NOVENA A SANTA CRISTINA LA ADMIRABLE VIRGEN
Abogada
de las Almas Benditas del Purgatorio y los pecadores arrepentidos
Compuesta por el Rvdo. Padre Joseph
Tercero, de la Compañía de Jesús
ORACIÓN PARA TODOS
LOS DÍAS
¡Oh gloriosísima y
amorosísima Virgen Santa Cristina! consuelo apetecido de las pacientes Almas
del Purgatorio, embeleso de los cristianos corazones, extática esposa del
Divino Dueño Jesús: Tu, que con razón gozas el especial renombre de Admirable,
por lo prodigioso de tu muerte y nueva Vida, por el exquisito modo de padecer,
y por los muchos favores, y dotes con que nuestro Piadosísimo Padre Jesús te enriqueció;
Tú, que supiste en vida, y sabes en muerte patrocinar á los que en tan espantosas
agonías esperan aquel severo Juicio, formado según el proceder de nuestras
obras: Tú que tanto alcanzaste de tu Divino Esposo, parabién de las afligidas
Almas, que en cárceles de fuego suspiran, es muy propio de tu caridad consigas
para todos los que devotamente te veneran, haciendo admiración de tus virtudes,
el que pues es todo fuego el Mundo, dónde la terrible llama de la culpa,
aniquila el espíritu, y hace retirar a Dios el Rostro, siendo tan sensible daño
la mayor pena, pidas a su Majestad Divina sepa Yo conocer mis errores, advertir
sus confusiones, pensar sus daños y así desengañado camine con pie fijo entre sus
espinas, hasta que a la trémula llama de la candela, teniendo ya mi corazón
abrazado en amor de un Dios Trino, lleno de fé, y esperanza, sean mis lágrimas como
verdaderamente arrepentido de mis pecados, las que apaguen los encendidos
enojos de la Divina Justicia; y confesando a Dios
Uno, y Trino, muera en su humildad, y gracia, y por tu intercesión confío el especial
favor, que en esta Novena te pido, si es muy del agrado de su Divina Majestad,
que sea en su mayor gloria. Amén.
DIA PRIMERO
ORACIÓN
¡Oh Esclarecida
Virgen Santa Cristina la Admirable! a tu vista comienzan hoy los tiernos
validos con que mi alma se queja a tu piedad, pues no escucha otra cosa que los
roncos aullidos del Demonio, carnicero lobo, que rodeando el mísero redil de mi
alma genere malos pensamientos, tentaciones, y engaños, contra la presa en su descuido:
más pues Tu bella Pastorcita, sin que te estorbara el cuidado del rebaño, supiste
no apartarte de Dios en tan tiernos años: haz como te lo suplico, que en los días
que viviere busque a mi Dios en la quietud de la Oración, donde con tu
intercesión espero conseguir hasta la hora de la muerte, fortaleza contra los
malos pensamientos y tentaciones, para el mayor remedio de mi alma: Y así mismo
te ruego, que las Santas Almas del Purgatorio se libren con tu Patrocinio de las
penas en que se hallaren, pasando a descansar para siempre a la Gloria. Amén.
Siete Padres nuestros, Aves Marías y Glorias, un Credo a
la Santísima Trinidad y una Salve por las Ánimas del Purgatorio.
L/: Ruega por nosotros Bienaventurada Cristina
R/: Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo
ORACIÓN
Omnipotente Dios,
y Señor mío, que no quieres, que alguno se condene, sino que todos logren
vuestra gloria: Ruegoos por los merecimientos de vuestra Sierva Cristina
tengáis misericordia de mi alma, y que me deis, que arrepentido de mis muchos
pecados, prevenido con los Sacramentos dignamente recibidos, muera en vuestra amistad
y gracia, con el amparo de la Santa Virgen. Amen.
DIA SEGUNDO
ORACIÓN
¡Oh Singular
Virgen Santa Cristina la Admirable! es posible que a tu vista he de estar
respirando hediondeces por la corrompida costumbre de pecar en que me hallo expuesta
a ella a morir para siempre, y que cuando piense en resucitar á la vida de la
gracia, estén tan cansadas las voces del arrepentimiento, que ni aun por señas
le perciban, No lo permita tu caridad, venga a mi corazón tu amparo, y pues
aquellas piadosísimas palabras de que el Divino Cordero quita los pecados del
Mundo, fueron el aliento de tu vida cuando reposaba en el féretro tu delicado
Cuerpo: haz que el mansísimo Cordero Jesús, tenga misericordia de mí, perdone
mis culpas, me dé vida para servirle, destruya el pestífero aliento de mis
pasiones, y prestándole alas a mi debido amor haga que vuele ligero a la más
encumbrada cúpula de su amistad y gracia. Y también te ruego, que las Almas
Santas del Purgatorio suban volando á descansar para siempre a la Gloria. Amen.
