miércoles, 14 de marzo de 2018

NOVENA A SAN RAMÓN NONATO




NOVENA AL CARDENAL SAN RAMÓN NONATO DE LA ORDEN DE LA MERCED

ABOGADO DE LAS MUJERES EMBARAZADAS


ACTO DE CONTRICIÓN
Dulcísimo Jesús mío, por ser tan bueno como sois, me pesa en el alma haberos ofendido, por ser injuria de vuestra Divina Majestad, digna de ser infinitamente amada, y propongo, con vuestra divina gracia, antes morir que pecar. Amen.



ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dios y Señor Omnipotente, yo adoro con suma reverencia las tres Divinas Personas en vuestra única e individual esencia, y os doy infinitas gracias por las grandes mercedes que hicisteis al glorioso San Ramón Nonato suplicándoos que, por ellas, y por sus grandes merecimientos, por la intercesión poderosa de la Señora dulcísima a quien eligió por Madre suya especial, a cuyo servicio, se consagro sin reserva y cuyo blanco escapulario vistió tan dignamente, y por los infinitos méritos de vuestro Unigénito Hijo Jesucristo, mi Salvador, me concedáis fortaleza para el acierto de mis operaciones, y amor para más agradaros, y en particular, el favor que os pido en esta novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amen.
Se reza un Padre nuestro por los cautivos cristianos.

DÍA PRIMERO
Glorioso y bendito San Ramón; postrado humildemente a vuestras sagradas plantas os suplico, que tengáis piedad de mí y alentéis mi gran tibieza de tal modo, que por ningún caso ofenda a Dios nuestro Señor, antes bien le sirva con todo mi corazón, guardando enteramente su santísima ley; que reverencie, sirva y ame todos los días de mi vida y con todas las fuerzas de mi alma a vuestra Madre y Madre mía de la Merced; y que a vos, Santo mío, os ame y os venere con fervorosa devoción; para que imitando vuestras virtudes, cumpla siempre la voluntad de Dios; y que os acompañe eternamente en la gloria. Amen.

ORACION AL SANTO
Glorioso Hijo de la ilustre religión de la Merced; errantes nosotros, vuestros devotos, por el penoso desierto de la vida, de vos esperamos que nos ayudéis a seguir sin desviarnos con paso firme y seguro, por la senda que conduce a la posesión dichosa del sumo bien que vos merecisteis alcanzar con la ayuda de la gracia del Señor, y protegido de la benéfica diestra de María a quien profundamente venerabais como á Madre especial vuestra con el nombre bendito de Merced en cuya advocación gloriosa y en su blanco escapulario con que honrabais vuestro pecho, encontraseis vuestra heróica fortaleza en el martirio, vuestro más dulce consuelo y el medio más seguro de alcanzar la inmarcesible corona que actualmente disfrutáis: inspiradnos vuestro amor y vuestra devoción ferviente a la Santísima Virgen; haced que, como yos invoquemos ese su nombre adorable que sus labios pronunciaron, y que, como vos, llevemos esa blanca vestidura que nos trajo su mano bendita desde el cielo, como prueba evidente de su amor; y entonces mereceremos, cual vos, eficazmente ayudados de la gracia, la eterna posesión del cielo. Amen.

DÍA SEGUNDO
Dulcísimo Jesús mío, mi Redentor y Señor, que tan tiernamente amasteis y favorecisteis a vuestro siervo San Ramón, visitándole en la cuna, imprimiéndole en su mano vuestro nombre, regalándole y tratándole con cariños de hermano, coronándole con vuestra corona de espinas, y comulgándole al fin de su vida por vuestra mano misma de todos estos favores y de otros muchos que yo ignoro, doy a vuestra Majestad infinitas gracias, y os ruego, por las heroicas virtudes que procuraron merecerlos, y por los méritos de vuestra pasión santísima, me concedáis gracia para que, imitando sus virtudes, merezca vuestro
soberano agrado. Amen.

DÍA TERCERO
Serenísima Emperatriz delos cielos, María Santísima, Reina de los Ángeles y Madre de los afligidos: a rendiros mil veces las debidas gracias vengo por tantos y tan grandes favores con que engrandecisteis a vuestro amado hijo y siervo San Ramón, pues sobre haberle impreso en su tierna mano vuestro sagrado nombre, visitándole con mi dulcísimo Jesús, también hicisteis oficio de Madre, criándole y enseñándole como á hijo vuestro, llamándole a vuestra sagrada religión de la Merced, y ofreciéndole con tiernos cariños una bellísima corona de flores: por estos tan singulares favores, por vuestro título amable de Merced, por el cándido vestido que nos disteis, por las heroicas virtudes de vuestro hijo y siervo San Ramón, y por los infinitos méritos de mi Redentor Jesús, os suplico, clementísima Madre mía, que estéis siempre a mi lado y me alcancéis de vuestro
unigénito Hijo, todas las gracias que me son indispensables para poderme salvar. Amen.

