NOVENA A LA SANTISIMA VIRGEN DE
ATOCHAVENERADA EN SU REAL BASÍLICA DE
MADRID
Compuesta por el Dr. D. Vicente López y López de Lerena,
Rector de dicha Real Basílica, Predicador y Capellán de Honor de S. M
Madrid 1856
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios y Señor mío, en quien creo, en quien espero, a quien
amo sobre todas las cosas, me pesa con todo mi corazón de haberos ofendido por
ser vos quien sois; y pues sois Dios de amor, de piedad y misericordia para el
pecador verdaderamente arrepentido, perdonadme, Señor, y aceptad mis propósitos
de no volver jamás a ofender a vuestra divina Majestad, ayudado con vuestra
gracia. Así lo espero, Señor, por los méritos infinitos de vuestro Santísimo
Hijo mi Señor Jesucristo, y por la poderosa intercesión de María Santísima, mi Madre
y mi Señora, a quien dirijo esta novena para mayor gloria vuestra y bien de mi
alma. Amen.
ORACION PARA TODOS
LOS DIAS
Dios y Señor de los cielos y de la tierra, que en esta
prodigiosa imagen de Atocha nos concedisteis, desde los primeros días del cristianismo;
una Madre en la prosperidad, un consuelo en la aflicción, una reina poderosa en
las calamidades públicas, cetro de nuestra fe ortodoxa, amparo de nuestros
reyes, gloria de sus ínclitos guerreros, y protección universal de nuestra
nación española y de esta corte con especialidad; acoged mi oración, bendecid
mi súplica, colocada a los pies de vuestra Madre y mi Señora, cuyo ruego nunca
desecháis y siempre acogéis. Concededme, Señor lo que os pido en esta novena si
es conforme a vuestra divina voluntad, y si no dirigid con vuestra gracia mis
deseos, para que yo quiera solamente la mayor gloria vuestra y el bien de mi
alma. Amen.
DIA PRIMERO
Purísima Virgen María, nube hermosa levantada en el
proceloso mar de este mundo sin participar ni un solo instante de las amargas
aguas del pecado, haciendo cosas grandes por vos y con vos el que es
todopoderoso, para que fueseis su Madre y fuese también ensalzado su nombre entre
nosotros: bendito sea, oh Señora, el primer momento en que fuisteis adorada en
esta milagrosa imagen de Atocha, donde la diestra del Omnipotente manifestó
(según la tradición) desde los tiempos apostólicos el particular amor con"
que os miraba en este santo lugar , donde os colocó la devoción de Madrid.
Concededme, privilegiada Señora, adorar a nuestro Dios porque os libró de la
culpa original, por cuyo misterio, que creo y confieso como artículo de fe con
la Iglesia católica, consiga pureza de alma y cuerpo mientras viva, y también
la gracia que os pedimos en esta novena, si ha de ser para mayor honra de
vuestro Santísimo Hijo, gloria vuestra y bien de mi alma. Amen.
Saludemos a María Santísima con tres Ave
Marías en honor y reverencia de la gloria á que fue ensalzada por la Trinidad
Beatísima.
Dios te salve, Hija de Dios Padre, Virgen purísima antes
del parto, intercede por nosotros. Dios te salve, María, etc. Gloria, etc.
Dios te salve, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima en el
parto, protégenos. Dios te salve, María, etc.
Dios te salve, Esposa del Espíritu Santo, Virgen purísima
después del parto, ruega por nosotros al Eterno Padre cuyo Hijo pariste. Dios
te salve, María, etc.
Dios te salve, Virgen purísima, concebida sin pecado
original, templo y sagrario de la Santísima Trinidad, a quien sean dadas
infinitas alabanzas por todos los siglos de los siglos. Amen.
Aquí pedirá cada uno la gracia que desea
conseguir en esta santa Novena.
