viernes, 10 de junio de 2022

JACULATORIAS Y SUPLICAS AL CORAZON DE JESUS


 

JACULATORIAS Y SÚPLICAS AL DIVINO CORAZÓN DE JESÚS

 

TALLERES TORRES SUCS. – ANTIGUA GUATEMALA

Con licencia de la Superioridad Eclesiástica

Reg. Lib. cor. de imps. fol 33 No. 96.

 

 

-Bendita sea la Santa e Inmaculada Concepción de la Beatísima Virgen María Madre de Dios.

Indulgencia de 300 días cada vez

León XIII. 20 de septiembre de 1878

 

 

ACTO DE EXPIACION AL SAGRADO CORAZON DE JESUS

Divino Salvador de las almas: cubierto de confusión mi rostro, me prosterno en vuestra presencia soberana, y dirigiendo mi vista al solitario Tabernáculo, donde gemís cautivo de mi amor, pártese mi corazón de pena al ver el olvido en que os tienen los redimidos; al ver esterilizada vuestra sangre, infructuosos los sacrificios y escarnecido vuestro amor. Pero ya que con infinita condescendencia permitís que una yo es¬ te día mis gemidos a los vuestros, mis lágrimas a las que brotaron por mi causa de vuestros santísimos ojos; os ruego, dulce Jesús por los que no ruegan, os bendigo por los que no os aman y os adoro por los que despiadados os ultrajan; y con toda la energía de mi alma, deseo bendeciros y alabaros en todos los instantes de este día y esta noche, y en todos los Sagrarios de la tierra, y con los valiosos afectos de vuestro amante Corazón.

 

Suba, Señor, hasta Vos, el doloroso grito de expiación y arrepentimiento que el pesar arranca de mi contrito corazón.

 

-Por mis pecados, por los de mis padres, hermanos, amigos y por los del mundo entero: R/: perdón, Señor perdón.

 

-Por las infidelidades y sacrilegios, por los odios y rencores:

-Por las blasfemias y por la profanación de los días santos:

-Por las impurezas y por los escándalos:

-Por los hurtos e injusticias, por las debilidades y respetos humanos:

-Por la desobediencia a la Santa Iglesia, por la violación del ayuno

-Por los crímenes de los esposos, por las negligencias de los padres, por las faltas de los hijos:

-Por los atentados cometidos contra el Romano Pontífice:

-Por las persecuciones levantadas contra los obispos, sacerdotes, religiosos y sagradas vírgenes:

-Por los insultos hechos a vuestras imágenes, la profanación de los templos, el abuso de los sacramentos y los ultrajes al augusto Tabernáculo:

-Por los crímenes de la prensa impía y blasfema, por las horrendas maquinaciones de tenebrosas sectas:

-Por los justos que vacilan, por los pecadores que resisten a la gracia, por los infelices que agonizan y por todos los que sufren:

 

Perdón, Señor, y piedad, por el más necesitado de vuestra gracia; que la luz de vuestros, divinos ojos no se aparten jamás de mí. Encadenad a la puerta del Tabernáculo mi inconstante corazón; hacedle allí sentir los incendios del amor divino, y a la vista de las propias ingratitudes y rebeldías, que se deshaga de pena, que llore lágrimas de sangre, que viva muriendo de amor. Amen.

 

 

ORACION

Alma de Cristo, santifícame, Cuerpo de Jesús sálvame. Sangre de Jesús, embriágame. Agua del Costado de Jesús, purifícame. Pasión de Jesús, confórtame. ¡Oh buen Jesús!, oídme. Ocultadme en vuestras llagas. No permitáis que me separe de Vos. Defendedme contra el maligno espíritu. Llamadme a la hora de la muerte y haced que yo vaya cerca de Vos; para que os bendiga con vuestros elegidos por los siglos de los siglos. Así sea.

