NOVENA AL
GLORIOSO SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO ARZOBISPO DE LIMA, PERÚ
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Criador y Redentor
mí, por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me
pesa, pésame, Señor, de todo corazón de haberos ofendido: yo propongo
firmemente con vuestra divina gracia de nunca más pecar, y de apartarme de
todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme, y cumplir la penitencia que
me fuere impuesta. Ofrezcos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos
mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra divina bondad y
misericordia infinita me los perdonareis por los merecimientos de vuestra
preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y para
perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida, Amen.
ORACIÓN PARA TODOS LOS
DIAS
Dios y Señor Todo Poderoso, Padre de las misericordias, y
Dios ele toda consolación, cuya admirable providencia se declara en todas las
cosas, y principalmente en el cuidado que tenéis de alumbrar a los que están
sentados a la sombra de la muerte para dirigir nuestros pasos a los caminos de
la paz: y os doy infinitas gracias por la singular providencia que usasteis con
ambos mundos cuando nos disteis el Santo Castellano, y glorioso Arzobispo Santo
Toribio, el cual como Sol claro de doctrina y santidad alumbró al Universo sin
que nadie pudiese esconderse de su calor y de su luz aun en los parajes más
remotos é impenetrables; y os pido, oh Dios mío, que por su intercesión se alumbren
las tinieblas de las conciencias de los pecadores, y que todos los hombres os
reconozcan debidamente para serviros en esta vida, y gozaros eternamente en la
otra; y también os ruego me concedáis la gracia particular que os pido en esta
Novena, siendo para mayor honra y gloria vuestra, y bien de mi salvación. Amen.
DIA PRIMERO
Dios y Señor de nuestra salvación, cuya paternal bondad é
infinita misericordia se complace en llenar de gracia y bendición a las almas
que aman la inocencia y virginal pudor, como lo declarasteis en vuestro Siervo
Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, el cual conservando la inocencia de niño,
creció en varón perfecto, y venció todos los peligros de la juventud; yo os
ofrezco los grandes méritos que atesoró este glorioso Santo desde su edad
primera ; y os suplico, que si no le hemos imitado en conservar la inocencia,
le imitemos en hacer penitencia de nuestros pecados, para que lavando las
manchas de nuestras culpas con lágrimas de verdadera contrición, se nos restituya
la estola cándida de la inocencia; y conservándola hasta la muerte, podamos
presentarla sin mancha ante vuestro tribunal santo para lograr la vida eterna;
y también os pido me concedáis la gracia particular que intento conseguir por
medio de esta Novena, siendo para mayor honra y gloria vuestra, y bien de mi
salvación. Amen.
ORACIÓN PARA TODOS
LOS DIAS
Gloriosísimo Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, honra de
León y de Castilla, lustre de las mayores Universidades y Colegios, gloria de
España, luz de las Indias y ornamento de la Santa Iglesia Católica, cuyo celo
por la honra y gloria de Dios y salvación de las almas se declaró tanto en
ambos mundos: yo os suplico, o Santo mío , que como mi patrono y abogado me
alcancéis de la divina Piedad un perfecto amor de Dios y del próximo, para que
siguiendo vuestro ejemplo, merezca vuestra compañía en la gloria; y también os
pido me alcancéis la gracia particular que solicito, siendo para mayor honra y
gloria de Dios y bien de mi alma. Amen.
GOZOS
Pues
fuiste Pastor celoso,
y Padre de
los Limeños,
amparad
a los cristianos,
ó
Toribio prodigioso.
