viernes, 14 de enero de 2022

NOVENA A SAN ANTONIO ABAD


NOVENA AL GRAN PADRE DE LOS ANACORETAS

EL GLORIOSO SAN ANTONIO ABAD

 

Que le consagra su más devoto e indigno hijo el Mtro. D. Fray Antonio Guerrero

Canónigo Regular de San Agustín, del hábito del mismo Santo.

 

Reimpresa en Puebla de los Ángeles, en la Oficina de D. Pedro de la Rosa

Año de 1806

 

PRÓLOGO

Es tan grande la devoción de mi Padre San Antonio Abad, y tantos milagros que por su intercesión han logrado los fieles de la divina mano, que no cabiendo en muchos libros el resumen, la fama de sus portentos por el orbe todo lo está publicando, promesa que le hizo el mismo Dios, cuando le dijo: Haré que en todo el Orbe seas nombrado.

Deseo mi filial afecto, no de aumentar su devoción, que esto fuera (estando por todo el mundo tan extendida) desvarío, si no de dar a la devoción, nuevo fomento, para que, por medio de una novena, logren por intercesión de mi Padre San Antonio Abad, de la mano liberal de Dios, los beneficios más soberanos, he tomado el gustoso trabajo de componer esta novena, para no defraudar a los devotos de medio tan soberano, quedando muy contento de haber gastado el tiempo en haber cumplido con las ansias de quien me impelió a tan corto trabajo.

 

 

MODO

Puesto de rodillas delante de alguna Imagen o altar de San Antonio Abad, hará lo siguiente:

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Eterno Dios y Señor mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas: a mí me pesa de todo mi corazón, entrañablemente me pesa Señor, de haberos ofendido, por ser vos quien sois, tan bueno, tan Santo, tan digno de ser amado sobre todo lo amable. No me pesa Señor, por el temor del Infierno ni tampoco por el premio de la Gloria, porque si como tenéis, Dios mío, Gloria para premia a los buenos, e Infierno para castigar a los malos, no lo tuvierais, siempre os amara, siempre me pesara de haberos ofendido, porque mi pesar, mi dolor, mi llanto nace de conocer que vos solo sois digno de ser amado, adorado y ensalzado sobre todas las criaturas, por sola vuestra bondad infinita. Propongo mi Dios, con todas las veras de mi alma, y con los más eficaces deseos de mi corazón, no volver jamás a ofender a una Majestad tan grande, antes si perder la vida y muchas vidas que tuviera, por no haceros el menor agravio. Espero en vuestra bondad, infinitamente mayor que mi malicia, que me habéis de perdonar, y que del tesoro infinito de tus misericordias me habéis de comunicar auxilios eficaces de gracia para cumplir la palabra que os doy de nunca más ofenderos. Así lo creo, así lo espero, por los méritos de la sagrada vida, pasión y muerte de vuestro Unigénito Hijo, mi Redentor Jesucristo, por la intercesión y ruegos de su Purísima Madre María Santísima y del gloriosísimo Abad San Antonio, en cuyas manos, rendidamente ponemos nuestros corazones, para que os los ofrezca en sacrificio, mediante esta novena, con que solicitamos devotos su patrocinio. Amén.

 

-Luego se dirá la oración siguiente, que es para todos los días:

 

Omnipotente Dios Trino y Uno, a quien adoramos, Dios verdadero, y confesamos admirable en todas las obras de tu divino poder, y especialmente en tus Santos: ofrecémoste los méritos de tu querido siervo San Antonio, para que por ellos nos concedas lo que no puede alcanzar la cortedad de los nuestros, suplicando a tu Divina Majestad, nos concedas gracia para amarte y servirte, como te sirvió este Santo Anacoreta, dejándolo todo por tu amor, por cuyos ruegos nos des tu gracia, para que desprendidos de nuestros afectos de todo lo terreno, te busquemos a ti solo, que eres el sumo bien, y juntamente nos concedas lo que te pedimos en esta Novena, si es para mayor honra y gloria tuya y salvación de nuestras almas. Amén. 

 

-Aquí se rezan tres Padres nuestros, Aves Marías y Glorias, y después la siguiente:

 

ORACIÓN

Soberano Dios y Supremo Señor, gracias infinitas os damos por el beneficio inestimable que nos habéis hecho de alumbrarnos con las luces del sagrado Evangelio, haciéndonos del número de los cristianos, y pues tu Señor, misericordiosamente, sin méritos nuestros, nos hiciste este singular beneficio, concédenos, te suplicamos, por los méritos y ruegos de tu fidelísimo siervo San Antonio Abad, fortaleza en la Santa Fe Católica, y que esta nuestra fe no sea muerta, sino una fe viva, acompañada de buenas obras, para que como luz, antorcha y farol, nos guíe en la noche obscura de esta vida, hasta que nos amanezca el felicísimo día de la gloria. Amén.