ORACIÓN PARA TODOS
LOS DÍAS
Soberana Emperatriz de los cielos y tierra, que entre la
multitud de naciones y pueblos de que se compone el mundo, elegisteis nuestra
nación y nuestra corte, colocando vuestro trono en este sagrado lugar , donde
os bendicen y alaban los ángeles, y rinden adoraciones los hombres, siendo para
los españoles y para todos los que os invocan la Madre del Amor Hermoso, la
preciosa margarita encontrada en los campos de Madrid, la lámpara inextinguible
que alumbra todas las generaciones, cetro de nuestra fe, corona de nuestros
reyes, gloria de sus ínclitos guerreros, templo donde reina el que los cielos y
la tierra no pueden contener, Virgen y Madre a la vez, por quien es bendito
entre nosotros el que vino en el nombre del Señor. El proteger al pueblo que os
adora, enjugar las lágrimas del desgraciado, romper las cadenas del pecado,
bendecir y despachar favorablemente las súplicas y peticiones que vuestros
hijos afligidos y atribulados ponen en vuestras manos, son entre otros los
timbres más gloriosos de vuestro reinado, los títulos y blasones que más
ensalzan vuestro nombre, los hechos que más adornan vuestro altar. Esta fe,
Señora, nos hace creer que nuestras súplicas y peticiones serán felizmente
despachadas; por lo tanto, os suplicamos, o amabilísima Madre nuestra, nos
concedáis lo que al presente os pedimos, si es para gloria de Dios, honor
vuestro y bien de nuestra alma. Mirad también con benignos ojos, soberana Patrona
de esta corte y de nuestra España, á la santa Iglesia católica, apostólica,
romana, y a este vuestro amado reino que tanto habéis protegido, y alcanzadnos
la exaltación de nuestra santa fe católica, extirpación de las herejías, paz y
concordia entre los príncipes cristianos, victoria contra los enemigos de la
religión y del Estado, la salud espiritual y temporal del Sumo Pontífice y de
nuestros católicos Monarcas y Real familia, el acierto en todos los negocios
del Estado y de la Iglesia, y por último la perseverancia final en la gracia
para todos los fieles cristianos. Amen.
GOZOS A SANTA MARIA
DE ATOCHA
Si
queréis, fieles, un día
Su
patrocinio alcanzar,
Venid,
venid, a cantar
Hoy
las glorias de María.
Siesta
imagen venerada
Por
piadosa tradición
Se asegura
que en región
Lejana fue
fabricada,
Y a esta
Corte trasladada
De la
ciudad de Antioquía.
Mil y mil
veces dichosa
Esta villa
que os posee,
Y que tan
de veras cree
La
protección milagrosa,
Eficaz y
poderosa
Que el
cielo por vos envía,
Antes que
el moro feroz
Esta
región ocupase
Y toda la
devastase
Con saña
cruda y atroz,
Nuestros
padres a una voz
Os
llamaban Madre pía.
En una
vega se vio
Su humilde
trono primero,
En que con
ferviente esmero
Este
pueblo la adoró:
Madrid
gozoso corrió
A
venerarla a porfía.
La vega
que un día fue
Pantanosa,
fea y triste,
Después,
porque vos quisiste,
Con tal
renombre se ve,
Que el
mundo no basta á fe
A su
grande nombradía.
El
sarraceno inhumano,
Por hollar
nuestra ley santa,
Quiso
manchar con su planta
Vuestro
asilo; más en vano,
Pues su
atrevimiento insano
Halló lo
que merecía.
El
esforzado Gracián,
Piadoso y
de celo lleno,
Marchó con
rostro sereno
A castigar
tal desmán:
Os invocó
con afán,
Y arrolló
a la banda impía.
Victoria
tan milagrosa
No fue
solo el bien que logra,
Pues
Gracián también recobra
A sus
hijas y a su esposa,
Cuya
muerte lastimosa
Con
resignación sufría.
Con este
nuevo portento
Madrid,
que fiel os adora,
Os
proclama su Señora
En debido
acatamiento:
Desde
entonces ni un momento
De su
dicha desconfía.
Los héroes
en santidad
Que esta
villa vio en su seno
Y tienen
el mundo lleno
De su
ardiente caridad,
Besaron
con humildad
Vuestros
pies en algún día.
San Isidro
Labrador
Y Santa
María fueron
Quienes
por su fe obtuvieron
Mil
pruebas de vuestro amor,
Y se vio
por su favor
Socorrido
el que pedia.
Los Reyes
de esta Nación
Tan
católica y valiente
Os
tributaron frecuente
Y sincera
adoración.
