NOVENA EN HONOR AL SEÑOR DE LA INDULGENCIA, VENERADO EN EL
SANTUARIO DE LAS BEATAS DE BELÉN, CIUDAD DE GUATEMALA
DÍA
PRIMERO
ACTO
DE CONTRICIÓN
Pésame Señor de la
Indulgencia, en el alma el haberos ofendido por ser la esencia del bien, mi
Dios querido y haber pecado contra vos, mi Bien Amado. ¡Piedad Señor,
misericordia os pido! Y propongo firmemente arrepentido, enmendar mi vida
peregrina y antes morir si es en gracia divina que volver a ofenderos Jesús
mío.
Y os ofrezco oh mi Dios
en quien confío, mis penas, mis trabajos y mi vida con el alma contrita,
agradecida y la amarga pasión que habéis sufrido. Los tormentos, las afrentas y
dolores con la muerte ignominiosa que has querido, padecer por nosotros
pecadores. Por vuestro amor Jesús, hoy conmovida vuestra piedad suplica
arrepentida con todo el corazón, el alma mía. Amén.
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh dulcísimo Señor de La
Indulgencia! Dios Eterno y Adorable Redentor, inclinado ante vuestra
omnipotencia ved a un pobre y humillado pecador que os implora que atendáis
benignamente su angustiado y suplicante corazón. Yo sé bien que os mostráis
siempre indulgente con los fieles que os dirigen su oración y que sois de las
almas el consuelo en las penas de esta vida ¡Buen Jesús! ¡Oh Augustísimo Señor
que en desconsuelo vais camino del Calvario con la cruz azotado, con espinas
coronado y a la muerte sentenciado en mi favor!
Al miraros con el rostro
ensangrentado bajo el peso del madero abrumador me avergüenza Jesús mío haber
pecado y me angustia haberos dado tal dolor. Sin embargo Vos me amáis de tal
manera que a la muerte os entregáis porque no muera siendo yo el culpable y Vos
mi Redentor ¡Soberano Rey del Cielo y Gran Señor! Que el camino que yo siga sea
el vuestro y la cruz haced que abrace con valor para veros en el cielo Rey
Eterno pues comprasteis con amor mi salvación. Amén.
DÍA
PRIMERO
CONSIDERACIÓN
CONSIDERACIÓN
¡Oh! alma mía considera
como el Divino Nazareno ah sido ya condenado a muerte, ante aquel ingrato
pueblo que levanta la voz contra su Rey con gran algazara, para ejecutar con
presteza la infame sentencia de Pilato. Como se acerca la Pascua, le quitan la
clámide y le ponen sus propias vestiduras, para que aquel pueblo infeliz,
reconozca al que en días precedentes aclamara como el Mesías. Y sacándole para
crucificarle tomaron dos maderos e hicieron una cruz, y mandaron que la llevase
sobre los hombros hasta el lugar de su suplicio.
¡Oh Dios mío, cuanta
crueldad! ¡y cuánto amor el vuestro! al entregaros a tan viles ultrajes; bajo
el enorme peso de la cruz, entre una muchedumbre criminal que os trata con el
mayor de los desprecios, con insultos, con golpes y empujones, Camino del
Calvario…
ORACIÓN
Os suplico Señor de La
Indulgencia por el inmenso sufrimiento que padecisteis a lo largo de vuestro
pedregoso camino al sacrificio, que os compadezcáis de mis miserias y me
concedáis la gracia de detestar mis pecados y de reformar mi vida, por vuestra
virtud y méritos y los de vuestra tierna y compasiva Madre, a quien ruego me
alcance el favor que en esta novena pido, si es para gloria vuestra y bien de
mi alma. Amén.
REZAR UN PADRENUESTRO, AVEMARÍA Y GLORIA
(Realizar
la petición deseada)
AFECTOS A JESÚS NAZARENO
V/ Oh amoroso Nazareno por Vuestra
infinita pacienciaR/ Recibid nuestros afectos ¡Oh Señor de la Indulgencia!
V/
Entre burlas y desprecios camináis Dulce Jesús entre blasfemos y necios bajo el
peso de la cruz. Nazareno Penitente ¿Quién con Vos fuese indulgente al mirar
vuestra inocencia?
V/
Escupido y maltratado camináis a paso lento hacia el monte del tormento a morir
por el pecado. ¿Quién al veros abrumado escuchará su conciencia?
V/ Entre ataduras y lanzas por la
calle de amarguras veis llorar sin esperanzas a la Virgen con ternura. ¿Quién
al ver su desventura no llorará con vehemencia?
V/
Con golpes y moretones vuestro rostro a sido herido y de sangre lo han teñido
los verdugos y sayones. ¿Quién oh Señor detuviera su crueldad y su insolencia?