 

DÍA PRIMERO

ORACIÓN

Dios y Señor de los cielos y la tierra, que, siendo infinitamente poderoso, dejasteis por el amor de los hombres las más imponderables riquezas, bajando a la tierra, pobre y necesitado: suplicoos Señor, que por este amor tan grande y por el desprecio que hizo vuestro siervo San Antonio Abad de los bienes de la tierra, dejando crecidos mayorazgos, por imitar vuestra suma pobreza, me concedáis por los méritos de vuestro siervo, un verdadero desprecio de los bienes temporales, para lograr por su intercesión los eternos, y lo que os suplico Señor en esta novena, si ha de ser para honra vuestra y bien de mi alma. Amén.

 

-Luego dirás la Antífona y oración del Santo:

 

¡Oh cuan esclarecido es el nombre de San Antonio Abad! Con lo suave y amoroso de su conversación consolaba a los afligidos, enseñaba a los ignorantes, reconciliaba a los iracundos, a todos persuadía que ninguna cosa se antepusiese al amor de Cristo.

 

L/: Ruega por nosotros glorioso San Antonio Abad

R/: Para que seamos dignos de alcanzar las promesara de nuestro Señor Jesucristo.

 

ORACIÓN: Omnipotente y Eterno Dios, que, al glorioso San Antonio Abad, después de haber sido probado con tantas y tan grandes tentaciones en este mundo, los sacasteis victorioso de todas ellas: concédenos a nosotros, que, por sus méritos, seamos libres de los peligros de esta vida, y que a su ejemplo estables y firmes en medio de las tentaciones del demonio, aprovechemos en el camino de la perfección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

 

DÍA SEGUNDO

ORACIÓN

Soberano y Eterno Dios, que, para enseñanza nuestra, ayunasteis cuarenta días en el desierto, para que nosotros a vista de este ejemplo, nos abstuviéramos para refrenar nuestros apetitos de los excesivos manjares: suplicoos Señor, que por vuestra admirable abstinencia y por la que tuvo vuestro siervo San Antonio Abad, pues de cuatro a cuatro días tomaba un grosero mantenimiento para conservar la vida, me concedáis que yo me abstenga de los excesos de mis pasiones, para sujetar con la abstinencia de los demasiados majares, los apetitos de la lascivia, y lo que os suplico Señor, por intercesión de San Antonio Abad en esta novena, si ha de ser para honra y gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

 

 

DÍA TERCERO

ORACIÓN

Dios y Señor de las Potestades, que permitiste que os tentaran en el desierto las infernales inteligencias, quedado como siempre rendidas a vuestra inmensa virtud excelsa: suplicoos Señor, que por la victoria que alcanzó vuestra Majestad de aquellas infernales inteligencias y por las muchas que alcanzó vuestro siervo San Antonio Abad de vuestros enemigos los demonios, avasallando en todas sus tentaciones su arrogante soberbia, me concedáis por sus méritos, valor para resistir las tentaciones del demonio, y lo que os pido en esta novena, si ha de ser para honra y gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

 

 

DÍA CUARTO

ORACIÓN

Poderoso y Omnipotente Señor de Cielos y Tierra, a cuyo soberano imperio nada se reserva: suplicoos Señor, por este absoluto poder que gozáis, y por el que concediste a vuestro siervo San Antonio Abad sobre todas las cosas, especialmente sobre los demonios, pues al oír su nombre, todo el infierno tiembla, me concedáis por su intercesión que no experimente las angustias del fuego eterno, ni las aflicciones del fuego temporal, y lo que os suplico Señor en esta novena, si ha de ser para honra y gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

 

 

DÍA QUINTO

ORACIÓN

Amantísimo Dios de los hombres, que, compadecido de la miseria humana, para remediar nuestra infelicidad, tomó vuestro amor Santísimo, como si fueran propias las culpas ajenas, el medio de satisfacer por ellas: suplicoos Señor, por esta grande caridad, y por la de vuestro siervo San Antonio Abad, de las culpas de sus prójimos, pues lloraba los ajenos delitos como si fueran propios, me concedáis que yo logre por intercesión de vuestro siervo San Antonio Abad, una caridad ardiente para llorar las ajenas culpas como si fueran propias, y lo que suplico en esta novena, si ha de ser para honra y gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

 

 

DÍA SEXTO

ORACIÓN

Dios y Señor de los Querubines, que, con lo grande de vuestra sabiduría, dejasteis la de los escribas y fariseos condenada por falsa:  suplicoos Señor, que por la gran sabiduría que gozáis y por la que concediste a vuestro siervo San Antonio Abad, pues sin haber estudiado, en público teatro dejó en la Universidad de Alejandría, condenada la ley arriana, convenciendo con sus argumentos a los doctores de esa secta, volviendo a los altares las Imágenes Sacras, me concedáis Señor, una verdadero celo para aprehender los vicios y establecer vuestra Santa Ley, y lo que os pido por intercesión de vuestro siervo San Antonio Abad en esta novena, si ha de ser para honra y gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

