martes, 13 de marzo de 2018

NOVENA A SAN EMIGDIO



ESPIRITUAL NOVENARIO AL OBISPO SAN EMIGDIO DE ASCOLI

ABOGADO CONTRA LOS TERREMOTOS

COMPUESTO POR EL M. R. P. F. MANUEL MONZÓN EX-PROVINCIAL DE LA ORDEN DE LOS MÍNIMOS, 1853


Puesto de rodillas ante el altar ó imagen del Santohabiéndose signado con la señal de la Cruzse hará con fervor el acto de contricion diciendo:

¡Señor mío Jesucristo! ¡Verdad eterna!  creo en vos. ¡Misericordia infinita!  en vos espero. ¡Bondad suma!  yo os amo con todo mi corazón, cuerpo y alma, potencias y sentidos. Por ser vos mi Padre, mi Señor y mi Dios, infinitamente bueno, y digno de ser amado sobre todas las cosas, me pesa de haberos ofendido, solo por ser quien sois. Os doy palabra de nunca más ofenderos, propongo morir antes que pecar: y espero en vuestra suma bondad y misericordia, me perdonaréis, me daréis gracia para enmendarme, y me comunicareis vuestro amor y la perseverancia en el bien, hasta la muerte. Amen.
Y después se lee lo siguiente.

DIA PRIMERO

Este día se hace memoria de como siendo San Emigdio, hijo de padres gentiles, criado y educado en sus errores, á los veinte y tres años de su edad (cuando excedía á los mayores filósofos en sabiduría) de una conversación que tuvo con unos cristianos, gente sencilla, en que trataron de la Religión cristiana, se movió a dejar la idolatría y abrazar la santa Fe Católica, y luego entró a ser catecúmeno, posponiendo las razones de su ingenio soberano a la luz é inspiración del Cielo.

ORACION PARA TODOS LOS DIAS

Dulcísimo Jesús, clementísimo Redentor de nuestras almas, que muriendo en una cruz tragasteis todas las cosas á vos, cuando toda la máquina del orbe en terremotos, y las piedras con sus quebrantos movieron a muchos judíos a que os confesasen hijo de Dios; concedednos Sí Señor tus auxilios eficaces que ablanden la doral de nuestros corazones, para que verdaderamente contritos lloremos nuestros pecados y no volvamos á crucificaros otra vez con ellos: Y cuando enojado contra nuestras culpas, hagáis temblar la tierra con solo mirarla, usad de piedad con los que tememos vuestra justa ira que conmueve los fundamentos de la tierra, y experimentemos vuestra amorosa clemencia que piadosamente los sana. Como os lo suplicamos, así lo esperamos conseguir de vuestra piedad infinita, por las entrañas de misericordia con que descendisteis del cielo a la tierra. Amen.

Ahora se rezará un Credo. Después se dirán ton fervor estos actos de Fe y Caridad.
Creo en Dios Padre, creo en Dios Hijo, creo en Dios Espíritu Santo', y creo en el misterio de la Santísima Trinidad y en aquello que cree y confiesa la santa Iglesia Católica romana, porque es gusto de Dios. Quisiera Señor haberte amado y amarte ahora por todos los instantes de la eternidad, y que todos los hombres y ángeles te amaran (si posible fuera) como tú te amas a ti. Échanos, Señor, tu santa bendición, y sea la del Padre, la del Hijo y la del Espíritu Santo. Amen.
Todo lo dicho se dice todos los días.

DEPRECACIÓN

Gloriosísimo Obispo y mártir San Emigdio, que entre tas espinas crueles de la gentilidad saliste azucena agradable a los ojos de Dios; alcanzadnos de su Majestad gracia para que los que nacimos azucenas en el paraíso de la Iglesia, no nos convirtamos en espinas que ofendan a su Majestad Soberana. Por aquella docilidad con que os rendisteis a las razones sencillas de los que os propusieron la santa Fé católica, y dejasteis las sofísticas de la sabiduría mundana con que resplandecíais entre los idólatras, conseguidnos del Señor un corazón dócil y obediente a sus santas inspiraciones: un corazón humilde que se rinda á la verdad y no la impugne, y finalmente perfecto conocimiento de que es necedad delante de Dios la sabiduría de este mundo; para que imitándoos en estos vuestros primeros y maravillosos ejemplos, os tengamos propicio para que nos defendáis en las calamidades de los terremotos, y logremos por vuestra intercesión lo demás que pedimos en este Novenario , como lo esperamos de vuestra gran caridad. Amen.
Ahora se rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.

