lunes, 12 de marzo de 2018

DIA DIEZ Y SIETE A SAN FRANCISCO DE ASIS




DIA DIEZ Y SIETE AL PATRIARCA SAN FRANCISCO DE ASIS

ACTO DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD
Creo firmemente en el Misterio de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas y un solo Dios. Creo en el Misterio de la Encarnación, y en el de la Sagrada Eucaristía; y que Dios os Remunerador. Y finalmente, creo todo lo que cree y confiesa la Santa Iglesia Católica, Apostólica Romana; y en ésta Fé quiero vivir y morir.

Dios mío, Esperanza mía, refugio mío, desconfiando de mi miseria, en Vos pongo todas mis confianzas; esperando en vuestra infinita bondad, y misericordia, me perdonareis todos mis pecados; pues me pasa en el alma haberlos cometido. Haced, Señor, que yo persevere en vuestra gracia.

¡Oh mi Dios!... Yo os amo, Señor, con lodo mi Corazón, y sobre todas las cosas. Quisiera amaros como os aman los Ángeles, la purísima Virgen María vuestra Madre y mi Señora, y si posible fuera os amaría, Señor, con aquel amor infinito conque os amáis Vos mismo, y continuar amándoos por toda la eternidad. Amen.


DEPRECACIÓN
Oh Seráfico Padre mío, prodigio de Santidad, Portento de la Gracia, Atlante del Cielo, Asombro del mundo, Imagen viva de Jesucristo, Varón Apostólico, Juez de los entendimientos, Mártir de deseo, Sustentáculo do la Fé, Espada contra los herejes, crédito de las maravillas de Dios a quien los brutos obedecen, los peces escuchan, las aves alegres a cuya voz los mares y elementos se rinden, y la naturaleza desconoce sus leyes viéndose contra sus fueros sujeta, los sepulcros os tiemblan, con tantas maravillas, que arrojan vivos a los que escondían muertos. Reparador del mundo que como clarín sonoro del Evangelio con las luces de vuestra enseñanza exhortase y convertiste príncipes y Magistrados, pueblos y ciudades. Vaso de elección, Consuelo de afligidos, Patriarca de pobres, báculo de ancianos. Patrón do viudas, defensa de huérfanos, Medicina de enfermos. Ministro de la Santísima Trinidad; Ángel, Serafín, Patriarca, Profeta Confesor, Virgen. Alférez de Jesucristo, Columna de la Iglesia, en quien estando en pie deposito nuestro Redentor los triunfos y señales de nuestra Redención: Os suplicamos, glorioso Patriarca que, por los méritos de nuestro Señor Jesucristo, por vuestra intercesión, nos alcancéis los favores que os pedimos en este ejercicio, si ha de ser para gloria de Dios, y bien de nuestras almas.  Amen.



GOZOS
Oh Serafín abrasado
imagen del redentor;
Transformadnos por amor
en Cristo crucificado.

En un pesebre nacisteis»
con que, de alta santidad,
en m uy profunda humildad,
los fundamentos pusisteis,
sobre quienes constituisteis
vuestro edificio elevado.

Francisco al mundo con vos,
a vos con él juntan ente
crucificáis penitente;
deseando andar en pos
del maestro Cristo Dios,
por amor en cruz clavado.

R aro ejemplo de pobreza
dais al mundo hambriento de oro,
y mostrando ser tesoro
lo que él tiene por vileza;
bienes, vestido y riqueza,
por ser rico habéis dejado.

Vuestra pobreza en herencia
dejáis vuestros Menores,
con la cual siendo mayores
à la más rica opulencia;
en riquezas de otra esencia
ciento por uno han ganado.

Ni la seductora belleza,
ni apetito corrompido
jamás vencer han podido
vuestra angelical pureza;
pues defendéis su encresta,
sobre las ascuas echado.

La carne y su rebelión
sujetáis Francisco en tanto,
que del Espíritu Santo
tálamo sois y mansión;
y en eterna posesión
quedáis con él desposado.

Hecho volcán encendido
en llamas de caridad,
socorréis con piedad
al leproso y al tullido
al enfermo y desvalido
à todos todo entregado.

Vos predicando ablandáis
diamantinos corazones;
y à los más fieros leones
en corderos transformáis;
rayos Francisco vibráis
en santo celo inflamado.

Con saeta de amor herido
bebéis divino licor,
para apagar vuestro ardor,
y exclamáis más encendido
Vos para mí, mi querido
y yo para Vos, mi amado.

Con ternuras deliciosas
os alaga vuestro Esposo,
y vos Francisco gozoso
con palabras amorosas:
Dios mío, y todas mis cosas,
le decís enamorado.

Cual tortolilla llorando
con doloroso suspiro
del Alvernia en el retiro
viene un serafín volando;
y su efigie en Vos gravando
quedáis en el transformado.

Quien la imagen retrató
fue Cristo, Apolo divino,
cuyo cincel peregrino
el original copió:
así que el cuadro salió
á lo vivo retratado.

