miércoles, 10 de noviembre de 2021

SILBIDOS DEL BUENN PASTOR


CLAMORES

O

SILBIDOS DEL BUEN PASTOR A LA OVEJA DESCARRIADA

  Querida oveja mía, que ingrata me has abandonado y has huido de mis caricias, ¡con cuánta compasión te miro correr descarriada, buscando unos pastos venenosos, que no pueden darte otro fruto que la muerte! No aparto de ti mis ojos desde que me dejaste, y con lástima veo que vas a meterte entre las fieras que solo intentan devorarte. Tú caminas alegre por esos prados engañosos, porque no conoces ni adviertes como yo tu peligro ¡Ay pobrecita! ¿Quién fué el pérfido que te apartó de mi rebaño? ¿Pero es posible que tú eches o tu amante Pastor! ¿Es posible que no te acuerdes de mí ni de aquel Incesante amor con que entre día te llevaba por los valles amenos y seguros, y de noche velaba o fin de guardarte el sueño? ¿Tan breve has podido olvidar aquellos continuos silbidos con que solía llamarte cuando de mí te apartabas, y tú, conociendo mi voz, volvías pronto y obediente y te recostabas junto o mí llena de seguridad y confianza? Acabose todo y pasaron ya aquellos momentos tan felices en que tú besabas cariñosa mis manos, mientras yo con el mayor interés y empeño te alagaba y curaba mil veces tus heridas. Tú corres, tú saltas, tú te diviertes, pero me has dejado penetrado de dolor y de amargura. A todas horas vuelvo mis ojos hacia aquellas tristes sendas por donde te vi partir, y clamo sin cesar, esperando que algún dio vuelvas en ti, despiertes de tu letargo y respondas con tus balidos o tu Pastor, que ansioso te solicita. i Qué! ¿no te enternece mi llanto, ni te mueve la pena que padezco al ver tu ruina inevitable, sino te apartas de ese camino infeliz por donde te ha descarriado tu apetito? Vuelve, vuelve amada oveja mía, vuelve a tu redil, y si te parece estar muy fatigada, clámame; no tengas temor; iré yo mismo por ti y te cargaré gustoso sobre mis hombros. ¿Qué te detiene?  ¿los verdes y floridos campos 'del vicio que dejas? ¡Ah, que la experiencia te ha hecho ver que entre las hojas de esas rosas no hay más que espinas que punzan el corazón! O ¿Temes el castigo de tu infidelidad? Desecha, desecha luego ese miedo, que yo olvidaré para siempre tu culpa; sí, me ocuparé Únicamente de consolarte, de quitarte con mucho cuidado las espinas, lavar con cariño tus llagas y apagar tu sed con mi propia sangre. Ven, repito, oveja mía, que ya no sufre más tiempo mi amor. Tu Pastor soy; nada temas, y me consuela tanto tu vuelta que llamaré a mis vecinos y amigos para que todos me acompañen en el gozo de haberte hallado: todos me darán el parabién porque te recobro, y a ti igualmente te darán alegres la bienvenida. Dichosa tú mil veces si te aprovechas de esta oportunidad y oyes estos clamores y silbidos, que no sabes si serán los últimos. Date prisa, pues, y logra al lado de un Pastor que tanto te ama, el remedio seguro de tus males, el consuelo sólido de tus fatigas, la tranquilidad, el. sosiego y la inefable paz de tu corazón.

 

 

CANTICO DEL ALMA DEVOTA A SU BUEN PASTOR CRISTO JESÚS

CORO:

Pastor divino,

Tú nos guiarás,

Y el buen camino

Nos mostrarás.

 

Pastor amable,

Jesús piadoso,

Dueño amoroso,

Dios de piedad:

 

Vengo a tus plantas,

Si tú me dejas,

Humildes quejas

A presentar.

 

Divino pecho

Donde se inflama

La dulce llama

De caridad.

 

¿Por qué la tienes

Allí encerrada

Y no abrasada

La tierra está?

 

Arroja en

Tu hermoso fuego

Y toda luego

Se inflamará:

 

¿No ves que el mundo

Vive aterido

Y endurecido

En la impiedad?

 

Oh Pastor bueno,

Manso y clemente,

Principio y fuente

De santidad:

 

Véante mis ojos

Desenojado,

Dueño adorado,

Dios de bondad.

 

Con lazo amigo,

Con lazo estrecho,

Tu amante pecho

Vengo a buscar:

 

Por tí suspiro,

Ábreme el seno,

Que en él

¡cuán bueno!

Es habitar.

 

Tú solo puedes,

Omnipotente,

Mi sed ardiente

Refrigerar:

 

Aquí, bien mío,

Aquí el postrero

Suspiro, quiero

Por ti exhalar.

 

El santo ósculo

Del dulce amor,

Ml buen Pastor,

Quiero espirar:

 

No me despidas

De tu presencia

Que tu clemencia

Vengo a implorar.

 

Y a la ovejuela

Antes perdida,

De tí adquirida

Te sigue en paz:

 

Pastor benigno,

Jesús clemente,

Mi amor ferviente

Mas inflamad.

 

Ya voy siguiendo

Tus santas huellas,

La senda de ellas

Me marcarás:

 

Y pues que en tí

Pongo mi anhelo,

Vea yo en el cielo

Luz eternal.

 

En esa patria,

Oh Pastor santo,

Mi dulce encanto

Siempre serás:

 

En mi amor puro

Perpetuamente

Tú reinarás.

 

Así lo piden,

Sí, tus ovejas,

Sus tiernas quejas

Clemente oirás:

 

Haz, Pastor bueno,

Que salvas sean

Y que el sol vean

De tu beldad.


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