ATOCH A
fue su blasón
Mayor y de
más valía.
Jamás se
vio interrumpido
Vuestro
culto religioso
Desde su
origen glorioso
Y de todos
conocido,
Puesto que
a todo afligido
Vuestro
amparo protegía.
Cada vez
más se acrecienta
De ATOCH A
el culto devoto:
Desde el
país más remoto
Vuestro
santuario frecuenta
El
peregrino, y presenta
Sus dones
con alegría.
Dignaos,
oh Virgen santa,
Continuar
vuestras bondades,
Y que
logren las edades
Tal honor
y gloria tanta,
Según que
piadosa canta
Nuestra
voz en este día.
Y también,
Señora, dad
A la
España atribulada
La quietud
tan deseada
Que en vos
es fuerza lograr,
Pues nunca
os querréis negar
A quien
siempre en vos confía.
Venid,
venid, a cantar
Hoy
las glorias de María.
L/: Ruega por nosotros Santísima Virgen de
Atocha
R/: Para que seamos dignos de las
promesas de Jesucristo.
ORACION: Señor, perdona los delitos de
tus siervos, para que los que no podemos agradarte con nuestras acciones,
alcancemos la salvación por intercesión de la Madre de tu Hijo Jesucristo
nuestro Señor, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo Dios por
todos los siglos de los siglos. Amen.
DIA SEGUNDO
Dios te
salve, Señora del mundo, estrella de la mañana, lucero brillante que anuncia el
sol de justicia a este mundo de pecado; Virgen pura entre las vírgenes; luz
divina puesta sobre el monte santo de gracias y virtudes. Dios te salve, Niña
preciosa, nacida en este valle de lágrimas para atraer sobre él la mirada de
Dios y sus eternas complacencias. Bendita seáis ¡oh Señora! en el primer
momento de vuestro nacimiento. Bendita seáis ¡oh Señora! en el primer instante
en que el pueblo de Madrid os conoció con el título sagrado de Antioquía en
esta vuestra peregrina imagen, amparo en sus aflicciones, socorro en sus necesidades,
iris de la paz de España, fuente inagotable de gracias y favores sobre vuestros
hijos. Yo os suplico, piadosísima Madre, me acojáis en el seno de vuestra
protección, y seáis para mí, como lo habéis sido para este pueblo, arca del
verdadero Noe, puerto de seguridad, fortaleza santa que me libre de los
combates de mis enemigos espirituales y corporales, y me alcancéis de vuestro
Hijo y Señor mío Jesucristo la gracia que le pido por vuestra mediación, si me
conviene; y si no lo que fuere más acepto a sus divinos ojos, y a vuestra mayor
gloria y bien de mi alma. Amen.
DIA TERCERO
Piadosísima
Madre nuestra, sagrada Micol , prudente Abigail , Raquel hermosa, Judit
valiente, Ana santa, cuyas iniciales componen el venerando y augusto nombre de
María, que significa Estrella del mar, conjunto de todas las gracias y abismo
de todas las perfecciones, por cuya invocación han logrado siempre la Iglesia y
las naciones los mayores triunfos contra sus enemigos; y en esta vuestra
prodigiosa imagen, conocida primero con el nombre de Antioquia y después con el
célebre de Atocha, favorecisteis siempre a los españoles, y con particular
predilección al pueblo de Madrid: haced, Virgen Sacratísima, que invocando con
verdadera y sólida devoción vuestro nombre, glorioso para el cielo, piadoso
para la tierra y terrible para el infierno, ponga a mis pies las huestes
formidables de mis enemigos visibles e invisibles á sola la invocación de
vuestro nombre, y con especialidad la gracia que pido en esta novena, con tal que
sea en honor vuestro y bien de mi alma. Amen.