ORACIÓN A NUESTRO SEÑOR

Padre soberano de las divinas luces y Señor de cielos y tierra, os damos rendidas gracias porque revelaste a vuestro dócil y humilde siervo Emigdio lo que escondiste a los arrogantes y soberbios, dándole luz para conocer que se deben creer y son muy creíbles vuestros testimonios y verdades; y para que dejadas las razones vanas de la sabiduría de los idólatras, se rindiese a las de vuestra eterna Sabiduría y recibiese la Fe católica, abjurando de la idolatría. Por esta docilidad y prontitud con que respondió á vuestra divina inspiración recibiendo vuestra santa Fe, y por los méritos grandes con que después os sirvió, os suplicamos, Señor, que nos confirméis en vuestra santa Fe, con una Fe firmísima, una Fe formada y acompañada de buenas obras, y nos deis luces é inspiraciones soberanas para conocer cuál sea vuestra voluntad agradable y perfecta, y cumplirla hasta el fin de nuestra vida: y juntamente (para mayor gloria vuestra) dadnos, Señor, lo que os pedimos en esta Novena, si conviene para la salvación de nuestras almas. Amen.



DIA SEGUNDO
En este día se hace memoria de como San Emigdio recibió el santo Bautismo, y dejando del todo la vana sabiduría que había aprendido de los idólatras, se dio todo al estudio de las divinas escrituras y tuvo tal gracia en enseñar la doctrina cristiana que a una voz le llamaban los cristianos: Vaso de elección y habitación del Espíritu Santo.

DEPRECACIÓN

Generoso soldado de Cristo, que despreciando el cíngulo militar a' que te tenía destinado tu padre gentil, elegiste mas ser militar bajo las banderas de Cristo que bajo los estandartes del emperador terreno, elegiste mas ser abatido en la casa de Dios que ensalzado en los palacios del rey gentil; digno por esto, Santo mío, de que te llamasen los cristianos : Vaso de elección y habitación del Espíritu Santo: alcanzad nos de su Divina Majestad que los que fuimos, como vos, del número de los llamados, seamos, cerno vos, del número de los escogidos. Y por aquel santo celo con que, arrimados los libros profanos, os aplicasteis a aprender y enseñar las verdades católicas; conseguidnos de Dios que pongamos nuestro consuelo en leer santos libros, libros devotos y vidas de Santos, que nos inflamen la voluntad en amor divino con sus ejemplos, y en lugar de leer libros de caballerías u otras profanas historias, que empleemos el tiempo en enseñar la doctrina cristiana a los de nuestra familia, para que cumpliendo con esta obligación , nos hagamos dignos de conseguir por vuestra intercesión lo que pedimos en esta Novena, como lo esperamos de vuestra piedad amorosa. Amen.
Ahora se rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María Gloria Patri.

ORACIÓN A NUESTRO SEÑOR

Señor Dios nuestro, misericordioso y justo, que con inescrutable providencia á nos llamáis a las luces de la Fe por gracia, y a otros dejáis en las tinieblas de la infidelidad por justicia: a unos destináis para vasos de honra, y otros para vasos de contumelia; humildemente os suplicamos, Señor, por los méritos de vuestro amigo y fiel siervo S. Emigdio, á quien vuestra divina gracia hizo vaso de elección, que nos miréis con ojos de misericordia; y pues fuimos del número de los llamados por vuestra gracia, nos deis auxilios eficaces, para que con buenas obras hagamos cierta nuestra elección para la gloria: y asimismo el favor que pedimos en esta Novena, si conviene á gloria vuestra y salvación de nuestras almas. Amen.



DIA TERCERO

En este día se hace memoria de como habiendo sabido los padres del Santo que había recibido el sagrado Bautismo, procuraron que dejase la Fe católica con amenazas y promesas, nacidas de dolor y rabia, porque había dejado la idolatría. Mas el Santo, por el contrario, con razones tantísima procuró convertir sus padres a la Fe católica. Colérico su padre le interrumpió las razones y con violencia le llevó al templo de Júpiter, acompañado de innumerables gentiles, donde le amenazaron con tormentos y muerte si no volvía a la adoración de sus falsos dioses. Ea tan apretado lance levantó los ojos al cielo el valeroso joven, y pidió Dios que clarificase su santo nombre; y al punto se movió un terrible terremoto, que arruiné al templo y al ídolo; y de los idólatras (los que quedaron vivos) quedaron atónitos y espantados; y pasando Emigdio por medio de ellos sin hacerle sus enemigos daño alguno, se fue en paz á su albergue con muchos cristianos.

