NOVENA DE LA IMAGEN MILAGROSA DE
LA VIRGEN DE LA PAZ Y BUEN VIAJE
QUE SE VENERA EN EL PUEBLO DE
ANTIPOLO
MANILA
IMPRENTA DE C. VALDEZCO
Real 13 y Quiofan 13.
1885
El que hiciere esta Novena, se
hincará de rodillas con devoción delante de la imagen de la Santísima Virgen, y
hecha la señal de la Cruz dirá con todo afecto el Acto de contrición.
ORACIÓN
Soberana Emperatriz de cielos y
tierra, puesto que vuestra intercesión es tan poderosa con Dios nuestro Señor,
interponeos con Su Divina Majestad, para que yo logre la gracia, que deseo, y
pido en esta Novena, si fuere conveniente para gloria suya, y bien de mi alma;
y si no conviene, conseguidme lo que fuere más de su agrado, y juntamente una
grande conformidad con su voluntad santísima. Amen.
PRIMER DÍA
ORACIÓN
Reina, y Señora de los Ángeles,
á quienes está encomendada la guarda y custodia de los hombres; ayudadme en mis
necesidades, defendedme de los muchos y continuos peligros que por todas partes
me cercan, especialmente socorredme en conservar una pureza angélica, tan de
vuestro agrado, y de estos soberanos espíritus, para que adornado con joya tan
preciosa, pueda parecer en las celestiales, bodas del Cordero inmaculado,
logrando por este medio conservar la vida en esta gracia, y conseguir en la
eterna la bienaventuranza, y lo que deseo, y pido en esta Novena, si es para
honra y gloria de Dios. Amén.
-Aquí se rezan tres Salves con
toda devoción.
Virgen Santísima de la Paz y
Buen Viaje, ya que tenéis estos dos títulos tan excelentes, ejercitadlos
conmigo, conforme fuere á mayor honra y gloria de Dios, alcanzadme pues aquella
paz, que vuestro Santísimo, Hijo dejó tan encargada á sus Discípulos, una paz,
con que perdonando á mis enemigos cuántas ofensas me han hecho, ame à todos mis
prójimos con aquel verdadero amor, que dieta la caridad cristiana. Alcanzadme
aquella paz á mi corazón y mi alma, que no se revele el apetito contra la
razón, ni la razón contra Dios. Y supuesto que todos somos caminantes, y
peregrinos en este valle de lágrimas, sed mi guía, para que, entre las muchas
tinieblas, que me ofrezcan, y entre tantos despeñaderos, que me cercan, sepa
tomar el camino real que me conduzca á la gloria por la observancia de los
mandamientos divinos.
Dirigid mis acciones con acierto, libradme de los lazos del demonio, para que
con vuestra protección y amparo logre en la muerte cumplir el feliz viaje de mi
peregrinación, y gozar por una eternidad en la gloria de vuestra dulcísima
compañía, y de vuestro Santísimo Hijo. Amen.
-Aquí alentando la confianza,
pedirá á la Santísima Virgen aquella gracia o favor que desea, y después para
más obligarla, dirá aquella devotísima oración de San Agustín, de tanto
consuelo para nuestras aflicciones y necesidades.
Acordaos, Virgen piadosísima,
que jamás hasta ahora se ha oído, que ninguno, que ha acudido a vuestro
patrocinio, ó pedido vuestro socorro, haya sido desamparado. Alentado pues con
tal confianza, acudo á Vos Virgen de las Vírgenes, y Madre mía; ante Vos con
gemidos y ruegos me presento, no queráis, Madre del Verbo Eterno, despreciar
mis súplicas, antes bien, mostrad vuestra piedad benigna, y vuestra gran
misericordia en oírme, atenderme, y despachar con felicidad mis ruegos. Amen.
-Todo se repite todos los días,
variando la segunda oración.
SEGUNDO DÍA
ORACIÓN
Reina, y Señora de los
Arcángeles, á quienes se encomiendan los negocios más graves de la gloria de
Dios, y provecho de los hombres; suplicóos por los merecimientos de estos
soberanos espíritus, que consigais de Dios la salud eterna de mi alma, que es
el negocio más importante de los hombres, y tan del agrado de vuestro Santísimo
Hijo, que no dudó dar su preciosísima sangre por este fin; y juntamente me
consigáis la gracia, que pido en esta Novena, si fuere para gloria de Dios, y
bien de mi alma. Amén.
TERCER DÍA
ORACIÓN
Reina, y Señora de los
Principados, los cuales cuidan de la salud de los hombres, instruyendo,
alumbrando, y mandando; suplicoos, que por medio de estos excelentes espíritus,
y por sus méritos instruyáis, y alumbréis mi alma, para que sepa conseguir el
fin último para que fue criada; y juntamente me ayudéis con vuestro poder y
amparo, para que yo, en cuanto fuese posible, según el estado, en que me hallo,
alumbre, instruya, y coopere á la salud de las almas, y bien de los prójimos; y
también os suplico, me alcances lo que deseo, y pido en esta Novena, si fuere
para gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
CUARTO DÍA
ORACIÓN
Reina, y Señora de las
Potestades, que tienen especial poder para refrenar los demonios; suplícoos, me
consigáis gracias del Señor, para refrenar el ímpetu de estos malignos
espíritus, no dejándome caer en sus tentaciones, y asechanzas, antes
alcanzándome fuerzas para vencerlos; y me consigáis lo que deseo, y pido en
esta Novena, si es para gloria de Dios y bien de mi alma. Amen.