 

 

BENDICION

¡Oh buen Jesús! vuestra omnipotencia me bendiga, vuestra sabiduría me instruya, vuestra dulzura y bondad me llamen a ti y tenga siempre tu santa bendición. Así sea

 

martes, 31 de mayo de 2022

NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROCÍO DE ALMONTE


 

NOVENA A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA CON EL TÍTULO DEL ROCÍO

 

CUYA MILAGROSA IMAGEN SE VENERA COMO PATRONA Y SINGULAR ABOGADA EN EL ANTIGUO SANTUARIO DEL TÉRMINO DE LA VILLA DE ALMONTE

 

SEVILLA

AÑO DE 1932

 

IMP. Y LIB SOBRINO DE IZQUIERDO

FRANCOS,43 -47

 

Habiendo purificado nuestra alma con el Sacramento de la Penitencia, y fortiticán­dola con la Sagrada Eucaristía, que es el pan de los fuertes, debemos esperar que nuestros obsequios serán agradables a Dios y aceptos a su Madre Santísima; por tanto, será conve­niente practicar estas piadosas diligencias al empezar la Novena, y después con un cora­zón contrito y humillado decir el siguiente Acto de contrición.

   

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

     

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre ver­dadero, Padre amorosísimo de mi alma, me pesa, Señor, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, digno de ser amado con el amor de todas las criaturas: yo os amo, Dios mío, más que a todas las cosas, y con los auxilios de vuestra divina gracia, prometo nunca más ofenderos, y confesar debidamente todas mis culpas. Espero, Señor, de vuestra infinita bondad, me las perdonaréis por vuestra Pasión y muerte, y por los méritos de María Santísitna vuestra Madre y Señora nuestra: así como lo suplico, así confío me lo concederéis, para perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.

   

ORACIÓN QUE SE HA DE DECIR TODOS LOS DÍAS

Dulcísima Virgen María, Madre de Dios y Señora nuestra, en quien mejor que en el antiguo José, vinieron las bendiciones de los collados eternos, dándoos el Señor aquel celestial Rocío deseado de los Justos, esperado de los Patriarcas y vaticinado por los Profetas, haciéndoos con esta dicha 1a más feliz entre las puras criaturas: nosotros en reconmpensa de estas prerrogativas, os ofrecemos el obsequio de esta novena, suplicándoos, Madre amorosísima, nos alcancéis de vuestro Hijo Santísimo, el apreciable Rocío de la gracia, que hermoseando nuestras almas, nos haga agradables en su presencia, y dignos de alcanzar, si nos conviene, el favor que ahora humildemente le pedimos. Amén.

   

DÍA PRIMERO

ORACIÓN

Purísima Señora, en quien la gracia vino como sagrado Rocío para que en el primer instante de vuestra animación fuéseis toda Santa, toda Inmaculada, y tal cual convenía, para que resplandeciéseis con una pureza que sólo fuera excedida de Dios; os suplicamos, Soberana Princesa, intercedáis con Jesucristo, vuestro Hijo y Señor nuestro, para que, con el refrigerio de su gracia, apague el ardor de las pasiones, que nos quita la paz del espíritu, para que así imitemos en lo posible vuestra pureza. Amén.

   

Ahora se rezarán cinco Ave Marías, y cada uno en particular pedirá a esta Soberana Reina, el favor que desee recibir de su amantísimo Hijo, por su intercesión.

   

ORACIÓN PARA CONCLUIR TODOS LOS DÍAS

Gloriosísima Señora, que tan atenta estáis a las aflicciones de vuestros devotos, pues conocéis los peligros de que estamos rodeados, desatad ¡oh Señora dulcísima!, las prisiones a los miserables esclavos de los vicios, dad la luz a los que caminan ciegos por sus pasiones, apartad de nosotros todos los males, y alcanzadnos todos los bienes. Mostrad, Señora, que sois Madre, y por Vos reciba nuestras súplicas el que, naciendo por nosotros, se dignó ser vuestro Hijo. Dadnos una vida llena de pureza, preparadnos un camino el más segu­ro, para que viendo a Jesús nos alegremos con Vos para siempre. Amén.

   

Se harán los actos de Fe, Esperanza y Caridad: Creo en Dios, espero en Dios, amo a Dios, y esta distribución se observará en los demás días, excepto la Oración propia de cada uno

 

 

DÍA SEGUNDO

ORACIÓN

Poderosísima Princesa, en cuyas manos parece que ha depositado el Señor las rique­zas de la gracia y los tesoros de la gloria; pues vuestro nacimiento alegró y anunció sus gozos al mundo, apareciendo como hermoso Rocío, del cual se había de formar aquella perla que quitase la maldición, diese la bendición, y confundiendo a la muerte nos fe­licitase con la eterna vida; por vuestra inter­cesión, ¡oh Virgen Santísima!, alcancemos que en nosotros no se pierda el fruto de aquella Redención tan copiosa. Amén.