V/
¿Oh Jesús quien comprendiera que Vos trocáis nuestra suerte dándonos vida por
muerte en la patria verdadera? ¡Endulzar Señor quisiera Vuestra amarga
penitencia!
R/ Recibid nuestros afectos ¡Oh Señor de La Indulgencia!
R/ Recibid nuestros afectos ¡Oh Señor de La Indulgencia!
ORACIÓN
A MARÍA SANTÍSIMA
Con esperanza eh venido a
Vos Madre Dolorosa con el alma pesarosa y el corazón compungido por la espada
del dolor, viendo a Jesús afligido por mí, ingrato pecador. Dadnos Madre ese
valor para seguir su camino y cambiar nuestro destino con vuestra ayuda y amor.
A Vos venimos Señora para lograr el perdón de nuestras culpas y ahora ¡Oh
Virgen por compasión! Alcanzadme ese favor que en esta novena pido y así viva
agradecido por vuestra gracia al Señor. Amén.
REZAR
UN AVEMARÍA Y UN GLORIA
ORACIÓN
FINAL EN HONOR Y REVERENCIA A LA SAGRADA LLAGA DEL HOMBRO DE NUESTRO SEÑOR
¡Oh Jesús me conmueve
mirarte! Cargando con la cruz desfallecido y al ver tu dulce rostro
entristecido al Calvario quisiera acompañarte. Esa llaga que tienes en el
hombro que te causa tan enorme sufrimiento mi alma estremece con tal dolor y
asombro al ver a Dios, sufrir tan cruel tormento.
¡No me veas Jesús mío
indiferente! Por las faltas que en la vida he cometido, mírame Jesús y sé
indulgente al seguir tu camino arrepentido mira aquí mi corazón herido, por tu
amor con espinas de tu frente. Ayúdame Señor yo te lo ruego en el peregrinar
tan azaroso de la vida que es camino pedregoso para llegar al cielo, y verte
luego ¡Atiende mi oración, oh Jesús mío! Amén.
JACULATORIA
FINAL
Bendito y alabado sea el
Santísimo Sacramento del Altar, la Pasión y Muerte de Nuestro Redentor y los
dolores y lágrimas de María Santísima. Amén.
DÍA SEGUNDO
CONSIDERACIÓN
CONSIDERACIÓN
¡Oh amantísimo Señor de
la Indulgencia! que con dulce mansedumbre aceptáis la muerte, para darnos vida.
Os contemplo abrazando vuestra cruz.
¡Con cuanto amor besáis
Señor ese madero! Y cuan gustoso lo lleváis para atenuar el peso y gravedad de
nuestras culpas y a cada golpe de la cruz en vuestra sien, corre la sangre que
por mi vais derramando gota a gota sobre vuestro dulcísimo rostro. Vais
ungiendo con ese licor de sangre redentora las empedradas calles de la cruel
Jerusalén, como para perdonarla. ¿Cuál sería el dolor de vuestro amante corazón
al pasar por esas calles, testigos mudas de vuestra amorosa doctrina? ¿De
tantos prodigios, de tantos milagros…?
DÍA
TERCERO
CONSIDERACIÓN
CONSIDERACIÓN
¡Oh amoroso Señor de la
Indulgencia! Os contemplo pálido y desfallecido a causa de la mucha sangre que
habéis perdido y del enorme peso de la cruz hecha con madera aun verde y con su
rústica corteza, que os causa tan dolorosa llaga en el hombro.
Ya os veo caminando hacia
el martirio, rodeado de dolores y tormentos, en medio de aquella gentuza
infernal, que no se cansa de humillaros y desgarrar vuestro amantísimo corazón,
con sus vejámenes y blasfemias. Sufriendo indeciblemente por nuestro amor y por
salvarnos de la esclavitud del demonio de la culpa. Padeciendo con infinita
paciencia y mansuetud, todos los ultrajes y afrentas. ¿Como podríamos
agradeceros debidamente por haber pagado con vuestra sangre santísima el precio
de nuestro rescate?
DÍA
CUARTO
CONSIDERACIÓN
CONSIDERACIÓN
¡Oh divino Señor de la
Indulgencia! os contemplo caminando hacia el monte santo de vuestro sacrificio,
con paso lento y vacilante, tropezando entre las piedras que hieren vuestros
sagrados pies. Mira alma mía nuestro Salvador, en medio de dos ladrones y
cargando con el mismo leño en que debían sacrificar su propia vida.