DEPRECACIÓN

¡Fidelísimo discípulo del mas Divino Maestro! (Bien mereces este glorioso nombre, pues tan generosamente aborreciste a tus padres.) ¡Esforzado guerrero de la milicia cristiana! (No hay voces para celebrar tu invicta constancia fortaleza.) ¡Oh que bien fundada estaba vuestra Fe sobre la más firme piedra; ¡pues ni la vida, ni la muerte, ni criatura alguna os pudo apartar del amor á Cristo ni volver a las pompas del demonio, que renunciaste en el Bautismo! Todos, Santo mío, os damos el parabién de vuestro triunfo; y nos alegramos de que á los primeros pasos de vuestra conversión pudieseis tanto para con el Padre celestial, que en fuerza de vuestra humilde oración clarificase su nombre santo, arruinando el templo de los ídolos y atemorizando a los idólatras con aquel terrible temblor de la tierra. Y pues desde esta acción tan gloriosa os señaló el Señor como por arbitro para conmover la tierra y como plenipotenciario para aquietarla, pues se movió esta vez los ecos de vuestra voz, y en otras muchas después se quietó al imperio de vuestra voluntad; alcanzadnos de su Majestad Santísima que se aquiete la tierra cuando la conmueva el furor de su ira divina; y para hacernos dignos de esta misericordia que nos dé auxilios para aborrecer con santo odio a padres, hermanos, amigos y malas compañías, que nos quisieren apartar de su divina amistad y gracia. Así lo esperamos conseguir por vuestra poderosa intercesión. Amen.
Ahora se rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María Gloria Patri.

ORACIÓN Á NUESTRO SEÑOR

Omnipotente Señor de cielos y tierra, que la fundaste sobre su estabilidad y firmeza, y para clarificar vuestro nombre santo, á ruegos de vuestro siervo Emigdio armaste á esta criatura para venganza de sus enemigos y para que pelease en defensa de vuestro honor contra los gentiles insensatos: Suplicamoste, Señor, por los méritos de este poderoso Abogado nuestro, que conviertas benigno los terrores de tu ira divina cuando tiembla la tierra en remedios de la salud humana, para que los que somos de tierra y nos hemos de volver en tierra, tengamos el gozo de tener nuestra conversación en los cielos, apartándonos de las pompas del inundo y demonio, como prometimos en el santo Bautismo. Amen.




DIA CUARTO

En este día se hace memoria de como un ángel del cielo avisó al Santo que era voluntad divina que dejase su tierra y partiese á Italia á predicar la palabra divina, levantando la voz como trompeta, asegurándole que en Italia se le preparaba el premio y eterna corona. Obedeció puntual S. Emigdio á la voz del Cielo. Llegó á Milán, donde estuvo tres años y donde le ordenó de sacerdote S. Materno obispo de aquella ciudad; y empezó con tanto fervor y fruto el oficio evangélico de la predicación que convirtió á muchos infieles á la Santa Fe.

DEPRECACIÓN AL SANTO

¡O obedientísimo Emigdio, que como fiel hijo de Abrahán dejasteis vuestra tierra, parientes y la rasa de vuestro padre, obedeciendo á la voz del ángel tan puntual, como Abrahán á la de Dios! Justamente os premia su Majestad Soberana tan pronta obediencia, eligiéndoos por trompeta evangélica que anuncie á los idólatras los misterios de su santa Fe Católica. Dignamente os prepara la corona de vuestras fatigas en Italia, elevándoos a la alta dignidad del sacerdocio, y haciéndoos instrumento divino de la conversión de innumerables paganos. Por estas bendiciones, Santo mío, con que os premió el Cielo, engrandeciéndoos más que a Abrahán en los innumerables hijos que por la predicación del Evangelio engendrasteis en Cristo , alabamos al Señor; y á vos os damos el parabién, suplicándoos que nos consigáis de su Majestad un corazón aparejado para lo próspero y para lo adverso, tomándolo todo como venido de su divina mano con total conformidad en su voluntad santísima: Una ciega y pronta obediencia á sus divinos mandatos, a los de nuestros superiores y á los que honró con hacerlos del linaje escogido del Real sacerdocio, para anunciar las grandezas de aquel que de las tinieblas llama á su admirable luz. Alcanzadles auxilios para celebrar dignamente tan altos misterios, y celo de la conversión de las almas; ayudando á que reciban las divinas luces los que están en tinieblas sombra de muerte. Así lo confiamos de vuestra gran caridad, como lo demás que en esta Novena pedimos. Amen.
Ahora se rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María Gloria Patri.