DIA CUARTO
Bendita
seáis, Niña preciosa, Emperatriz augusta, soberana Reina de cielos y tierra,
que ofreciendo en el santo templo de Jerusalen el sacrificio de vuestro corazón
al Todopoderoso, los cielos se abrieron para recibir el holocausto más agradable
que hasta entonces se había ofrecido ante el trono de la Santísima Trinidad,
pues excedía á los sacrificios de los patriarcas y sacerdotes de la antigua
ley; por el amor con que os ofrecisteis al Señor en el santo templo, y por el
que habéis manifestado a esta religiosa corte, ocupando desde los tiempos más
remotos este sagrado lugar, donde siempre habéis querido ser honrada y venerada
por el pueblo español, sin que la ocupación de los enemigos de Dios y del Estado
os pudiesen privar de recibir los más reverentes homenajes aun en los días en
que se vio esta nación ocupada por el alfanje y la media luna: alcanzadme piadosísima
Señora, ofrezca yo siempre a la Divina Majestad el holocausto de las buenas
obras, encendiendo en mi corazón el fuego de su amor y de vuestra adoración; y
la gracia especial que deseo en esta novena, si ha de ser para gloria de Dios,
honra vuestra y bien de mi alma. Amen.
DIA QUINTO
Dios te
salve, Virgen y Madre de Dios, que asegurada por el Arcángel de la integridad
de vuestra virginal pureza, prestasteis vuestro consentimiento para que el
Verbo eterno, sin dejar de ser Dios, lomase por obra del Espíritu Santo en
vuestras purísimas entrañas la naturaleza humana, a fin de obrar nuestra
redención. Una y mil veces seáis bendita entre todas las generaciones; una y mil
veces sea bendito el fruto de vuestro vientre , Jesucristo vuestro Hijo querido
y Señor nuestro: y pues fuimos redimidos en él y por él, así como rescatados
por vuestra alta protección cuando la España se vio presa de las lunas
africanas por nuestros pecados, salvando con esta peregrina imagen la fe y
antigua monarquía de nuestros mayores, y llenando de terror a los enemigos de
Dios y de vuestro pueblo predilecto, sin que pudieran separaros del lugar donde
os colocó la piadosa devoción de Madrid , como áncora de su esperanza, emblema
de su religiosidad, muro de su fortaleza, y puerto de su salvación. Alcanzadme,
piadosísima Señora, consiga los frutos de la redención, y al mismo tiempo
vuestra maternal protección, y la gracia que os pido en esta santa novena, con
tal que sea del agrado de Dios y a honra vuestra y bien de mi alma. Amen.
DIA SEXTO
Dios te
salve, Virgen purísima de Nazaret, que apenas os visteis Madre de Dios
caminasteis con prontitud a las montañas de Judea, llenando de bendiciones la
casa de Zacarías e Isabel, y santificando al Precursor antes de nacer, para que
los propios y los extraños viesen las misericordias del Señor Dios de Israel,
que es bendito en todas las generaciones, porque hizo la salud y redención de
su .pueblo, é iluminó a los que estaban sentados en las tinieblas y en las
sombras de la muerte, conduciéndolos a los caminos de la paz y de la felicidad
eterna. Los cielos os alaben, soberana Señora; los pueblos os bendigan por
vuestra grande caridad, y por el amor con que visitáis y socorréis a nuestra
nación y a nuestra corte en sus grandes calamidades y aflicciones, viniendo, en
cuanto se os invoca con el sagrado título de Atocha, al socorro de sus
necesidades, al amparo de sus aflicciones. Por tan grande bondad, Señora
nuestra, alcanzadnos participemos de las piedades con que siempre habéis mirado
a vuestros hijos afligidos y atribulados, para que, como en la casa de
Zacarías, alabemos y ensalcemos las misericordias de Dios; y al presente
consiga yo la gracia especial que pido en esta novena, si ha de ser para gloria
de la Majestad Divina, honor vuestro y salud de mi alma. Amen.
DIA SEPTIMO
Dios te
salve, Virgen sacratísima , vara milagrosa de Moisés, torre inexpugnable de
David, lirio hermoso entre espinas , presentado en el templo de Jerusalén a dar
cumplimiento a una ley que no os obligaba, ofreciendo en él la víctima más
agradable a los divinos ojos que cuantas habían ofrecido todos los Patriarcas
del 31 antiguo Testamento, por la sublime virtud de obediencia que resplandece
en el gran misterio de vuestra Purificación, y por el amor con que habéis
mirado siempre el honor del nombre español, protegiendo sus ejércitos,
bendiciendo sus banderas, y llevando vuestro nombre glorioso con el suyo a los
países más remotos de la tierra y de los mares, para gloria de nuestras armas,
alegría de nuestro pueblo, honra y prez de nuestros valientes guerreros;
alcanzadme , amabilísima Madre y Señora nuestra, me ofrezca yo siempre sumiso y
obediente a las leyes de Dios y de su Iglesia, creyendo lo que Dios me manda
creer y la Iglesia me propone, para que consiga la gracia que especialmente
pido en esta novena, si ha de ser para la mayor gloria de Dios, honra vuestra y
bien de mi alma. Amen.
