DIECIOCHO
DIAS EN HONOR DE NUESTRA SEÑORA DE LOURDES
Con
aprobación eclesiástica
Pasto,
17 de mayo de 1958
+José
de Jesús
Obispo,
Vic. Gral.
Este piadoso ejercicio, cuyas sencillas páginas envuelven en si todo un poema de amor y de ternura a María Inmaculada, fue compuesto por la Venerable Madre Encarnación, reformadora de la Congregación de Religiosas Bethlemitas Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, muerta en olor de santidad en Tulcán, Ecuador, el 24 de agosto de 1886. El cuerpo de la Madre se conserva incorrupto en la ciudad de Pasto, Colombia, en la capilla del colegio que allí tiene la Congregación.
Suplicamos
a la Santísima Virgen de Lourdes, nos conceda ver bien pronto elevada al honor
de los altares a la Madre Encarnación, que con tanto amor compuso y practicó
este hermoso ejercicio de los dieciocho días.
ACTO
DE CONTRICIÓN
Oh
Dios misericordioso y Padre Clementísimo, que lleno de piedad para con tus
criaturas, les das por medio de tu Inmaculada Madre, la siempre Virgen María,
el remedio a sus males y miserias, pues en este siglo de errores y de males,
aparece como arco iris de clemencia para consolar con su presencia a los que
gime bajo el peso de las penalidades que los oprimen: no te acuerdes ya de
nuestras ingratitudes y por tu amantísima Madre, levanta el peso de tu justicia
que enormemente hemos provocado con nuestros pecados, humildemente pedimos
perdón, poniendo por intercesora a la Santísima Virgen, y proponiendo con tu
divina gracia no pecar más, no nos castigues Señor, retirando de nuestros pueblos
y lugares la luz de la fe. ¡Ah no, Padre de bondad, la muerte primero que
perderte! Enciende en nuestros corazones la llama de la caridad, para que,
amándote con verdad, te sirvamos como hijos agradecidos y gocemos de ti por
toda la eternidad. Amén.
DÍA PRIMERO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
Milagrosísima
Virgen María, Inmaculada Madre de Dios, que, en medio de una luz deslumbradora
y esplendorosa como el sol, pero dulce y apacible, te apareciste con tu hermoso
y blanco velo, con un semblante de inefable hermosura, paz y bondad, con que
manifestabas la misericordia que ibas a derramar sobre tus pobrecitos hijos,
los delincuentes pecadores. ¡Oh Señora, tu presencia encantó el corazón de la
dichosa Bernardita, y la llenó de fé, fortaleza y esperanza, llena pues,
nuestras almas de estas tres virtudes, para defendernos de los enemigos
visibles e invisibles, que por todas partes nos cercan, a fin de que, libres de
ellos y limpios de pecado, te alabemos sin cesar por toda la eternidad! Amén.
–Se
hace la petición.
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh
Virgen Inmaculada, Madre de Gracia, salud de los enfermos, refugio de los
pecadores y consuelo de los afligidos! Tú conoces nuestras necesidades, penas y
sufrimientos: dígnate pues, mirarnos con ojos de misericordia. Al aparecer en
la gruta de Lourdes, quisiste convertirla en lugar privilegiado en donde pudieses
dispensarnos gracias celestiales y ya muchos desgraciados han encontrado allí
el remedio del cuerpo y del alma. Así, nosotros venimos llenos de confianza a
implorar tu maternal bondad. Escucha ¡Oh tierna María! Nuestra humilde
plegaria, para que con tus bendiciones podamos imitar tus virtudes, a fin de
participar un día de tu santa gloria. Amén.
-Nuestra
Señora de Lourdes, ruega por nosotros y despacha nuestras peticiones.
L/:
Cuando en las breñas de Lourdes
Apareces toda hermosa,
Con blanquísimo vestido
Y en tus plantas frescas rosas,
Se enajena Bernardita
Y en tu presencia se goza.
R/:
Fija en nosotros tus ojos
Que te aclamamos piadosa.
DÍA SEGUNDO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
Fresco
ciprés del Monte Sión, donde se refugian las sencillas aves, que persigue el
infernal milano ¡Oh María Inmaculada! Con tu fortaleza invencible, retira los
grandes males y peligros que nos cercan, haz que el mundo y el infierno sientan
el poder que Dios te comunicó en tu Inmaculada Concepción, para que, a tu voz
majestuosa, florezca la paz y la iglesia triunfe de sus enemigos. Amén.