Aunque
Castilla y León
infinitos
héroes cuentan,
tus
virtudes acrecientan
más que
todos sus blasones;
y pues tus
méritos son
grandes
con Dios Poderoso:
Ya Mayorga
en dignidad
sube a la
mayor alteza,
no tanto
por tu nobleza,
como por
tu santidad;
y pues a
la Majestad
de Dios
eres tan precioso:
Desde tu
primera edad
á Mayorga
edificaste,
y en
Valladolid plantaste
Cátedra de
Santidad;
y pues la
Universidad
te vio
niño y virtuoso:
Salamanca
Colegial
en uno de
sus mayores,
te vio dar
los resplandores
de pureza
angelical;
y allí el
Santo Tribunal
te hizo
ministro celoso:
Con grande
cuidado encubre
tus
méritos tu humildad,
más Dios a
tu claridad
un nuevo
mundo descubre;
y pues que
tu luz ya cubre
cuanto
baña el Sol lustroso:
El gran
Felipe Segundo
Prelado a
Lima te envía,
para que
amanezca el día
más claro
para aquel mundo;
y pues en
razón lo fundo
que es
Dios en tí milagroso:
A todo el
Perú ilumina
tu doctrina
celestial,
y la
Iglesia universal
así
extiende su doctrina;
y pues a
todos se inclina
tu corazón
amoroso:
El paraje
más inculto
de todo tu
Arzobispado,
por tu
celo es visitado
sin que
nada quede oculto;
al pequeño
y al adulto
instruías
fervoroso:
El Señor,
que te escogió
para
alumbrar aquel mundo,
de virtud
un mar profundo,
y de
ciencia en tí formó
y tu
doctrina aprobó
haciéndote
milagroso:
Los
Demonios reprimiste,
en nuevas
lenguas hablaste,
las
serpientes arrojaste,
daño en
nada recibiste;
y al enfermo
salud diste
como
Apóstol milagroso:
Con tu
celo penetrabas
á la
intrincada maleza,
y sin
temer la fiereza
á tus
ovejas buscabas;
y pues así
trabajabas
de las
almas siempre ansioso:
Tus
Concilios provinciales,
tus
Catecismos, Sermones,
Colegios y
Fundaciones
son de
virtud manantiales;
díganlo ya
los anales
del Perú,
Reyno dichoso:
La primera
flor preciosa
del
Jardín, que en Lima plantas,
entre
varias otras Santas
es la
insigne Santa Rosa;
y pues en
sola esta Esposa
tanto
agradas al esposo:
Al Clérigo
amonestabas,
al Secular
instruías,
á los
ricos corregías,
y a los
pobres alentabas;
con todos
en fin obrabas,
sabio,
entero y amoroso:
Dar a Dios
siempre quisiste
por tus
ovejas la vida,
y en la
tercera salida
lleno de
gozo moriste;
y en tu
testamento diste
el ejemplo
más glorioso:
Mandaste
dar impaciente
hasta tu
ropa y tu cama,
tal era en
el fin la llama
de tu
caridad ardiente;
y pues de
amores tangente
subiste al
cielo dichoso:
Tu cuerpo
a tu Catedral
mandaste
que le llevaran,
y el
corazón le entregaran
á Santa
Clara el Real;
así muerto
das vital
movimiento
virtuoso:
Y pues
remontaste el vuelo,
y en el
cielo estás glorioso,
pide al
Todo Poderoso
te sigamos
hasta el cielo;
y en uno y
en otro suelo
cante el
Castellano honroso:
L/: Rogad por nosotros, o Bienaventurado
Toribio.
R/: Para que seamos dignos de las
promesas de Jesucristo
ORACIÓN: Amparad, o Señor, vuestra
Iglesia con la continua protección de vuestro Confesor y Pontífice Santo
Toribio, para que, así como a él le hizo glorioso la solicitud Pastoral, así su
intercesión nos haga siempre a nosotros fervorosos en vuestro amor. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amen.
DÍA SEGUNDO
Dios y
Señor de nuestra salvación, cuya gloria publican los cielos, y las demás obras
de vuestras manos poderosas para que todo hombre os reconozca, y mucho más
aquellos a quienes habéis llamado al conocimiento de las eternas verdades: yo
os ofrezco los grandes méritos de vuestro Siervo Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo,
el cual penetrado desde el principio del conocimiento de Vos y de vuestro temor
santo, empezó así el camino de la verdadera sabiduría, dirigiendo todas sus
intenciones y estudios al fin de aprender mejor a salvarse , persuadido a que
este es el único negocio que tenemos que hacer; y os pido, o Dios mío , que por
su intercesión seamos todos penetrados del temor de vuestros juicios, para que
así seamos verdaderamente sabios, teniendo siempre a la vista los novísimos y
postrimerías, que es el mejor remedio para no deslumbrarnos con las ciencias
humanas; y os suplico también me concedáis la gracia particular que intento conseguir
por medio de esta Novena siendo para mayor honra y gloria vuestra, y bien de mi
salvación. Amen.