¿Quién hubiera creído
jamás que la vista lastimera de Jesús lleno de llagas en el cuerpo, no habría
sino de irritar aún mas la rabia de los judíos y encender en ellos el deseo de
verlo crucificado? ¿Y quien es el tirano que haya hecho jamás llevar al mismo
reo el patíbulo sobre sus espaldas? ¿Cómo ángeles del cielo no quitabais tantos
tropiezos para que el salvador pasara sobre vuestras alas? ¡Oh Jesús cuanto
sufre mi alma al ver tan maltratado vuestros sagrados pies!
DÍA
QUINTO
CONSIDERACIÓN
CONSIDERACIÓN
¡Oh corazón lacerado de mi Señor de La Indulgencia! Os
contemplo saturado de dolor indescriptible, agobiado por la cruz y los
tormentos, caminar por la calle de la amargura al encontrar a vuestra Madre
Santísima que reconoce a su Amado, su Tesoro, su Hijo Divino tan desfigurado y
llagado de pies a cabeza.
Vuestras miradas se
cruzaron con infinita ternura y acerbísimo dolor ¡Bendita sea mil veces esa
inefable mirada del hijo moribundo y de la Madre Amantísima que desde entonces
es también Madre Nuestra! Como un poderoso rayo de sol que rasga las tinieblas
así penetro la mirada de Jesús en el Corazón de María, anublado por el dolor y
ella oiría muy onda, muy suave, pero tan bien poderosísima la voz de Cristo,
vertida por sus ensangrentados ojos que le diría: Madre mía ámalos como Yo los
amo… Ellos me condenan… ¡Pero Yo los amo!
Me hieren, me crucifican ellos… ¡pero yo los amo…!
Me hieren, me crucifican ellos… ¡pero yo los amo…!
DÍA
SEXTO
CONSIDERACIÓN
CONSIDERACIÓN
¡Oh Jesús Pastor Divino!
Herido por nuestro amor ¿Cómo seria vuestro agotamiento y dolor en el
angustioso sendero hacia la salvación de nuestras almas? cargando con aquella
cruz, arto pesada para vuestros tan llagados pies, que apenas podías dar paso
si tropezar en cada piedra del camino, que los mismos judíos al veros tan
extenuado, creyendo que os quedabas sin vida antes de llegar al Calvario, os
dieron al Cirineo, no porque fuesen compasivos, sino porque ansiaban veros
morir con más afrenta e ignominia.
¡Oh Señor de la
Indulgencia! ¿Cómo es posible que nuestro corazón no rompa en llanto al
contemplaros camino del Calvario tan abatido por el cansancio y el peso de
nuestras iniquidades y pecados? ¡Oh Dulcísimo Jesús tener piedad de mí y
perdonadme.
DÍA
SÉPTIMO
CONSIDERACIÓN
CONSIDERACIÓN
Contempla alma mía a tu
Redentor, espejo clarísimo de la divinidad que sudando entre mortales congojas
y manando sangre camina hacia el Calvario sin tener una toalla con que enjugar
su rostro, ni las manos libres para limpiar sus Santísimos ojos eclipsados por
el polvo y por la sangre que baja de su sagrada cabeza, hasta que acercándose
al Señor la compasiva Verónica limpia su Santísima faz con un lienzo quedando
impreso en el su Divino Rostro.
DÍA
OCTAVO
CONSIDERACIÓN
CONSIDERACIÓN
¡Oh Angustiado Señor de
La Indulgencia! Os contemplo con los ojos del alma por las calles de Jerusalén,
camino del Calvario con n aspecto tan lastimoso y compasivo que al miraros las
mujeres iban en pos vuestra, llorando y lamentándose.
Mas volviendo vuestro
dulce rostro hacia ellas habéis dicho: << ¡Ah! no lloréis por mi, llorad
si, por vosotras mismas y vuestros hijos…; porque si al árbol verde se le trata
de esta manera; con el seco ¿Qué se hará? >> Con esto nos da a entender
el castigo que merecen nuestros pecados. Porque si Él siendo inocente Hijo de
Dios, fue tratado así por haberse ofrecido a satisfacer por nosotros, ¿Como
deberán ser tratados los mismos hombres por sus propios pecados?
DÍA
NOVENO
CONSIDERACIÓN
CONSIDERACIÓN
¡Oh Señor de la
Indulgencia vivo resplandor de la Divinidad! que siendo la misma luz que disipa
las tinieblas del pecado e ignorancia, quisisteis por nuestro amor que vuestro
Sagrado Rostro quedara tan desfigurado y obscurecido con la inmundicia y
asquerosidad de nuestras faltas al caer tres veces por tierra dando en ella con
vuestro Santísimo Rostro y besando vuestra dulcísima boca aquel polvo maldito
por el pecado, si haber quien os ayudase a levantar.
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