   

   

DÍA TERCERO

ORACIÓN

Sacratísima Reina del Cielo, que para ha­ceros más digna del Rocío del Espíritu Santo, fuísteis desde vuestros primeros años presentada en el Templo del Señor, víctima purísima de la caridad y holocausto suavísimo de la pureza; por tan admirable ejemplo de santidad, os rogamos que os interpongáis con el Señor de ese Templo santo, para que nosotros, mediante su auxilio, nos presentemos víctimas del amor, expiando con su gracia las manchas de las culpas que tanto nos afean, y que logremos ser presentados ante su Trono como agradable holocausto a su divina Majestad. Amén.

   

   

DÍA CUARTO

ORACIÓN

Amabilísima Abogada de los hombres, que obediente a las inspiraciones divinas, os desposasteis con el justo José, no obstante te­ner ofrecida a Dios vuestra virginal pureza, siendo esta voz del Altísimo como un suave Rocío, que en vuestro espíritu fructificó una obediencia fiel y u na esperanza firme de que quedarían ilesos los candores de vuestra pureza; alcanzadnos, Señora, que oigamos con docilidad las inspiraciones del Cielo, para que aprendamos a obedecer con rendimiento la agradable voluntad de nuestro Dios y Señor. Amén.

   

   

DÍA QUINTO

ORACIÓN

Santísima Emperatriz de los Cielos y la tierra, que cuando humilde orabas por la venida del Mesías prometido en la Ley, se te anunció ser el arca misteriosa que recibiría el celestial Rocío que había de formar la pre­ciosa Margarita de nuestro rescate; haced, Madre admirable, que el que se dignó esco­geros para morada suya, y tomar de Vos la carne en que nos redimió, nos conceda el es­píritu de una humildad profunda, con que hu­millándonos bajo su mano poderosa, alcancemos ser exaltados en la celestial Jerusalén de la gloria. Amén.

 

 

DÍA SEXTO

ORACIÓN

Clementísimna Señora, que llena del espí­ritu de Dios, caminásteis para hacer felices y dichosos con vuestra visita, así a vuestra parienta Santa Isabel, como a su hijo el Bautista y a Zacarías su esposo, esparciendo sobre ellos el gracioso Rocío de vuestros favores, con que se regocijó en el seno materno el niño precursor, y profetizaron sus padres. Visitadme, Señora, con vuestra beneficencia, para que así consiga que la divina gracia santifique mis pensamientos, palabras y obras para honra y gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.

   

  

DÍA SÉPTIMO

ORACIÓN

Madre Inmaculada del Salvador del mun­do, que mejor que Gedeón cuando se alegró al ver sobre la yerba el Rocío del Cielo, se regocijó vuestro espíritu al ver entre las pajas de un pesebre al divino Rocío que descen­dió de las alturas para nuestra felicidad: con­seguid, Señora, que demos lugar en nuestros corazones a Rocío tan admirable, para que con su asistencia logremos la victoria de nues­tros enemigos visibles e invisibles, y una feliz muerte que sea la corona de nuestra vida. Amén.

   

 

DÍA OCTAVO

ORACIÓN

Prudentísima Virgen, que dando ejemplo­ de veneración y observancia de la divina Ley, aunque en Vos nada había que purificar, pues fuisteis santa, y libre de toda imperfección, así antes de vuestro purísimo parto, como en él, y después de él, os presentasteis ante el Señor en su sagrado Templo con vuestro soberano Hijo Jesús, Rocío que descendió sobre su pueblo, para servirle de mejor maná que lo alimentase: interceded, Consoladora de los afligidos, con vuestro Hijo divino para que nos purifique de todos nuestros defectos. Amén.

 

  

DÍA NOVENO

ORACIÓN

Admirable Madre del Verbo Encarnado, que después de una vida santísima, fuisteis exaltada sobre los coros de los Ángeles al reino de los Cielos, para triunfar graciosa con aquellos soberanos espíritus, gozando no sólo del suave Rocío de la gracia, sino del ímpetu caudaloso del río de la divinidad, que alegra a tu alma purísima como a místi­ca ciudad del Señor; pues sois coronada Reina y Emperatriz de aquella morada felicísima y la criatura más amada del Criador, alcanzadnos de este Señor, a los que en este miserable destierro os imploramos humildes, que después os acompañemos eternamente glorio­sos en la Jerusalén celestial. Amén.

