sábado, 10 de marzo de 2018

NOVENA A SANTA CRISTINA LA ADMIRABLE






NOVENA A SANTA CRISTINA LA ADMIRABLE VIRGEN
Abogada de las Almas Benditas del Purgatorio y los pecadores arrepentidos
  
Compuesta por el Rvdo. Padre Joseph Tercero, de la Compañía de Jesús
Año 1726

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh gloriosísima y amorosísima Virgen Santa Cristina! consuelo apetecido de las pacientes Almas del Purgatorio, embeleso de los cristianos corazones, extática esposa del Divino Dueño Jesús: Tu, que con razón gozas el especial renombre de Admirable, por lo prodigioso de tu muerte y nueva Vida, por el exquisito modo de padecer, y por los muchos favores, y dotes con que nuestro Piadosísimo Padre Jesús te enriqueció; Tú, que supiste en vida, y sabes en muerte patrocinar á los que en tan espantosas agonías esperan aquel severo Juicio, formado según el proceder de nuestras obras: Tú que tanto alcanzaste de tu Divino Esposo, parabién de las afligidas Almas, que en cárceles de fuego suspiran, es muy propio de tu caridad consigas para todos los que devotamente te veneran, haciendo admiración de tus virtudes, el que pues es todo fuego el Mundo, dónde la terrible llama de la culpa, aniquila el espíritu, y hace retirar a Dios el Rostro, siendo tan sensible daño la mayor pena, pidas a su Majestad Divina sepa Yo conocer mis errores, advertir sus confusiones, pensar sus daños y así desengañado camine con pie fijo entre sus espinas, hasta que a la trémula llama de la candela, teniendo ya mi corazón abrazado en amor de un Dios Trino, lleno de fé, y esperanza, sean mis lágrimas como verdaderamente arrepentido de mis pecados, las que apaguen los encendidos enojos de la Divina Justicia; y confesando a Dios Uno, y Trino, muera en su humildad, y gracia, y por tu intercesión confío el especial favor, que en esta Novena te pido, si es muy del agrado de su Divina Majestad, que sea en su mayor gloria. Amén.

DIA PRIMERO
ORACIÓN
¡Oh Esclarecida Virgen Santa Cristina la Admirable! a tu vista comienzan hoy los tiernos validos con que mi alma se queja a tu piedad, pues no escucha otra cosa que los roncos aullidos del Demonio, carnicero lobo, que rodeando el mísero redil de mi alma genere malos pensamientos, tentaciones, y engaños, contra la presa en su descuido: más pues Tu bella Pastorcita, sin que te estorbara el cuidado del rebaño, supiste no apartarte de Dios en tan tiernos años: haz como te lo suplico, que en los días que viviere busque a mi Dios en la quietud de la Oración, donde con tu intercesión espero conseguir hasta la hora de la muerte, fortaleza contra los malos pensamientos y tentaciones, para el mayor remedio de mi alma: Y así mismo te ruego, que las Santas Almas del Purgatorio se libren con tu Patrocinio de las penas en que se hallaren, pasando a descansar para siempre a la Gloria. Amén.
Siete Padres nuestros, Aves Marías y Glorias, un Credo a la Santísima Trinidad y una Salve por las Ánimas del Purgatorio.

L/: Ruega por nosotros Bienaventurada Cristina
R/: Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo

ORACIÓN

Omnipotente Dios, y Señor mío, que no quieres, que alguno se condene, sino que todos logren vuestra gloria: Ruegoos por los merecimientos de vuestra Sierva Cristina tengáis misericordia de mi alma, y que me deis, que arrepentido de mis muchos pecados, prevenido con los Sacramentos dignamente recibidos, muera en vuestra amistad y gracia, con el amparo de la Santa Virgen. Amen.

DIA SEGUNDO

ORACIÓN

¡Oh Singular Virgen Santa Cristina la Admirable! es posible que a tu vista he de estar respirando hediondeces por la corrompida costumbre de pecar en que me hallo expuesta a ella a morir para siempre, y que cuando piense en resucitar á la vida de la gracia, estén tan cansadas las voces del arrepentimiento, que ni aun por señas le perciban, No lo permita tu caridad, venga a mi corazón tu amparo, y pues aquellas piadosísimas palabras de que el Divino Cordero quita los pecados del Mundo, fueron el aliento de tu vida cuando reposaba en el féretro tu delicado Cuerpo: haz que el mansísimo Cordero Jesús, tenga misericordia de mí, perdone mis culpas, me dé vida para servirle, destruya el pestífero aliento de mis pasiones, y prestándole alas a mi debido amor haga que vuele ligero a la más encumbrada cúpula de su amistad y gracia. Y también te ruego, que las Almas Santas del Purgatorio suban volando á descansar para siempre a la Gloria. Amen.


