EJERCICIOS
DE LOS MARTES
POR
LA MAÑANA
1-
CANTO:
¡Oh
Reina de clemencia!
2-CORONITA
DE AMOR:
Yo
os amo, ¡Oh Virgen del Perpetuo Socorro!, porque sois, después de Dios, la
criatura más santa y más digna de ser amada.
Avemaría.
Yo
os amo, ¡Oh Virgen del Perpetuo Socorro!, porque sois la Hija de Dios Padre, la
Madre de Dios Hijo y la Esposa
de
Dios Espíritu Santo.
Avemaría.
Yo
os amo, ¡Oh Virgen del Perpetuo Socorro, porque sois mi Madre, la más
amante
y la más amable de todas las madres.
Avemaría.
Yo
os amo, ¡Oh Virgen del Perpetuo Socorro!, porque me habéis redimido con
Vuestros
dolores y con vuestras lágrimas.
Avemaría.
Yo
os amo, ¡Oh Virgen del Perpetuo Socorro!, porque sois, Con Jesús, mi amparo.
Avemaría.
Yo
os amo, ¡Oh Virgen del Perpetuo Socorro!, y quiero amaros con todo mi corazón,
cada día más y toda mi vida, para amaros eternamente en el cielo,
Avemaría.
Yo
os amo, ¡Oh Virgen del Perpetuo Socorro!, y quisiera que os amasen todos los
hombres en la tierra como Dios, los ángeles y los santos os aman en el Cielo.
Avemaría.
3-CANTO.
Yo
te doy
¡Oh
Madre querida!
4-BREVE
PAUSA.
Pida
cada uno la gracia que desee conseguir en este martes, a este fin rezaremos
tres Avemarías a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y tres Gloria Patri a
Nuestro Padre S. Alfonso.
5-ORACIÓN.
Mi
amantísima Madre y Madre de todos los necesitados, que en vuestra portentosa
Imagen sois la Dispensadora de todas las gracias, socorrednos en todas las
necesidades espirituales y temporales que nos afligen, y, pues soIS nuestra
Madre. Alcanzadnos el perdón de nuestras culpas, la perseverancia en el
servicio de Dios y el favor especial, que os pedimos en este martes, si ha de
ser para gloria de Dios y vuestra, y además, para bien de nuestras almas. Amén.
6-LECTURA
DE UN PUNTO DE MEDITACIÓN SEGÚN EL MANUAL.
7-DESPUÉS
DE LA ELEVACIÓN.
CANTO:
Te adoro Sagrada Hostia...
8-CORONITA
EUCARÍSTICA.
¡Oh
Virgen del Perpetuo Socorro! Por la alegría que experimentó tu Corazón cuando
tu Hijo Divino te reveló el misterio de la Eucaristía, haz que mi alma salte de
gozo cuando Jesús me abra las puertas del Sagrario y me invite a su banquete de
amor.
Avemaría.
¡Oh
Virgen del Perpetuo Socorro! Por aquella inmensa caridad con que te complaciste
en que tu Hijo divino nos diera el cuerpo y sangre, que de Ti recibió y
permaneciera en el tabernáculo, prisionero de amor, concédeme la gracia de que
sea mi cuerpo por la pureza, santuario de su divinidad, y mi corazón, por la
humildad, víctima de su caridad.
Avemaría.
¡Oh
Virgen del Perpetuo Socorro! Por aquellos deliquios celestiales que sintió tu
corazón cuando por vez. primera, viste la Hostia Santa, abriste tus labios y la
recibiste en tus purísimas entrañas, dame la gracia de que mi alma salte de
gozo santo ahora que voy a tener la misma dicha que Tú tuviste.
Avemaría.
¡Oh
Virgen del Perpetuo Socorro! Por aquel fervor inefable con que todos los días
recibías la Sagrada Comunión, haz que todos los días venza yo la pereza de mi
carne, la vana opinión del mundo y la vanidad de los negocios terrenales, y
venga a asistir al sacrificio del altar y a alimentarme de la divina Eucaristía.
Avemaría.