DIA TERCERO
ORACIÓN
¡Oh Caritativa
Virgen Santa Cristina la Admirable! en cuya presencia quiero ponderar los Beneficios
que a mi Padre Dios debo, y confieso, para que como publicadora de ellos me
ayudes a darle justas, y humildes gracias. La Misericordia Divina empeñada, no solo
en facilitar el alivio, y del calor a las Almas Santas del Purgatorio,
llamándolas con el amoroso nombre de Esposas, sino en prevenir su sufrimiento
en los rígidos golpes del padecer, porque los pecadores, como Yo no sé condenen.
Qué ceguedad es la mía, que no mira con los ojos del alma, tan desmedidas
finesas del amor de su Dios. Y al mismo tiempo no considera la razón el noble
esfuerzo, y constante animo con que Tú, Santa mía, te ofreces a los tormentos. Más
ya herido el discurso con el filo del desengaño conozco la suma infinita caridad
de mi Dios, y por ella arrepentido de mis maldades, prometo enmendar mi desastrada
vida, y dejar al Mundo siguiendo en cuanto pueda tus generosísimos pasos para satisfacer
a Dios por mis ofensas, vaya conseguir su Gracia. Y te ruego
que las Almas Santos del Purgatorio, logren por tu intercesión el eterno
descanso de la Gloria. Amén.
DIA CUARTO
ORACIÓN
¡Oh Invicta Virgen
Santa Cristina la Admirable! es tan pestilente el hedor de una mala conciencia,
que, aunque no te hubiera avivado el olfato la Divina Providencia, no lo
pudiera tolerar tu cándida pureza. Pobre de mí si tan fétida se haya a mía, y
más si es fatal cubierta dé la fea sensualidad, y de la soberbia, las que, como
hermanas moletas, ponen en infernal prisión a mi alma, de la que no saldrá jamás
si no busca por seguro el Sagrado de la penitencia, huyendo presurosa pues para
que así lo logre de la culpa. Abogada mía, concédeme el gustar la preciosa
leche de tu enseñanza, y que, con ella bien criado, mueva los palios al retiro
de la mortificación, pidiéndole a tu Divino Esposo, el que siempre le reciba
Sacramentado con humildad, y pureza para que así fortalecido me aliente a pasar
el caudaloso Rio de los trabajos, que mis culpas merecen, y por ellos inundarme
después en un torrente de gracia. Y te ruego que las
Almas Santos del Purgatorio, logren por tu intercesión el eterno descanso de la
Gloria. Amén.
DIA QUINTO
ORACIÓN
¡Oh Penitente
Virgen Santa Cristina la Admirable! así cómo me asombran los incesantes tormentos,
que con tanta resignación padeciste también me confunde el pensar que pudiendo
tu noble caridad destinaste á sentir un solo género de tormento repetido, no quisieras
sino su variedad en fuego y agua en ecúleos y horcas; en nieve, y hielos; en espinas
y golpes; quizá porque como tu paciente vida fue el más florido Jardín de tu
Jesús Esposo, y donde tenía sus delicias, previno tu cuidado para los mares y ríos,
alelíes, claveles, y violetas, que cortaran las soberanas manos de Jesús, y con
la mezcla de sus ensangrentados matices conociera su amor, que cuando más
variabas en las penas, tanto más guardabas la constancia del padecer. Por ese
amor con que obedeciste, te suplico me alcances de Nuestro Padre Dios, me envíe
en esta vida los trabajos, y penas que por mis pecados merezco; aliente mi espíritu
para que solo se acuerde de la eternidad, y que, castigando el vil cuerpo, ya
que aprisionado vivo tenga modo de satisfacer a un Dios ofendido. Y te ruego que las Almas Santos del Purgatorio, logren por
tu intercesión el eterno descanso de la Gloria. Amén.
