NOVENA AL
GLORIOSO PADRE SAN ANTONIO ABAD
ABOGADO
DE LOS ANIMALES DOMÉSTICOS Y EL MAL DE LAS LLAGAS DE FUEGO
ACTO DE CONTRICIÓN
Dame un corazón Señor
con tal fineza y con fe
que me duela mi delito
sin interés, ni temor.
Mi
duro pecho atraviesa
con los dardos de tu amor diga con fino dolor: pésame, mi Dios, me pesa.
con los dardos de tu amor diga con fino dolor: pésame, mi Dios, me pesa.
ORACIÓN PREPARATORIA
Gloriosísimo Padre San
Antonio Abad, terror del abismo, azote formidable contra el hereje, asombró, y
admiración del mundo, excelso padre y maestro de anacoretas, grande en la
tierra, pero aún mayor en el Cielo: ya que es tan poderosa vuestra intercesión,
y valimiento en presencia de la Santísima Trinidad, si es para gloria de Dios
lo que pendimos, ayudad con vuestra protección, y amparo nuestras suplicas, y
sino pedid para nosotros lo que más nos convenga. Amen.
DIA PRIMERO
Omnipotente,
y Soberano Dios, Trino, y Uno, si es tan de vuestro Divino gustó la virtud; de
la Humildad, como base, y fundamento de la perfección Cristiana, de fuerte, que
les tenéis prometido a los pequeñuelos, y humildes la mayor exaltación, y
amenazado el mayor abatimiento a los soberbios: suplicoos, Señor, por la que
practico en grado tan heroico mi gran Padre, y Protector San Antonio Abad, me deis
un perfecto conocimiento de esta Virtud para qué humillándome á imitación suya
en esta vida, merezca después ser exaltado en el Cielo, y que alcance por su
intercesión lo que os pido en esta Novena, si ha de ser para gloria vuestra, y
bien de mi alma. Amen.
Aquí se rezarán tres Padre nuestros, tres Ave Marías, y tres Gloria Patris.
OFRECIMIENTO
Castísimo y amabilísimo Padre mío San Antonio Abad,
Triunfador del infierno, y Abogado contra el inmenso fuego; a quien vivó
aplaudieron los Cielos, y muerto lloraron los elementos, entre los Santos el
Grande, y por esto admirable para amigo, y prodigioso para abogado: yo desde
ahora os escojo para Protector, Patrono, y Padre de mi alma, por todo el
discurso de mi vida, pero señaladamente por la hora de mi muerte, y os pido por
vuestro amado Jesús, de quien fuisteis tan valeroso Soldado me alcancéis el me
viva y muera , imitándote , con vuestra, resistencia á todas las tentaciones,
para que sacándome victorioso de todas ellas pueda seguiros en el camino de la
virtud, y perfección hasta coronadme en el Cielo en compañía vuestra. Amen.
Aquí
se hará la petición.
SEGUNDO DIA
Dios, y Señor de los Cielos y de la tierra, qué siendo
infinitamente poderoso, por el amor de los hombres bajasteis a la tierra,
pobre, y necesitada: suplícoos Señor, que por este amor tan grande, y por el
generoso despreció, que hizo vuestro grande Siervo San Antonio Abad do los
bienes de la tierra, y del mundo, dejando crecidos mayorazgos para, imitar
vuestra suma pobreza, y generosidad, me concedáis por los méritos de este
vuestro Siervo un verdadero desprecio de los bienes temporales, merezca lograr
por su intercesión los eternos, y la que os suplicó Señor en esta Novena, si ha
de ser para honra vuestra y bien da mi alma. Amen.
TERCERO DIA
Clementísimo Dios y Señor de las eternidades que para
salvar a los hombres sufristeis con indecible gozo, y paciencia, tantas, y tan
grandes penas, y tan exorbitantes dolores: suplícoos Señor, por vuestra Invictisima
paciencia, y por la de vuestro Siervo San Antonio Abad, con que sufrió tantos
tormentos de mano de los Demonios, que conjurados á porfía, intentaron varias
veces quitarle la vida, dejándole muchas de ellas por muerto, porque
naturalmente con tanta copia de llagas era pesasteis confundida, y condenada
por falsa la de los Escribas, y Fariseos: suplícoos, Señor, por la grande
sabiduría, que tenéis, y por la qué comunicasteis a vuestro Siervo San Antonio
Abad, que sin a ver estudiado, ni cursado las escuelas, leyó en la Universidad
de Alejandría condenada la Ley Arriana, convenciendo con sus argumentos a los Doctores
de aquella Secta, volviendo a los Altares las Imágenes sagradas: me concedáis
una incompatible la vida y me concedáis por su intercesión una, paciencia
santa, para que resignado a vuestra santísima voluntad, lleve gustoso los trabajos,
y penalidades de esta vida, y lo que os suplico en esta Novena, si ha de ser
para gloria vuestra, bien de mi alma. Amen.