¡Oh
Virgen del Perpetuo Socorro! Por la paz celestial, que inundó tu espíritu,
cuando herida de la caridad y próxima a salir de este mundo, recibiste a tu Jesús,
que venía a consolarte y a darte la última gracia con su sagrado viático,
concédeme la gracia de que, cuando llegue mi última hora, tenga también la
dicha de recibir a Jesús y de que El, con el viático de su cuerpo y de su amor,
me lleve de los brazos de la muerte al trono del cielo.
Avemaría.
9-A
LA COMUNIÓN.
Rezando
en voz alta el "Yo pecador" van todos por el medio a comulgar y al propio
tiempo cantan alguna letrilla piadosa.
10--DESPUÉS
DE LA COMUNIÓN.
Tras
breve pausa, para dar gracias, rezan todos la siguiente
ORACIÓN
¡Benignísima
Señora y Madre del Perpetuo Socorro!, grandes son las tribulaciones y trabajos
que padecemos en esta vida, y a Vos acudimos en busca de consuelo y remedio,
poniendo en vuestras manos nuestra suerte, nuestra Vida, nuestra muerte y
nuestra salvación. Si perpetuas son las penas, que por nuestros pecados merecemos,
Perpetuo es también vuestro Socorro, y poderosa para con Dios Nuestro Señor
vuestra intercesión. Alcanzadnos, pues, la gracia de vivir santamente, el favor
especial, que pedimos en este martes si es para la mayor gloria de Dios, honra
vuestra y bien de nuestras almas. Os pedimos, además, la dicha de veros un día
en el cielo. Amén.
(Se
rezan tres Avemarías).
11-ORACIÓN
FINAL.
Acordaos,
¡oh piadosísima Virgen María, Señora Nuestra y Madre del Perpetuo Socorro!, que
jamás se ha oído decir que ninguno de los que se han acogido a Vuestra
protección e implorado vuestro Perpetuo Socorro, haya sido abandonado de Vos.
Animado de esta confianza vengo a Vos, soberana Señora, y postrado ante Vuestra
prodigiosa Imagen os hago presente mi necesidad y pongo por última con vuestras
reales manos, mi petición. No la desechéis, ¡oh Señora y Madre mía!, antes, al
contrario, oídme bondadosa y despachad favorablemente esta mi humilde súplica.
Amén.
12°--DESPEDIDA,
Himno
oficial al Perpetuo Socorro.
La
música de este y otros himnos puede verse en el librito Melodías populares al
Perpetuo Socorro.
POR
LA TARDE
1-Exposición
de Su Divina Majestad.
2-Estación,
rosario con misterios cantados, letanías.
3-Oración.
(Sacerdote
sólo)
¡Oh
Madre del Perpetuo Socorro! Aquí tenéis a vuestros pies a un miserable pecador,
que a Vos acude y en Vos confía ¡Madre de Misericordia, tened piedad de mí!
Oigo que todos os llaman refugio y esperanza de los pecadores; sed, pues, el
refugio y la esperanza mía. Socorredme por amor a Jesucristo. Tended la mana a
un miserable caído que a Vos se encomienda y se consagra por vuestro siervo
perpetuo. Bendigo y doy gracias a Dios que, por su misericordia, me ha
concedido esta confianza en Vos, que yo miro como una prenda segura de mi
eterna salvación. Ah infeliz de mí, en el tiempo pasado he caído en la culpa
por no haber acudido a Vos, y tengo por cierto que, si a Vos me encomiendo, me
ayudaréis y saldré victorioso. Pero este es mi temor, que en las ocasiones de
pecar deje de llamaros en mi ayuda y así me pierda. Concededme, pues esta
gracia, que ardientemente os pido. Alcanzadme que en los asaltos del infierno
siempre recurra a Vos diciendo: ¡María, ayudadme! ¡Virgen del Perpetuo Socorro,
no permitas que pierda a mi Dios!
4-SÚPLICA.
