martes, 4 de enero de 2022

NOVENA AL SEÑOR DE LOS MILAGROS DE EL SAUCE

NOVENA

AL SEÑOR DE LOS MILAGROS

DE EL SAUCE




Imprímase

Mons. Marcelino Areas

Vicario General

León, 25 de noviembre de 1981.


- Gobierno Eclesiástico -

- Diócesis de León, Nicaragua -


NOVENA AL SEÑOR DE LOS MILAGROS;

RÉPLICA FIEL DEL CRISTO NEGRO DE ESQUIPULAS;

QUE SE VENERA EN LA CIUDAD DE EL SAUCE, NICARAGUA.

Meditaciones tomadas de "Las Últimas Siete Palabras" del Venerable Fulton Sheen.



ACTO DE CONTRICIÓN

Jesús, mi Señor y Redentor: yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que, por tu infinita misericordia, me perdonarás todas mis culpas y me llevarás a la vida eterna. Así sea.


DÍA PRIMERO 


MEDITACIÓN

PRIMERA PALABRA

 PADRE, PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN

Perdonar ¿a quién? Perdonar a los enemigos? ¿Al soldado que en el palacio de Caifás le había golpeado con el puño? ¿A Pilato, al político, que había condenado a Dios para conservar la amistad de César? ¿A Herodes que había disfrazado la sabiduría con las ropas de un rey de burla? ¿A los soldados que estaban balanceando al Rey de Reyes en un árbol levantado entre el cielo y la tierra? ¿Perdonarlos? ¿Por qué perdonarlos? ¿Porque saben lo que hacen? No, sino porque no saben lo que están haciendo. Si supieran lo que estaban haciendo y continuarán haciéndolo; si supieran el terrible crimen que estaban cometiendo al condenar a muerte la vida; si supieran la perversión de la justicia que constituía el hecho de preferir Barrabás a Cristo; si supieran la crueldad que suponía clavar al tronco de un árbol unos pies que hollaban los montes eternos; si supieran lo que hacían y aún continuarán haciéndolo, sin pensar que la misma sangre que estaban derramando podía redimirles a ellos, ¡jamás se salvarían! ¡Más bien serían condenados! Sólo la ignorancia de su enorme pecado era capaz de brindarles una posibilidad de salvación.


PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA 


ORACIÓN DEL DIA

Oh amabilísimo Jesús, benignísimo Redentor de mi alma, que por el amor de los hombres fuiste clavado en la cruz con amargas penas y terribles tormentos! Obedeciste hasta la muerte y la muerte de cruz por salvar mi alma. Obedezca yo a tus divinos preceptos, y ande en el camino de tus leyes con mayor gozo y alegría que si tuviera en mi poder todas las riquezas del mundo.


Oh amabilísimo Jesús, maestro del perdón desde la cátedra de la Cruz: yo, más culpable que los que te crucificaron, imploro el perdón de mis pecados y que me ayudes a perdonar a mis deudores. Así sea.


ORACIÓN A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

PARA PEDIR UNA BUENA MUERTE 

Jesús Santísimo, mi Dios y mi Redentor: la hora de mi muerte ha de ser tan terrible, tan amarga y espantosa como cierta. Sé que eres infinitamente poderoso, creo que eres infinitamente santo y confieso que eres infinitamente bueno. ¿Pues en quién, después de Tí he de fincar toda mi confianza, quién después de Tí podrá comunicarme para aquel trance tan gran consuelo? Acuérdate Señor, de tu pasión; no te olvides de tus amarguras; ten presente el infinito valor de tu muerte, con la cual triunfaste del demonio, abriste a los pecadores las puertas del cielo, nos hiciste herederos de tu gracia y nos prometiste el descanso de tu gloria, la que espero alcanzar por tu infinita misericordia y por la intercesión de tu dolorosísima madre. Así sea. 


SALUDO A NUESTRA SEÑORA, 

MADRE DE DIOS Y MADRE DE LOS HOMBRES

Dios te salve, bellísima y purísima María: Bendito sea Dios Padre que te escogió por hija; Bendito sea Dios Hijo que te escogió por madre; Bendito sea Dios Espíritu Santo que te escogió por esposa; Bendita y alabada sea pues, la Beatísima Trinidad, que tanto te engrandeció.


Por las lágrimas que derramaste al pie de la Cruz, dame lágrimas de verdadera contrición de mis pecados. Alcánzame de la Beatísima Trinidad el auxilio para que se me haga pedazos el corazón de sentimiento por haber ofendido a mi Dios que murió para salvarme; y a la hora de mi muerte sienta yo la eficacia de tu patrocinio para que merezca verte y alabarte en las delicias de la gloria. Así sea. 