DIA TERCERO
ORACIÓN
¡Oh Caritativa Virgen Santa Cristina la Admirable! en cuya presencia quiero ponderar los Beneficios que a mi Padre Dios debo, y confieso, para que como publicadora de ellos me ayudes a darle justas, y humildes gracias. La Misericordia Divina empeñada, no solo en facilitar el alivio, y del calor a las Almas Santas del Purgatorio, llamándolas con el amoroso nombre de Esposas, sino en prevenir su sufrimiento en los rígidos golpes del padecer, porque los pecadores, como Yo no sé condenen. Qué ceguedad es la mía, que no mira con los ojos del alma, tan desmedidas finesas del amor de su Dios. Y al mismo tiempo no considera la razón el noble esfuerzo, y constante animo con que Tú, Santa mía, te ofreces a los tormentos. Más ya herido el discurso con el filo del desengaño conozco la suma infinita caridad de mi Dios, y por ella arrepentido de mis maldades, prometo enmendar mi desastrada vida, y dejar al Mundo siguiendo en cuanto pueda tus generosísimos pasos para satisfacer a Dios por mis ofensas, vaya conseguir su Gracia. Y te ruego que las Almas Santos del Purgatorio, logren por tu intercesión el eterno descanso de la Gloria. Amén.


DIA CUARTO

ORACIÓN

¡Oh Invicta Virgen Santa Cristina la Admirable! es tan pestilente el hedor de una mala conciencia, que, aunque no te hubiera avivado el olfato la Divina Providencia, no lo pudiera tolerar tu cándida pureza. Pobre de mí si tan fétida se haya a mía, y más si es fatal cubierta dé la fea sensualidad, y de la soberbia, las que, como hermanas moletas, ponen en infernal prisión a mi alma, de la que no saldrá jamás si no busca por seguro el Sagrado de la penitencia, huyendo presurosa pues para que así lo logre de la culpa. Abogada mía, concédeme el gustar la preciosa leche de tu enseñanza, y que, con ella bien criado, mueva los palios al retiro de la mortificación, pidiéndole a tu Divino Esposo, el que siempre le reciba Sacramentado con humildad, y pureza para que así fortalecido me aliente a pasar el caudaloso Rio de los trabajos, que mis culpas merecen, y por ellos inundarme después en un torrente de gracia. Y te ruego que las Almas Santos del Purgatorio, logren por tu intercesión el eterno descanso de la Gloria. Amén.



DIA QUINTO
ORACIÓN
¡Oh Penitente Virgen Santa Cristina la Admirable! así cómo me asombran los incesantes tormentos, que con tanta resignación padeciste también me confunde el pensar que pudiendo tu noble caridad destinaste á sentir un solo género de tormento repetido, no quisieras sino su variedad en fuego y agua en ecúleos y horcas; en nieve, y hielos; en espinas y golpes; quizá porque como tu paciente vida fue el más florido Jardín de tu Jesús Esposo, y donde tenía sus delicias, previno tu cuidado para los mares y ríos, alelíes, claveles, y violetas, que cortaran las soberanas manos de Jesús, y con la mezcla de sus ensangrentados matices conociera su amor, que cuando más variabas en las penas, tanto más guardabas la constancia del padecer. Por ese amor con que obedeciste, te suplico me alcances de Nuestro Padre Dios, me envíe en esta vida los trabajos, y penas que por mis pecados merezco; aliente mi espíritu para que solo se acuerde de la eternidad, y que, castigando el vil cuerpo, ya que aprisionado vivo tenga modo de satisfacer a un Dios ofendido. Y te ruego que las Almas Santos del Purgatorio, logren por tu intercesión el eterno descanso de la Gloria. Amén.


