jueves, 3 de febrero de 2022

NOVENA A SAN BLAS DE SEBASTE


NOVENA EN HONOR DEL ESCLARECIDO OBISPO E INVICTO MARTIR SAN BLAS

 

COMPUESTA POR UN DEVOTO SUYO

 

Imprenta de Salvador Isuar, Calle del Ángel, No. 1. Tortosa, Cataluña.

España. Año 1852.

 

 

MODO DE HACER LA NOVENA

Puesto de rodillas delante del altar o imagen del Santo, avivando la fe, como quien está delante la presencia de Dios y recogiendo los sentidos hará la señal de la cruz, y dirá de todo corazón el siguiente:

 

 

ACTO DE CONTRICION

Señor mío Jesucristo, Dios У hombre verdadero, Criador, Padre, y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa en el alma de haberos ofendido; y propongo firmemente, ayudado de vuestra gracia, nunca más pecar, huir las ocasiones de ofenderos, buscar las de serviros, y amaros hasta la muerte. Amen.

 

 

ORACIÓN PREPARATORIA Y COMÚN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh esclarecido San Blas! gran protector de todos vuestros devotos, que siendo aún seglar erais ya un dechado de virtudes; que fuiste un Obispo celoso, y anacoreta penitente y contemplativo, acariciado de las fieras de la tierra y alimentado por las aves del cielo: celebre en todo el mundo por el cruel y prolongado martirio que padeciste por la fe del Crucificado, y el sin número de milagros que por vuestra mediación ha obrado el Altísimo: siempre favorecido por Dios en los peligros y trabajos que se acumularon para afligiros; abogado especial contra las enfermedades de garganta, y protector benévolo de los devotos que os invocan. Conozco muy bien que mis culpas me hacen indigno de los abundantes favores que dispensáis a las almas justas que os invocan; mas aquellos brillantes rasgos de virtud y poder, que serán todo el objeto de mi contemplación en estos nueve días, me inspiran aliento para implorar humilde el poderoso auxilio de vuestra intercesión, esperando conseguir por este medio la salvación de mi alma, con todas las gracias y auxilios, que son indispensables para el logro de la eterna felicidad; juntamente con aquellos favores particulares que os pediré en esta santa novena, si han de ser para la mayor gloria de Dios y mi provecho espiritual.

 

 

DIA PRIMERO

SAN BLAS EN EL ESTADO DE SEGLAR

Habiendo hecho nuestro Santo en sus primeros años grandes progresos en el estudio de la Filosofía y ciencias naturales, no obstante, de ser aun seglar, era ya una antorcha luminosa que despedía de si rayos brillantes de virtud y de santidad. Los fieles de la ciudad de Sebaste veían en el, pintadas al vivo todas aquellas bellas calidades, que según escribe San Pablo en sus cartas a Timoteo y a Tito, deben adornar a un Obispo: que no debe ser soberbio, violento ni pleitista, ni tener tacha alguna que pueda mancillar su reputación; sino dulce y afable, sobrio, prudente, grave y modesto, casto, amante de la hospitalidad, é irreprehensible en todas sus acciones. Por este carácter era conocido San Blas en Sebaste; y tan solo el resplandor de su santidad, y sus religiosos procederes fueron los agentes que le abrieron el camino para ascender a la alta dignidad de Obispo. El pueblo se le había aficionado por sus grandes conocimientos y heroicas virtudes y sin más motivo que este le pidió unánime por prelado suyo.

 

-Medítese un poco y pídase el favor que se desea.

 

 

DEPRECACION

Glorioso San Blas, cuya pureza de vida os elevó a la silla episcopal de Sebaste, a petición de todos los fieles de aquella ciudad, sin haber precedido un milagro que anunciase ser esta la voluntad de Dios, como aconteció después en las elecciones de los Santos Nicolás y Ambrosio: Yo os suplico que me alcancéis de la divina Majestad un conocimiento claro y exacto del grande mérito de la virtud, de la que si carece el hombre, aunque por otra parte sea un sabio consumado, un rico poderoso, y prudente según la estimación del siglo; todo este buen parecer nada tiene de solidez, y no es más que una decoración teatral hecha para fingir objetos que no existen: a fin de que, prevenido con este conocimiento, huya de las apariencias de hombría de bien , de las que se valen los hipócritas para engañar a sus semejantes ; y corra solicito en pos de la sólida y verdadera virtud que hace perfecto a un cristiano, y es el medio más seguro para ser amado de Dios y apreciado de los hombres: único camino para llegar un mortal a la cumbre del honor, y afianzarse en ella contra todas las oposiciones del mundo.

 

-Ahora se dirán tres Padre nuestros y tres Avemarías con un Gloria Patri, y después la oración:

 

 

ORACIÓN PARA DAR FIN A LA NOVENA EN TODOS SUS DÍAS

¡Oh Santo glorioso!; aquel alto grado de gloria al que os han elevado en el cielo vuestros relevantes méritos os han constituido un abogado poderoso para con Dios; al paso que el tierno cariño que profesáis a vuestros devotos no os permite el mostraros sordo a sus ruegos. Bajo este doble título de abogado poderoso y protector compasivo, acudo confiado a la sombra de vuestro patrocinio suplicándoos que me alcancéis un verdadero arrepentimiento de todas mis culpas, con una firme intención de no volverlas jamás a cometer, perseverando en este santo propósito hasta el fin de mi vida; solicito siempre en procurar adquirir todas las virtudes cristianas, y constante en practicarlas; no dejándome seducir jamás de los halagüeños encantos con los que me instigan a ofender a Dios los tres enemigos de mi salvación el mundo, el demonio, y la carne. Amen.