DIA CUARTO
Dios y Señor mío amantísimo y muy digno de ser obedecido de todas las criaturas; yo os ofrezco aquella santa obediencia de vuestro grande siervo, el glorioso cardenal San Ramón, que por más agradaros obedeció gustoso, no sólo vuestros preceptos santos y los de todos sus superiores, sino lo que le mandaban hasta sus mismos criados; suplícoos, que, por los merecimientos de tan rendida obediencia, y por los de mi obedientísimo Redentor Jesús, me hagáis perfectamente obediente a mis superiores, iguales o inferiores. Amen.

DIA QUINTO
Dios y Señor mío, amantísimo de la santa pobreza; yo os presento aquella suma desnudez de todas las cosas temporales en que, como verdadero pobre, vivió y murió vuestro siervo San Ramón, contentándose con lo preciso para sí y buscando con ansias limosnas para librar a los Pobres cautivos y socorrer muchos pobres, a quienes consolaba, llorando compasivo sus necesidades, cuando no hallaba medios humanos para socorrerlos: os suplico, Padre mío, por esta virtud heroica de vuestro siervo, y por los merecimientos de mi Señor Jesucristo, me deis una verdadera pobreza y desnudez de todo lo transitorio, para que enriquecida mi alma con los tesoros de a divina gracia, logre después
la eterna felicidad. Amen.

DÍA SEXTO
Dios y Señor mío que para mostrar cuán amante sois de la santa pureza, quisisteis que vuestro Unigénito Hijo encarnase en las purísimas entrañas de una Virgen, y que ésta se desposase con varón virgen también: por esta pureza virginal de la Reina de las vírgenes, simbolizada en el cándido escapulario que
nos dio, y por la que ofreció el castísimo San Ramón en manos de esta gran Señora, con voto de perpetua virginidad, conservándose toda su vida tan puro, que más parecía ángel que humana criatura: os suplico humildemente, me concedáis, Señor, una enterísima pureza de cuerpo y alma, con recato grande en todas mis acciones, y una perfecta custodia de todos mis sentidos. Amen.

DÍA SEPTIMO
Dios y Señor mío, que ensalzáis á los que profundamente se humillan; ofrezcos el ejercicio de la heróica humildad de vuestro siervo San Ramón, que, siendo tan noble, no se dedignó de ser en el siglo pastorcillo; siendo religioso, se tuvo por indigno de tal dicha; y siendo cardenal sin desdoro del capelo, supo ser ejemplo de novicios: por los méritos de tan heroica virtud, y los de Jesús, mi Redentor, que tanto se humilló por nosotros, os suplico, Señor, desterréis de mi corazón toda vanidad y soberbia, para que fundado en perfecta humildad, que es el mejor Cimiento, sea firme y permanente en el edificio de las virtudes. Amen.


DÍA OCTAVO
Dios y Señor amantísimo, que a las almas caritativas las encendáis más, para que, sin consumirse, se abrasen en el fuego de vuestro divino amor, ofrezcos la caridad del glorioso San Ramón, tan inflamada, que por amor vuestro y por el rescate de los pobres cautivos, deseó muchas veces dar su libertad y su vida; y aunque este no se la dio la espada del tirano, logró, no obstante, con los tormentos de un cruel cautiverio el mérito del martirio: os suplico. Señor, por esta tan encendida caridad, y por la de mi amoroso Jesús, me concedáis un amor santo a vuestra divina ley, y una caritativa piedad con todos los necesitados, especialmente con los pobres cautivos. Amen.

DÍA NOVENO
Dios y Señor inmenso, que dejáis consolados a los que con fé, humildad y perseverancia os piden; si hasta aquí he perseverado en suplicaros, me han faltado las demás cualidades para obligar a vuestra piedad divina; hoy que es el último día de la novena, llego, Señor, a vuestras plantas, a representar mis necesidades con profunda humildad, con viva fé y alentada esperanza de con seguir el remedio de ellas, por la intercesión del glorioso San Ramón Nonato; y
para obligaros más, presentóos los trabajos, aflicciones, azotes, golpes, oprobios, escarnios y martirios que, a imitación de nuestro Redentor Jesús padeció el santo Redentor Ramón; y os suplico, por todos sus merecimientos, por los de Jesús, mi Salvador, y los de la Santísima Virgen, nuestra Madre, me concedáis una santa paciencia resignación y con conformidad con vuestra voluntad santísima en todos mis trabajos, penas y aflicciones interiores y exteriores. Amen.



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