Desnudo en el duro suelo
queréis Francisco morir,
para con Cristo vivir,
y con más ligero vuelo
dejar el mundo, ir al Cielo,
para ser galardonado.

Rocío de bendiciones
desde el Cielo derramad
con santo fuego inflamad
nuestros fríos corazones;
y alcanzadnos ricos dones
del sumo Bien increado.





RESPONSORIO
El mundo, Francisco admira,
Tus portento y milagros,
Los elementos rendidos,
Los muertos resucitados.

La naturaleza guía
Tras el poder de tus manos,
Aves festejan tus oídos,
Peces te oyen admirados

El demonio se retira,
Los enfermos vuelven sanos,
Y los tristes y afligidos,
Se ven por ti remediados.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo,
Gloria al Espíritu Santo.

La naturaleza guía
Tras el poder de tus manos,
Aves festejan tus oídos,
Peces te oyen admirados.


R/: Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo. Amen.

OREMOS: Dios Nuestro, que otorgaste a San Francisco de Asís la gracia de seguir gozosamente a Cristo, en una vida de humildad y pobreza, haz que, a ejemplo suyo, nuestra preocupación esencial sea, la de amar y seguir a tu Hijo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.


SALUTACIÓN A LAS LLAGAS
¡Oh seráfico Padre San Francisco! Yo venero la llaga santa de vuestra mano derecha y os suplico humildemente, por el dolor que os causo y por el mérito que os hizo adquirir, que me alcancéis la gracia de trabajar siempre a la mayor gloria de Dios, al provecho de mi alma y a la salvación del prójimo.  Padre.... Ave.... Gloria.

¡Oh seráfico Padre San Francisco! Yo venero la llaga santa de vuestra mano izquierda, y os suplico humildemente, por el dolor que os causo y por el mérito que os procuró, me alcancéis que meditando con frecuencia la pasión dolorosa de Jesús, encuentre agradable las amarguras, los disgustos y angustias de la vida presente.  Padre.... Ave.... Gloria.

¡Oh seráfico Padre San Francisco! Yo venero la llaga santa de vuestro pie derecho y os pido humildemente, por el dolor que os causó y por el mérito que os procuró, que me alcancéis el socorro, fortaleza y constancia para caminar siempre en el recto sendero de la ley divida y de la virtud, y para llegar felizmente a la salvación eterna.  Padre.... Ave.... Gloria.

¡Oh seráfico Padre San Francisco! Yo venero la llaga santa de vuestro pie izquierdo y os suplico humildemente, por el dolor que os causó y por el mérito que os procuró, me alcancéis la gracia de llorar y de detestar mis pecados a los pies de mi Salvador crucificado, de recibir el perdón completo de ellos, y de no ofenderle jamás con el pecado.  Padre.... Ave.... Gloria.

¡Oh seráfico Padre San Francisco! Yo venero la llaga admirable de vuestro costado abierto, y os suplico humildemente, por el dolor que os causó y el mérito que os procuró, me alcancéis una ardiente caridad, para que ame sobre todas las cosas al Sumo Bien, y al prójimo como a mí mismo, y que mereciendo exhalar mi último suspiro sobre el Corazón traspasado de mi amado Salvador, pueda amarle y poseerle con Vos para siempre en el cielo.  Padre.... Ave.... Gloria.


ORACIÓN EN HONOR A LAS LLAGAS
Gloriosísimo Protector y Padre mío, San Francisco, a vos acudo, implorando vuestra poderosa intercesión, para entender el amor que Dios Nuestro Señor os manifestó al martirizar vuestra carne y vuestro espíritu. Vuestras llagas son cinco focos de caridad divina; cinco lenguas que me recuerdan las misericordias de Jesucristo; cinco fuentes de gracia celestiales que el Creador os confió para que las distribuyeseis entre vuestros devotos. ¡Oh Santo amabilísimo!, pedid por mí a Jesús crucificado una chispa del fuego que ardía en vuestra alma aquel día dichoso en que recibisteis la seráfica crucifixión, a fin de que, recordando vuestros privilegios sobrenaturales, imite vuestros ejemplos y siga vuestras enseñanzas, viviendo y muriendo amando a Dios sobre todas las cosas.

Rezar 5 padrenuestros, avemarías y glorias en honor de las cinco llagas de San Francisco. Concluir con la oración final:

Seráfico Padre mío San Francisco, pobre y desconocido de todos, y, por esto, engrandecido y favorecido de Dios. Porque os veo tan rico en tesoros divinos, vengo a pediros limosna. Dádmela generoso, por amor al buen Jesús y a nuestra Madre, la Inmaculada Virgen María, y por el voto que hicisteis de dar por su amor todo lo que se os pidiese. Por amor de Dios os ruego que me obtengáis dolor de mis pecados, la humildad y el amor a vuestra pasión; conformidad con la voluntad de Dios, prosperidad para la Iglesia y para el Papa, exaltación de la fe, confusión de la herejía y de los infieles, conversión de los pecadores, perseverancia de los justos y eterno descanso de las almas del Purgatorio. Os lo pido por amor de Dios. Así sea.




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