LA DEVOCIÓN DE LAS TRES AVE MARÍAS
Recordad las palabras de Cristo: ¿De qué aprovechará al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?.... ¿Quereis salvar vuestra alma? ¿Queréis aseguraros la eterna bienaventuranza?...
Atended a San Anselmo, que decia: Ensalzad, honrad a la Virgen Maria, y hallaréis la vida eterna. Y dirigiéndose a la Santisima Virgen, añadia: Quien procure obsequiaros, Señora, está bien lejos de su perdición.... porque así como es imposible que se salve quien se aleja de Vos, así es imposible que se condene quien se vuelve a Vos y por Vos es mirado y protegido.
Por eso San Hilario nos dice: Por pecador que uno haya sido, si es devoto de Maria, nunca perecerá. Y San Juan Berchmans escribía: Cierto estoy de mi perseverancia (y consiguiente salvación) si soy devoto de la Santísima Virgen...
¿Cómo obsequiar a la Virgen; cómo atraernos su atención, su auxilio, favor y protección? Rezando el Avemaría.
La Virgen Santísima dijo a Santa Matilde que ninguno podía mejor saludarla que con el Avemaria. Y la misma Virgen reveló a Santa Gertrudis y Santa Matilde que, cuantas veces los cristianos rezan Tres Avemarías en honor de los privilegios que recibió de la Santísima Trinidad (el poder que le otorgó Dios Padre, la sabiduría que le comunicó Dios Hijo y la misericordia con que la enriqueció Dios Espiritu Santo), otras tantas el poder, sabiduría y amor que recibió de Dios, van desde su Inmaculado Corazón a inundar las almas de los devotos que de esta manera le honran e invocan.
Con tal maternal bondad mira la Santísima Virgen María a sus devotos, que hablando con Santa Brígida le dijo: Yo soy la Reina del cielo y la Madre de la misericordia; yo soy la alegría de los justos y la puerta para introducir a Dios a los pecadores. No hay en la tierra pecador que viva tan perdidamente y sea tan maldito que esté privado de mi misericordia... Nadie es tan desechado de Dios que, si me ha invocado e su ayuda, no vuelva a Dios y goce de su misericordia...
Acudamos, pues dice San Alfonso María de Ligorio a los pies de esta dulcísima Madre, si queremos seguramente salvarnos. Y si nos atemoriza la vista o recuerdo de nuestros pecados, entendamos que María, para este fin, fué hecha Reina de la misericordia: para salvar con su protección a los más grandes pecadores que a Ella se encomiendan....
Y la práctica de la devoción de las Tres Avemarias es medio eficacísimo para alcanzar las misericordias de María. Tan eficaz, que la Santisima Virgen ha prometido su misericordia a todos los que recen las Tres Avemarías, y asistir, especialmente en la hora de la muerte, a cuantos sean fieles en rezarlas mañana y noche. De ahí, que San Leonardo de Puerto Mauricio, hablando de las Tres Avemarías”, exclamaba: “Oh, que santa práctica de piedad! Este es un medio muy eficaz de asegurar vuestra salvación. Rezad, pues, las Tres Avemarías, y mantened fielmente esta diaria devoción, que es llave segurísima para ayudarnos a entrar en el cielo, cobijados bajo el manto inmaculado de la Santisima Virgen María.”
MODO DE PRACTICAR LA DEVOCION DE LAS TRES AVEMARIAS
POR LA MAÑANA:
1.-María, Madre mía, líbrame hoy de pecado mortal. - Por el poder que os concedió el Padre Eterno.
Ave María...
2.-María, Madre mía, líbrame hoy de pecado mortal.- Por la sabiduría que os concedió el Hijo.
Ave María...
3.-María, Madre mía, líbrame hoy de pecado mortal.- Por el amor que os concedió el Espíritu Santo.
Ave María...
POR LA NOCHE:
1.- María, Madre mia, líbrame esta noche de pecado mortal. -Por el poder que os concedió el Padre Eterno
Ave Maria.
2.- Maria, Madre mía, líbrame esta noche de pecado mortal. -Por la sabiduria que os concedió el Hijo.
Ave Maria...
3.- Maria, Madre mia, líbrame esta noche de pecado mortal. -Por el amor que os concedió el Espiritu Santo.
Ave Maria.
(300 dias de indulgencia. “Preces et Pía Opera”, núm. 273.)
RECOMENDACION FINAL. -Propagad la devoción, a la Virgen Maria. ¡El Apostolado mariano es cosa excelente a los ojos de Dios! Con esta devoción salvaréis almas; y, como dijo San Agustín: ”Quien salva un alma, salvó la suya.”
NIHIL OBSTAT:
DR. PEDRO ANASAGASTI,
Censor.
Madrid, 28 de Diciembre de 1944.
IMPRIMASE:
CASIMIRO,
Obispo Auxiliar
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