DÍA TERCERO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
Inmaculada
Reina de los Ángeles y Madre tiernísima de los pecadores ¿a quién recurriremos
en nuestras necesidades sino a Ti, Virgen Clemente, que con ese corazón lleno
de misericordia nos has llamado aun cuando nos hacíamos sordos tu dulcísima
voz? Ahora, cuando conocemos el errado camino que llevamos, volvemos a Ti
pidiendo tu protección, no nos castigues dilatando tu mirada de paz que da vida
y alieno al pobre pecador, pues con ella nos reconcilias con Dios, nuestro
Padre, porque tus ojos deshacen el enojo del Señor. Amén.
DÍA CUARTO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
Oh
Purísima Virgen de Lourdes, aurora hermosa que destierras las sombras del
pecado, pues tu devoción es ya un anuncio del día claro de la gracia, porque Cristo,
el Sol de Justicia, se apresura por tu intercesión a socorrer a tus devotos, dándoles
luz para que salgan del oscuro abismo a donde los había conducido el error y la
mentira. Fortalece, dulce Madre, nuestras almas, para que no nos apartemos jamás
de tu devoción. Amén.
DÍA QUINTO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
Nuestra
Señora de Lourdes, que, en tiempo más necesitado, cuando la Francia Católica
gemía al ver los errores de la impiedad, haciendo estragos en su reino, te
apareciste como nave a los náufragos, dando voces, convidando a la salvación al
que quisiera salvarse, y ofreciéndole refugio. ¿Quién no se arrojará a ti,
confiado y seguro de tu clemencia? Danos la mano de tu protección para salir
del lago inmundo del pecado y seguir la senda de la justicia. Amén.
DÍA SEXTO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
Tiernísima
y Piadosa Madre de los infelices desterrados, bien conoces nuestras
necesidades, parece que como mar nos rodea la amargura, más tu Señora, eres el
mar de gracia, tu dulzura deshace las amargas aguas de los trabajos y
desconsuelos en que nos vemos sumergidos, ya otras veces con tu poderoso brazo,
de ellas has sacado a tus hijos cuando aún no conocían tu bella devoción. Y ahora,
cuando invocamos sin cesar tu dulce nombre ¡Oh María Inmaculada! Nuestra alma
se llena de esperanza, pues no hay quien a ti acuda que no salga consolado. Remedia
nuestras penas, Madre bondadosa, si es la voluntad de tu Santísimo Hijo, que es
la única que deseamos se cumpla en nosotros. Amén.
DÍA SÉPTIMO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
Dulcísima
Virgen María, tan hermosa como santa, quien podrá encomiar tu belleza, cuando
los ángeles, pasmados de asombro, dicen al ver tu hermosura: ¿Quién es esta que
sube del desierto? Y el mismo Dios, complacido te dice: “Toda hermosa eres y
mácula no hay en Ti” Vuelve, hermosísima María Inmaculada, ese tu semblante
amable, y al ver en él un reflejo del cielo, nuestras almas serán colmadas de
alegría. ¿Qué trabajos habrá que no la suframos por ti? Dichosos de nosotros si
tuviéramos la felicidad de servirte y amarte. Amén.
DÍA OCTAVO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
¡Quien
pudiera, oh bondadosa Madre, publicar tus maravillas, y hacer que todo el mundo
te conociera, te amara y te sirviera como lo hacen los ángeles que te bendicen
constantemente, porque eres su Reina, porque eres la Madre de Dios! Y nosotros
tus hijos ¿Qué hacemos? ¿solo el hombre se ha de mostrar indiferente? ¡Ah
desgracia inmensa la que nos ha traído el pecado! Pero tú, Reina y Madre
nuestra, puedes romper la cadena que nos detiene el paso para recorrer en tu
seguimiento: rómpela Señora, y correremos en pos de tus aromas. Amén.
DÍA NOVENO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
¿Qué
afligido hubo jamás que en ti no hallara consuelo y misericordia? Madre de los
desamparados y afligidos, míranos en la lucha de tantas pasiones, y tu vista
sosegará nuestras almas, acuérdate que con tu hermosa plata quebrantaste la
cerviz soberbia del infernal dragón, de tu vista huya y quedaremos en paz,
favorecidos con la luz de tus ojos, viviremos seguros bajo tu manto. Amén.
DÍA DÉCIMO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
¡Madre
del amor hermosos y de la santa esperanza! Quien en ti espera, vive tranquilo,
porque solo tu Señora, después de Dios, sosiegas las tormentas y tribulaciones
de este destierro. Da fuerzas y aliento a nuestros corazones atribulados por
los males que amenazan a la Iglesia, mira a tus hijos cercados por el león
rugiente que procura devorarlos, no permitáis Señora, que este maligno espíritu
se apodere de sus almas. Manda, como Soberana, que se retire de los pueblos y
familias, para que así te alabemos y demos gracias a tu poder Inmaculado. Amén.