DIA SEXTO
ORACIÓN
¡Oh Peregrina Virgen Santa Cristina la Admirable! qué entendimiento por más alto que sea, llegará a conocer los excesos de amor con que nuestro Santísimo Jesús te regalaba, ni el grande con que tu generoso corazón le correspondía. Lo que conozco solo es, que tu Coro eran las cúpulas y beleces de los Templos; su facistol las ramas y los troncos; el instrumento tu ciega voluntad; y el compás la acorde quietud del espíritu; y que porque estos coloquios con su Amado tuvieran consonancia con sus penas eran continuados ayes las voces, que en el breve esférico punto de tu Cuerpo, más le alegraban, siendo para Tí las prisiones, otra nueva dulzura con que a Ti misma te celebrabas hasta conseguir la libertad, y la fuga por entre dificultades, y paredes, pues querida Santa mía, si todo esto conozco, haz que también conozca cómo te lo pido, el que solo es verdadera quietud: cuando el alma busca á su Dios, teniendo siempre los altos pensamientos de amarle, que conociendo mi bajeza confiese el que vivo reducido a la nada de mi miseria, para que, aunque gima en las peladas cadenas de este Mundo, sea con la esperanza de que llegará el día de vencerlas desastradas para ir a cantar al Cielo la victoria. Y te ruego que las Almas Santos del Purgatorio, logren por tu intercesión el eterno descanso de la Gloria. Amén.
DIA SEPTIMO
ORACIÓN
¡Oh Paciente
Virgen Santa Cristina la Admirable! qué fatales y engañosas son las redes del
Demonio, pues cuando más alegres vivimos en las bonanzas, que nos promete el
mar del Mundo, entonces logra nuestro común enemigo el lance y burlándose de la
facilidad con que caemos nos deja miserablemente presos, y atados al infame
tronco de la culpa, para que perezcamos en ella llagados, y empodrecidos, mas,
o caridad divina, que derramándole sobre nuestras pobrecitas Almas nos cura, sana,
sustenta y libra de aquella fuerte red de la perdición eterna; y pues así, amada
Santa mía, Yo lo confieso, y en su nombre a todos los pecadores lo público, deba
a tu piedad, y te debamos todos, el que nos mantengamos sanos y libres de ofender
a nuestro Padre Dios, y que habiéndonos enteramente purificado en las aguas de
la Confesión, no volvamos a engañarnos ni a herirnos con nuevos delitos, si, procuremos
mortificarnos con la interior penitencia de nuestras pasiones, para vivir y morir
en paz. Y te ruego que las Almas Santos del Purgatorio,
logren por tu intercesión el eterno descanso de la Gloria. Amén.
DIA OCTAVO
ORACIÓN
¡Oh Excelente
Virgen Santa Cristina la Admirable! es verdad, que pidiendo una limosna hoy te contemplo,
más bien advierto, que, mendigando el socorro, has sabido atesorar corazones:
usureros buscabas, y dejándolos por tu caridad movidos a la restitución, comprabas
mucha parte de las culpas, que habían ganado entre sus vicios, para satisfacer
por ellos con nuevos tormentos. A Ladrones pedías, y con ofrecerte una corta
dadivados robabas el alma para dársela a Dios arrepentida. Seguía tu caridad los
pasos a la muerte, doliéndose de los que la padecían eterna, alegrándole de los
que la convertían en eterna vida. Pronosticabas sucesos memorables, mas eran siempre
para el aprovechamiento de los pecadores. Y pues ahora te miras, no solo rica
de eternos bienes, sino poderosa de los continuos favores de tu Divino Esposo y
nuestro Padre Jesús, te suplico, y pido socorras mis graves necesidades, alcanzando
de fu Majestad Soberana el remedio seguro de mi alma, y que, logrando en el severo
punto de la eternidad, una Favorable sentencia asiendo desde ahora feliz
pronóstico de mis dichas, la tierna devoción con que te venero. Y te ruego que las Almas Santos del Purgatorio, logren por
tu intercesión el eterno descanso de la Gloria. Amén.
DIA NOVENO
ORACIÓN
¡Oh Religiosa
Virgen Santa Cristina la Admirable! si en el Claustro del Convento de Santa
Catarina, y al mismo tiempo en los desiertos de tu Patria, supiste no apartarte
un punto de la Oración, y unión con nuestro Padre Dios, logrando por ello
favores inexplicables. Sí en el último año de tu Vida te empeñaste en no hablar
más que con quien solo es la verdadera palabra, llorando con silencio el mísero
estado de los infelices reos de culpas. Por todo te suplico rendidamente; intercedas
con Dios nuestro Señor me dé su gracia (y a todos los pecadores) para que con
ella no me aparte jamás de su Presencia, y que mortificado de mi cuerpo, y mis
pasiones, pueda levantar el espíritu, hasta unirme con sus apetecidos amores, sin
que le falten a mis ojos lágrimas de haberle ofendido, nacidas del corazón donde
reside el dolor; para que así alcance una dichosa muerte, y sin los horrores, tentaciones,
y sobresaltos de aquella precisa hora, camine en paz a la deseada Patria, y en
el día de la resurrección de mi cuerpo, merezca verle compañero de mi alma en
el Cielo. Y te ruego que las Almas Santos del Purgatorio, logren por tu
intercesión el eterno descanso de la Gloria. Amén.
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