 

 

 

DIA SEGUNDO

SAN BLAS UN OBISPO PERFECTO Y CELOSO

La elección de San Blas a la silla Episcopal de Sebaste tan uniforme y a gusto de sus fieles en la que tan solo se había atendido a los conocimientos, a la pureza de costumbres y candor del elegido, prendas que dieron materia a nuestra consideración en el día de ayer, debía presagiar un gobierno feliz en lo espiritual, durante todo el Pontificado de San Blas; y en efecto en sus principios llenó a satisfacción las esperanzas que de él tenían concebidas los fieles de Sebaste; pues que no contento el nuevo Obispo con santificarse a sí mismo, atendía con tanto celo al bien espiritual de sus ovejas que llenaba a colmo todas las partes de un Obispo perfecto y celoso, ocupado siempre en llevar su grey a los pastos saludables; trabajando día y noche en desarraigar abusos; en exterminar los vicios y plantar las virtudes; mas habiéndose levantado contra los cristianos aquella terrible y cruel persecución de Diocleciano, a pesar de arder Blas en vivos deseos de padecer martirio por Jesucristo, creyó deber retardar el sacrificio, a fin de que muriendo él no se acabase en Sebaste la cristiandad: resolución prudente, resolución que fue tomada por una inspiración del cielo, y que la aprobó con estupendos milagros.

 

-Medítese un poco y pídase el favor que se desea.

 

DEPRECACION

¡Oh modelo completo de Obispos perfectos y celosos!, en quien fue tan poderoso el deseo del bien espiritual de la grey que Dios os había recomendado, que, no obstante, el ardoroso deseo de verter vuestra sangre por Cristo en la persecución que afligía a su iglesia, lo dilatasteis retirándoos a un desierto, para poder desde aquella soledad instruir y corroborar vuestros fieles, cuyo riesgo era tan eminente en aquella desgraciada época. Yo que no puedo negar la falta de aquel celo fervoroso del que debe estar animado todo cristiano para enseñar y corregir a sus prójimos, singularmente a aquellos sobre los que tiene alguna autoridad, acudo a vuestra protección para que me alcancéis del Altísimo un celo activo, pero prudente de la mayor gloria de Dios, y salvación de las almas, que venciendo mi negligencia y descuido en cumplir con esta obligación me haga desde hoy solicito y activo en enseñar a todos mis dependientes las obligaciones que incumben a un buen cristiano exhortándolos a abrazar la virtud y a huir del vicio; precaviendo en tiempo oportuno que no digan palabra mala, ni hagan acción indecente, a fin de que la corrupción de costumbres no llegue a señorearse de la juventud incauta.

 

 

 

DIA TERCERO

SAN BLAS FUE UN ANACORETA PENITENTE Y CONTEMPLATIVO

Retirado San Blas en la sombría cueva del monte Arjeo, sin olvidarse de las obligaciones de un celoso Obispo, ni de enviar desde el desierto a sus fieles diocesanos aquellos socorros de doctrina, de los que tanto necesitaban durante la persecución; cercada su cueva de montes y peñascos abrió un camino a los penitentes, un camino para llegar a la perfección, que trillaron después los Antonios y Onofres con un sin número de Anacoretas. Solitario en aquel áspero retiro desahogaba los deseos que ardían en su espíritu de padecer por Cristo, macerando su cuerpo inocente con ayunos, vigilias, mortificaciones y penitencias, mientras que se ejercitaba su mente en contemplaciones elevadas y fervorosas oraciones. Entre la espesura de los árboles se consideraba siempre delante la Divina presencia; y fija su consideración en Dios, cada yerba, cada flor, y cada insecto, con todas las producciones de la naturaleza elevaban su alma a la contemplación de los divinos atributos: bendecía al Criador, y convidaba a todas las criaturas a alabarle.

 

-Medítese un rato y pídase el favor que se desea.

 

DEPRECACION

¡Oh penitente y contemplativo San Blas!, cuya santidad adquirió tantas creces en la soledad del monte Arjeo, por las grandes austerezas de vuestra vida penitente y mortificada, y la no interrumpida contemplación de los divinos atributos; os suplico con humildad que me alcancéis del Creador de la naturaleza, que abrazándome con la cruz de la penitencia, mortifique en adelante todas mis pasiones y sentidos; a fin de que libre mi entendimiento de toda impresión terrena, aquellas admirables producciones del campo, de los jardines, y bosques, que hasta el presente no he mirado con los ojos de la fe, y no me han servido más que de recreo y disipación de espíritu, me sirvan en lo sucesivo de estímulo para elevar mi consideración al Dios del cielo que las ha criado y adorar su omnipotencia, su sabiduría, su bondad y providencia, de las que depende todo lo criado, más bien que de las causas segundas que les dan el ser.

 

 

 

DIA CUARTO

SAN BLAS EN SU SOLEDAD REVERENCIADO DE LAS FIERAS Y OBSEQUIADO POR LAS AVES

Si las heroicas virtudes del solitario San Blas, durante su retiro, no podían brillar entre los fieles de Sebaste, fueron acatadas en el desierto por las fieras del bosque, y merecieron la atención de las aves del cielo. El fiero león, el tigre cruel, y el lobo voraz, con todas las demás fieras de las selvas, aunque enemigas de los hombres, y en perpetua guerra las unas con las otras, se volvían mansas, y se hermanaban para hacerle todas juntas la corte a San Blas: venían a su cueva tan atentas, que si lo hallaban orando se mantenían quedas como pegada la lengua a sus labios, y no se volvían a sus guaridas sin haber recibido primero la bendición del Santo: Las aves le suministraban la comida: a la hora de tomar el preciso alimento bandadas de palomas le traían granos de trigo en sus picos, y aceitunas los tordos: los cuervos a su vez le prestaban las mismas atenciones que habían usado con los Antonios y Onofres, trayéndole higos para su sustento, corroborando con este milagro aquella sentencia de David: El Señor provee de alimento a sus siervos en el tiempo más oportuno. (Salm. 144. V. 15.)

 

-Medítese un rato y pídase el favor que se desea.