ORACIÓN Á NUESTRO SEÑOR

Soberano Señor, justo remunerador de nuestras obras, que a vuestro siervo Emigdio premiasteis su pronta obediencia a vuestros mandatos con soberanas honras en esta vida, guardándole para la eterna la corona de Justicia; concedednos, Señor, por sus ruegos y méritos, que imitándole en esta vida en el celo de la conversión de las almas y en hacer en todo vuestra voluntad santísima, seamos con él coronados en la Gloria , para cantar en su compañía eternamente vuestras misericordias divinas, y el favor especial que pedimos en esta Novena, si conviene para la salvación de nuestras almas. Amen. 





DIA QUINTO

En este día se hace memoria, de como llegó Roma San Emigdio y obró en ella muchos y estupendos milagros, sanando enfermos desahuciados, y dando vista á ciegos, de lo que se movieron muchos infieles a' recibir la Fe de Cristo. A la fama de tantos milagros dijeron los gentiles que Emigdio era el Dios de la medicina, llamado Esculapio, cuyo ídolo adoraban ellos en un templo; y como a' tal, le quisieron tributar inciensos á Emigdio. Mas el Santo los desengañó, diciéndoles, que en virtud de Jesucristo sanaba los enfermos; é hizo que le trajesen los muchos que no había podido curar el ídolo; y el Santo con una breve oración los curó é todos: y a vista de este portento, recibieron el santo Bautismo mil y treinta hombres, con otros muchos niños y mujeres; y el Santo por su propia mano echo al ídolo en el rio Tíber.


DEPRECACION AL, SANTO.
¡O piadosísimo Emigdio, médico soberano de almas y cuerpos, más poderoso y experto que la mentida deidad de Esculapio! En buena hora seáis venerado como instrumento del poder divino; pues sabéis dar vista a ciegos en el cuerpo, para alumbrar las ceguedades del espíritu: sabéis curar enfermedades corporales, para sanar las espirituales. Todos nos alegramos de que por estos medios sea Dios ensalzado y su santo nombre conocido, vos venerado, y los ídolos destruidos; y os suplicamos, que pues por el ardiente celo que tuvisteis de la gloria de Dios y de la salud de las almas, os concedió su Majestad el obrar tantas maravillas para alumbrar á los infieles con ellas, y traerlos á la santa Fe Católica; a' los que ya somos fieles, nos libréis de la ceguedad de nuestras pasiones y de todas las enfermedades espirituales. Por aquella humildad con que rehusaste los inciensos, con que os querían adorar como divino a vista de vuestros portentos, curad nuestra hinchada soberbia, y haced que huyamos las lisonjas y honras vanas del mundo, y solo busquemos la honra y gloria de Dios en lo bueno que hiciéremos: y finalmente, alcanzadnos auxilios para desarraigar de nuestros corazones, los demás vicios capitales que son las enfermedades más peligrosas, y lo demás que deseamos conseguir por medio de esta Novena. Amen.
Ahora se rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María Gloria Patri.

ORACIÓN Á NUESTRO SEÑOR.
Altísimo Señor y Dios eterno, que resistís á los soberbios, dais vuestra gracia a los humildes, infinitas gracias os damos por la singular gracia de curar enfermos con que premiasteis la heroica humildad de vuestro siervo Emigdio, que solo buscaba la gloria de vuestro santo nombre, convirtiendo con sus milagros a los infieles. Suplicamoste, Señor, que por sus ruegos y méritos nos concedáis un celo ardiente de vuestra honra y gloria; y una humildad profunda, para no buscar los aplausos y honras vanas del mundo en las buenas obras que hiciéremos, y lo demás que os pedimos en esta Novena por su medio, para gloria vuestra y bien do nuestras almas. Amen.



