NOVENA A NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO
SEÑOR DE TEPALCINGO
Por
la señal de la Santa Cruz...
Acto
de contrición
ORACIÓN
PREPARATORIA DE TODOS LOS DÍAS
Amantísimo y muy atormentado Jesús mío, caído y postrado
en tierra, con la mayor ignominia y abrumado con ese pesado madero;
rendidamente y con el corazón contrito: os ruego por los acerbísimos dolores
que vuestras caídas ocasionaron a vuestra afligidísima y angustiada Madre, a la
que ponemos por medianera para que interceda por nosotros, pobres y miserables
pecadores, para que con vuestro Eterno Padre, justamente irritado contra
nosotros por ser la causa de tus Caídas y demás horrorosos desastres, hasta desfiguraos
en tales términos que apenas sois reconocido por los hombres y de quienes sois
un despreciable ludibrio, nos consigas ¡oh amoroso Jesús! de vuestro
enojadísimo Padre el más amplio y cumplido perdón de todas nuestras culpas y el
favor que te pedimos en esta novena, si es que ha de ser para gloria vuestra y
bien de nuestras almas; y si no, que se haga en todo su santísima voluntad,
pues nos pesó hasta lo sumo, el haberos ofendido, y proponemos, ayudados de
vuestra divina gracia no pecar ya más. Amén.
DÍA PRIMERO
Caritativo y humildísimo Jesús mío, postrado Tú de
rodillas, orando con la mayor sumisión, orando por mí a vuestro justo y Eterno
Padre, en el huerto de Getsemaní, vertiendo tu preciosísima sangre que un
mortal sudor extrajo de vuestra Humanidad Sacrosanta, hasta llegar al suelo; al
ver lo que contenía aquel amargo cáliz que se os presentó, poniéndoos en
agonía, siendo necesaria la ayuda del Ángel para que os confortase, puesto que
vuestros discípulos, entregados al sueño, se olvidaron de acudir a consolaros y
de orar para no entrar en la tentación como les habíais amonestado repetidas
veces; yo indigno hijo vuestro y pecador, sumamente agradecido a tantos y
singulares beneficios, propongo firmemente, ayudado por vuestra divina Gracia,
la que rendidamente y desde ahora os pide para siempre, orar con la profunda
veneración, humildad y respeto conformándome con vuestra santísima y adorable
voluntad, y vigilar para no entrar jamás en la tentación, concediéndonos la
gracia que os pedimos en esta novena, si es que ha de ser para mayor honra
vuestra y bien de mi alma. Amén
CAÍDAS
Primera Caída:
Jesús
en tierra caído
sin
culpa tan maltratado
y
yo que soy el culpable
estoy
derecho y erguido
Padre nuestro, Gloria
Segunda Caída:
Si
eres cristiano, la Cruz
tomarás
y sigue en pos
del
que con tan dulce voz
te
conduce a eterna luz
Padre nuestro, Gloria
Tercera Caída:
Pecador,
¿cómo no vas
hacia
ese manso cordero
y
le quitas el madero
que
tantas penas le da?
Padre nuestro, Gloria
Se
pide la gracia que se desea alcanzar por medio de esta novena ...
Ejercicio para este día Orarás al Padre postrado en
tierra pidiendo su gracia y diciéndole "Hágase tu voluntad así en la
tierra como en cielo. Amén
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Amabilísimo y muy caritativo Jesús que cual inocente y
manso cordero eres conducido al sacrificio por vuestro más cruel enemigo, que
es el pecado, y que por enorme malicia y gran peso os ha obligado a caer en
tierra; permitidnos llegar a Vos y dadnos parte de vuestra cruz, para que la
unamos a la nuestra, y la llevemos con resignación y paciencia, danos tu gracia
para odiar al pecado para siempre y por siempre, con el fin de aliviaros en
parte de tan pesada carga que os oprime. Por tanto y por vuestros infinitos
méritos, rogamos a vuestro Eterno Padre, que lo es de las misericordias y de
toda consolación, se digne oírnos en nuestras aflicciones y nos dé su Santísima
Gracia al pedir por nuestra Madre la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, y
por supuesto por nuestro Santo Padre el Papa. Y finalmente te pedimos por la
destrucción de todas las herejías y conversión de los que no creen en Dios,
para que reconozcan tu Iglesia como puerto de salvación, y por las almas del
Purgatorio para que consigan Vuestra Eterna Gloria, como lo deseamos nosotros
también para nuestras almas, por Tí, oh Jesús dulcísimo que eres nuestro
Salvador. Amén.