 

DEPRECACION

¡Oh solitario privilegiado y distinguido en todas vuestras cosas!, que fuiste acariciado de las fieras, convertidas en corderos a vuestra presencia y socorrido por las aves: os suplico me alcancéis de aquel Dios, a quien bendicen todas las bestias y animales, la gracia y fortaleza que necesito para domar las pasiones de mis sentidos que son las fieras que pugnan contra mis buenas intenciones, y para detener el vuelo a mis altos pensamientos de soberbia y orgullo, que cual aves ligeras se remontan más allá de lo que es justo. Abridme también los ojos, que he tenido cerrados hasta el presente, a fin de que ilustrado por las verdades que nos enseñó Jesucristo en su Santo Evangelio, vea cuan vanas son las solicitudes de aquellos hombres necios que colocan tan solo en la industria y trabajo la seguridad de su subsistencia para pasar esta vida mortal; y que poniendo toda mi confianza en la siempre segura Providencia de aquel divino Padre, que no descuida de la más mínima criatura, sea mi principal solicitud servirle con fidelidad, y buscar el mantenimiento de mi alma con preferencia al del cuerpo; no dando jamás entrada en mi corazón al vicio execrable de la codicia.

 

 

 

DIA QUINTO

SAN BLAS MARTIR INVICTO

Llegó por fin el día tan deseado de San Blas, en el que se le presentó ocasión para poder ofrecer su vida a Jesucristo por medio del martirio. Hallándose orando en su cueva, divisa desde lejos aquellas tropas que el presidente Agricolao enviaba para prenderle. Ya se hallaba nuestro Santo sabedor, por una revelación de aquella noche, de sus dañadas intenciones; sin embargo, las recibe con dulzura y agrado, diciéndoles lleno de gozo: Seáis bienvenidos hijos míos; vamos en nombre del Señor. En Sebaste conducido a la presencia del presidente, no se acobarda; antes bien le habla con una libertad evangélica, por la que es apaleado, y encerrado en una cárcel oscura en donde el hambre debía acabar sus días, a no haberle socorrido una piadosa viuda. Parece que la cárcel había dado nuevos bríos al coraje de San Blas; por los que enfurecido el presidente mandó colgarle en un madero, y azotarle cruelmente con cadenas de hierro y despedazarle sus carnes con peines y garfios acerados. La serenidad y constancia con las que San Blas sufría tan crueles tormentos irritaron al bárbaro Agricolao, en términos que le hizo arrojar en una grande laguna, con una piedra atada al cuello para que sumergido en las aguas, fuese devorado de los peces, de la que habiendo salido vencedor con la muerte de sesenta y ocho infieles, por medio de un doble milagro completó su glorioso y prolongado martirio muriendo degollado.

 

-Medítese un rato y pídase el favor que se desea.

 

DEPRECACION

¡Oh mártir esclarecido y constante!, siempre victorioso, a quien nunca espantaron los más crueles tormentos, ya que la paz que nos concede la divina misericordia no me expone al presente a padecer el martirio por Jesucristo; alentad por lo menos con vuestra mediación mi paciencia y resignación; para que sepa sufrir con formado aquellos infortunios y trabajos que el Señor tenga a bien enviarme, recibiéndolos como favores de este Padre amoroso, que no aflige a los suyos en este mundo, sino para tejerles nuevas coronas de gloria con las que premiará en el cielo su resignación y paciencia. Así deseo conocerlo ¡Oh campeón invicto de Jesucristo!, y aun que en el estado presente se halle mi corazón tan saboreado con las conveniencias y placeres de la tierra, que se desfallece a la sola idea de sufrir penalidades, quisiera que un rayo de luz celestial me hiciese conocer, que todas cuantas penalidades se pueden padecer en este mundo miserable, si se toleran con paciencia son muy inferiores a la grandeza del premio que nos está esperando por una eternidad en el cielo; y del que ya estáis vos gozando por vuestra nunca vencida constancia acá en la tierra.

 

 

 

DIA SEXTO

SAN BLAS INSIGNE POR SUS MỤCHOS Y GRANDES MILAGROS

Aquellos relevantes méritos que había contraído San Blas por sus heroicas virtudes, y el sufrimiento constante de tan crueles tormentos, parece le daban un cierto derecho a esperar del Altísimo, que obrase algún portento, a fin de que fuese glorificado ante los hombres. Los milagros que en honor de San Blas ha obrado Dios por su intercesión son muchos y muy señalados. Portentoso fue el respeto que en la soledad le tuvieron las fieras, y la comida que las aves le ofrecieron. El andar Blas sin hundirse sobre aquella grande laguna que el presidente había mandado arrojarle, con tanta seguridad como si caminase por un suelo enlosado, y sin más prevención que el haber hecho la señal de la cruz sobre las aguas, milagro fue y milagro muy señalado con el que las aguas, a pesar de repugnarlo su natural fluidez, le prestaron un sólido obsequio; y no fue menor prodigio el sepultarse ahogados aquellos sesenta y ocho infieles, que confiando en la soñada protección de sus mentidas deidades, creyeron poder como Blas andar seguros sobre las aguas. La curación de los enfermos de toda aquella comarca fue un multiplicado milagro; y sería imposible el contar todos cuantos prodigios ha obrado Dios por intercesión de San Blas en varios tiempos y lugares.

 

-Medítese un rato y pídase el favor que se desea.

 

DEPRECACION

¡Oh celoso Obispo y mártir esclarecido de Jesucristo por cuya intercesión Dios ha obrado tan portentosos prodigios!, dando la salud temporal a innumerables enfermos que yacían en el lecho del dolor; interceded os suplico a favor de los infelices pecadores muertos por la culpa, a fin de que Dios los resucite mediante la divina gracia. La conversión de un pecador es también un milagro, en aquel sentido por el que llamamos milagros generalmente todas aquellas cosas que tan solo pueden ser producidas por la Omnipotencia divina. En un milagro de esta naturaleza, aunque llame, menos la atención pública que la curación de un enfermo desahuciado, resplandecerán más la Omnipotencia de Dios, y vuestro poderoso valimiento que en dar la salud a un enfermo de peligro; supuesto que una enfermedad por más que sea grave se cura a veces por la pericia de un médico, o por la robustez del doliente; más para volver la vida al que ya murió, preciso es que intervenga un milagro; y los pecadores no están menos muertos en la vida moral, faltándoles la gracia, que lo está el cuerpo en la física, si de él se separa el alma si una vez pues que tomáis tanto interés para la curación de las enfermedades corporales de aquellos que os invocan, si alguno de vuestros devotos tiene la desgracia de hallarse muerto por la culpa, rogad a Dios por él, para que se digne volverle la vida de la gracia.