DÍA TERCERO
Dios y
Señor de nuestra salvación, cuya infinita humildad vino a curar nuestra
soberbia, mandándonos aprender de Vos a ser mansos y humildes de corazón,
diciéndonos también que el que se humille será exaltado: yo os ofrezco los
grandes merecimientos de vuestro Siervo Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, el
cual estuvo siempre poseído de la más profunda humildad despreciándose a sí
mismo, y reputándose indigno de los honores y empleos a que le obligaron; y os
suplico que por su intercesión nos concedáis la humildad cristiana, la cual no
es una pusilanimidad, como juzga el mundo, sino un conocimiento vivo de nuestra
propia miseria, el cual nos inspira un verdadero desprecio de nosotros mismos;
y una respetuosa y tierna confianza en Vos, haciéndonos así más y más dignos de
vuestra gracia, y de que obréis con nosotros las maravillas de vuestro amor
inmenso, como nos lo asegura vuestra misma Madre Santísima, diciéndonos: Que
todas las generaciones la llaman bienaventurada, porque atendió el Señor a la
humildad de Su Sierva; y también os pido me concedáis la gracia particular que
solicito en esta Novena, siendo para mayor honra y gloria vuestra, y bien de mi
alma. Amen.
DIA CUARTO
Dios y
Señor de nuestra salvación, que para nuestro ejemplo y remedio nos abristeis el
camino de la mortificación y de la cruz, caminando delante para que todos
llevemos nuestra cruz y os sigamos, diciéndonos también por vuestro Apóstol San
Pablo: Que todos los que ahora se gozan con Jesucristo crucificaron su carne
con sus vicios y pasiones: yo os ofrezco los grandes merecimientos de vuestro
Siervo Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, el cual conoció bien pronto que es
imposible conservar la inocencia sin la mortificación de las pasiones y
sentidos y así cuidó, siempre de mortificarse, haciendo una vida penitente,
como si hubiera sido el mayor pecador, gozándose ahora de una penitencia que
tan grande gloria le ha merecido; y os pido por su intercesión que estando
nosotros tan obligados a la penitencia por haber sido tan pecadores, nos deis
el espíritu de verdadera mortificación para que mortificando con él las obras
de la carne, vivamos eternamente y también os pido me concedáis la gracia
particular, que solicito en esta Novena, siendo para mayor honra y gloria
vuestra, y bien de mi alma. Amen.
DÍA QUINTO
Dios y
Señor de nuestra salvación, bondad infinita y caridad inmensa, pues nos
amasteis hasta dar la vida por nosotros, y hasta darnos todo lo que sois en el
adorable Sacramento del Altar, obligándonos con tanta fineza para que os
correspondamos, y enseñándonos con tan grande ejemplo para que nos amemos los
unos a los otros: yo os ofrezco los grandes merecimientos de vuestro Siervo
Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, el cual reconociendo siempre vuestra
bondad, ardía en la llama de vuestro amor, y movido de vuestro ejemplo deseó
siempre dar la vida por sus ovejas; y os suplico por su intercesión encendáis
en nuestras almas este divino fuego, para que amándoos a Vos sobre todas las
cosas, y a nuestro próximo como a nosotros mismos, merezcamos la eterna
bienaventuranza y también os pido me concedáis la gracia particular que
solicito en este Novenario, siendo para mayor honra y gloria vuestra, y bien de
mi alma. Amen.