 

    

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN QUE SE DIRÁ TODOS LOS DÍAS CUANDO SE HAGA LA NOVENA DE ROGATIVA POR FALTA DE AGUA, EPIDEMIA O ALGUNA OTRA CALAMIDAD PÚBLICA

Soberana Virgen María, Madre de Dios y Señora nuestra, que, no satisfecho vuestro amor, con haber obrado los más inefables prodigios en favor de este pueblo, adoptándolo por vuestro, y dejándole esa sagrada Imagen, que veneramos con el misterioso tí­tulo del Rocío, queréis además manifestarle a sus hijos vuestra ternura, amparando a los infelices que os invocan de todo corazón, socorriendo sus necesidades y consolándo­los en sus mayores aflicciones. Confiados, Señora y Madre nuestra, en que jamás nos habéis desamparado, acudimos ahora a Vos en la presente tribulación, a pediros nos alcancéis del Señor los auxilios de la gracia para salir del pecado y el perdón de las muchas culpas, con que hemos ofendido a vuestro Santísimo Hijo, para que cesando estas causas de la calamidad que padecemos, cesen también los rigores con que la Justi­cia Divina nos castiga: interceded, ¡oh Ma­dre!, por vuestro hijos, que aunque indig­nos de tal nombre lo somos por vuestra elec­ción, para que, libres de los males espirituales y temporales, sirvamos al Señor en santidad y justicia todos los días de nuestra vida, y des­pués tengamos la dicha de veros y alabaros en la gloria. Amén.

 

 

GOZOS DE NUESTRA SEÑORA DEL ROCÍO

 

Sois María la esperanza

Y el consuelo del mortal,

Y por Vos viene a las almas,

El Rocío celestial.

Salve, ¡oh Virgen del Rocío!,

Que de Almonte en la memoria

Guardan los hijos tu historia,

Cual su más preciado honor:

Y a ti acuden, Madre mía,

En todas las aflicciones,

A ofrecer sus corazones

Como prendas de su amor.

 

Si entre espesos matorrales

Nuestros padres te ocultaron,

Y tu efigie preservaron

Del sarraceno furor;

Hoy con ojos maternales

Torna a mirar a tus hijos,

Y de sus males prolijos,

Presérvelos tu favor.

 

Virgen Santa del Rocío,

Que en árido tronco añoso

Del árbol más venturoso,

Te halló un feliz cazador:

Recibe el piadoso afecto

De tus amantes devotos,

Y escucha los fieles votos

Que brotan del corazón.

 

Pues que solitaria ermita

A ricos templos prefieres,

Y en nuestro desierto quieres

Ser de sus campos la flor.

A tus plantas solicita,

Este pueblo reverente,

Te dignes, tierna y clemente

Socorrer lo en su aflicción.

 

Eres del Cielo el Rocío,

Gloriosa Virgen María,

Para el que la noche umbría

Pasa en medio del dolor;

Y estrella de la mañana,

Y aurora fulgente y pura,

Sol de radiante hermosura,

Luna de eterno esplendor.

  
Bella nube que en los aires

Ciernes la lluvia del Cielo,

Cual Rocío de consuelo

Para el triste labrador,
Que ve los campos sedientos

Y perdidos sus sudores,

Mustias y secas las flores

Por el sol abrasador.

 

Blanco lirio de los valles,

Pura azucena entre espinas,

Rosa de hojas purpurinas,

Que hechizan con su color;

No nos niegues el Rocío

De tu cáliz perfumado,

Que en el vergel de este prado

Mitiga el febril ardor.

 

Con fe y devoción sincera

Acude a ti el desvalido,

Y el pueblo cuando afligido,

Implora tu protección:

Defiéndelos cariñosa

De la cólera celeste,

De la asoladora peste

Y del infernal dragón.

 

De las tormentas del mundo,
Y de su fiero oleaje,

Líbranos en el pasaje,
Hasta el puerto salvador;

Y de la muerte a la hora,
¡Oh dulcísim María!,

Serás la que en la agonía

Nos conduzcas al Señor.