ORACIÓN FINAL
Señor mío Jesucristo, postrado en tierra, ultrajado con
todo género de desprecios e ignominiosos escarnios; haced por vuestra
inagotable misericordia e infinita bondad, que todos los cristianos, y
particularmente los que estamos aquí congregados, haciendo esta tu Santa
Novena, nos levantemos del mal estado en que la culpa nos tiene abatidos y
caminemos rectos y a pie firme por el seguro camino que nos habéis trazado con
el sin igual ejemplo, en la observancia de los preceptos divinos de la ley
santa, y que lo terminemos en la Gloria Eterna en la que con el Padre y el
Espíritu Santo vives y reinas por todos los siglos de los siglos. Amén
DÍA SEGUNDO
Benignísimo y sapientísimo Jesús mío, que salís al
encuentro de ese malvado y traidor Judas, para que os entregue al poder de
vuestros más encarnizados enemigos, con falso ósculo de fingida paz y por un
insignificante precio, dejándoos aprisionar de aquella vil y sacrílega gente,
que con indecible mofa os escarnece llenándoos de vituperios y oprobios, los
que sufrís con la más inalterable mansedumbre; permitidme, Jesús mío, que
cuando salgas a mi encuentro en la sagrada comunión, vaya más bien dispuesto
que el traidor Judas, y que mi beso sea de eterna y verdadera paz. Os ofrezco
mi alma, mi vida y todo cuanto tengo, sintiendo mucho no tener más, y me
ofrezco todo a vos, para que si en algo puedo serviros, no seáis de nuevo entregado
a la detestable y vil canalla, dispuestos siempre a vituperar lo santo, justo y
bueno. Haced, Señor, que cuando yo sea vendido así, os imite, y si yo fuese el
vendedor, que no marche a la desesperación como Judas, sino al arrepentimiento,
a la penitencia y al perdón; esto os pido, Jesús de mi vida, con la gracia que
deseo alcanzar por medio de esta novena, si ha de ser para mayor honra y gloria
vuestra y bien de mi alma. Amén.
DÍA TERCERO
Jesús mío, confundido entre aquella sacrílega turba,
ultrajado con la más infame acción, recibiendo en vuestro divino rostro la más
cruel bofetada en agradecimiento del singular beneficio que poco antes habíais
dispensado curando milagrosa y repentinamente la oreja del criado de este juez
inicuo ante cuya presencia estáis, por solo el enorme delito de vuestra
veracidad; os suplico, Jesús mío que cuando me sanéis las heridas que en mí
imprime el pecado, no imite tan grosera conducta y vil acción como la del
ingrato y adulador Malco, que por granjearse la voluntad de una necia y
temporal autoridad, insulta a la más sabia y eterna autoridad; espero conseguir
por vuestra infinita misericordia, Jesús de mi vida, y el favor que os pido en
esta novena, si ha de ser para vuestra mayor gloria y bien de mi alma. Amén.
DÍA CUARTO
Honestísimo y sufridísimo Jesús mío, despojado de vuestras
sagradas vestiduras a la impúdica vista de una insolente soldadesca, y
cruelmente azotado por desalmados verdugos; permitidme, oh Jesús de mi alma,
sea yo desnudado de todos mis malos afectos, y sufra con paciencia los azotes
que por innumerables pecados Dios Nuestro Señor, Tu Eterno Padre y Padre mío,
me envía algunas veces para que no sean la causa de vuestra desnudez a la vista
de un pueblo tan sensual, siendo Vos la pureza y honestidad más acendradas y
para que no caigan sobre vuestras espaldas delicadas esos crueles azotes. Permitídmelo
así, Jesús mío, y concededme la gracia que en esta novena os pido si ha de
redundar en vuestra mayor honra y gloria y bien de mi alma. Amén
DÍA QUINTO
Prudentísimo Jesús mío, hecho objeto de burla y escarnio
de aquella depravada gente que con dichos y acciones grotescas mortificaban
vuestros castos oídos y purísimos ojos, llegando a tal perversidad en su
encarnizada malicia, que con la mayor impiedad inventan una corona entretejida
de agudas y punzantes espinas, y colocándola sobre vuestra delicadísima cabeza,
traspasando vuestras sienes, y tan mortificadas, y con esta tan lastimera forma
os saludaban con risas e insolentes burlas; por estos desprecios, concededme
Jesús mío, que siempre os mire con la veneración que os es debida, y que me
corrija enteramente de todas mis maldades, que son las que pueden formar otra
corona que atormentaría aún más cruelmente vuestra sacratísima cabeza; así os
lo ruego esperando de vuestra infinita bondad y misericordia me concedáis la
gracia que en esta novena os pido, si es que ha de reportar honra y gloria
hacia Vos, oh buen Jesús, y bien de mi alma, Amén.
