PIADOSO QUINARIO EN REVERENCIA
DE LAS SANTAS LLAGASDELSERÁFICO PADRE SAN FRANCISCO DE ASÍS
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, por
ser vos infinitamente bueno, dulce, y amable más que todas las cosas; me pesa
en lo más profundo de mi alma de haberos ofendido, y quisiera morir mil veces
antes que volver à agravaros. Suplicoos, Dueño mío, os apiades de mi pobre alma,
y le perdonéis los muchos pecados, con que Os he correspondido ingrato. Indigno
soy del perdón por haber olvidado la suma fineza con que disteis por mí en la
Cruz toda vuestra sangre y vida, rasgado vuestro inocente cuerpo y sellado
principalmente con las a cinco Llagas de vuestras manos, pies, y costado. Mas,
aunque nada por mi merezco, yo presento à vuestros ojos los méritos de vuestro
Siervo Francisco, y las benditas Llagas, que vuestra santa mano imprimió en su
sagrada carne. Con esta poderosa mediación espero el perdón de mis culpas, y la
gracia que solicito en estos días. Y Vos, ò gran Francisco, vivísimo retrato de
un Dios muerto, pues esas saludables Llagas, que veo en vuestras manos, pies, y
costado, os hacen tan parecido al Seño de las misericordias, usadlas generoso
con esta vil criatura, para que inflamada en el amor divino merezca en esta
vida las gracias conducentes para la eterna. Amen.
DIA PRIMERO
CONSIDERACIÓN
Considera Alma mía,
que las Llagas del Seráfico Patriarca son unos vivos recuerdos de la Pasión y
Muerte de nuestro Salvador, eficaces para encender en tu voluntad la dulce
llama del amor divino. A este fin, dice la Santa Iglesia, renovó Dios en Francisco
las señales de su Pasión, en ocasión en que el Mundo iba resfriándose ya que
los Hombres no atendían el Original les presentó una Copia, que les despertase
la atención. En efecto nada puede presentarse à los ojos, más proprio para
excitar la memoria del Hijo de Dios llagado por nuestro amor. Francisco desnudo
puede equivocare con Cristo. Ya pues que Dios te presenta en las llagas de este
humano Serafín tantos recuerdos de sus amorosos excesos, enardécete Alma mía,
en el amor de quien tanto te amo. Sea su pasión y muerte tu meditación continua
y à imitación de Francisco no calle la pupila de tus ojos, llorando amorosa y
penetrada el olvido que has tenido hasta aquí de tan importantes verdades; y
trayendo por la mortificación en tu cuerpo las Llagas de tu Señor Jesucristo.
5 Padres Nuestros, Aves Marías y Glorias.
ORACIÓN
Amabilísimo Padre San Francisco, Imagen la más exacta de
un Dios amante, pues el Señor os honró con esas señales de su pasión sagrada,
para renovar en los descuidados hombres su memoria, è inflamar por este medio
sus corazones. Alcanzadme de su piedad inmensa, que no se frustre en mi un fin
tan importante. Vuestras llagas me predicaron un lenguaje mudo pero elocuente,
los amores de Jesús, con este vilísimo gusano, y cuando veo tan desfigurado por
mi causa la hermosura de los Ángeles, a quisiera desfallecer en deliquios de doloroso
amor. Mas ¡ay! que mi corazón duro no es susceptible de tan delicadas
afecciones. Ea pues, Santo mío, haced que se me arranque este corazón de piedra,
y se me dé otro de carne, que sea sensible à las impresiones de ternura, que es
capaz de excitar la confederación de la Pasión y Muerte del Amor crucificado.
De esta manera espero ser participante de aquellos amorosos incendios, que à
Vos llegaron à sacaros derretido vuestro corazón por los ojos, à quienes cegó
finalmente el continuo llanto. ¡Oh si yo llegare à la felicidad de tan santa
ceguera! Seguro estaría entonces de la visión eterna en el Reyno de los Cielos.
Amen.
Viva Imagen del Redentor
con sus llagas señalado:
R. De Cristo crucificado
R. De Cristo crucificado
alcanzamos el
Amor.
Vuestro nacimiento ha sido
por Dios al mundo anunciado,
de sus luces ilustrado,
de sus luces ilustrado,
de las tinieblas temido:
quiso apagar nuestro ardor
el horror desordenado.
Desde tu oriente
Jesús quiso dar a conocer,
Que una copia habías de ser
Que una copia habías de ser
de su vida y de su Cruz:
Por esto naciste flor
Por esto naciste flor
en pesebre despreciado.