 

 

DÍA SÉPTIMO

ORACIÓN

 Clementísimo Señor y Dios amante de los hombres, que, por salvar la humana naturaleza, sufriste de vuestros enemigos tantas y tan grandes penas. Suplicoos Señor, por el dolor que padeciste pasando por todas ellas, y por las que sufrió vuestro siervo San Antonio Abad de mano de los demonios, pues todos se alistaron para quitarle la vida, dejándolo muchas veces por muerto, porque naturalmente con tanta copia de llagas, era incompatible la vida, me concedáis por la intercesión de vuestro siervo San Antonio Abad, una resignación santa para llevar con paciencia los trabajos de esta vida, y lo que os suplico en esta novena, si ha de ser para honra y gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

 

 

DÍA OCTAVO

ORACIÓN

Dios y Señor de los Serafines, que abrasado en el amor de los hombres, expusiste vuestra inocente vida a la saña de vuestros contrarios, muriendo afrentosamente en un madero para darnos vida: suplicoos Señor, por este imponderable amor, y por el que os tuvo vuestro siervo San Antonio Abad, cuando expuso en Alejandría su vida a los tormentos del tirano, solo para confirmar en la fe a tantos como tenía en los calabozos su saña encerrados, me concedas un deseo eficaz para padecer por vuestro amor, y de exponer mi vida temporal por la espiritual de mis prójimos, y lo que os suplico en esta novena, si ha de ser para honra y gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

 

 

DÍA NOVENO

ORACIÓN

Altísimo Señor y Soberano, que nos dejasteis en vuestra santísima vida el camino y ejemplo, para que pudiéramos con vuestra ayuda merecer vuestra gracia: suplicoos Señor, por las virtudes que en este mundo practicasteis y por las que practicó vuestro siervo San Antonio Abad, pues a la fama de ellas se poblaron las Tebaidas de almas santas, sirviendo su vida de ejemplo a los buenos, de enmienda a los malos, de asombro al infierno y de admiración a la gracia: os suplico Señor, me concedáis por sus méritos, que enamorado de sus virtudes, merezca seguir sus pasos, para poder por vuestra Pasión Sacratísima, lograr en la gloria vuestra vista soberana, y lo que os pido en esta novena, si ha de ser para honra y gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

 

 

GOZOS

Pues eres protector

Sol de Egipto peregrino:

Ampara, Antonio Divino

A quien te pide favor.

 

Aunque tanto te engrandece

De tu origen la nobleza

Más de tu fé la pureza

Desde niño te ennoblece,

Pues ya tu vida parece

Evangélico fervor:

 

Al destierro te retiras

Dando tu hacienda a los pobres,

Para que en cielo cobres

Seguro el premio a que aspiras:

Y pues al socorro miras

Con impulso superior:

 

Ejemplar de perfección

En el Yermo te propones,

Siendo tus operaciones

Al mundo de admiración,

Al infierno confusión

Causo tan heróico ardor:

 

Guerra te hacen espantosa

Los demonios a porfía,

Más tú con sacra osadía

Burlas su astucia envidiosa:

Pues fue tu alma generosa

Muro contra su furor:

 

En la oración siempre constante

Acusa la luz del sol,

Por privarte su arrebol

De seguir la llama amante,

Con que gustoso y constante

Contemplabas al Criador:

 

De la monástica vida

Te hizo Padre tu desvelo,

Dando mil santos al cielo

Y al mundo su regla escogida,

Con cuya recta medida

Imite a su Redentor:

 

Como a oráculo las gentes

Acuden de todas partes,

En quien liberal reparte

De tu virtud las corrientes,

Dando a cada uno prudentes

Leyes que le hagan mejor:

 

Los Papas y Emperadores

Tus consejos solicitan,

Y tus avisos les quitan

Las dudas y temores,

Siéndoles de sus mayores

Aciertos el director:

 

Por tu gracia celestial

Libras las necesidades,

Siendo en las enfermedades

Medicina universal:

Todo el mundo en general

Te publica protector:

 

Aun hasta los animales

Se dilata tu poder,

Pues los sabes socorres

En sus pérdidas y males:

Siendo de favores tales

En todo el mundo acreedor:

 

Heróica es tu potestad,

Y llega a excederse tanto,

Que apaga del fuego santo

La suma voracidad:

Y pues es tanta tu piedad

Que excede aun aquel rigor:

 

Los ángeles en tu muerte

Asisten regocijados,

Haciéndote con agrados

Dulce sueño el trance fuerte,

Para que tan alta suerte

Te diese inmortal honor:

 

 

-Aunque en cualquier tiempo se puede hacer esta novena, según las necesidades que ocurrieren, será muy acepto a Dios y al Santo, que con especial devoción se empiece el día nueve de enero, para que, acabando en el día del Santo, logren sus devotos por su intercesión la salvación de sus borrascas.

 


 

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