DÍA SEGUNDO

MEDITACIÓN

SEGUNDA PALABRA: HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO 

Un hombre moribundo pedía la vida eterna a otro hombre moribundo; un hombre sin bienes pedía a un hombre que se acordara de él en su reino, un ladrón a las puertas de la muerte pedía morir como ladrón y robar el Paraíso.


Uno creería que había de ser santa la primera alma comprada en el mostrador del Calvario con las rojas monedas de la redención; pero en el plano divino era un ladrón el que había de escoltar al Rey de Reyes en el Paraíso. Si Nuestro Señor hubiera venido simplemente como maestro, el ladrón no le habría pedido jamás que le perdonara. Pero la petición del ladrón afectaba la razón por la cual Cristo había venido a la tierra, a saber, a salvar almas, por lo cual tuvo inmediatamente esta respuesta: "En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso". (Lc. 23, 43).


ORACIÓN

Oh clementísimo Crucificado que te levantaste como arco iris de paz entre Dios y los hombres: alumbra mi alma desterrando de ellas las tinieblas horribles de la culpa, como hiciste con el buen ladrón, pecador arrepentido, en quién comenzaste a realizar tu paz invitándolo al Paraíso. Alábente todas las gentes, bendígante todos los pueblos, porque confirmaste en la Cruz las grandezas de tu misericordia. Así sea. 


DÍA TERCERO

MEDITACION

TERCERA PALABRA: HE AHÍ A TU MADRE

Hubo dos grandes períodos en las relaciones de Jesús y María, el primero de ellos desde el pesebre hasta Caná, y el segundo desde Caná hasta la Cruz. En el primer período Maria fue la madre de Jesús; en el segundo empezó a ser madre de todos aquellos a quienes Jesús redimiera. En otros términos convirtióse en la Madre de los hombres. El misterio tocó a su fin en el Calvario Ahí María se convirtió en madre nuestra en el instante en que ella perdió a su divino Hijo. Lo que parecía una pérdida de afecto era en realidad una profundización del afecto. Ningún amor se eleva jamás a un nivel más elevado sin que muera a un nivel inferior. María murió al amor de Jesús en Caná y recobró a Jesús en el Calvario con el místico cuerpo que Él mismo había redimido.


PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA 


ORACIÓN

Oh afligidísimo Jesús crucificado, que en la santa Cruz pusiste el tribunal de tu justicia y misericordia: Rectos son, Señor, tus juicios, verdaderos y justicieros. Si el rigor de tu justicia me aflige, veo que es infinita tu misericordia. Dame un amor ardiente a la Reina María, a quien nos dejaste por madre, para que ella, como dispensadora de los tesoros del cielo, me alumbre con la luz soberana de la gracia, me ayude y me defienda, para salvarme y glorificarte eternamente. Así sea.


DÍA CUARTO

MEDITACIÓN

CUARTA PALABRA: DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS DESAMPARADO?

El Divino Hijo llamaba a su Padre "Dios mío", en contraste con la oración que enseñó a rezar a los hombres: 'Padre Nuestro que estás en los cielos...." No es que su naturaleza humana estuviera separada de su naturaleza divina, porque tal cosa era imposible. Más bien se trataba de que, así como al pie de una montaña puede estar ausente la luz y el calor del sol por haberse interpuesto las nubes, aunque la cima esté inundada de luz; al asumir Jesucristo los pecados del mundo quiso que se produjera en Él una momentánea ausencia de la faz de su Padre y todo consolación divina. El pecado tiene efectos físicos y Jesús los percibía en sus manos y pies traspasados por clavos; el pecado tiene también efectos mentales, y fueron los que tanto le acongojaron en el huerto de Getsemaní; el pecado tiene asimismo efectos espirituales, como el sentimiento de desamparo, separación de Dios, soledad. En aquel preciso instante quería tomar sobre sí aquel principal efecto del pecado, que era sentirse desamparado.


PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA 


ORACIÓN

Oh desolado Redentor, desamparado del Padre por causa de los hombres; distanciado de los hombres por la altura de la Cruz: superando la bajeza de mis pecados me acerco a tu Cruz, me abrazo a tus pies traspasados y te digo agradecido: Divino Redentor, el Padre acepta tu sacrificio, y los hombres, avergonzados, pero llenos de amor, te aceptamos como nuestro Redentor y nuestro Hermano. Te pido que cuando clames desde la soledad del Sagrario, desde la soledad del pobre, del enfermo, del perseguido, del afligido, me ayudes, a acompañarte en la oración y en la acción caritativa. Así sea. 