 

 

SALVE EN VERSO A NUESTRA SEÑORA DEL ROCÍO
Dios te salve, Virgen pura,
Reina del Cielo y la tierra,

Luna clara y sin menguante,

Luciente y hermosa Estrella.

Dios te salve, blanca Aurora,

Que disipa las tinieblas

Del pecado malicioso
Que influye en nuestras miserias.

Vida que nos vivificas,
Dulzura que nos consuelas
Y Esperanza cuyo amparo

Nuestras desdichas ahuyenta.

A Ti llaman los cofrades,

Tus devotos a Ti apelan,

A Ti corno a su Patrona

Porque los socorras ruegan.

A Tí llamamos nosotros,

Desterrados hijos de Eva,

Y los que de su desgracia

Arrastramos las cadenas.

A Ti porque nos ampares,

A Ti porque nos defiendas,

Suspiramos los mortales

En este valle de penas.

¡Ea, preciosa Paloma!

¡Ea, dulcísima Reina!

¡Ea, Madre del Rocío!

Constante Abogada nuestra;

Vuelve a nosotros tu vista

De misericordia llena,

Y después de este destierro

Al bello Jesús nos muestras:

A ese Sol, bendito fruto

De tus entrañas excelsas,

A ese Salvador del mundo

Que nos cría y nos sustenta.

¡Oh clemente, oh piadosa,

Misericordiosa y buena!

¡Oh dulce Virgen María!,

Madre de Jesús y nuestra.

Intercede por tu pueblo,

Pídele a Dios por la Iglesia,

Por su Pontífice sumo,

Por sus Pastores y ovejas,

A nuestro amado Monarca,

Y a todos los que gobiernan
Asístelos, porque así

Llenar sus deberes puedan.

Las necesidades todas

Mira piadosa y remedia,
Y a este pueblo que te invoca

Salud y gracia dispensa

Por medio de tu Rocío;

Ten con nosotros tal cuenta,

Que alcancemos por tu influjo

Del buen Jesús las promesas.

Amén, Jesús, repitamos,

Y así para siempre sea,

Y alabemos a María

En los Cielos y en la tierra. Amén.

 

 

jueves, 21 de abril de 2022

NOVENA A JESÚS NAZARENO DE GUATEMALA

NOVENA A JESÚS NAZARENO

 

QUE SE VENERA EN EL TEMPLO DE LA MERCED DE GUATEMALA

               

Libr. de la Vª. de CH. Bouret

1897

París

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.

 

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

Jesús amoroso, Jesús dulcísimo, aquí me tenéis delante de esta vuestra prodigiosa imagen, que llamamos CRISTO NAZARENO, que yo venero y que yo amo, por ser figura vuestra, en la que el ingenio humano ha representado tan al vivo vuestras inefables perfecciones: en su frente, vuestra majestad augusta; en sus mejillas, vuestra divina belleza; en su boca, vuestra bondad inagotable; en su costado, vuestra caridad sin límites y en todo el resto de ese cuerpo de peregrina hermosura y de placidez beatifica, vuestra soberana calma. Yo me gozo en reconocer esas vuestras perfecciones infinitas y lleno de amor y confianza, como un hijo se acerca a su padre, me llego a vos pidiendo hagáis sentir en mi los favores que habéis hecho sentir en otros mediante esta vuestra imagen y me concedáis el perdón de mis culpas, consuelo en mis aflicciones, remedio en mis necesidades, luz en mis dudas, fortaleza en mis peligros, victoria en mis tentaciones, abundancia de gracias temporales y eternas a mis encomendados, descanso eterno a mis difuntos y la gracia particular que os pido en esta novena, si es para gloria de Dios y bien de mi alma. Amen.

 

DÍA PRIMERO

MEDITACIÓN

JESUS EN GETSEMANI

- Solo la agonía de la cruz puede comparase con la agonía de Getsemaní. El Eterno Padre ha puesto sobre Jesús el horrible peso de todos los pecados del mundo; y ese peso le hace sudar sangre… le abruma… Se obliga a pedir merced a la justicia divina… ¡Jamás la tierra ha contemplado angustia semejante; pero tampoco ha oído jamás oración más tierra y más hermosa! “¡Padre-exclama Jesús! Todas las cosas te son posibles. Traspasa de mí este cáliz: mas no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieras Tú! ” Aprende, alma devota, el ejemplo de resignación absoluta que hoy te da tu Redentor para tus horas de prueba. No te quejes en tus tribulaciones. Procura consolar a Jesús en su continua agonía por los pecados del mundo… Consuela también a tus hermanos afligidos, enfermos y moribundos.