 

 

 

DIA SEPTIMO

SAN BLAS FAVORECIDO POR DIOS EN TODOS SUS TRABAJOS

Aquel Dios, cuya providencia universal y vigilante se extiende hasta al más vil de los insectos, no podía olvidar al justo Blas, de quien era tan bien servido, ni dejar de socorrerle en todos sus trabajos. Nunca dejó de ser favorecido del padre de las misericordias; pues que si se multiplicaban los trabajos que padecía nuestro Santo, crecían también a la par los favores que Dios le dispensaba. Cuando Blas, en la soledad del monte Arjeo se hallaba privado de las complacencias que lleva consigo la compañía de nuestros semejantes, Dios le deparó una sociedad desconocida, una sociedad de fieras irracionales, que le acariciaban y respetaban con más sencillez que los hombres: si carecía allí del alimento necesario a la vida del hombre se lo prestaron las aves. Cuando puesto a la presencia del tirano necesitaba más de un valor constante para defender la religión de Jesucristo que profesaba Dios le infundió una heroicidad fuera del orden natural para responderle sin balancear un punto en la firmeza de su fe, y una constancia a toda prueba para sufrir aquel diluvio de tormentos que padeció en su cruel y prolongado martirio. Condenado a morir de hambre en una cárcel, Dios inspiró a una piadosa viuda que le trajese de comer: las aguas de la laguna en la que el presidente había mandado arrojarle se volvieron sólidas a sus pies; y allí mismo tuvo el consuelo de oír la voz de un Ángel que le decía de parte de Jesucristo: Sal de esas aguas, y ven a recibir la corona de inmortal gloria que te tiene Dios preparada en el cielo.

 

-Medítese un rato y pídase el favor que se desea.

 

DEPRECACION

A vos recurro San Blas glorioso: a vos que fuiste constantemente favorecido por Dios en todos vuestros trabajos; suplicándoos humilde y confiado que me alcancéis una sólida confianza en la providencia siempre vigilante de aquel divino Padre que en todos tiempos se halla preparado a socorrer a sus fieles que gimen trabajados en este valle de lágrimas, con tal que cumplan con exactitud sus divinos mandatos. Abridme los ojos del entendimiento, para conocer que no es imposible gozar en este mundo alguna parte de aquellas grandes mercedes que Dios ha prometido a los justos, ni que es imposible su goce en este valle de lágrimas, y que ya en esta vida mortal sus fieles servidores son siempre favorecidos de su divina bondad, que les presta consuelos, con los que se endulzan aquellos trabajos y penalidades de las que no podemos dispensarnos durante este penoso destierro; a fin de que deponiendo a la demasiada confianza que he puesto hasta ahora en lo caduco de las riquezas, en la inconstante benevolencia de los amigos, o en la agudeza de mi ingenio y la robustez de mi salud más frágil en sí y más quebradiza que el vidrio, en todos mis trabajos y aflicciones tan solo ponga mi esperanza en aquel Padre amoroso que está en el cielo, y que no me ha criado para hacerme infeliz en este mundo mientras que le sirva y adore con filial respeto.

 

 

 

DIA OCTAVO

SAN BLAS SINGULAR ABOGADO CONTRA LAS ENFERMEDADES DE GARGANTA

Una madre afligida presentó a nuestro Santo su hijo mancebo, a quien comiendo de un pescado se le había atravesado una espina en la garganta que le estaba ahogando, y se hallaba ya muy pronto a espirar: compadecido San Blas de las lágrimas de la madre y de los padecimientos del hijo, pidió a Dios que sanase aquel joven y a cuantos devotos suyos le invocasen para ser socorridos cuando padeciesen este mal. El joven paciente quedó sano de repente, y desde esta curación milagrosa, San Blas ha sido reconocido en todo el mundo como el medico más hábil y poderoso para sanar las enfermedades de la garganta, singularmente para desalojar de nuestras fauces los huesos y espinas más rebeldes. Seria materia prolija, y aun imposible el contar los muchos devotos de San Blas que han arrojado, mediante el Santo, alguna espina o hueso que tenían atravesado en su garganta. Su beneficencia y amor para con los devotos que se ven atacados de semejante enfermedad, ha sido tan conocida en todas las naciones del globo, que Aecio medico griego de nación, y muy antiguo no dudó en señalar la protección de San Blas, como el remedio más seguro para este género de enfermedades. Merece mucha consideración la receta que dejó escrita para su curación, concebida en las siguientes palabras dichas por el paciente a la espina o hueso: Blas mártir y siervo de Jesucristo manda que subas o bajes.

 

-Medítese un rato y pídase el favor que se desea.

 

DEPRECACION

¡Oh medico ilustre y portentoso!, y el más acreditado en la curación de las enfermedades de garganta: ya que tanto interés tomáis en el alivio de vuestros  devotos cuando gimen oprimidos del dolor que llevan consigo las dolencias de la garganta; a vos pido, y espero de vuestra intercesión la salud del cuerpo si ha de ser para la mayor gloria de Dios y bien espiritual de mi alma, pero ante todo suplico con instancia fervorosa que miréis con ojos compasivos las muchas enfermedades morales que está padeciendo este vuestro devoto. Confieso que la soberbia ha producido en mi corazón una hinchazón tan asquerosa que ofende a Dios y a los hombres, que la calentura maligna de la lujuria oscurece las luces de mi entendimiento hasta hacerle delirar, que la envidia me pone pálido haciendo desaparecer de mi rostro el color natural, que la avaricia me causa una comezón irritante, y que la menor injuria me inflama sin dejarme apenas libertad para reprimir la ira y el espíritu de venganza. Enfermedades tan graves y de tanto peligro tan solo pueden ser curadas con las medicinas de Dios. Vos sois poderoso ¡Oh Blas!, y tan querido de Dios y de los hombres para impetrármelas; y este es el favor que principalmente deseo alcanzar por vuestra mediación en esta novena.