DIA OCTAVO
Emperatriz
de los cielos y tierra, yo me glorío de que seáis sobre la tierra la criatura
mas elevada, después de vuestro Hijo, en gracia y santidad; yo me glorío de que
fueseis llevada en cuerpo y alma a los cielos, para tomar posesión del trono de
gloria que vuestro Hijo os preparara a su mano derecha. Gozad, Señora, por toda
la eternidad la corona debida a vuestra fidelidad; alégrense los hombres,
llénense de júbilo los ángeles y los bienaventurados al vero subir desde el
desierto de este mundo, tan abundante de delicias y apoyada sobre la diestra de
vuestro Esposo. Oh Reina de la eterna gloria, piedra preciosa de su corona,
lámpara inextinguible de su trono, blasón ilustre de nuestra España, amparo de
nuestros reyes desde los tiempos más remotos en que su católica nación se vio
dominada por el alfanje y la media luna, sin que desde entonces hayáis dejado
de asistir propicia a sus ruegos, manifestando vuestra alta protección en los
favores y beneficios que a cada paso dispensáis en todas las monarquías, y
cuyos votos , en testimonio auténtico, resplandecen en ese altar y ese trono, colocado por la mano de Dios entre
nosotros para gloria de vuestro nombre de Atocha y protección universal de
todas las generaciones: por tan gran elevación alcanzadme, Reina de nuestros reyes,
el consuelo de ver a vuestro Hijo y a vos en el cielo, y felicitaros en él por
tanta gloria y tanto poder como os ha concedido; y al presente lo que os pido
en esta novena, a mayor honra suya, amor vuestro y bien de mi alma. Amen.
DIA NOVENA
Soberana
Emperatriz de los cielos y de la tierra, ningún espíritu humano ni angélico amó
tanto a Dios como vos; comunicadme en este momento un rayo de vuestro amor,
para que yo pueda decir con todos los afectos de mi corazón: gloria, honor y
alabanza eterna al Padre increado, porque os coronó como a su Hija predilecta;
gloria, honor y alabanza eterna al Hijo Unigénito, porque os coronó como a su
Madre escogida; gloria, honor y alabanza eterna al Espíritu Santo, porque os
coronó como a su Esposa adorada; gloria también a vos, Reina de cielos y
tierra, patrona de las Españas, Virgen sacratísima de Atocha, que desde los
tiempos apostólicos (según la tradición) manifestáis vuestra particular
predilección en favor de sus pueblos, atrayendo a vuestro trono las súplicas de
todos los siglos, los homenajes de tantos príncipes y reyes, las adoraciones de
tantos pueblos, el amor y la gratitud de esta corte de Madrid, sobre la cual extendéis
continuamente vuestro patrocinio, por lo que se os apellida su Madre, su Reina
y su Señora. Haced, patrona de Madrid y de España, sea conocido vuestro nombre
prodigioso en todas las naciones y pueblos del orbe, para que todos os alaben,
os amen y os adoren con el mismo espíritu con que os adoran en el cielo los
ángeles, y en la tierra os adoraron tantas almas justas a quienes habéis
protegido, entre los cuales se cuentan San Ildefonso Arzobispo de Toledo, San
isidro Labrador , Santa María de la Cabeza, San Nicolás Factor y otros muchos,
a los cuales suplico intercedan por mí, y os presenten mis súplicas y
adoraciones, a fin de que me alcancéis de vuestro Hijo Santísimo la gracia que
con tanto fervor os he pedido en esta novena, si fuere de su divino agrado, y
si no lo que más me convenga y sea de su santísima voluntad y de la vuestra,
que siempre será para gloria de Dios, honra vuestra y bien de mi alma. Amen.
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