(todos)
¡Oh
Madre del Perpetuo Socorro!, mi Corazón rebosa de confianza en Vos, a causa de
este nombre que lleváis. Heme, pues, a Vuestros Pies, Vengo a manifestaros
todas las necesidades, así de mi vida como de mi muerte. Vengo a implorar, como
remedio a tantas miserias vuestro perpetuo y maternal socorro. Dignaos ¡oh
María! ¡oh Madre mía! escuchar compasiva mis humildes súplicas:
-En
todas mis dificultades, penas y
miserias,
-En
el momento peligroso de la
tentación
para que yo resista,
-Después
de mis caídas, para que
pronto
me levante,
-Si
algún lazo funesto me encadena al servicio del demonio, para romperlo,
-Si
tardare en convertirme, para
que
al fin me rinda,
-Si
tuviere la desdicha de vivir en sacrilegio, para que tenga valor de
confesarme
bien,
-Si
me olvidare de acudir a Vos,
para
que pronto os invoque,
-En
el importante deber de la confesión, para que lo cumpla pronto y
bien,
-Para
que reciba dignamente y con fervor la Sagrada Comunión,
-Para
que llegue a amar a Dios con
rodo
mu corazón,
-Para
que cumpla fielmente las obligaciones de mi estado,
-Si
la enfermedad afligiere mi cuerpo y abatiere mi alma.
-Si
me sintiere agobiado bajo el
del
tedio y de la tristeza,
-Si
alguno de mis prójimos me hiciere sufrir,
-Si
la Providencia me sujetase a la
pobreza
o a los reveses de la fortuna.
-Si
encontrare en mi familia moti-vos de pena y aflicción,
-Para
que consiga la salud o el alivio de los que amo,
-Para
que con mis oraciones alcancen libertad las almas del purgatorio,
-Para
que coopere a la conversión
de
los pecadores,
-Cuando
llegue mi última enfermedad,
-En
las últimas tentaciones que precedan y acompañen mi última agonía
-En
mi último suspiro,
-Cuando
esté en el Purgatorio.
-En
todo tienmpo y en todo lugar,
-Para
que os sirva, os ame y os invoque siempre,
-Para
que ame a Jesucristo,
-Para
que lleve a vuestro amor y servicio a muchos cristianos,
5-CANTO.
¡Oh
María, Madre mía!
¡Oh
consuelo del mortal! etc.
6-ORACIÓN.
(Todos)
Oh
Santísima Virgen María, que para inspirarnos una confianza sin límites, habéis
querido tomar el dulcísimo nombre de "Madre del Perpetuo Socorro'" yo
os suplico me socorráis en todo tiempo y en todo lugar, en mis tentaciones,
después de mis caídas, en mis dificultades, en todas las miserias de la vida y
sobre todo en el trance de la muerte. Concededme ¡oh amorosa Madre! el
pensamiento y la costumbre de recurrir siempre a Vos, porque estoy cierto de
que si soy fiel en invocaros, Vos seréis fiel en socorrerme. Obtenedme pues,
esta gracia de las gracias; la gracia de suplicaros sin cesar, con la confianza
de un hijo, a fin de que por la virtud de súplica constante obtenga vuestro
perpetuo socorro y la perseverancia final. Bendecidme ¡oh tierna y cuidadosa Madre!
y rogad por mi ahora y en la hora de mi muerte. Así sea.
Pida
cada quien la gracia que desee conseguir en este martes
(Todos)
A
estas intenciones vamos a rezar tres Avemarías a Ntra. Sra. del Perpetuo
Socorro y Tres Gloria Patri a S. Alfonso.
¡Oh
María, Madre del Perpetuo Socorro, rogad por mí! ¡Protector mío, S. Alfonso,
haced que en todas mis necesidades
recurra
a María!
-Lectura
de un punto de meditación según el Manual y de los favores otorgados por la
Virgen del Perpetuo Socorro.
8-ORACIÓN
FINAL.
Señor
mío Jesucristo, que nos diste a tu Madre Santísima, la Virgen María, para
que
la venerásemos con el título insigne de "MADRE DEL PERPETUO SOCORRO"
te suplicamos, que los que imploramos con frecuencia su maternal favor,
merezcamos participar constantemente de los frutos de tu redención. Que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA:
(Todos)
¡Seáis
amada, seáis alabada, seáis invocada, seáis eternamente bendita, ¡oh Virgen del
Perpetuo Socorro! mi esperanza, mi amor, mi Madre, mi refugio y mi vida. Amén.
9-RESERVA.
El
sacerdote baja del púlpito; revestido de capa pluvial hace la reserva como de
ordinario. Después se quita la capa pluvial y asistido de un acólito con el
acetre y el cuadro del Perpetuo Socorro procede a las Bendiciones.
10-BENDICIONES.