CUARTO DIA
Dios de Verdadera Sabiduría, para establecer en mi
corazón vuestra Santa Ley, con que alcance lo que os pido, por intercesión de
vuestro Siervo San Antonio Abad, en esta Novena, si ha de ser para gloria
vuestra, y gloria vuestra, y bien de mi alma. Amen.
QUINTO DIA
Soberano Dios Trino, Uno, ya que es tan de vuestro divino
agrado la virtud de la Penitencia que les tenéis vinculado a los penitentes las
mayores felicidades, y gustos, escogiéndolos para vuestro digno Tabernáculo: suplícoos
Señor, por la que hizo San Antonio Abad en los desiertos de Egipto, reduciendo
con ayunos, vigilias, y aflicciones su cuerpo a una suma flaqueza, y más penosa
servidumbre, para ¿arle mayores esfuerzos a su espíritu: me concedáis un
perfecto conocimiento de mis culpas, con que haga penitencia de mis pecados, sujetando
la rebelión de la carne al espíritu y merezca mi alma conseguir la gracia, y lo
que os pido en esta Novena, si es para gloria vuestra, y bien de mi alma. Amen
SEXTO DIA
Señor y Dios de Abraham, que infundisteis a los Apóstoles
la virtud de la Fé, con una perfecta inteligencia de todos sus Arcanos, y
Misterios, para que así iluminasen, publicasen, y extendiesen por toda la
tierra, suplícoos, Señor, por la Fe del glorioso padre y Protector San Antonio
Abad, quien la avivó siempre, y extendió con la más clara explicación de sus
verdades: me concedáis que per la intercesión de mi Abogado, avive continuamente
esta virtud, para que practicándola de continuo, merezca tener un perfecto
conocimiento de todos sus Misterios, y consiga la merced que os pido en esta
Novena, si es para gloría vuestra, y bien de mi alma. Amen.
SEPTIMO DIA
Glorioso y sempiterno Dios, que infundisteis en el hombre
la virtud de la Esperanza, áncora firme, para que se mantuviese seguro entre
las mayores borrascas, tempestades, é inconstancias dé este mundo: suplícoos Señor,
por la singularísima Esperanza de mi glorioso Padre y Protector San Antonio
Abad, que nunca puso su esperanza en cosa alguna de la tierra, si únicamente en
Vos, Dios mío, me concedáis una firmísima; esperanza, con que merezca vuestras
divinas piedades, y nunca aparte de Vos mi confianza, con la cual llegue a
gozaros; eternamente en el Cielo, y la merced, que os pido; en esta Novena, si
es para gloria vuestra, y bien de mi alma. Amen.
OCTAVO DIA
Señor amabilísimo, que con infinito amor amáis a los que
os aman con todo su corazón! asegurándoles, el que como amigo fiel os tendrán
siempre a su lado para el consuelo, alivio, y defensa, Ruegoos Señor, por el
grande amor, que os tuvo vuestro Siervo, y Abogado mío San Antonio Abad, quien
únicamente por vuestro amor padeció tantos trabajos, e incomodidades en fríos,
nieves, escarchas, penitencias, ayunos, cilicios, vigilias, oraciones, y
persecuciones de los Demonios: me concedáis un puro, y perfecto, amor, con que
os ame sobre todas las cosas, sin buscar más motivo, ni más premio, que el
mismo amor puro, y desinteresado, y la gracia, que os pido en esta Novena, si
es para gloria vuestra, y bien de mi alma. Amen.
NOVENO DIA
Amantísimo Dios de los Ángeles y amparo de las miserias
humanas, para remediar nuestras infelicidades, cargo sobre sí vuestro amor
santísimo todas nuestras culpas, como si fueran propias, tomando a su cargo el
satisfacer por ellas; suplícoos Señor por esta tan ardiente caridad y por la
que tuvo vuestro glorioso Siervo S. Antonio Abad para con los prójimos, de
suerte que llevaba, y lloraba los pecados ájenos, como si fuesen propios, y del
mismo modo, que si él los hubiese cometido, repitiendo lo de San Pablo: quien
enferma, y yo no estoy enfermo, me concedáis, que yo logre por intercesión de
mi glorioso Abogado S. Antonio Abad una caridad ardiente para llorar sobre las mías,
las ajenas culpas, como si fueran, propias, y lo que os suplico en esta Novena,
si es para honra y gloria vuestra, y bien de mi alma. Amen
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