jueves, 21 de abril de 2022

NOVENA A JESÚS NAZARENO DE GUATEMALA

NOVENA A JESÚS NAZARENO

 

QUE SE VENERA EN EL TEMPLO DE LA MERCED DE GUATEMALA

               

Libr. de la Vª. de CH. Bouret

1897

París

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.

 

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

Jesús amoroso, Jesús dulcísimo, aquí me tenéis delante de esta vuestra prodigiosa imagen, que llamamos CRISTO NAZARENO, que yo venero y que yo amo, por ser figura vuestra, en la que el ingenio humano ha representado tan al vivo vuestras inefables perfecciones: en su frente, vuestra majestad augusta; en sus mejillas, vuestra divina belleza; en su boca, vuestra bondad inagotable; en su costado, vuestra caridad sin límites y en todo el resto de ese cuerpo de peregrina hermosura y de placidez beatifica, vuestra soberana calma. Yo me gozo en reconocer esas vuestras perfecciones infinitas y lleno de amor y confianza, como un hijo se acerca a su padre, me llego a vos pidiendo hagáis sentir en mi los favores que habéis hecho sentir en otros mediante esta vuestra imagen y me concedáis el perdón de mis culpas, consuelo en mis aflicciones, remedio en mis necesidades, luz en mis dudas, fortaleza en mis peligros, victoria en mis tentaciones, abundancia de gracias temporales y eternas a mis encomendados, descanso eterno a mis difuntos y la gracia particular que os pido en esta novena, si es para gloria de Dios y bien de mi alma. Amen.

 

DÍA PRIMERO

MEDITACIÓN

JESUS EN GETSEMANI

- Solo la agonía de la cruz puede comparase con la agonía de Getsemaní. El Eterno Padre ha puesto sobre Jesús el horrible peso de todos los pecados del mundo; y ese peso le hace sudar sangre… le abruma… Se obliga a pedir merced a la justicia divina… ¡Jamás la tierra ha contemplado angustia semejante; pero tampoco ha oído jamás oración más tierra y más hermosa! “¡Padre-exclama Jesús! Todas las cosas te son posibles. Traspasa de mí este cáliz: mas no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieras Tú! ” Aprende, alma devota, el ejemplo de resignación absoluta que hoy te da tu Redentor para tus horas de prueba. No te quejes en tus tribulaciones. Procura consolar a Jesús en su continua agonía por los pecados del mundo… Consuela también a tus hermanos afligidos, enfermos y moribundos.

-Pídanse las gracias que se deseen conseguir.

 

ADORACIÓN A LAS CINCO LLAGAS DE NUESTRO SEÑOR

 

A LA LLAGA DEL PIE IZQUIERDO.

Adorote, ¡Oh Santísima Llaga del pie izquierdo de mi señor Jesucristo! Y os pido, señor, por ella me perdonéis cuanto os he ofendido con todos mis pasos y movimientos.

-Padre nuestro, Ave María y Gloria…

 

A LA LLAGA DEL PIE DERECHO.

Adorote, ¡oh Santísima llaga del pie derecho de mi señor Jesucristo! Y os pido, Señor, por ella me perdonéis cuanto os he ofendido con todas mis acciones y palabras.

-Padre nuestro, Ave María y Gloria…

 

A LA LLAGA DE LA MANO IZQUIERDA.

Adorote, ¡Oh Santísima Llaga de la mano izquierda de mi Señor Jesucristo! Y os pido, señor, por ella me perdonéis cuanto os he ofendido con mi vista y demás sentidos.

-Padre nuestro, Ave María y Gloria…

 

A LA LLAGA DE MANO DERECHA.

Adorote, ¡Oh Santísima, llaga de la mano derecha de mi señor Jesucristo! Y os pido, Señor, por ella me perdonéis cuanto os he ofendido con el empleo de mi memoria, entendimiento y voluntad.

-Padre nuestro, Ave María y Gloria…

 

 

A LA LLAGA DEL SACRATÍSIMO COSTADO.

Adórote, ¡Oh Santísima llaga del costado de mi Señor Jesucristo! Y os pido, señor, por ella que, así como fue herido vuestro corazón con el hierro de la lanza, así penetren en el mío vuestras soberanas luces para siempre amaron y nunca más ofenderos, queriendo antes morir que pecar. Amen.

