jueves, 18 de enero de 2024

MES DE ENERO AL NIÑO JESÚS DE PRAGA


 NI

DÍA DÉCIMO OCTAVO

EL NIÑO JESÚS DE PRAGA Y LA SANTIDAD DE DIOS

No sólo es Dios bondad infinita, como ya se dijo, sino que es además infinita santidad, la cual nos obliga a exclamar con la madre de Samuel en el libro segundo de los Reyes: "No hay santo como el Señor, ni hay otro fuera de Él". En visión profética le vió David rodeado de grandezas y resplandores, y no pudo irse a la mano sin gritar muy alto: "El Señor de las virtudes, ése es el Rey de la gloria". Sí, el Señor de las virtudes infinitas, que se encuentran repartidas en los ángeles y en los santos, pero enseña Santo Tomás, sin las imperfecciones y limitaciones que tienen en ellos. Así vemos la infinita justicia de Dios, fortaleza y templanza; infinita caridad, liberalidad y misericordia; infinita mansedumbre, clemencia y paciencia con todos los demás, sin faltarle, a excepción de aquellas que presupone imperfección en quien las tiene. Además, todas esas virtudes de Dios son ejemplares y dechado infinito de todas las que hay y puede haber en los santos.

 

UNAS MONJITAS MUY POBRES

He aquí como se expresa la superiora de ellas: "Hallándome muy afligida por faltar lo necesario con que atender la comunidad que está a mi cargo. Me fui a la imagen del Niño Jesús de Praga, el 1 de enero de 1910, prometiéndole si es que ese año ayudaba a socorrernos para ayudarnos a pagar nuestros compromisos financieros. Pues bien, he aquí que todo el año hemos practicado en comunidad un triduo todos los meses que terminaba los días 25, día dedicado en su honor. Durante aquel año, la prosperidad llegó y fue gracias a Él y su bendición que pudimos cancelar nuestras deudas y salir del apuro económico que estábamos en la comunidad. Gloria por eso al Santo Infante de Praga.

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