QUINTO DÍA
ORACIÓN
Reina, y Señora de las Virtudes,
por cuyo medio ejecuta Dios tantos Milagros y prodigios; supuesto que en Vos se
halla con excelencia este poder, os suplico, le empleéis en defenderme de mis
enemigos visibles, é invisibles; ayudadme, para que no me deje llevar de los
vicios, y depravadas costumbres, ni de mi mala inclinación, sino que, vencidos
todos estos óbices procure seguir los ejemplos de vuestra humildad, y virtudes:
y también os suplico me consigais lo que deseo, y pido en esta Novena, si es
para mayor gloria de Dios, y bien de mi alma. Amen.
SEXTO DÍA
ORACIÓN
Reina, y Señora de las
Dominaciones, que presiden a todos los espíritus, inferiores ministros de la
providencia de Dios; suplícoos que por medio de tan excelentes espíritus hagáis
se ejecuten en mí las altas disposiciones de la divina providencia, y todos
aquellos medios que condujeren al logro del último fin, aunque no sean, según
la torcida inclinación de mi apetito, y me consigáis una eterna conformidad con
la voluntad divina; y lo que pido, y deseo en esta Novena, si fuera para mayor
gloria de Dios, y bien de mi alma. Amén.
SÉPTIMO DÍA
ORACIÓN
Reina, y Señora de los Tronos,
en quienes descansa Dios como en trono de su gloria; ya que vos sois el
agradable trono de Su Majestad que nueve meses descanso en vuestras purísimas
entrañas, y su infancia en vuestros Santísimos brazos: conseguid, Señora, de
vuestro Santísimo Hijo, que asista con su gracia superabundante, para que mi
alma pueda ser trono de su gusto, y descanso; y también lo que pide en esta
Novena, si es para mayor gloria de Dios, y bien de mi alma. Amén.
OCTAVO DÍA
ORACIÓN
Reina, y Señora de los
Querubines, que están adornados de perfectísima sabiduría; suplícoos me
alcances de vuestro Santísimo Hijo la verdadera sabiduría, que es distinguir
entre el bien y el mal, para que, dejado el mal, sepa abrazar el bien, y que se
fije en mi corazón el santo temor de Dios, que es principio de toda sabiduría,
y que yo sepa dirigir otros por la observancia de la ley divina; y juntamente
lo que busco, y pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios y bien de
mi alma. Amén.
NOVENO DÍA
ORACIÓN
Reina, y Señora de los
serafines, que aman á Dios con amor ardentísimo, suplícoos me alcancéis un amor
sólido, y perfecto de vuestro Santísimo Hijo, con que despreciando las cosas
temporales y caducas, sólo ponga mi amor en lo que pueda conducir á alcanzar
los bienes eternos; y también lo que pido, y deseo en esta Novena, si es para
gloria de Dios, y bien de mi alma. Amén.
GOZOS A LA VIRGEN DE ANTIPOLO
De los cielos al compás,
y con devoción ferviente.
Saludaré reverente
á ti, Virgen de la Paz.
Este Santuario, Señora,
se debe à tu devoción;
y es rasgo de la oración
del gentío que te adora:
eres nuestra Protectora
contra el demonio sagaz.
Mucho han experimentado
los fieles de tu poder;
como bien se deja ver
en las gracias que has
franqueado,
desde luego que han hallado
remedio el más eficaz.
¿Quién sino tú, Madre mia,
libró a Jacinto Bernardo
de la muerte con Gallardo?
rasgo de tu bizarria
como Madre, ó Virgen pia,
le diste la sanidad.
Con siete heridas mortales,
que en una noche le dieron,
se libertó y no le vieron!
de manos de sus rivales:
se escapó de tantos males
por tu remedio eficaz.
Doscientas brazas nadó
en la mar de la Laguna,
y por singular fortuna
en ella no pereció,
él así lo confesó,
con espíritu veraz.
También à un niño de Angono
de una tiernísima edad
hiciste de tu piedad
debajo del agua trono:
aquí se encendió el encono
del maldito Satanás.
Un Dominico paciente
una fuerte calentura,
por particular ventura
celebró el día siguiente:
aquí se vió claramente
tu poder tan eficaz.
Otro enfermo desahuciado,
como muy bien se notó,
de su enfermedad sanó,
en ti haber confiado:
por esto fué muy celebrado,
y lo vieron sin disfraz.
Ciegos, cojos, y tullidos
en tí han hallado remedio;
estrella brillante y medio
navegantes y afligidos;
todos digamos unidos
sin espíritu falaz.
Aunque distante Antipolo,
tus devotos no dejarán
de buscaré aunque viajaran
por verte de polo á polo:
pues cifran en esto sólo
su remedio y su solaz.
Después de cada día de la Novena
una Salve por el descanso de las Ánimas benditas del Purgatorio, paz y concordia entre los Príncipes
cristianos, felicidad de estas Islas, buen acierto y muerte feliz del bienhechor.
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