DIA SEXTO

En este día se hace memoria de como san Marcelo papa, movido de las virtudes y milagros de San Emigdio, lo consagró Obispo de Ascoli. Partiendo á su residencia pasó por la Marca de Ancona, y al llegar á la ciudad de Pittino, que era idólatra, y también á la de Ferino, se movió un terrible terremoto, de que se valió el Santo para convertir aquellas ciudades á la Fe de Cristo, como lo consiguió, obrando muchos milagros en bien de almas y cuerpos, con tanto fervor de los convertidos que ellos por sí mismos destruyeron los templos de los ídolos; y el Santo en su lugar edificó otros, donde el verdadero Dios fuese adorado.

DEPRECACIÓN AL SANTO

O vigilantísimo pastor del rebaño de Cristo, que por la humildad profunda con que rehusabas las honras te juzgo S. Marcelo digno de ser exaltado á la dignidad de Obispo. ¡O que bien cumpliste con este ministerio apostólico, aunque por tus pocos avíos te parecía que no sabías hablar! Bendito sea el Señor, que con la potestad espiritual te dio valor para arrancar y destruir, para edificar y plantar; pues los terremotos con que prevenías tu predicación apostólica, si destruían templos a la idolatría, plantaban y edificaban templos a la Fe católica. Por este santo celo que teníais de la conversión de las almas y dilatación de la Fe católica, os suplicamos que los amagos de la ira divina cuando tiembla la tierra nos sirvan para nuestra edificación y no para nuestra destrucción, moviéndonos a arrojar de los templos vivos de nuestras almas los ídolos de nuestras aficiones perversas, y a plantar en ellas las virtudes: y logrado este fruto en los temblores de tierra, quede luego por vuestra intercesión quieta y pacífica. Así lo espetamos de vuestra gran caridad. Amen.
Ahora se rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María Gloria Patri.

ORACIÓN Á NUESTRO SEÑOR

Omnipotente y misericordioso Dios nuestro, que iluminas á todo hombre que viene á este mundo, y que por medio de vuestro fiel ministro Emigdio, moviendo terremotos, recibieron la luz del Evangelio innumerables paganos; mirad, Señor, con ojos de piedad á los que ya gozamos de la luz de la Fe, y cuando la tierra con temblores amenazare castigar nuestras maldades; vos, Señor, que castigando sanais y perdonando conservais, haced que quede firme, para que conozcan todos los corazones mortales que de vuestra justa ira les viene este azote, y de vuestra clemencia viene el que cese. Favor, que esperamos de vuestra infinita piedad por los méritos y ruegos de vuestro siervo Emigdio, que tanto trabajó por la gloria de vuestro santísimo nombre, que sea alabado eternamente. Amen.




DIA SÉPTIMO

En este día se hace memoria de como el Santo llegó á Ascoli, la principal ciudad del Piceno, donde eran adorados los ídolos, y de donde le creó obispo S Marcelo, para que con su predicación apostólica dejase la idolatría. Para alcanzar esta victoria hizo temblar la tierra, de modo que se arruinaron veinte y dos templos de gentiles, y los demonios que hablaban en los ídolos, dieron grandes aullidos, porque les quitaba Emigdio su reinado. Así sucedió, porque aterrados con el terremoto los paganos, y admirados de sus milagros en curar paralíticos y otros enfermos con sola la señal de la Cruz, se convirtieron muchos á la Fe, que invocando al dulcísimo nombre de Jesús, maldecían á los ídolos. Y porque cada día se aumentaba el número de los convertidos hizo fuera de la ciudad un secreto oratorio en una cueva, donde se pudieran refugiar los cristianos de la persecución, que ya les amenazaba.

DEPRECACION AL SANTO
¡O fortísimo guerrero de Cristo y milagroso ingeniero para derribar los muros del gentilismo, que supiste desarmar á aquel fuerte armado y quitarle sus despojos para consagrarlos al cielo! Todos, Santo mío, nos alegramos de vuestros trofeos y alabamos vuestra ingeniosa traza, traza verdaderamente amorosa, con que minabais la tierra, para que bambaneando su pesada máquina por el temor y temblor, entrase la luz de la Fe á la gentilidad, fuese adorada la santa Cruz, santificado el santo nombre de Dios é invocado el dulcísimo de Jesús. Y pues con estas armas triunfaste del infierno y ahuyentaste loa demonios, haced que nosotros con las mismas nos libremos de sus tentaciones y asechanzas, y no reine ya jamás en nuestras almas por la culpa, para que cuando los temblores de tierra nos avisen de la indignación divina, estemos seguros en vuestra protección, que la sabréis aquietar con el mismo ingenio amoroso que la sabéis conmover. Así lo esperamos de vuestra gran caridad. Amen.
Ahora se rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María Gloria Patri.