-Pídanse las gracias que se deseen conseguir.

 

ADORACIÓN A LAS CINCO LLAGAS DE NUESTRO SEÑOR

 

A LA LLAGA DEL PIE IZQUIERDO.

Adorote, ¡Oh Santísima Llaga del pie izquierdo de mi señor Jesucristo! Y os pido, señor, por ella me perdonéis cuanto os he ofendido con todos mis pasos y movimientos.

-Padre nuestro, Ave María y Gloria…

 

A LA LLAGA DEL PIE DERECHO.

Adorote, ¡oh Santísima llaga del pie derecho de mi señor Jesucristo! Y os pido, Señor, por ella me perdonéis cuanto os he ofendido con todas mis acciones y palabras.

-Padre nuestro, Ave María y Gloria…

 

A LA LLAGA DE LA MANO IZQUIERDA.

Adorote, ¡Oh Santísima Llaga de la mano izquierda de mi Señor Jesucristo! Y os pido, señor, por ella me perdonéis cuanto os he ofendido con mi vista y demás sentidos.

-Padre nuestro, Ave María y Gloria…

 

A LA LLAGA DE MANO DERECHA.

Adorote, ¡Oh Santísima, llaga de la mano derecha de mi señor Jesucristo! Y os pido, Señor, por ella me perdonéis cuanto os he ofendido con el empleo de mi memoria, entendimiento y voluntad.

-Padre nuestro, Ave María y Gloria…

 

 

A LA LLAGA DEL SACRATÍSIMO COSTADO.

Adórote, ¡Oh Santísima llaga del costado de mi Señor Jesucristo! Y os pido, señor, por ella que, así como fue herido vuestro corazón con el hierro de la lanza, así penetren en el mío vuestras soberanas luces para siempre amaron y nunca más ofenderos, queriendo antes morir que pecar. Amen.

-Padre nuestro, Ave María y Gloria…

 

V. Adorámoste, Cristo, y te bendecimos.

R. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Amantísimo Jesús, Dios y Hombre verdadero postrado ante esta sagrada efigie vuestra, rinda mis humildes homenajes a vuestro Cuerpo adorable que, bien que puesto en el sepulcro y separado del alma. Jamás se separó de la Divinidad.  Os alabo mil veces, porque, por amor mío, los unisteis a vos con lazo tan estrecho; porque sus cardenales y heridas curaron las llagas de mi alma y su muerte y sepultura me resucitó a la vida de la gracia y me hizo heredero de la dichosa inmortalidad.  Recibid también mis humildes acciones de gracias, porque en esa sagrada efigie queréis ser, aun el día de hoy, la salud de los enfermos, el protector de los necesitados, el consuelo de los afligidos, el gozo de los justos y el singular refugio de los pecadores, a quienes en ella dais, con repetidos milagros nuevas pruebas de esa misericordia tan tierna, que os hizo decir cuando andabais por la tierra: “No vine a buscar a los justos, sino a los pecadores”.  Por ese corazón del Padre, siempre abierto para recibirlos; por esas entrañas de piedad en que ponen su esperanza y por esa sangre derramada para lavar sus manchas, oíd los clamores del mayor de todos ellos, que vuelve a Vos con el corazón contrito y humillado. Perdonadme en vuestro santo amor; adornadme con vuestra divina gracia y coronadme con el don de la perseverancia final.  También os recomiendo, dulce Padre y redentor nuestro Santísimo Padre, el Papa Francisco. Nuestro prelado y nuestro Jefe de Estado. Guardadlos, Señor, como la pupila de vuestras alas; gobernadlos Vos, para que nos gobiernen según vuestra Ley Santísima, e inspiradnos a nosotros una rendida sumisión a sus decretos y una lealtad hacia sus personas.  Concedednos, en fin, el favor particular que os pedimos en esta Santa Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de nuestras almas y si no, una resignación perfecta a vuestra divina voluntad, la cual sea hecha en la tierra, así como en el cielo. Amen.

 

DÍA SEGUNDO

MEDITACIÓN

TRAICIÓN DE JUDAS.

