miércoles, 22 de mayo de 2024

SOBRE LA DEVOCIÓN DE LAS TRES AVES MARÍAS

 


LA DEVOCIÓN DE LAS TRES AVES MARÍAS Y LA SALVACIÓN ETERNA

Dice San Juan Damasceno hablando con la Santísima Virgen: El ser devoto vuestro es, oh María, señal segura de salvación. Seamos, pues, verdaderos devotos de Maria y nos salvaremos.

Hoy proponemos a los lectores de esta hojita la devocion de las tres Ave Marías, una de las más cortas y fáciles con que podernos honrar a la Madre de Dios.

 

ORIGEN Y DESARROLLO DE ESTA DEVOCIÓN

Esta saludable práctica fue revelada por la Santísima Virgen a Santa Matilde religiosa benedictina que vivió en el siglo XI, en el monasterio de Hefta en Alemania, como metodo de alcanzar con seguridad  la salvación eterna. La Santísima Virgen recomendó  a esta Santa que se rezasen las ires Ave Marías, para honrar a las tres personas de la Santísima Trinidad: al Padre por el Poder, al Hijo por la Sabiduría y al Espíritu Santo por el Amor, con que se dignaron enriquecer a esa bendita Madre del Cielo.

Sania Gertrudis la Magna tuvo más tarde una visión en la cual vió a la Santísima Virgen en figura sensible. Del corazón de cada una de las personas divinas salía un rayo luminosísimo que se dirigía al Inmaculado Corazón de María, indicando el Poder, la Sabiduría y el Amor, que respectivamente le habían comunicado.

 

Esa vision es lo que representa la Imagen.

 

Practicaron y predicaron también esta devoción, entre otros muchos San Antonio de Padua, San Buenaventura, San Leonardo de Puerto Mauricio, la V. Agreda, San Gerardo Mayela, el B. Padre Claret, y mas que todos San Alfonso Maria de Ligorio, que habla de esta devoción, a lo menos en veinte lugares diferentes de sus obras.

León XIII concedió en 1900 una indulgencia de 200 días a los que, mañana y tarde, rezasen tres Ave Marías, con la invocaciór: Madre mia, preservadme hoy (o esta noche) de todo pecado mortal.

Y Pio X 300 días a los que las rezasen, añadiendo cada una la jaculatorio: ¡Oh, María! por tu Inmoculada Concepción purifica mi cuerpo y santifica mi alma.

Muchos millones de Catolicos del mundo entero honran hoy a María con el fervoroso rezo de las tres Ave Marías.

 

MODO DE PRACTICAR ESTA DEVOCIÓN

Debe practicarse con mucha constancia. Asi, pues, se recomienda muy encarecidamente, que si es posible, no se deje de hacerle ni un solo día hasta la muerte. Debense rezar las tres Ave Marías, al menos dos veces cada dia: Los momentos más oportunos pueden ser por la mañana al levantarse y por la noche al acostarse. La mejor postura (aunque no es necesario), para practicar esta devoción es de rodillas y con las manos juntas ante el pecho con los brazos en cruz, sino cómodamente se puede.

 Como se ha dicho antes, al rezarlas hay que procurar tener la intención  de honrar a la Santisima Trinidad, por el Poder, la Sabiduria y el Amor que han comunicado a la Santísima  Virgen María.

 

FRUTOS DE ESTA DEVOCIÓN

1º. - Preservarnos de muchos peligros. En una ciudad del Indostan vivin un joven pagano que era oficial del ejercito inglés. Auque conocia y admiraba la religión católica, no se querla convertir a ella. Un compañero suyo, católico práctico, le recomendó la devoción de las tres Ave Marias. El joven pagano empezó a practicarla. Habiéndose acostado una noche sin haberlas rezado, despertose a media noche porque sintió que alguien le daba un golpe bastante fuerie. Acordándose entonces de que no habia rezado las tres Ave Marías, encendió luz, se levantó, y puesto de rodillas se puso a rezarlas. Mientras lo iba haciendo, vió salir por debajo de su almohada una terrible y venenosísima serpiente que le llenó de espanto. Consiguió matar con su sable al peligroso reptil, y convencido de que la Madre de Dios le habla librado de la muerte, se convirtió y se hizo cristiano.

 

2º.- Librarnos de la esclavitud del pecado. "Era yo victima de perversas costumbres que me hacian cometer muchos pecados mortales. No sentia valor para enmendarme. Empecé a practicar la devoción de las tres Ave Marias y en seguida noté en mi un cambio extraordinario. Hoy me veo libre de tan triste esclavitud, que me ponía en peligro de mi eterna condenación. ¡Gloria a Maria!(Carta de un joven).

 

3º. - Nos obtendra la saleación eterna. Practiquemos con fervor y constancia esta sencillísima devoción, y nuestra buena Madre del cielo no permitirá que muramos en pecado mortal. A Ella aplica la Iglesia estas consoladoras palabras del libro de los Proverbios, que se cumplirán en nosotros: Quien me hallare, hallará la vida y alcanzará del Señor la salvación

(Prov. XIII, 35.)

 

CON APROBACIÓN ECLESIASTICA

 

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