De las gracias en la fuente
De las gracias en la fuente
es un ángel tu padrino,
Y otro por orden divino
Y otro por orden divino
te entalla la cruz luciente;
Desde tu primer albor
Desde tu primer albor
apareciste cruzado.
Cuando la pasión divina
Cuando la pasión divina
es todo
vuestro adorar,
Sois enviados a reparar
Sois enviados a reparar
de las iglesias la ruina:
Insigne reparador
Insigne reparador
toda ruina has reparado.
Al hambriento sustentar
Al hambriento sustentar
fue todo vuestro vivir,
Al desnudo por vestir
Al desnudo por vestir
te llegaste a desnudar:
Te ofreciste proveedor
Te ofreciste proveedor
a todo necesitado.
Con ofrendas a millones
Con ofrendas a millones
el mundo te ejercito
Duros azotes, prisiones
Duros azotes, prisiones
vuestro padre cruel, os dio:
A toda pena y rigor
A toda pena y rigor
por Cristo te has sujetado.
De todo te desnudaste
De todo te desnudaste
con ferviente regocijo,
Y hasta el título de hijo
Y hasta el título de hijo
De tu padre renunciaste:
Por heredar lo mejor
Por heredar lo mejor
te hiciste desheredado.
De tu heroica vida
De tu heroica vida
todas obras son de Cristo acciones
Y a tu regla los blasones
Y a tu regla los blasones
del evangelio acomodas:
Del mundo reformador
Del mundo reformador
formas nuevo apostolado.
A tu vida y regla
A tu vida y regla
vio cual palma muy elevada
Y de frutos colmada
Y de frutos colmada
el Papa que la aprobó
Como experto sembrador
Como experto sembrador
tal palma te ha coronado.
A la Iglesia para caer
A la Iglesia para caer
cual asombroso gigante,
Y de los cielos atlante
sois mirados sostener:
Sublime sustentador
Sublime sustentador
con pobreza has sustentado.
La Iglesia tenéis en hombro
La Iglesia tenéis en hombro
de oraciones, penitencias,
Desnudeces, abstinencias,
Desnudeces, abstinencias,
de virtudes con asombros:
Sois de columnas vigor
Sois de columnas vigor
cuando más debilitado.
En la humildad regla
En la humildad regla
dote creciste con raro esmero:
Ni mínimo, ni el postrero
Ni mínimo, ni el postrero
quisiste ser sacerdote:
En presencia del señor
En presencia del señor
fuiste todo aniquilado.
Sin el sacerdocio
Sin el sacerdocio
fuiste
un apóstol sin igual:
Del grado sacerdotal
Del grado sacerdotal
que temblando no admitiste:
Bien ordenado temor enseñaste
Bien ordenado temor enseñaste
no ordenado.
SALUTACIÓN A LAS LLAGAS
¡Oh seráfico Padre San Francisco! Yo venero la
llaga santa de vuestra mano derecha y os suplico humildemente, por el dolor que
os causo y por el mérito que os hizo adquirir, que me alcancéis la gracia de
trabajar siempre a la mayor gloria de Dios, al provecho de mi alma y a la
salvación del prójimo.
Padre.... Ave.... Gloria.
¡Oh seráfico Padre San Francisco! Yo venero la
llaga santa de vuestra mano izquierda, y os suplico humildemente, por el dolor
que os causo y por el mérito que os procuró, me alcancéis que meditando con
frecuencia la pasión dolorosa de Jesús, encuentre agradable las amarguras, los
disgustos y angustias de la vida presente.
Padre.... Ave.... Gloria.
¡Oh seráfico Padre San Francisco! Yo venero la
llaga santa de vuestro pie derecho y os pido humildemente, por el dolor que os
causó y por el mérito que os procuró, que me alcancéis el socorro, fortaleza y
constancia para caminar siempre en el recto sendero de la ley divida y de la
virtud, y para llegar felizmente a la salvación eterna.
Padre.... Ave.... Gloria.
¡Oh seráfico Padre San Francisco! Yo venero la
llaga santa de vuestro pie izquierdo y os suplico humildemente, por el dolor
que os causó y por el mérito que os procuró, me alcancéis la gracia de llorar y
de detestar mis pecados a los pies de mi Salvador crucificado, de recibir el
perdón completo de ellos, y de no ofenderle jamás con el pecado.
Padre.... Ave.... Gloria.
¡Oh seráfico Padre San Francisco! Yo
venero la llaga admirable de vuestro costado abierto, y os suplico
humildemente, por el dolor que os causó y el mérito que os procuró, me
alcancéis una ardiente caridad, para que ame sobre todas las cosas al Sumo Bien,
y al prójimo como a mí mismo, y que mereciendo exhalar mi último suspiro sobre
el Corazón traspasado de mi amado Salvador, pueda amarle y poseerle con Vos
para siempre en el cielo.