 

 

 

DIA NOVENO

LA BENEFICENCIA DE SAN BLAS PARA CON SUS DEVOTOS ES UNA BENEFICENCIA UNIVERSAL

La beneficencia de San Blas para con sus devotos no se limita a alcanzarles la curación en las enfermedades de garganta; este círculo es demasiado reducido para contener los fogosos ardores del amor que profesa San Blas a los devotos que le invocan. Es muy consoladora para todos los devotos de San Blas aquella solemne pro mesa que hizo a la viuda piadosa que le había traído de comer estando en la cárcel, asegurándole que no solamente a ella más a todos sus devotos procuraría vivo y muerto socorrerlos en sus necesidades: no es menos consolante los devotos de San Blas que le invocan con fe y esperanza, aquella oración que hizo a Dios hallándose ya arrodillado para ofrecer su cuello al cuchillo del verdugo: en ella suplicó al Señor que protegiese a cuantas personas le habían ayudado en sus trabajos, y a cuantas en los siglos venideros reclamasen su patrocinio: oración que fue oída con agrado por el Señor que se le apareció visiblemente, y con una voz clara y oída de todos los circunstantes le contestó, que quedaba otorgada la demanda. Ni son tan solo las urgencias temporales en las que los devotos de San Blas hallan socorro en su patrocinio; pues que por su intercesión poderosa recibieron la fe de Jesucristo aquellas siete mujeres que recogían piadosas las gotas de sangre que destilaban sus llagas, y una fe tan firme y constante que en su defensa ofrecieron gustosas sus cuellos al bárbaro cuchillo; rasgo de valor varonil que dejó admirados a todos los espectadores de tan sangriento sacrificio.  

 

-Medítese un rato y pídase el favor que se desea.

 

DEPRECACION

Oh esclarecido Obispo, mártir invicto de Jesucristo y esperanza de quien os invoca! bien conozco que el medio más seguro para hacerme digno de vuestra protección, no es el gloriarme de ser contado en el número de vuestros devotos; sino el hacerme una firme resolución de imitaros en la práctica de vuestras heroicas virtudes, velando siempre solícito en poner freno a las inclinaciones viciosas que me arrastran al mal y a reprimir mis pasiones, enemigos temibles, que si no combaten la fe que he recibido en el Bautismo, hacen siempre oposición a la moral cristiana: enemigos domésticos que viviendo dentro de mí mismo, no puedo separarme de ellos. Yo bien quisiera a imitación vuestra seguir constante aquellas reglas que Jesucristo ha dejado trazadas en su Evangelio para hacer preciosa delante de Dios la carrera de mi vida; mas tengo muy pocos motivos para esperar con fundamento el ver cumplidos mis deseos, si por medio de vuestra poderosa protección no cobra nuevo vigor mi natural flaqueza: aquellos rasgos brillantes de santidad que han dado materia a mi meditación en estos nueve días encantan mi imaginación, y acrecientan mis devotos deseos; socorredme pues; Oh Santo glorioso!, de quien espero conseguir este singular favor; ya que vuestra piedad jamás se olvida de cuantos devotos la imploran con sinceridad y confianza.

 

 

 

GOZOS DEL GLORIOSO OBISPO Y MARTIR SAN BLAS

Pues que os exalta el Señor

En dar al cuello salud:

Cantará vuestra virtud

Nuestro cuello con fervor.

 

Sebaste bien conoció

Ser vos de virtud modelo,

Y el puro, encendido celo

Que vuestro pecho inflamó.

Por su Obispo os eligió

Segura con tal Pastor:

 

Un impulso soberano

Os guía a la soledad,

Para huir la crueldad

Y las furias de un tirano.

Solo al veros queda ufano

El monte, la planta y flor:

 

Sucesos muy portentosos

El destierro han cambiado

En un ameno poblado

De habitantes fervorosos.

Todos vuelan presurosos

De vuestra fama al olor:

 

Si una espina traspasó

De un infeliz la garganta,

Y entre congoja tanta

A vuestro amparo acudió;

Gozoso luego quedó

Ya libre de aquel dolor:

 

Cual Apóstol predicáis

Y las sombras se disipan;

Los fieles se multiplican

Con los avisos que dais.

A todo el mundo anheláis

Ganar para el Salvador:

 

Agricolao irritado,

De su Dios viendo el ultraje,

Se enciende en vivo coraje

Por dejarle vindicado.

Pero quedará burlado

Por lo fiel de vuestro amor:

 

Entre tormentos crueles,

Cuya sola vista espanta

Nuestro Blas victoria canta,

Y se carga de laureles.

Anima a todos los fieles

Su constancia y su valor:

 

Por aquella gran bondad,

Que la virtud galardonó,

Vuestro nombre se pregona

En Templo de Trinidad

Aquí todos ensalzad

Al más dulce protector:

 

Los prodigios siempre obrados,

Que los dolientes publican,

Al mundo entero predican

Ser por vos todos curados.

Nos claman afortunados

Con tal favorecedor:

 

Pues del cielo vuestro amor

Alcanza nuestra salud:

Cantará vuestra virtud

Nuestro cuello con fervor.

 

 

V. Ruega por nosotros San Blas.

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo. Amén.

 

OREMOS. Dios, que nos diste a tu siervo San Blas mártir como pontífice, concédenos propicio a aquellos que celebramos su solemnidad anual y cuya fiesta conmemoramos, que nos ayude con su intercesión y protección. Por Cristo Señor Nuestro. Amén.

 

LAUS DEO.

 -Colaboración de Carlos Villaman 


 

CORONILLA DE SAN BLAS

 

CORONILLA EN HONOR DE SAN BLAS, OBISPO Y MARTIR.

 

Tomado del libro “Cenno Storico della vita di San Biagio, vescovo e martire”

Tipografía Michelero.

Ciudad de Asti, Italia. Año 1878

 

 

V. Dios mío ven en mi ayuda.

R. Señor apresúrate en socorrerme.

 

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

I. Dulce pastor y mártir,

San Blas de Cristo amante,

Celebramos memoria

De tu santísima gloria.

Te celebramos devotos,

Y llenos de esperanza,

San Blas patrono amable

Enciéndenos de amor!

 

-Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

II. Dios en tu corazón

Hizo nacer la Fe,

Que compartiste a todos

Desde tu excelsa sede;

Venimos a ti gimiendo:

Ruega Patrono Santo,

Líbranos del peligro

Escucha nuestro llanto.