DÍA UNDÉCIMO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
¡Santísima
Virgen María, amparo y protección de los que en ti confían! Con esta esperanza
imploramos tu auxilio, vuelve a nosotros esas miradas de amor y compasión, no
atiendas, Madre, al miserable estado de imperfección en que nos encontramos,
ejercita en nosotros tu clemencia, que siempre confesaremos tu misericordia,
publicando en todas partes tus admirables portentos. Amén.
DÍA DUODÉCIMO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
¡Oh
María Inmaculada! Dispensadora de celestiales dones, tesorera del Eterno y
Omnipotente Dios, ya que todas las gracias nos vienen abundantemente por tus
benditas manos, extiéndelas Madre, en favor de estas almas pecadoras que se
acogen a tu misericordia, y esperan confiadas tu amparo y protección. Amén.
DÍA DÉCIMO TERCERO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
Quien
pudiera, Reina y Madre, publicar en toda la tierra, las grandes misericordias
que sin cesar haces a tus hijos, desterrados en este valle de miserias, apenas
te invocan, te inclinas a mirarlos compasiva. Ya que día y noche imploramos tu
favor, no desprecies nuestras súplicas y haz que no nos apartemos jamás de ti,
que amemos con amor siempre creciente, y agradecidos, te sirvamos. Amén.
DÍA DÉCIMO CUARTO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
¡Oh
Puerta del cielo! Por ti entran los pecadores en la mansión eterna, pues tus
poderosos ruegos les alcanzan el perdón del Padre Celestial ¿Quién no confiaría
en ti Señora, pues eres madre de clemencia y no desprecias al que recurre a ti,
contrito y humillado? Míranos aquí postrados a tus pies, implorando tu auxilio,
socorre benigna nuestras necesidades y salva nuestras almas. Amén.
DÍA DÉCIMO QUINTO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
¡Oh
Reina de los Ángeles, que sentada sobre un trono de gloria, no te desdeñas en
mirar desde tu solio a los míseros hijos de Adán, rescatados por Jesucristo de
la tiranía y poder del demonio! Acógenos, piadosa Madre, y no permitas que
volvamos a pertenecer por el pecado al enemigo cruel de nuestras almas. Amén.
DÍA DÉCIMO SEXTO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
¡Oh
María, consuelo de afligidos, alegría de los tristes, salud de los enfermos! Tu
Señora, eres la medicina de nuestros males, el bálsamo que cura nuestras heridas,
y la salud de nuestras almas, pero tu bondad se extiende a curar también los
cuerpos atacados por la enfermedad, dígalo la gruta de Lourdes, donde se ven
recuerdos de estos prodigiosos milagros, allí han recobrado la vista los
ciegos, y nosotros ¿no recobraremos la vista del alma? Si, Madre querida, nos
has de dar ojos y oídos para escuchar la voz de Jesucristo que es la luz, el
camino y la verdad, para seguir con valor la senda de la virtud. Amén.
DÍA DÉCIMO SÉPTIMO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
Los
ángeles y los hombres reconocen el poder que Dios te ha dado y así llenos de
gozo te decimos: ¡Oh María, alegría del mundo, encanto del cielo y delicia de
la Beatísima Trinidad! Intercede por nosotros, pues tienes tanto poder para alcanzar
de Dios todo lo que te pidamos. Que por tu mediación obtengamos el vivir solo
por Él y morir en su santo amor, para que así logremos la vida que durará
eternamente. Amén.
DÍA DÉCIMO OCTAVO
-Se rezan tres Aves Marías.
ORACIÓN
¡Dios
te salve, Soberana Reina! Llegó el día último de nuestra petición, y si, en el
transcurso de estos dieciocho días no hemos alcanzado el favor que deseábamos, conservamos
sin embargo la esperanza de que no pasará esta semana sin haberlo conseguido,
si fuere del agrado del Señor y del tuyo Madre bondadosa, pues solo deseamos
complacerte haciendo en todo, la voluntad de Dios, nuestro alimento, nuestro
tesoro en esta vida y nuestro gozo en la eternidad. Llenos de fervor te hicimos
este ejercicio para honrar tus visitas a la tierra cuando te manifestaste a
Bernardita, regalando su espíritu con tu presencia y con tus dulces palabras. Aunque
indignos, habla también ahora a los que piadosamente hemos celebrado con
regocijo el privilegio de tu Inmaculada Concepción. Tu Señora, no te desdeñas
de tratar almas pecadoras. Danos un corazón sencillo y aumenta nuestra
confianza en tu poder y misericordia. Amén.
-Colaboración de Miguel Morales