- Judas, el discípulo traidor, se acerca a su divino Maestro y, con afectado cariño, tiene la osadía de besarle y se atreve a decirle hipócritamente: “Dios te salve, Maestro” Jesús no retira su rostro divino…, no trata de evitar aquel sarcástico beso...; y, llamado por última vez a aquella conciencia endurecida, y haciéndole ver que no le engaña con su hipocresía, le responde dulcemente: “Amigo, ¿a qué has venido? Judas, ¿Con un beso entregas al Hijo del Hombre…? ¡Te horroriza, alma devota, la traición, la sola figura odiosa de Judas…! Pero… ¿No has traicionado tú nunca a Jesús…? ¡Qué triste verdad es que todos llevamos en los labios, con la posibilidad de darlo un día, el beso de Judas…! ¡Compadécelos! ¡Ruega por ellos... y vela por ti, no sea que llegues tú también a ser un día traidor a tu Dios!

 

DÍA TERCERO

MEDITACIÓN

PRENDIMIENTO DE JESÚS.

- Jesús se acerca en serenidad a sus enemigos que van prenderle, se constituye su prisionero. Se les entrega libérrimamente, pero antes les pregunta: “¿A quién buscáis?” “A Jesús el Nazareno”, responden ellos. “Yo soy”, replica el Salvador; y, a su sola palabra, “retrocedieron y cayeron a tierra” Por segunda vez la misma pregunta e idéntica respuesta. Añade, por fin, Jesús; Jesús: “Si me buscáis a mí, dejad ir a estos”, señalando a sus apóstoles. ¡Así defiende el Señor a los suyos!  En tus peligros, en tus sufrimientos, alama devota, ¿te olvidas de ti por atender a tus hermanos se olviden de sí mismos para atenderte a ti? ¿Velas, como es tu obligación, por los intereses de tu divino Maestro? ¿Sales a su defensa? Aprende y no olvides la lección que hoy te da tu Redentor.

 

DÍA CUARTO

MEDITACIÓN

JESÚS ANTE EL SANEDRÍN.

- Ha comenzado el Salvador el cambio de la cautividad. Es sometido a un simulacro de juicio. Es abofeteado por uno de los criados del Pontífice… ¡por decir verdad! ¡A todas las calumnias de sus acusadores Jesús responde con su silencio! ¡No se disculpa! ¡No trata de defenderse! ¡no quiere evitar su condenación! Medita, alma devota, estas palabras del Apóstol San Pedro: “Cristo padeció por vosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas… él, que cuando le ultrajaban no devolvía el ultraje: que, maltratado, no prorrumpía en amenazas” ¿Cómo te portas tú con tus calumniadores? ¡Te quejas, tal vez! ¡Murmuras sin cesar! ¡No era si tu divino modelo!

 

DÍA QUINTO

MEDITACIÓN

TRIPLE NEGACION DE SAN PEDRO.

- Pedro huyó como los demás apóstoles, al ser detenido su Maestro, Pero, avergonzado después de su cobardía volvió sobre sus pasos; le siguió a cierta distancia, y confiando demasiado en sí mismo entró en el palacio de Anás; se metió en el peligro… y ¡cayó, negó cobardemente, hasta tres veces a su Divino Maestro… ¡Él, que había protestado estar dispuesto a ir a la misma muerte por Jesús!... ¿Qué se hicieron sus bellas promesas?... Cantó luego el gallo, y se acordó Pedro de la predicción del Salvador… Pasó luego Jesús a su lado… Le miró… Y aquella mirada penetrante del Maestro… le decía que sabía todo lo sucedido… Y salió Pedro fuera… y lloró amargamente su pecado… ¡Cuántas veces has hecho tú también, alma devota, bellos propósitos! … ¡Y cuantas veces los has quebrantado... por meterte a sabiendas en el peligro! Y te ha mirado luego muchas veces Jesús y no has llorado tu infidelidad… Si ves caer a tus hermanos, ayúdalos a levantarse…, si has caído tú mismo…, imita a San Pedro, que también cayó. ¡Llora como él lloró!... ¡Haz penitencia como él la hizo!...

 

DÍA SEXTO

MEDITACIÓN

LA FLAGELACIÓN.