-Para
los niños sanos.
Adjutorium
nostrunm
Domine,
exaudi orationem.
Dominus
vobiscum.
OREMUS
Domine
Jesu Christe, Fili Dei vivi, quiante omnia sæcula genitus, in tempore tamen
infans esse voluisti, et hujus ætatis diligis innocentiam; qui parvalos tibi
oblatos amanter complexus es, eisque benedixisti; infantes istos præveni in
benedictionibus dulcedinis, et præsta ne malitia mutet intellectum eorum,
eisque concede ut proficientes ætate, sapientia et gratia, tibi semper placere
valeant. Qui vivis et regnas cum Deo Patre, in unitate Spiritus Sancti Deus,
per omnia sæcula sæculorum. Amen.
Pax
et benedictio Dei Omnipotentis, Patris et Filii et Spiritus Sancti descendant
super vos et maneat semper.
(Los
rocía con agua bendita)
B-Para
los niños enfermos.
OREMUS
Deus,
qui miro ordine angelorum ministeria, hominumque dispensas, concede propitius,
ut a quibus Tibi ministrantibus in celo semper assistitur, ab his in terra vita
horum puerorum muniatur. Per Christum Dominum nostrum. Amen.
Extendens
manns. Super ægros manus imponent et bene habebunt. Jesus Mariæ Filius mundi
salus et Dominus, meritis et intercessione Sanctorum Apostolorum suorum Petri
et Pauli et omnium Sanctorum sit vobis clemens et Amen.
Benedictio
Đei Omnipotentis Patris et Fili et Spiritus Sancti descendat super vos et
maneat semper. Amen.
(Los
rocía con agua bendita)
C-Para
los adultos enfermos.
OREMUS
Respice,
Domine, famulos tuos in infirmitate corporis laborantes, et animas refove quas
crecasti, ut castigationibus emendati, continuo se sentiant tua miseratione
salvatos. Per Christum Dominum nostrum. Amen.
(Los
rocía con agua bendita)
11-ÚLTIMA
BENDICIÓN.
Se
toma un cuadro grande de Ntra. Sra.
del
Perpetuo Socorro; se levanta en alto y
con
él se traza despacio la señal de la cruz sobre el pueblo diciendo: Que la
Virgen del Perpetuo Socorro nos bendiga a todos.
El
pueblo responde: Así sea.
Luego
van los fieles desfilan por el
Comulgatorio
y se les da a besar un cuadrito de Ntra, Sra. del Perpetuo Socorro.
Al
retirarse recibe cada quien algunas
Miniaturas
para sus enfermos.
CANCIONERO
DEL DIA DE EJERCICIOS
OH
REINA DE CLEMENCIA
Coro:
¡Oh
Reina de clemencia!
¡Oh
Madre del amor!
Tu
Perpetuo Socorro
Implora
nuestra voz.
1-Al
corazón benigno de María
Ven
sin tardar, ¡oh pobre pecador!
Si
en su bondad tu corazón confía
Te
alcanzará la gracia del Señor.
2-Ven,
alma a fiel, humilde y generosa,
Dios
amar deseas con fervor:
ven
a esta Madre tierna y amorosa.
Y
abrasará tu pecho en santo amor.
3-Madre
de Dios, Patrona Poderosa!
De
nuestra patria, ¡oh Reina! ten piedad
Devuélvele
su fe pura y hermosa,
Devuélvele
su horror a la impiedad.
4-Escúchanos,
¡oh Virgen santa y pura,
Madre
de Dios, Madre del Redentor!
Gracia,
salud y celestial ventura
Alcánzanos
piadosa del Señor.
YO
TE DOY
Yo
te doy, - ¡Oh Madre querida!
Alma,
vida, - Cuanto soy!
1.-Con
ardor - Ofrézcote, Madre
El
don suave - Del amor…
2.-A
tus pies - Benditos postrado
Y
humillado - Ya me ves.
3.-Sin
cesar - Te quiero, María,
Cada
día - Invocar.
4.-Al
morir, - También a Ti quiero,
Como
espero, - Acudir.
5.-Y
elevar - Hacia Ti mi vuelo
Y
en el Cielo - Exclamar.
Tomado
del Manual del Perpetuo Socorro, colaboración de Iván Arellano