DÍA SEXTO
Amantísimo Jesús mío, hecho ya como el oprobio de aquella
gente, tan desfigurado y ensangrentado de pies a cabeza, y tan macerado por el
excesivo número de azotes, que movido a compasión Pilato, y vista al par tu sin
igual inocencia, se volvió a mostrarse a aquel alborotado y malvado pueblo en
tan lastimosa figura para que al contemplarte se comparecieran de Vos, oh mi
buen Jesús, diciéndoles "Ecce Homo", y sucediendo todo lo que no
esperaba ni pudiera creer ni esperar del duro corazón, esto es, que entregado
al pueblo, al más frenético furor, haciendo resonar en todos los ángulos de la
plaza con ronca y desaforada gritería la petición de muerte, y muerte de cruz,
la más ignominiosa y penosa; te propusiese a Tí, Dios de la vida, al infame Barrabás
¡Dios de mi corazón, que ceguedad tan tenebrosa! ¡Qué impiedad tan desbordada!
¡Qué malicia tan satánica! Más ¡ay! Jesús dulcísimo ¡cuántas veces no habrán
clamado con más horrorosa voz mis maldades pidiendo tu muerte sin compasión
alguna y proponiéndote al Barrabás de mis antojadizos caprichos pecaminosos. Me
pesa, sí, me pesa con todo mi corazón, Jesús mío, de haberos ofendido de este
modo y os prometo firmísimamente la enmienda de nunca más pecar. Os suplico me
concedáis, por vuestros merecimientos infinitos, la gracia que os pido en esta
novena, siempre que sea para honra y gloria vuestra y bien de mi pobre alma.
Amén
DÍA SÉPTIMO
Justísimo Jesús mío, puesto con la mayor burla y escarnio
delante de un injusto y tirano juez, que por ganar la amistad de hombres
poderosos y malvados, pierde para siempre la vuestra que sois inocente, hombre
y Dios, que después habéis de juzgar a quien os sentenció a muerte, la más vil,
ignominiosa y penosa muerte, que no se daba sino a los reos más criminales; si
yo, oh Jesús mío, algunas veces, que no habrán sido pocas, os hubiese
sentenciado con mis repetidas iniquidades a tal suplicio, aquí estoy ahora
postrado humildemente a vuestras soberanas plantas, todo arrepentido,
pidiéndoos rendidamente perdón de todos mis pecados y con la enmienda de mi
vida, tan injusta como inusitada sentencia, suplicando la ayuda de tu divina
gracia para cumplir fielmente mis propósitos, la que espero me otorgues en esta
novena, si ha de ser para honra y gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
DÍA OCTAVO
Amantísimo Jesús mío, cargado cual otro inocente, otro
Isaac con la leña en la que ha de ser inmolado como holocausto propiciatorio,
el de mayor agrado y valor ante los ojos del Padre Eterno, y caminando por la
calle de la amargura la áspera y penosa jornada que terminarás e el Gólgota
todo lleno de quebranto, sin que se halle en tu Benditísimo y lacerado cuerpo
la más mínima parte sin grave lesión, como predijo Isaías, faltando para darte
mayor dolor el acerbísimos que te produjo interiormente el desconsuelo y
abatimiento que notaste en tu Santísima Madre, triste y afligida, cuando
abriéndose paso por entre aquella desalmada comitiva pudo sólo miraros:
rendidamente y con el mayor sentimiento, puesto que mis repetidos extravíos en
la observancia de vuestra santa ley, os han obligado a caminar en esa áspera y
penosa jornada, cargando con el enorme peso de mis muchas culpas, figuradas en
ese duro leño, que tan sin consuelo os abruma, hagáis por vuestra infinita
bondad y misericordia inagotable, conduzca yo mi cruz hasta llevarla gustoso al
término de mi deseado fin, que es el de concluir mi miserable existencia en
vuestra amistad y en vuestra gracia, la que os pido en esta novena, si es que
ha de seguirse honra y gloria a Vos y a vuestro Padre Santísimo, y bien a mi
alma. Amén.
DÍA NOVENO
Humanísimo y compasivo Jesús mío, revestido con el humilde
sayal de mi deleznable y frágil naturaleza, haciendo todo por mi amor, sacándome
de la nada y criándome; yo con ingrata correspondencia os hice caer en tierra
oprimido bajo ese pesado madero que hicieron crecer mis muchas maldades y
labraron mis crueldades para agobio de mi corrompido y duro corazón; haced por
vuestros innumerables méritos me convierta de veras a Vos, ¡Oh divino Redentor
de mi alma! para que ésta se vea libre de la culpa, que tanto la afea y
ennegrece, y quede por medio de una dolorosa confesión y de una penitencia
eficaz, resplandeciente y siempre dispuesta y preparada para acercarse a vos y
quitaros esa pesada cruz que tanto os atormenta y conducirla como reo culpable
y confeso que soy hasta el monte de la ruina y en él entregar mi angustiado
espíritu en manos de vuestro enojado Padre. para que Vos, que sois inocencia
suma, quedéis absuelto de vuestra sentencia y os levantéis de esa ingrata
tierra que sólo produce espinas y abrojos: así os lo pido con toda mi alma,
Jesús de mi vida, como gracia que deseo merecer en esta novena, si ha de ser
para vuestra mayor honra y gloria y bien de mi alma. Amén.
disculpe de que librito o devocional se tomo esta novena???
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