 

-Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

 

III. Si aquel pequeño niño,

Moría sin anhelo,

La madre te entregó,

Como a un Ángel del cielo,

Tú lo sanaste pronto

Con gesto sobrehumano;

Sana, oh padre, al pueblo

Por ti siempre cristiano.

 

-Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

IV. Subiste al monte Argeo

Huyendo del tormento,

Las fieras amansaste

Pasando ese momento.

Oh Blas, padre de amor,

Ablanda los corazones

Domina las pasiones

Y danos contrición.

 

-Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

V. Mas si el tirano atroz

Quiso darte maltrato,

Con angélica sonrisa

Sufriste como santo;

Haz que tus hijos valientes,

Imitando a tu ejemplo,

Los grandes sufrimientos

Soporten con buen seño.

 

-Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

VI. Sufriste, oh santo mártir,

Paciente y resignado,

La ira, furor y estragos

De Agricolao enojado;

Haz que tus hijos venzan,

Pacientes en el dolor,

El ansia, insidia y ataque

Del antiguo tentador.

 

-Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

VII. San Blas, patrono amable

Protege nuestro suelo,

Cual centinela vigila,

Intercede en el Cielo.

Oh Padre amorosísimo,

Vuelve tus ojos a nos

En las tribulaciones,

Ven a socorrernos Vos.

 

-Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

 

ORACION

Oh mártir invicto San Blas, que con el derramamiento de tu sangre demostraste la fe y el amor a Jesucristo, mantén inviolable la sagrada herencia en nuestros corazones y haz que modelemos nuestra vida en los mandamientos divinos, revelándonos como verdaderos discípulos de Jesucristo. Mira, oh gloriosísimo Patrono, el pueblo de tus devotos que te invocan como ángel de consuelo, defensor celestial de seguridad. Ayúdanos piadosamente en toda angustia, aparta de nuestra cabeza todo flagelo, llénanos de toda bendición escogida y haz que, siguiendo tu ejemplo, alcancemos la palma reservada a los que perseveran en el temor de Dios.

 

-Colaboración de Carlos Villaman 

martes, 1 de febrero de 2022

NOVENA A JESÚS NAZARENO DEL PERDÓN

 

NOVENA

DEDICADA A NUESTRO PADRE JESÚS DEL PERDÓN

 

Que se venera en la Santa Catedral de Santiago de Guatemala

 

Guatemala

Año de 1914

 

La sagrada imagen de Nuestro Padre Jesús del Perdón, fué mandada a hacer exclusivamente para conducirla en procesión, al practicar el ejercicio solemne del santo Viacrucis en la Santa Iglesia Catedral metropolitana de Santiago de Guatemala, durante la Cuaresma; por esto la presente novena está escrita, atendidos los pasos en que consideramos a nuestro divino Redentor, agobiado bajo el peso de la Cruz, yendo por el doloroso camino de la amargura.

 

Roguemos por el eterno descanso del alma del Ilmo. Sr. Arzobispo Don Ricardo Casanova y Estrada, quién, al contemplar la primera vez esa escultura, dijo: ''Es una bellísima imagen." Roguemos especialmente por la Iglesia de Guatemala y por su Prelado; por la conversión de los pecadores: por las benditas almas del Purgatorio, y por todos los que han sido, son y serán devotos de nuestro Padre Jesús del Perdón.

 

 

Puestos delante de la Sagrada Imagen de Nuestro Padre Jesús del Perdón, y con el mayor recogimiento y devoción, iniciaremos así:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICION

¡Oh Dios eterno Padre amantísimo! que, dispuesto a ser Infinitamente misericordioso, aun en los momentos terribles de vuestra justicia, resolvisteis que vuestro Verbo divino se vistiera de nuestra carne pecadora, a fin de que vertiese su sangre preciosa por nuestro rescate; os amo sobre todo cuanto existe. Los dolores de Jesús me inspiran contrición de mis pecados; la Pasión de vuestro Hijo me infunde amor y esperanza. Oh divino Jesús mío, que, agobiado con el peso de la Cruz, regasteis con vuestras lágrimas y con vuestra preciosa Sangre el escabroso camino del Calvario: os ofrezco esta nove. na en expiación de mis pecados; proponiendo enmendar mi vida, y, con vuestra gracia divina, perseverar en vuestro servicio hasta la muerte: os ruego que, al expirar, me reciban vuestras paternales ma. nos. Os lo pido, mi buen Jesús. por los méritos de vuestra vida, pasión y muerte. y confío que por vuestra preciosísima Sangre me daréis la eterna bienaventuranza. Amén.

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh piadosísimo Jesús del Perdón! vedme postrado ante vuestra sagrada imagen, pidiéndoos de corazón el remedio de mis males; rogándoos humildemente me concedáis la gracia de ayudaros a llevar la pesada carga de la Cruz que tan cruelmente lastimó vuestros doloridos hombros, y llorar con lágrimas de compasión y arrepentimiento, los dolores y amarguras que sufristeis por mí, ingrato pecador, y que contemplo en vuestro angustiado y dolorido Rostro. Escuchad, ¡oh Jesús! nuestros suspiros, y aceptad nuestras lágrimas de sincera contrición. Si, ¡Jesús sapientísimo!  el fondo de nuestras al. mas resuenan vuestras palabras que parece pronuncias. "Hijos míos, ¿suspiráis? ¡Ah! Yo también gimo en medio de innumerables penas. ¡Mirad cuán afligido esté mi Corazón! Acercaos, pues, para que lloremos juntos. Derramad vuestras lágrimas en mí y yo derramaré las mías sobre el vuestro.”

 

 

DÍA PRIMERO

Rotas sus carnes divinas

Por los azotes crueles,

Y ostentando.... no laureles,

Sino punzantes espinas;

Así Jesús es llevado

Ante la inicua presencia

De un juez que, vil, le sentencia

A ser en la Cruz clavado.