DÍA SEXTO
Dios y
Señor de nuestra salvación, enamorado dueño de las alemas con tanto extremo,
que tenéis dicho que vuestras delicias son el espiar con los hijos de los
hombres, interesándoos siempre en nuestro bien, buscándonos por todas maneras
hasta cargarnos sobre vuestros hombros como ovejas perdidas: yo os ofrezco los
grandes merecimientos de vuestro Siervo Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, el
cual poseído del celo de vuestra honra y gloria, y bien de los próximos,
trabajó tanto en ambos mundos para extender vuestro Reyno, y cuidar de la
salvación de las almas, arrebatándole su celo por este fin a los parajes más
extraviados, y exponiéndole a los mayores peligros; y os suplico por su
intercesión nos concedáis aquel amor , que produce necesariamente el deseo de
vuestra honra y gloria, y bien de la salvación de las almas, lo cual es el
verdadero celo que debemos tener todos los hombres; y también os pido me
concedáis la gracia particular que intento conseguir en este Novenario, siendo
para mayor honra y gloria vuestra, y bien de mi alma. Amen.
DÍA SÉPTIMO
Dios y
Señor de nuestra salvación, que a todas horas estáis conduciendo. operarios
para que trabajen en la viña de vuestra Iglesia, a fin de extenderla más y más
en beneficio de los hombres, avisándolos con la predicación de estos Varones
Apostólicos para que no perezcan fuera de la Arca: yo os ofrezco los grandes
merecimientos de vuestro Siervo Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, el cual
elegisteis y enviasteis a los parajes más extraviados para que con su
infatigable celo y doctrina sacase del error innumerables almas, dirigiéndolas
a la vida eterna y os ruego, o Dios y Señor mío , que por su intercesión hagáis
que todas nuestras obras y palabras se dirijan al bien de nuestra eterna salud
y de nuestros prójimos, siguiendo la doctrina y ejemplo de estos vuestros
Predicadores Evangélicos; y también os pido me concedáis la gracia particular
que deseo conseguir en esta Novena; siendo para mayor honra y gloria vuestra, y
bien de mi salvación. Amen.
DÍA OCTAVO
Dios y
Señor de nuestra salvación, que en obras y palabras hicisteis poderosos a
vuestros Apóstoles y a todos los que los han sucedido en su santidad, y
ministerio, confirmando su predicación y doctrina con innumerables milagros: yo
os ofrezco los grandes merecimientos de vuestro Siervo Santo Toribio Alfonso de
Mogrovejo, cuya predicación confirmasteis con extraordinarios prodigios,
librando su vida de innumerables peligros, haciendo que con su bendición se
dividiesen los ríos para pasar a pie enjuto con toda su familia, sacando agua
de las rocas para socorrer la sed de los Indios haciendo otros muchos milagros,
como todavía los hacéis por su invocación y por sus Santas Reliquias; y os pido
que por su intercesión obréis con nosotros el mayor milagro de vuestra
Omnipotencia, que es nuestra justificación , dándonos la gracia de la
perseverancia final, para que saliendo triunfantes de este mundo, cantemos
vuestras maravillas eternamente en el cielo; y también os pido me concedáis la
gracia particular que solicito en este Novenario, siendo para mayor honra y
gloria vuestra , y bien de mi alma. Amen.
DÍA NOVENO
Dios y
Señor de nuestra salvación, cuya infinita bondad y misericordia resplandece en
vuestras promesas, y principalmente en el grande premio que tenéis ofrecido, y
dais a aquellos siervos fieles a quienes halláis velando cuando venís á
pedirles cuenta de los talentos entregados, mandándoles entrar en el gozo de su
Señor: yo os ofrezco los grandes merecimientos de vuestro Siervo Santo Toribio
Alfonso de Mogrovejo, el cual trabajó incesantemente para multiplicar los
talentos que le habíais entregado, y estuvo siempre preparándose para la cuenta,
esperando con alegría vuestra venida, y gozándose de verse cercano a vuestro
Tribunal, porque se alegraba de la gloria de la retribución, siendo así
preciosa a vuestros ojos su dichosa muerte, como la de todos los Santos; y os
pido que por su intercesión nos concedáis espacio de verdadera penitencia para
que enmendando nuestra vida, logremos una buena muerte, y el premio de los
Santos en la gloria; y también os ruego me concedáis la gracia particular que
solicito en este Novenario, siendo para mayor honra y gloria vuestra, y bien de
mi Alma. Amen.
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