Padre.... Ave.... Gloria.
ORACIÓN FINAL
Perfeccionad, Padre Seráfico, la viña que
vuestras manos han plantado y escuchad las suplicas de vuestros hijos. Padre
mío San Francisco, rogad y bendecid a vuestros hijos y devotos. Amen.
DIA SEGUNDO
CONSIDERACIÓN
Considera
que las sagradas Llagas del Santo Padre Francisco vienen a ser como otras
tantas bocas, que le abrió su amado, para desahogar los incendios de su
enamorado pecho. No cabían, ya en su seno las llamas del amor; los suspiros de
su boca y las lágrimas de sus ojos eran poco cauce para dar curso a las
avenidas de sus amorosos sentimientos; y así fue preciso abrir nuevos conductos
para el desahogo. En efecto, dice San Buenaventura, que, en los días cercanos a
la impresión de las Llagas, la vehemente llama de sus seráficos ardores le arrebataban
a lo alto; y que la compasiva ternura de su afecto le transformaban en aquel
Señor, a quien crucificó su nimia caridad; Para qué pues no le ahogase el agua
de tantas lágrimas, o el fuego de tanto amor; hizo Dios aquellas cinco bocas,
con que desfogó sus ansias aquella inocente Victima del Amor. Alaba pues, Alma mía, al Señor, que tanto se
engrandeció en esta magnífica obra de amor. No recibas en vano, las voces del
idioma santo de la caridad, que por tantas bocas te habla aquel humano Serafín:
que, si supiera imitarle en su amor, también le seguirás en su gloria.
5
Padres Nuestros, Aves Marías y Glorias.
ORACIÓN
Santísimo Patriarca Francisco, abrasada víctima del amor santo, en cuyo
sagrado cuerpo cavó el Señor cinco Llagas, para desahogar la suave y fuerte violencia
de la divina llama, que os abrasaba las entrañas; compadeceos de la frialdad é
inacción de mi caído espíritu, y haced que prenda en sus fibras el fuego que
vos respiráis por esas cinco bocas. Tomad este mi corazón, y metedle en el horno
de vuestro pecho; que no dudo que con tan poderoso contacto, recibirá espíritus
activos, para obrar según los impulsos de la caridad. Y pues Vos recibisteis
esos incendios en la fragua de la oración, Alcanzadme del Señor el espíritu de
orar, para que en la meditación arda en mi ese mismo fuego, que en esta vida es
el refrigerio del alma, y en la venidera es su gloria. Amen.
DIA TERCERO
CONSIDERACIÓN
Considera en este día las Llagas de San Francisco, como los sellos del Rey supremo,
con que se autentican su heroica santidad y doctrina. A la verdad convenía, que
el que vino a predicar al Mundo una doctrina o nueva, o más bien desusada,
pudiese manifestar; sus despachos que autenticasen su conducta y su misión. Y
como su vida y doctrina era la misma qué viviendo entre los hombres había
enseñado el Hijo de Dios, era muy del caso se conciliasen la fé pública con los
mismos sellos, que usó su divino Maestro, presentó a todas las naciones desde
la Cruz; ¡Oh cuánta sería la virtud de un hombre a quien, como dice el Doctor
Seráfico, confía el Rey supremo sus sellos! Alienta pues, cristiano, tu
esperanza en un Santo de tan superior esfera, y enamórate de la virtud que con
tanta gloria sabe recompensar el Señor en sus amados siervos.
5
Padres Nuestros, Aves Marías y Glorias.
ORACIÓN
Gloriosísimo Sant Francisco, Héroe de las virtudes a quien el Príncipe de
la Paz fio los sellos del Imperio, que llevó sobre sus hombros, en auténtico
testimonio de vuestra vida y destino; mirad desde esa altura de honor, a que os
sublimó la divina derecha, a esta inútil criatura. Levantadla de su miseria a
la eminencia de las virtudes. Ya que podéis tanto con Dios, alcanzadme esta gracia.
No estén ociosos en vuestras manos esos sellos, antes facilitad con ellos el
despacho de gracias y favores en el divino consistorio. Que os negará, Santo
mío, un Señor que os concedió las señales mismas que le distinguen por
Redentor, y como a tales quiero conservar aun en la derecha de su Eterno Padre.
Rogad pues a favor mío y alcanzadme de vuestro Rey las gracias que más me
convienen. Imprimidme en el espíritu esos reales sellos, y así, me reconocerá
por suyo el Rey de los Reyes, y me franqueará la entrada al Reyno de la gloria.