 

ORACIÓN

Bendito seáis, Redentor adorable, bendito seáis en vuestra paciencia sin límites; bendito seáis en los cielos y. en la tierra. Así como os ve mi alma, es decir, burlado, escarnecido, abofeteado, azotado ignominiosamente, coronado como Rey de burlas y sentenciado a muerte de afrentosa Cruz; así, tan despreciado como os veo, os reconozco y confieso mi Dios y por mi Rey, postrándome a vuestros pies en adoración reverente. Otorgadme, Jesús mío, la gracia inestimable de caminar tras Vos, con alma contrita y penitente, hasta el Calvario de las penas de este mundo, para que, consiguiendo de vuestra misericordia la bendita perseverancia en vuestro amor, alcance junto a Vos una resurrección gloriosa. Amén.

 

-La petición.

Tres veces el Padrenuestro, Ave María y Gloria, con la jaculatoria: Padre Eterno, yo os ofrezco la preciosísima Sangre de Jesucristo como expiación de mis pecados y por las necesidades de la Santa Iglesia. (100 días de indulgencia que con corazón contrito se rece la anterior jaculatoria. —Pío VII, Rescripto de septiembre de 1817)

 

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh Jesús humildísimo, verdadero Hijo de Dios vivo! que por salvarnos os dignasteis nacer en un establo y sufrir pobreza, trabajos, angustias y muerte en el patíbulo de la Cruz; os ruego rendidamente que en mi última hora digáis a vuestro Padre: “Perdonadle, Padre mío" a vuestra Madre purísima: "ahí tienes a tu hijo" y que me digáis también a mí: ''hoy estarás conmigo en la gloria." Oh Señor y Dios mío, miradme Piadoso y abandonéis$" en aquella hora tremenda, y por vuestro misterioso abandono en la Cruz, socorred a todos vuestros hijos que se hallan en la agonía. ''Tengo sed" oh buen Jesús; como el ciervo ansía las corrientes de las aguas, así mi espíritu tiene ansia por Vos, sabiduría eterna y fuente de vida. Mi existencia en el mundo corre fugaz hacia su fin, y muy breve se habrá consumado, y seré conducido a Vuestro tribunal eterno: no entréis en juicio con vuestro siervo. porque delante de Vos ninguno podrá justificarse. Desde este momento y para entonces, me postro ante vuestra Majestad y en vuestras manos encomiendo mi espíritu con todas sus potencias, y mi cuerpo con sus sentidos: recibidlos misericordioso en la vida eterna, Vos, Jesús mío, que, clavado en un patíbulo infame, sois Dios eterno que vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

SÚPLICA A MARÍA SANTÍSIMA PARA TODOS LOS DÍAS

Os rogamos, dolorosísima Madre de los pecadores, que presentéis nuestras súplicas a vuestro dulcísimo Hijo nuestro Señor Jesucristo, rogándole que por vuestros dolores y lágrimas las acoja favorablemente, y Vos, ¡oh Marial, bendecidnos y rogad por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

 

 

DÍA SEGUNDO

Ansioso por demostrar

Su amor a los pecadores;

Toma el Dios de los amores

Nuestra cruz sin vacilar;

Y poniendo su baldón

Sobre sus hombros llagados

Deja al pecador trazados

Los caminos del perdón.

 

ORACIÓN

¡Oh Redentor amantísimo! Vos no dudáis ni un instante abrazaros con la para cargarla sobre vuestros delicados hombros, y yo, pecador miserable, no solamente dudo, sino que tal vez mi labio impío murmuró de vuestra misericordiosa Providencia, cuando me vi cercado por las persecuciones de este mundo. ¡Perdón, Jesús amorosísimo, perdón! A vuestros pies propongo firmemente adorar vuestros juicios eternos, así en mis alegrías, como en mis sufrimientos, y abrazarme con la cruz de mis dolores, siguiendo tras Vos, mediante vuestra gracia, hasta consumar mi sacrificio en vuestras manos bondadosas, al lanzar el último suspiro de mi vida. Amén.

 

 

DÍA TERCERO

Agobiado por la Cruz,

Vacilante y sin aliento,

En el camino sangriento

Cayó el amante Jesús:

Es que busca al pecador

Cuando se hunde degradado

En el cieno del pecado,

Para volverle su amor.

 

ORACIÓN

¡Oh dulcísimo Redentor de mi alma! Ni un solo acto de vuestra vida deja de ser instructivo y misterioso. Arrastrado por la ferocidad de los verdugos, caéis en tierra oprimido por el peso de la Cruz, y al caer me buscáis a ml miserable pecador, cuando busco los goces sensuales, y sois tan misericordioso que me llamáis para que os siga por el camino del Cielo.  Bendito seáis por tantas misericordias. Con vuestra gracia me levantaré del cieno de mis pecados: con vuestra gracia me lavaré en la piscina del sacramento de la penitencia; y con ella seguiré tras Vos que vais cargado con mi cruz. No me neguéis, Jesús mío, esa gracia, para que, cumpliendo mi propósito, os ame por toda la eternidad. Amén.

 

 

DÍA CUARTO

Pecador... ¡cuánta ternura!

Medio muerto... esgarrado...

Así encuentra a su Hijo amado

María su Madre pura....

Y aun ofrece esos horrores

Y su mismo amor materno

Al airado Juez eterno

En bien de los pecadores...

 

ORACIÓN

¡Oh Madre purísima del Dios humanado…! ¡Bendita sea vuestra excesiva caridad! Veis a vuestro Hijo inocente desfallecido, ultrajado, escupido y herido bajo el peso de la Cruz, y en vez de desahogar vuestra angustia, reclamando contra los verdugos, vuestros derechos de Madre, Cielo vuestros ojos velados por el llanto, y en éxtasis divino ofrecéis al Juez eterno tanta sangre, tanta amargura, tantos dolores y las ansias todas de vuestro corazón maternal, por la salvación de los mismos verdugos… ¡Oh Reina del dolor...! yo he sido uno de esos verdugos. acaso el más feroz y despiadado.  ¡Perdón, Madre mía! Quiero llorar por ml, con tan grande espíritu de penitencia, como grande fué el amor con que Vos llorasteis por todos los pecadores: quiero llorar junto a Vos, pues al borrar con esas lágrimas mis pecados, os prestaré consuelo y alcanzaré cl perdón y la salud eterna. Amén.