ORACIÓN Á NUESTRO SEÑOR

Fortísimo y suavísimo Señor Dios nuestro, que con providencia admirable mortificáis y vivificáis a los que queréis traer á vos; gracias os damos por el poder soberano é ingenioso que diste á vuestro siervo Emigdio, para destruir las tuerzas del infierno y arruinar los templos de los ídolos, moviendo temblores de tierra, que dispusieran á los idólatras á recibir vuestra santa Fe. Por esta ingeniosa caridad con que suavemente traía a los gentiles á vuestro conocimiento, os suplicamos, Señor, que nos llenéis del espíritu de vuestro santo temor, para no provocar á vuestra divina justicia con nuestras culpas, sino que perseverando siempre en vuestra gracia, nos hagamos dignos de experimentar siempre las dulzuras de vuestra misericordia. Amen.





DIA OCTAVO.
En este día se hace memoria de como llevado el Santo á la presencia del tirano Polimio (que como presidente en Ascoli por los emperadores Diocleciano y Maximiano, perseguia á los cristianos), fué reprehendido por los muchos idólatras que habia convertido á la Fe de Cristo, y procuró el tirano que el Santo adorase á los ídolos, prometiéndole, si lo hacía, grandes premios; y entre otros, que le daría por esposa á su hija llamada Polisia, noble, rica, discreta y muy perita en las lenguas griega y latina; y que si no hacia esto, había de padecer gravísimos tormentos. Más el Santo no hizo caso de sus amenazas ni promesas, y constantemente confesó la Fe Católica. No obstante, esta constancia, con astucia diabólica hizo el tirano introducir á San Emigdio al retrete de su hija, para que al ver su hermosura y gentileza se prendase de sus gracias y renunciase de la Fe Católica. Pero sucedió, al contrario; porque á breves razones que propuso Emigdio á Polisia para hacerle creíbles los testimonios de nuestra Religión cristiana, se dio por vencida la sabiduría de Polisia y abrazó nuestra santa Fe Católica, y al fin murió santa.

DEPRECACIÓN AL SANTO.
¡O invicto confesor de la Fe y ángel en carne mortal! Toda alabanza es corta para celebrar tu angelical pureza; pues no solo no te rendiste á las persuasivas amorosas de aquella hermosura, que con caricias y lisonjas te halagaba á que (dejada la Fe de Cristo) gozases las delicias de su tálamo, sino que, con raro ejemplo , vencidas las razones de su sabiduría y despreciados los afectos de su voluntad enamorada, la sacaste de las tinieblas de la idolatría y la trajiste á las luces de la Fe católica. Bendito sea eternamente el Señor, que por tu medio de las tinieblas saca la luz, y te dio tanta constancia para confesar la Fe, y tanta gracia para convertir la gentilidad. Y pues tanto agradaste al Señor en estas acciones tan heroicas, alcanzadnos de su Majestad santísima, gran fortaleza para mantenernos firmes en la Fe y para ser fuertes en la castidad, convirtiendo al amor de Dios á los que nos la quisieren violar. Así lo confiamos de vuestra intercesión. Amen.
Ahora se rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María Gloria Patri.

ORACIÓN Á NUESTRO SEÑOR

Dios y Señor, amador de la pureza y castidad, ayudadnos con especial gracia para conseguir este soberano don, que nadie lo tiene si vos no lo dais; y para esto dadnos tal aborrecimiento á la torpeza, cuya fealdad obscurece la razón, que antes padezcamos la muerte que quebrantemos vuestra santa ley en pensamientos, palabras ú obras contra la virtud de la castidad. Mirad, Señor, los méritos de vuestro fiel siervo Emigdio en esta virtud; y por su intercesión dadnos auxilios para apartamos de todas las ocasiones de torpeza, y que cada uno conserve la virtud de la castidad segun su estado. Asi lo esperamos de vuestra clemencia infinita, que sea eternamente alabada. Amen.