-Padre nuestro, Ave María y Gloria…

 

V. Adorámoste, Cristo, y te bendecimos.

R. Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Amantísimo Jesús, Dios y Hombre verdadero postrado ante esta sagrada efigie vuestra, rinda mis humildes homenajes a vuestro Cuerpo adorable que, bien que puesto en el sepulcro y separado del alma. Jamás se separó de la Divinidad.  Os alabo mil veces, porque, por amor mío, los unisteis a vos con lazo tan estrecho; porque sus cardenales y heridas curaron las llagas de mi alma y su muerte y sepultura me resucitó a la vida de la gracia y me hizo heredero de la dichosa inmortalidad.  Recibid también mis humildes acciones de gracias, porque en esa sagrada efigie queréis ser, aun el día de hoy, la salud de los enfermos, el protector de los necesitados, el consuelo de los afligidos, el gozo de los justos y el singular refugio de los pecadores, a quienes en ella dais, con repetidos milagros nuevas pruebas de esa misericordia tan tierna, que os hizo decir cuando andabais por la tierra: “No vine a buscar a los justos, sino a los pecadores”.  Por ese corazón del Padre, siempre abierto para recibirlos; por esas entrañas de piedad en que ponen su esperanza y por esa sangre derramada para lavar sus manchas, oíd los clamores del mayor de todos ellos, que vuelve a Vos con el corazón contrito y humillado. Perdonadme en vuestro santo amor; adornadme con vuestra divina gracia y coronadme con el don de la perseverancia final.  También os recomiendo, dulce Padre y redentor nuestro Santísimo Padre, el Papa Francisco. Nuestro prelado y nuestro Jefe de Estado. Guardadlos, Señor, como la pupila de vuestras alas; gobernadlos Vos, para que nos gobiernen según vuestra Ley Santísima, e inspiradnos a nosotros una rendida sumisión a sus decretos y una lealtad hacia sus personas.  Concedednos, en fin, el favor particular que os pedimos en esta Santa Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de nuestras almas y si no, una resignación perfecta a vuestra divina voluntad, la cual sea hecha en la tierra, así como en el cielo. Amen.

 

DÍA SEGUNDO

MEDITACIÓN

TRAICIÓN DE JUDAS.

- Judas, el discípulo traidor, se acerca a su divino Maestro y, con afectado cariño, tiene la osadía de besarle y se atreve a decirle hipócritamente: “Dios te salve, Maestro” Jesús no retira su rostro divino…, no trata de evitar aquel sarcástico beso...; y, llamado por última vez a aquella conciencia endurecida, y haciéndole ver que no le engaña con su hipocresía, le responde dulcemente: “Amigo, ¿a qué has venido? Judas, ¿Con un beso entregas al Hijo del Hombre…? ¡Te horroriza, alma devota, la traición, la sola figura odiosa de Judas…! Pero… ¿No has traicionado tú nunca a Jesús…? ¡Qué triste verdad es que todos llevamos en los labios, con la posibilidad de darlo un día, el beso de Judas…! ¡Compadécelos! ¡Ruega por ellos... y vela por ti, no sea que llegues tú también a ser un día traidor a tu Dios!

 

DÍA TERCERO

MEDITACIÓN

PRENDIMIENTO DE JESÚS.

- Jesús se acerca en serenidad a sus enemigos que van prenderle, se constituye su prisionero. Se les entrega libérrimamente, pero antes les pregunta: “¿A quién buscáis?” “A Jesús el Nazareno”, responden ellos. “Yo soy”, replica el Salvador; y, a su sola palabra, “retrocedieron y cayeron a tierra” Por segunda vez la misma pregunta e idéntica respuesta. Añade, por fin, Jesús; Jesús: “Si me buscáis a mí, dejad ir a estos”, señalando a sus apóstoles. ¡Así defiende el Señor a los suyos!  En tus peligros, en tus sufrimientos, alama devota, ¿te olvidas de ti por atender a tus hermanos se olviden de sí mismos para atenderte a ti? ¿Velas, como es tu obligación, por los intereses de tu divino Maestro? ¿Sales a su defensa? Aprende y no olvides la lección que hoy te da tu Redentor.

 

DÍA CUARTO

MEDITACIÓN

JESÚS ANTE EL SANEDRÍN.

- Ha comenzado el Salvador el cambio de la cautividad. Es sometido a un simulacro de juicio. Es abofeteado por uno de los criados del Pontífice… ¡por decir verdad! ¡A todas las calumnias de sus acusadores Jesús responde con su silencio! ¡No se disculpa! ¡No trata de defenderse! ¡no quiere evitar su condenación! Medita, alma devota, estas palabras del Apóstol San Pedro: “Cristo padeció por vosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas… él, que cuando le ultrajaban no devolvía el ultraje: que, maltratado, no prorrumpía en amenazas” ¿Cómo te portas tú con tus calumniadores? ¡Te quejas, tal vez! ¡Murmuras sin cesar! ¡No era si tu divino modelo!

 

DÍA QUINTO

MEDITACIÓN

TRIPLE NEGACION DE SAN PEDRO.

- Pedro huyó como los demás apóstoles, al ser detenido su Maestro, Pero, avergonzado después de su cobardía volvió sobre sus pasos; le siguió a cierta distancia, y confiando demasiado en sí mismo entró en el palacio de Anás; se metió en el peligro… y ¡cayó, negó cobardemente, hasta tres veces a su Divino Maestro… ¡Él, que había protestado estar dispuesto a ir a la misma muerte por Jesús!... ¿Qué se hicieron sus bellas promesas?... Cantó luego el gallo, y se acordó Pedro de la predicción del Salvador… Pasó luego Jesús a su lado… Le miró… Y aquella mirada penetrante del Maestro… le decía que sabía todo lo sucedido… Y salió Pedro fuera… y lloró amargamente su pecado… ¡Cuántas veces has hecho tú también, alma devota, bellos propósitos! … ¡Y cuantas veces los has quebrantado... por meterte a sabiendas en el peligro! Y te ha mirado luego muchas veces Jesús y no has llorado tu infidelidad… Si ves caer a tus hermanos, ayúdalos a levantarse…, si has caído tú mismo…, imita a San Pedro, que también cayó. ¡Llora como él lloró!... ¡Haz penitencia como él la hizo!...

