protección, no halle el deseado consuelo. No me dilato en este punto en correr la pluma, porque mejor podrá correr el discurso del devoto, que como favorecido de sus benéficas influencias, siempre le sobrarán muchos motivos de darle incesantemente muchas gracias por los beneficios recibidos: sea su Majestad Santísima alabada por siempre que así quiso consolarnos con esta sagrada imagen suya.

 

ORACIÓN

Mi dulcísimo Jesús, que como piadoso y benigno miras siempre nuestras necesidades y desconsuelos, como lo manifiestas en tu sagrada y milagrosa imagen, que quisiste fuese para nosotros un todo para todos, y un todo para cada uno de nosotros. Os doy las gracias que puedo por tanto beneficio, y os pido por vuestra piedad soberana me concedas el favor que os pido en esta novena, si es de vuestro divino agrado. Amén.

 

 

NOTA

Siendo el principal motivo para hacer este novenario dar a Dios gracias por el beneficio tan grande que nos hizo en darnos la sagrada imagen de su Santísimo Hijo, por cuyos prodigios y maravillas recibimos tanto bien, es necesario suponer el modo y orden jerárquico con que según los teólogos, ilumina Dios nuestro Señor, a los ángeles, que por medio de ellos rige, gobierna y beneficia al universo; porque aunque fue de primera causa es cierto que concurre inmediatamente con los inferiores a todos sus actos, pero en cuanto a las dispositivas direcciones, las envía por medio de sus ángeles, iluminando al supremo de todos ellos mi gloriosísimo amo y Señor San Miguel, y este a los demás de esta suerte hasta los ínfimos, que son los inmediatos ejecutores aún de las acciones elementales, lluvias, sanidades, aciertos, paz y todo aquello que conduce a nuestro bien. Y así debemos confesar, que todos los milagros que Dios hace, en cierto modo, también se lo debemos a mi gloriosísimo amo y Señor San Miguel, que como primer ministro de Dios nuestro Señor, pasa todo por su mano, y también debemos agradecérselo como que nos ama tanto, y así no será fuera de propósitos antes muy acertado y del agrado de Dios nuestro Señor, que le recemos cada día del novenario la antedicha oración.

 

 

LAUS DEO

Mariae et Michaeli Ancangelo. Amen

 

 

-Colaboración y edición de William Gómez Poot

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