 

DÍA QUINTO

MEDITACIÓN

QUINTA PALABRA: TENGO SED

La sed era símbolo del carácter de insatisfacción que posee el pecado; los placeres de la carne, comprados a cambio del gozo del espíritu, son parecidos a beber agua salada. El hombre rico de la parábola, en medio de su sed, pedía al padre Abraham que dijera a Lázaro que viniera a humedecerle la lengua aunque no fuese más que con una gota de agua. Para realizar una completa expiación por el pecado, era preciso que el Redentor sintiera ahora la sed incluso de los que se pierden, la sed que experimentan antes de perecer o perderse. Más, para los que se salvan, también había una sed, un anhelo de almas. 'Dame de beber' significa 'dame tu corazón'. La tragedia del divino amor por la humanidad es que, al tener sed, los hombres le dieron hiel y vinagre.


PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA 


ORACIÓN

Oh benignísimo Jesús crucificado: el mayor dolor, el más terrible tormento que afligió tu santísimo corazón fue la condenación de los malos. Qué penas padeces por ellos, y sin fruto. Muchos te siguen hasta la mesa del pan y pocos beben el cáliz de tu pasión. Por aquel desamparo que tuviste en la Cruz, por muerte, y dame gracia para amarte siempre y alabarte por toda la eternidad. Así sea.


DÍA SEXTO

MEDITACIÓN

SEXTA PALABRA: TODO ESTÁ CUMPLIDO

No era una exclamación en acción de gracias porque se hubieran acabado sus sufrimientos, aunque realmente habían tocado a su fin las humillaciones del Hijo del hombre. Más bien se trataba de que su vida, desde el momento de su nacimiento hasta el de su muerte, había cumplido fielmente la misión que el Padre celestial le había confiado.


Tres veces usó Dios la misma palabra en la historia: primeramente en el Génesis, para indicar que la creación habla sido consumada; en segundo lugar en el Apocalipsis, cuando toda la creación terminara y se crearán nuevos cielos y una nueva tierra.


Entre estos dos extremos del principio y del fin consumados, había el eslabón de la sexta palabra pronunciada desde la Cruz. Nuestro Señor, en la condición de extrema humillación en que se encontraba, viendo cumplidas todas las profecías, todas las prefiguraciones realizadas, y hechas todas las cosas que era necesario que se hicieran para la redención del hombre, profirió una exclamación de alegría: 'Todo está cumplido'.


PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA 


ORACIÓN

Oh misericordiosísimo Jesús Crucificado! Tú me amas y por mi amor padeciste. El enemigo me aborrece y por el odio que me tiene se desvela para perderme. Ayúdame a combatirlo para que de tu obra redentora en mí también puedas decir: Todo está cumplido. Quiero amarte, Dios mío y tenerte siempre presente. En Tí buscaré el consuelo de mis trabajos y el alivio de mis penas. Te alabaré por siempre y cantaré con los serafines: Santo, Santo Dios de los ejércitos. Bendición y acción de gracias a Nuestro Señor por los siglos de los siglos. Así sea.


DÍA SÉPTIMO

MEDITACIÓN

SÉPTIMA PALABRA: PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU

Unos de los castigos impuestos al hombre como resultado del pecado original fue el que muriera en cuanto al cuerpo. Después de ser expulsado del Paraíso, Adán tropezó con el cuerpo inerte de su hijo. Fue la primera muerte que hubo en el mundo. Ahora el nuevo Abel, Cristo, asesinado por la raza de Caín, se disponía a regresar a su hogar. La sexta palabra había sido su adiós al tiempo; la séptima era el comienzo de su gloria. El nuevo hijo pródigo regresaba a su casa: treinta y tres años atrás había abandonado la casa paterna y partido hacia el país extranjero de este mundo. Aquí empezó a dar su substancia, los divinos tesoros de poder y sabiduría; en su última hora, su substancia de carne y sangre fue gastada entre los pecadores. No quedaba ya otra cosa de que alimentarse salvo los desprecios y las burlas y el vinagre de la ingratitud humana. Ahora entraba en Sí mismo y se disponía a emprender el camino de regreso a la casa de su Padre, y al hacerlo, sus labios profirieron esta oración perfecta: 'Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".


PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA 


ORACIÓN

Benignísimo Jesús Crucificado que como verdadero Adán dormiste el sueño de la muerte para que de tu costado se formase la Santa Iglesia: aquí llega este vilísimo pecador a implorar tu misericordia. Crea en mí un corazón limpio y renueva en mis entrañas al espíritu recto. Tomaré asiento a la sombra del árbol santo de la Cruz para gustar sus frutos que son más deseables que el oro, más amables que las piedras preciosas, más dulces que la miel. Pondré en medio de mi corazón tus divinos mandamientos. Bendígate mi ser, alábente mis potencias, porque en las aguas de tu pasión renovaste la juventud de mi alma. Cantaré tus misericordias por toda la eternidad. Así sea. 


DÍA OCTAVO

MEDITACIÓN

UNO DE LOS SOLDADOS TRASPASÓ SU COSTADO

El mensajero del Padre fue empalado con el mensaje de amor escrito en su propio corazón. La lanzada fue la última profanación que tuvo que sufrir el Buen Pastor de Dios. Aunque se le perdonó la brutalidad de quebrarle las piernas, sin embargo, hubo cierto misterioso propósito divino en el hecho de que le fuera abierto el sagrado corazón. Este hecho fue registrado por el apóstol Juan, el discípulo que se había recostado en el pecho del Maestro la noche de la última cena. Cuando Adán fue sumido en profundo sueño, Eva fue hecha de carne tomada de su costado, y llamada madre de todos los vivientes. Ahora, cuando el segundo Adán inclinó la cabeza y se durmió en la Cruz, bajo la figura de la sangre y el agua surgió de su costado su esposa, la Iglesia. El corazón abierto vino a cumplir las palabras de Jesús: 'Yo soy la puerta, el que entre por mí, será salvado".


PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA 


ORACIÓN

Oh clementisimo, Jesús crucificado que como misteriosa arca quisiste que se abriese la puerta de tu costado para que todos se salven del diluvio universal de la culpa. Esta es la puerta del amor, puerta de misericordia: puerta de la vida eterna. Esta es la ciudad santa de Dios, en donde se beben las aguas puras de las fuentes del Salvador. Aquí en tu divina llaga J oh piadosísimo Salvador tiene su refugio el miserable pecador. En la llaga santísima de tu costado como un divino sol pondré mi tabernáculo, para que en la hora de la muerte salga mi alma limpia y adornada de virtudes para alabarte por toda la eternidad. Así sea. 

 

DÍA NOVENO

MEDITACIÓN

LOS AMIGOS NOCTURNOS DE CRISTO

José y Nicodemo, junto con algunos fieles seguidores, se dispusieron a bajar de la Cruz a Nuestro Señor, a desclavarle de ella y quitarle la corona de espinas. La sangre se había coagulado, sólo los ojos de la fé podían distinguir las señales de realeza. Pero, con el amor que rompía todos los lazos del cálculo egoísta, aquellos dos rezagados, y discípulos secretos, trataban de demostrar su lealtad. Es probable que al ser bajado el cuerpo inerte de Cristo fuera colocado en los brazos de su santísima Madre. Para una madre, ningún hijo deja de ser un niño. Debióle de parecer a María que retrocedía a los años de Belén y que volvía a tener entre sus brazos al Niño Jesús. Pero todo había cambiado. Ya no era blanco como cuando había venido del Padre: estaba rojo al venir de las manos de los hombres.


PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA 


ORACIÓN

Oh amantísimo Señor Dios mío, Jesucristo crucificado: con humilde rendimiento adoro, alabo y glorifico tu santísimo cuerpo. Venero la corona de espinas y los clavos que atormentaron tus divinas manos que formaron los cielos, tus soberanos pies que tantos pasos dieron por la salud eterna de la humanidad. Por las lágrimas de sangre que lloró María, te pido por la exaltación de nuestra santa fé, por las almas del purgatorio, por los agonizantes y por los pecadores, para que a todos aproveche la Redención y todos te alabemos en la eternidad de la gloria. Así sea. 


ALABADO


Bella imagen Milagrosa  

Del divino redentor  

Tan negra y oscurecida  

Siendo más linda que el sol. 


A los ángeles del cielo 

Al verte les da temor, 

Pues alumbra todo el orbe 

Con sólo tu resplandor.


El día quince de Enero  

La Iglesia con gran fervor,  

Celebra tu Sacro nombre  

Como amante Salvador.


Oh Señor de los Milagros  

No pierdo las esperanzas,  

De volver a tu santuario  

A dar gracias y alabanzas.


Oh Señor de los Milagros  

Adios, pues, ya me voy; 

Mi alma queda en tu costado 

Con ese consuelo voy.


Oh Señor de los Milagros  

La absolución yo te pido,  

Por tu santo relicario  

Aquí a tus Plantas rendido.




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