- Jesús está ante un nuevo tribunal: el de Pilatos… “Si no fuera malhechor no te lo hubiéramos entregado” así dicen los judíos. Y como a malhechor se le trata…, y se le castiga, no obstante, no haber encontrado en él causa de condenación... se le atan las manos se le sujeta a una columna …, y ¡por la cobardía de Pilatos que acude a este cruel tormento como un expediente para excitar la compasión del pueblo y poder luego decir: “Ecce Homo!” ¡He aquí al hombre!... ¿Has encontrado tú, alma devota, causa alguna para hacer de nuevo sufrir a Jesús con tus pecados? ... ¡Mira en ellas al Hombre-Dios! ¡No olvides que delante de Él habrás de estar en el día de las cuentas!...

 

DÍA SÉPTIMO

MEDITACIÓN

LA CORONACIÓN DE ESPINAS.

- Una escena dolorosa se suma a las precedentes. Jesús ha quedado en poder de la soldadura romana… y unos le escupen en el rostro…; otros le dan de bofetadas… y le hieren con sus puños…; otros, más osados aun, le vendan sus divinos ojos…; le ponen una caña por cetro en su mano…, una corona de espinas de espinas por diadema en su frente…, y burlonamente le dicen: “Profetiza, ¿Quién es el que te ha herido? … Así cumple Jesús a perfección las palabras que en su boca ponía, siglos atrás, el profeta Isaías: “Mi cuerpo di a los que me herían y mis mejillas a los que mesaban mi barba; mi rostro no retiré de los que me injuriaban y me escupían.” ¿Huyes tú del sufrimiento, alma devota? … ¡Rehúyes toda suerte de mortificación!... ¡Te quejas, tal vez, hasta del mismo Dios que trata de cumplir en ti sus divinos e indescriptibles designios! ¡Mira a Jesús y aprende!

 

DÍA OCTAVO

MEDITACIÓN

CRUCIFIXION DEL SEÑOR.

 Jesús, “el varón de dolores”. Como le llamó el Profeta, ha comentado su “Vía dolorosa”. Entre insultos de la plebe y el maltrato de los soldados, llega, por fin, al Calvario. Le despojan nuevamente de sus vestidos. Le crucifican. Le dan a beber hiel y vinagre. Y, en medio de dolores increíbles, Jesús exclama: “¡Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen!” y abre las puertas del cielo al buen ladrón… ¡Y nos deja a todos su madre por madre nuestra!... y acaba su vida con estas palabras de ternura y confianza: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.” Eran las tres de la tarde. ¡Mira, alma devota, a tu Jesús crucificado por tu amor! ¡Mira esas manos, que tantos beneficios y bendiciones han derramado sobre ti, traspasadas por tus pecados! ¡Mira esos pies, que tantas veces te han buscado, detenidos, clavados por tus malos pasos! Mira ese divino corazón abierto de par en par y dile: ¡Yo fui, señor! ¡Contigo quiero en adelante siempre vivir! ¡Contigo quiero morir!

 

DÍA NOVENO

MEDITACION

SEPULTURA DE JESUS.

- Con sumo respeto, a la vez que con indecible tristeza bajaron de la cruz José Arimatea, Nicodemo y los otros piadosos discípulos el cuerpo sagrado del Redentor. Allí estaba también presente su Santísima Madre. A corta distancia del Calvario había un Jardín y en un sepulcro abierto con la roca viva. Allí lo depositaron con toda veneración. Se cerró luego la puerta. ¡No hay lengua humana capaz de expresar el dolor que entonces se apoderó de la Virgen María! Mira, alma devota, reproducida al vivo esta dolorosa escena en el santísimo Cristo, ¡mira esos ojos que se acaban de apagar, y que todavía te miran! ¡Contempla ese divino rostro, que no respira ya sino de bondad y ternura! ¡Mira ese divino costado abierto para que tú mores en él! ¡Qué vacío y qué dolor has sentido, tal vez, o habrás de sentir, al menos, alma devota, al regresar a tu casa después del entierro de un ser querido! ¡Poco a poco la muerte te los irá arrebatando todos, y los dejarás en el sepulcro, como está el Santísimo Cristo de El Pardo! En tu soledad, ¡acuérdate de la soledad de María! ¡Acuérdate del Santísimo Cristo de El Pardo! ¡Ellos serán tu consuelo!

 

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...