 

DÍA SEXTO

MEDITACIÓN

LA FLAGELACIÓN.

- Jesús está ante un nuevo tribunal: el de Pilatos… “Si no fuera malhechor no te lo hubiéramos entregado” así dicen los judíos. Y como a malhechor se le trata…, y se le castiga, no obstante, no haber encontrado en él causa de condenación... se le atan las manos se le sujeta a una columna …, y ¡por la cobardía de Pilatos que acude a este cruel tormento como un expediente para excitar la compasión del pueblo y poder luego decir: “Ecce Homo!” ¡He aquí al hombre!... ¿Has encontrado tú, alma devota, causa alguna para hacer de nuevo sufrir a Jesús con tus pecados? ... ¡Mira en ellas al Hombre-Dios! ¡No olvides que delante de Él habrás de estar en el día de las cuentas!...

 

DÍA SÉPTIMO

MEDITACIÓN

LA CORONACIÓN DE ESPINAS.

- Una escena dolorosa se suma a las precedentes. Jesús ha quedado en poder de la soldadura romana… y unos le escupen en el rostro…; otros le dan de bofetadas… y le hieren con sus puños…; otros, más osados aun, le vendan sus divinos ojos…; le ponen una caña por cetro en su mano…, una corona de espinas de espinas por diadema en su frente…, y burlonamente le dicen: “Profetiza, ¿Quién es el que te ha herido? … Así cumple Jesús a perfección las palabras que en su boca ponía, siglos atrás, el profeta Isaías: “Mi cuerpo di a los que me herían y mis mejillas a los que mesaban mi barba; mi rostro no retiré de los que me injuriaban y me escupían.” ¿Huyes tú del sufrimiento, alma devota? … ¡Rehúyes toda suerte de mortificación!... ¡Te quejas, tal vez, hasta del mismo Dios que trata de cumplir en ti sus divinos e indescriptibles designios! ¡Mira a Jesús y aprende!

 

DÍA OCTAVO

MEDITACIÓN

CRUCIFIXION DEL SEÑOR.

 Jesús, “el varón de dolores”. Como le llamó el Profeta, ha comentado su “Vía dolorosa”. Entre insultos de la plebe y el maltrato de los soldados, llega, por fin, al Calvario. Le despojan nuevamente de sus vestidos. Le crucifican. Le dan a beber hiel y vinagre. Y, en medio de dolores increíbles, Jesús exclama: “¡Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen!” y abre las puertas del cielo al buen ladrón… ¡Y nos deja a todos su madre por madre nuestra!... y acaba su vida con estas palabras de ternura y confianza: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.” Eran las tres de la tarde. ¡Mira, alma devota, a tu Jesús crucificado por tu amor! ¡Mira esas manos, que tantos beneficios y bendiciones han derramado sobre ti, traspasadas por tus pecados! ¡Mira esos pies, que tantas veces te han buscado, detenidos, clavados por tus malos pasos! Mira ese divino corazón abierto de par en par y dile: ¡Yo fui, señor! ¡Contigo quiero en adelante siempre vivir! ¡Contigo quiero morir!

 

DÍA NOVENO

MEDITACION

SEPULTURA DE JESUS.

- Con sumo respeto, a la vez que con indecible tristeza bajaron de la cruz José Arimatea, Nicodemo y los otros piadosos discípulos el cuerpo sagrado del Redentor. Allí estaba también presente su Santísima Madre. A corta distancia del Calvario había un Jardín y en un sepulcro abierto con la roca viva. Allí lo depositaron con toda veneración. Se cerró luego la puerta. ¡No hay lengua humana capaz de expresar el dolor que entonces se apoderó de la Virgen María! Mira, alma devota, reproducida al vivo esta dolorosa escena en el santísimo Cristo, ¡mira esos ojos que se acaban de apagar, y que todavía te miran! ¡Contempla ese divino rostro, que no respira ya sino de bondad y ternura! ¡Mira ese divino costado abierto para que tú mores en él! ¡Qué vacío y qué dolor has sentido, tal vez, o habrás de sentir, al menos, alma devota, al regresar a tu casa después del entierro de un ser querido! ¡Poco a poco la muerte te los irá arrebatando todos, y los dejarás en el sepulcro, como está el Santísimo Cristo de El Pardo! En tu soledad, ¡acuérdate de la soledad de María! ¡Acuérdate del Santísimo Cristo de El Pardo! ¡Ellos serán tu consuelo!

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...