 

 

DIA QUINTO

Ya Jesús no tiene alientos:

Va a morir... sin que el malvado

Consiga verle clavado,

Gozándose en sus tormentos.

Pero no: con sana impla

Le alivian su padecer

Ansiando poderle ver

En más terrible agonía.

 

ORACIÓN

¡Oh Jesús adorable, a cuanta crueldad conduce el pecado…! Temen los fariseos infames veros morir bajo el peso de la Cruz, más no lo temen porque os amen, lo temen porque os odian, quieren gozar viéndoos pendiente de tres clavos en la Cruz afrentosa y temen que la muerte, menos inhumana les arrebate la presa antes de tiempo. ¡Bendita sea, Jesús mío, vuestra paciencia providencia! Para consentir que los inicuos consigan su venganza, y para satisfacer vuestros amantes deseos de sufrir más y más por los culpables, disponéis amoroso que el Cirineo os ayude a llevar la Cruz, y lo hacéis para enseñarme ese caritativo oficio, a fin de que ayude yo a mis hermanos a llevar su cruz, por medio de las obras de misericordia. Quiero Maestro amoroso; quiero practicar esa lección divina. Dadme vuestro celestial auxilio, y sacrificaré mi salud y mi vida, como Vos, por el bien de mis hermanos. Amén.

 

 

DIA SEXTO

Una mujer bendecida

Limpia a Jesús con amor

Las salivas y el sudor

De su faz escarnecida.

Y el que buscó pecadores

Deja su imagen sagrada

En aquel lienzo estampada:

Recuerdo de sus dolores.

 

ORACIÓN

¡Al fin Redentor amantísimo, al fin encontráis un alma compasiva, en medio de tantos enemigos! La Verónica impulsada por la caridad. desprecia las burlas y atropellos, y corre hacia Vos para limpiar vuestro ensangrentado rostro. Vos benigno la miráis. llenando su alma de gozo celestial. y en premio de su acción le dejáis estampado en el humilde lienzo vuestro rostro adorable. Quiero imitar a esa esforzada mujer. Jesús divino: por medio de la contrición. de la mortificación y de una sincera enmienda. gravaré en mi alma vuestro divino rostro. para que embelesa. do en contemplarlo. no mire jamás al mundo engañador que trata de seducirme. Dadme vuestro auxilio para cumplir propósito tan santo. hasta que llegue a ver un día, no la faz severa de mi Juez, sino la faz complacida de mi Padre, al exhalar mi último suspiro. Amén.

 

 

DIA SÉPTIMO

¡cristiano...!  mira a Jesús,

Por darte entrada en el Cielo

Con su cuerpo dió en el suelo

Otra vez bajo la Cruz.

Acércate... pecador:

Llégate a Jesús, rendido

Con tu pecho arrepentido

Darás tregua a su dolor.

 

ORACIÓN

Segunda vez, Jesús mío, segunda vez caéis en tierra, buscando mi corazón encenegado en el vicio... ¡bendita sea vuestra misericordia sin límites! La carne con sus apetitos, y el mundo con sus halagos me inducen a huir de las amarguras de la Cruz, cuando mi alma quiere buscaros en medio de tantos horrores. Dadme, Señor, vuestra gracia poderosa, que humildemente os la pido, para seguir los impulsos de mi alma. Quiero sufrir los más profundos dolores, angustias, tormentos y Cruz, si es posible, para acercarme a Vos, ya que Vos os dignasteis descender hasta el polvo de la tierra, para buscarme, de ese modo logre yo. en el día del juicio escuchar de Vos estas palabras: Bendito seas de mi Padre, porque me visitaste cuando me viste abrumado y caído, y al escucharos seré feliz eternamente. Amén.

 

 

DIA OCTAVO

“Hijas mías. no lloréis

Al ver mis fieros dolores,

Llorad por vuestros errores

Y el perdón alcanzareis."

Y a pesar de esta lección,

Aun burlamos los deberes

Por correr tras los placeres

Sin tenernos compasión.

 

ORACIÓN

¡Oh piadosísimo Jesús! qué aberración tan grande en la que ha caído el corazón del hombre. Lloramos por las riquezas; lloramos por los honores; lloramos por las comodidades; suspiramos por los placeres y aun muchos de los que parecen mejores, lloran por miedo a vuestra justicia y muy pocos lloran por amor a Vos, viendo ultrajada vuestra bondad infinita... ¡Perdonadnos! ¡Padre mío!  sanad nuestro enfermo corazón. “Bienaventurados los que lloran” los nos dijisteis en vuestra divina enseñanza: pues bien, Padre amoroso, si en este valle de lágrimas hemos de llorar, a pesar nuestro, haced que nuestro llanto sea penitente y brote inspirado por el amor divino, para que, lavadas nuestras culpas, alcancemos de Vos el don de la perseverancia final. Amén.

 

 

DIA NOVENO

No puede la omnipotencia

De todo un Dios humanado

Con el peso del pecado,

Y… ¡si puede.... tu conciencia!

Quién se atreve ponderar

El peso de tu delito,

Cuando a Dios... que es infinito

La tierra le hizo besar.

 

ORACIÓN

Dios de misericordia y Redentor humildísimo: ¡cuán grande y horrible es la malicia del pecado! Pecó el Ángel rebelde y el peso inmenso de su delito hizo crear el Infierno, con todos sus horrores. Desobedece el hombre en el Paraíso terrenal, y el peso incalculable de su pecado hace surgir sobre la tierra las enfermedades y la muerte. Bajáis, oh Verbo divino, a la tierra a destruir el pecado, y tal es su horrible peso, que la carga os abruma; siendo infinito en poder, caéis repetidas veces hasta el polvo de la tierra. Y… sin embargo, ¡Dios mío! la conciencia encallecida del hombre no siente en lo más mínimo esa carga abrumadora! Perdón, Jesús pacientisimo, perdón: ablandadla con vuestra sangre redentora, hasta que de tal modo se haga sensible y delicada, que la culpa más leve la conmueva y sobresalte; que entonces, guiados por esa conciencia, podremos marchar seguros por el camino de la virtud hasta llegar a los cielos. Amén.

 

-Colaboración de Miguel Morales

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...