 

DIA NOVENO

Este día se corona el Novenario con la memoria del glorioso martirio de San Emigdio. Rabioso el presidente Polimio de que el Santo hubiese convertido á su hija Polisia á la Fe Católica, en vez de haber reducido su hija al Santo a la idolatría, le mandó cortar la cabeza, la que tomando en sus manos el Santo (como el Areopagita y san Lamberto), la llevó un tercio de legua, hasta llegando al oratorio que había edificado en la cueva fuera de la ciudad de Ascoli, dio su espíritu al Señor a los 30 años de su edad y 7 de su admirable conversión , á 5 de agosto del año 309 del nacimiento de Cristo.

DEPRECACIÓN AL SANTO

a, invicto Marte de la constancia, gozáis el premio de vuestras peleas. Ya, insigne propagador de la Fe Católica, descansáis de vuestras fatigas. Ya, taumaturgo de prodigios, triunfáis ufano en los cielos, y ya, infatigable trompeta evangélica, cantáis con los ángeles la victoria, entonando eternamente las misericordias divinas. Sea enhorabuena, Santo mío, que gocéis para siempre esa felicidad eterna. ¡Oh! que momentáneo os parecerá y que leve el peso de las tribulaciones que padecisteis en este mundo, comparado con las eternas dichas que gozáis en el cielo! ¡Dichosos trabajos, que tal premio os han merecido! ¡Dichosos desvelos en vuestro pastoral oficio! ¡Dichoso celo de la salud de las almas! ¡Y dichosas fatigas en la predicación evangélica tan felizmente coronadas! Y pues que por hallaros en tan alta esfera no habéis olvidado á los miserables que gemimos en este valle de lágrimas; antes bien, aquella grande é ingeniosa caridad que tuvisteis en esta vida, la tenéis mucho más perfecta en esa visión beatífica; conseguidnos del Señor con vuestra intercesión poderosa (por los méritos de vuestro ardiente celo y generoso martirio; en que tomando la cabeza en las manos, disteis a entender que estabais aparejado á dar más veces la vida por Cristo), alcanzadnos, pues, auxilios para arrancar de nuestras ánimas los malos hábitos, y librarnos dé la esclavitud de los vicios, y en la hora de nuestra muerte ser fortalecidos con la gracia delos santos Sacramentos, con los cuales ayudados en trance tan peligroso, logremos la dicha de pasar a ver claramente la divina cara, y en vuestra compañía amarla, bendecirla y alabarla eternamente en la gloria. Amen.
Ahora se rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.

ORACIÓN Á NUESTRO SEÑOR

Soberano Rey de la gloria y Señor de las virtudes, Rey de los Reyes y Señor de los Señores, Corona de los justos y Gloria de los ángeles y bienaventurados, con humilde rendimiento os damos gracias por todos los dones naturales y sobrenaturales, conque adornaste a vuestro fiel siervo y valeroso soldado Emigdio en esta vida. Bendita sea eternamente vuestra magnificencia soberana; pues, vos Señor, dais la gracia y la gloria. Vos por breves y momentáneos servicios, que en solos siete años que vivió en vuestra santa Fe os hizo San Emigdio, ayudado de vuestra gracia, le coronasteis con eterno peso de gloria. Vos en breve le hicisteis varón consumado, llenando en pocos años lo que otros en muy largo tiempo: y esmaltasteis los heroicos méritos de sus pocos años con la aureola gloriosa del martirio. Suplicamos, pues, Señor, por tus gloriosos méritos y por la singular demostración que hizo de tomar su cabeza en sus manos, después que la cortó de su cuello el verdugo, como significando que estaba pronto á morir muchas veces más en defensa de vuestra santa Fe, que nos asistáis con vuestra divina gracia para perder mil veces la vida, antes que ofenderos con culpa mortal: y que vivamos tan atentos á agradaros, como San Emigdio vivid; pues en solos treinta años de edad, condenó la larga vida del pecador, para que viviendo así, nos hagamos dignos de su protección en todos nuestros conflictos , especialmente en los más terribles, que son los de los terremotos, en que (cogiendo de improviso) peligran almas y cuerpos. Y finalmente os pedimos que cuando llegue la hora de nuestra muerte nos halle en nuestro sano juicio y advertencia, para salir de esta vida armados de los santos Sacramentos de la iglesia; y así logremos la perseverancia final en vuestra divina gracia, para cantar en su compañía vuestras divinas misericordias eternamente en la gloria. Amen.


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