DIA SEXTO
ORACIÓN
¡Oh Peregrina Virgen Santa Cristina la Admirable! qué entendimiento por más alto que sea, llegará a conocer los excesos de amor con que nuestro Santísimo Jesús te regalaba, ni el grande con que tu generoso corazón le correspondía. Lo que conozco solo es, que tu Coro eran las cúpulas y beleces de los Templos; su facistol las ramas y los troncos; el instrumento tu ciega voluntad; y el compás la acorde quietud del espíritu; y que porque estos coloquios con su Amado tuvieran consonancia con sus penas eran continuados ayes las voces, que en el breve esférico punto de tu Cuerpo, más le alegraban, siendo para Tí las prisiones, otra nueva dulzura con que a Ti misma te celebrabas hasta conseguir la libertad, y la fuga por entre dificultades, y paredes, pues querida Santa mía, si todo esto conozco, haz que también conozca cómo te lo pido, el que solo es verdadera quietud: cuando el alma busca á su Dios, teniendo siempre los altos pensamientos de amarle, que conociendo mi bajeza confiese el que vivo reducido a la nada de mi miseria, para que, aunque gima en las peladas cadenas de este Mundo, sea con la esperanza de que llegará el día de vencerlas desastradas para ir a cantar al Cielo la victoria. Y te ruego que las Almas Santos del Purgatorio, logren por tu intercesión el eterno descanso de la Gloria. Amén.



DIA SEPTIMO

ORACIÓN

¡Oh Paciente Virgen Santa Cristina la Admirable! qué fatales y engañosas son las redes del Demonio, pues cuando más alegres vivimos en las bonanzas, que nos promete el mar del Mundo, entonces logra nuestro común enemigo el lance y burlándose de la facilidad con que caemos nos deja miserablemente presos, y atados al infame tronco de la culpa, para que perezcamos en ella llagados, y empodrecidos, mas, o caridad divina, que derramándole sobre nuestras pobrecitas Almas nos cura, sana, sustenta y libra de aquella fuerte red de la perdición eterna; y pues así, amada Santa mía, Yo lo confieso, y en su nombre a todos los pecadores lo público, deba a tu piedad, y te debamos todos, el que nos mantengamos sanos y libres de ofender a nuestro Padre Dios, y que habiéndonos enteramente purificado en las aguas de la Confesión, no volvamos a engañarnos ni a herirnos con nuevos delitos, si, procuremos mortificarnos con la interior penitencia de nuestras pasiones, para vivir y morir en paz. Y te ruego que las Almas Santos del Purgatorio, logren por tu intercesión el eterno descanso de la Gloria. Amén.



DIA OCTAVO
ORACIÓN
¡Oh Excelente Virgen Santa Cristina la Admirable! es verdad, que pidiendo una limosna hoy te contemplo, más bien advierto, que, mendigando el socorro, has sabido atesorar corazones: usureros buscabas, y dejándolos por tu caridad movidos a la restitución, comprabas mucha parte de las culpas, que habían ganado entre sus vicios, para satisfacer por ellos con nuevos tormentos. A Ladrones pedías, y con ofrecerte una corta dadivados robabas el alma para dársela a Dios arrepentida. Seguía tu caridad los pasos a la muerte, doliéndose de los que la padecían eterna, alegrándole de los que la convertían en eterna vida. Pronosticabas sucesos memorables, mas eran siempre para el aprovechamiento de los pecadores. Y pues ahora te miras, no solo rica de eternos bienes, sino poderosa de los continuos favores de tu Divino Esposo y nuestro Padre Jesús, te suplico, y pido socorras mis graves necesidades, alcanzando de fu Majestad Soberana el remedio seguro de mi alma, y que, logrando en el severo punto de la eternidad, una Favorable sentencia asiendo desde ahora feliz pronóstico de mis dichas, la tierna devoción con que te venero. Y te ruego que las Almas Santos del Purgatorio, logren por tu intercesión el eterno descanso de la Gloria. Amén.



DIA NOVENO
ORACIÓN
¡Oh Religiosa Virgen Santa Cristina la Admirable! si en el Claustro del Convento de Santa Catarina, y al mismo tiempo en los desiertos de tu Patria, supiste no apartarte un punto de la Oración, y unión con nuestro Padre Dios, logrando por ello favores inexplicables. Sí en el último año de tu Vida te empeñaste en no hablar más que con quien solo es la verdadera palabra, llorando con silencio el mísero estado de los infelices reos de culpas. Por todo te suplico rendidamente; intercedas con Dios nuestro Señor me dé su gracia (y a todos los pecadores) para que con ella no me aparte jamás de su Presencia, y que mortificado de mi cuerpo, y mis pasiones, pueda levantar el espíritu, hasta unirme con sus apetecidos amores, sin que le falten a mis ojos lágrimas de haberle ofendido, nacidas del corazón donde reside el dolor; para que así alcance una dichosa muerte, y sin los horrores, tentaciones, y sobresaltos de aquella precisa hora, camine en paz a la deseada Patria, y en el día de la resurrección de mi cuerpo, merezca verle compañero de mi alma en el Cielo. Y te ruego que las Almas Santos del Purgatorio, logren por tu intercesión el eterno descanso de la Gloria. Amén.











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