Amen,
DIA CUARTO
CONSIDERACION
Considera cristiano, las
Llagas del Seráfico Padre como fuentes de misericordia a favor de los hombres.
A este fin se las imprimió el Padre de las Misericordias: y el Santo, que, en
todas sus acciones, respiro caridad con sus semejantes, no sabrá impedir el
corriente a aquellas saludables fuentes. Si acuden á estas aguas los Naamanes
leprosos, los Davides sedientos, y los paralíticos desamparados, verán que no
son inferiores a las del Jordán, de la Cisterna de Belén y de la Probática
Piscina, Francisco sabe cuánto valen sus sangrientos raudales y su clemencia le
hace clamar con el Profeta: Venid a estas aguas todos los que estéis sedientos,
que yo os las franquearé sin coste alguno. A la verdad, son muchos los que,
aprovechándose de estas fuentes, han encontrado en; ellas El remedio de sus
males. Con estas aguas derivadas de las fuentes del Salvador han sido
remediados los enfermos, cerradas las llagas, expelidos Demonios; y socorridos
a los hombres; en cuerpo y el alma. Espera tu también ser, aliviado, si con la devoción
debida sabes valerte de las saludables fuentes de sus llagas.
5 Padres Nuestros, Aves
Marías y Glorias.
ORACIÓN
Misericordioso Padre San Francisco a quien comunicó el
Señor en sus Llagas otras tantas fuentes de salud y vida para el bien y
felicidad del linaje humano, como lo acreditan tantas y tan felices
experiencias; socorred a esta necesitada criatura que, con la boca abierta viene
a esas copiosas fuentes, para el remedio de las dolencias, y más de las del
espíritu. Ancho campo os presenta, amado Padre mío, esta triste alma, medio ciega
en el entendimiento, enferma en la voluntad, y agitada a todas partes por las convulsiones
violentas de las pasiones. En esta situación hago no el bien que quisiera, sino
el mal que aborrezco. Con esto las iniquidades me pasan ya hasta sobre la
cabeza, y no hay sanidad en mi carne, ni paz en mis huesos. Ea pues, amable
Padre de los Pobres, echad sobre mi todos los raudales que fluyen de esas
sagradas Llagas, para que quedando con esta diligencia limpio de mis manchas, y
restablecido de mis achaques, obre con fortaleza lo que pide de mi la gracia, y
pueda de este modo alegar derecho de justicia a la corona de la Gloria. Amen.
DIA QUINTO Y ÚLTIMO
CONSIDERACIÓN
Considera alma, en este ultimo día, que las Llagas
sagradas de Francisco son armas de buen temple, con que, postrando tus enemigos
más crueles, puedes asegurar la conquista del Reyno de la Gloria. Fue Francisco
uno de los soldados más valerosos de la milicia de Cristo; y así fue cosa congruente,
se le entregasen las armas de la luz, para vencer las potestades de las
tinieblas, y asegurar los mismos triunfos a los que recurriesen a sus armas.
Por esto en el tiempo que Jesucristo imprimió las Llagas en su bendito Siervo,
huyeron del Monte Alverne los Demonios, dando formidables aullidos. Recurre
pues, Alma Cristiana que militas en esta vida recurre a este valeroso Caudillo,
vístete de sus armas y escudo por medio de la humildad, y mortificación y verás
como con estos medios quedarán derrotados el soberbio Amalech y sus aliados,
que se te oponen para impedir tu entrada a la verdadera tierra de promisión.
ORACIÓN
Oh valeroso soldado de la militancia de Cristo, gran
Francisco, héroe de la fortaleza, que con la virtud que comunicó Dios a
vuestras Llagas prevalecisteis, invicto contra los escuadrones del infierno,
comunicadme alguna porción de esos bríos para triunfan en los choques que me preparan
mis enemigos. El mundo, Santo mío, me quiere seducir con su vanidad, la carne
quiere introducir en el meollo de mis huesos sus envenenadas saetas; el demonio
asesta contra de mi todo linaje de armas nocivas: Dadme pues, David segundo, dadme
alguna de esas cinco piedras, con que, os veo armado para que con ellas pueda
postrar a aquellos Filisteos incircuncisos. Yo sé, que no será coronado el que
no peleare según leyes: y viendo por otra parte mis endebles fuerzas, desconfío
de la victoria, si vos no me prestáis vuestras armas, y aun vuestros brazos.
Poneos por lo menos a mi lado, que con tan valeroso Jefe, huirán aturdidos los espíritus
rebeldes, y ceñiré mi frente con el laurel de vencedor, con que entraré
triunfante en el inmenso Imperio de la Gloria. Amen.
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