martes, 13 de marzo de 2018

NOVENA A SANTA MARIA DE ATOCHA




NOVENA A LA SANTISIMA VIRGEN DE ATOCHAVENERADA EN SU REAL BASÍLICA DE MADRID

Compuesta por el Dr. D. Vicente López y López de Lerena, Rector de dicha Real Basílica, Predicador y Capellán de Honor de S. M
Madrid 1856

ACTO DE CONTRICIÓN

Dios y Señor mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo sobre todas las cosas, me pesa con todo mi corazón de haberos ofendido por ser vos quien sois; y pues sois Dios de amor, de piedad y misericordia para el pecador verdaderamente arrepentido, perdonadme, Señor, y aceptad mis propósitos de no volver jamás a ofender a vuestra divina Majestad, ayudado con vuestra gracia. Así lo espero, Señor, por los méritos infinitos de vuestro Santísimo Hijo mi Señor Jesucristo, y por la poderosa intercesión de María Santísima, mi Madre y mi Señora, a quien dirijo esta novena para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amen.


ORACION PARA TODOS LOS DIAS
Dios y Señor de los cielos y de la tierra, que en esta prodigiosa imagen de Atocha nos concedisteis, desde los primeros días del cristianismo; una Madre en la prosperidad, un consuelo en la aflicción, una reina poderosa en las calamidades públicas, cetro de nuestra fe ortodoxa, amparo de nuestros reyes, gloria de sus ínclitos guerreros, y protección universal de nuestra nación española y de esta corte con especialidad; acoged mi oración, bendecid mi súplica, colocada a los pies de vuestra Madre y mi Señora, cuyo ruego nunca desecháis y siempre acogéis. Concededme, Señor lo que os pido en esta novena si es conforme a vuestra divina voluntad, y si no dirigid con vuestra gracia mis deseos, para que yo quiera solamente la mayor gloria vuestra y el bien de mi alma. Amen.


DIA PRIMERO
Purísima Virgen María, nube hermosa levantada en el proceloso mar de este mundo sin participar ni un solo instante de las amargas aguas del pecado, haciendo cosas grandes por vos y con vos el que es todopoderoso, para que fueseis su Madre y fuese también ensalzado su nombre entre nosotros: bendito sea, oh Señora, el primer momento en que fuisteis adorada en esta milagrosa imagen de Atocha, donde la diestra del Omnipotente manifestó (según la tradición) desde los tiempos apostólicos el particular amor con" que os miraba en este santo lugar , donde os colocó la devoción de Madrid. Concededme, privilegiada Señora, adorar a nuestro Dios porque os libró de la culpa original, por cuyo misterio, que creo y confieso como artículo de fe con la Iglesia católica, consiga pureza de alma y cuerpo mientras viva, y también la gracia que os pedimos en esta novena, si ha de ser para mayor honra de vuestro Santísimo Hijo, gloria vuestra y bien de mi alma. Amen.


Saludemos a María Santísima con tres Ave Marías en honor y reverencia de la gloria á que fue ensalzada por la Trinidad Beatísima.

Dios te salve, Hija de Dios Padre, Virgen purísima antes del parto, intercede por nosotros. Dios te salve, María, etc. Gloria, etc.
Dios te salve, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima en el parto, protégenos. Dios te salve, María, etc.
Dios te salve, Esposa del Espíritu Santo, Virgen purísima después del parto, ruega por nosotros al Eterno Padre cuyo Hijo pariste. Dios te salve, María, etc.
Dios te salve, Virgen purísima, concebida sin pecado original, templo y sagrario de la Santísima Trinidad, a quien sean dadas infinitas alabanzas por todos los siglos de los siglos. Amen.
Aquí pedirá cada uno la gracia que desea conseguir en esta santa Novena.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Soberana Emperatriz de los cielos y tierra, que entre la multitud de naciones y pueblos de que se compone el mundo, elegisteis nuestra nación y nuestra corte, colocando vuestro trono en este sagrado lugar , donde os bendicen y alaban los ángeles, y rinden adoraciones los hombres, siendo para los españoles y para todos los que os invocan la Madre del Amor Hermoso, la preciosa margarita encontrada en los campos de Madrid, la lámpara inextinguible que alumbra todas las generaciones, cetro de nuestra fe, corona de nuestros reyes, gloria de sus ínclitos guerreros, templo donde reina el que los cielos y la tierra no pueden contener, Virgen y Madre a la vez, por quien es bendito entre nosotros el que vino en el nombre del Señor. El proteger al pueblo que os adora, enjugar las lágrimas del desgraciado, romper las cadenas del pecado, bendecir y despachar favorablemente las súplicas y peticiones que vuestros hijos afligidos y atribulados ponen en vuestras manos, son entre otros los timbres más gloriosos de vuestro reinado, los títulos y blasones que más ensalzan vuestro nombre, los hechos que más adornan vuestro altar. Esta fe, Señora, nos hace creer que nuestras súplicas y peticiones serán felizmente despachadas; por lo tanto, os suplicamos, o amabilísima Madre nuestra, nos concedáis lo que al presente os pedimos, si es para gloria de Dios, honor vuestro y bien de nuestra alma. Mirad también con benignos ojos, soberana Patrona de esta corte y de nuestra España, á la santa Iglesia católica, apostólica, romana, y a este vuestro amado reino que tanto habéis protegido, y alcanzadnos la exaltación de nuestra santa fe católica, extirpación de las herejías, paz y concordia entre los príncipes cristianos, victoria contra los enemigos de la religión y del Estado, la salud espiritual y temporal del Sumo Pontífice y de nuestros católicos Monarcas y Real familia, el acierto en todos los negocios del Estado y de la Iglesia, y por último la perseverancia final en la gracia para todos los fieles cristianos. Amen.


GOZOS A SANTA MARIA DE ATOCHA
Si queréis, fieles, un día
Su patrocinio alcanzar,
Venid, venid, a cantar
Hoy las glorias de María.

Siesta imagen venerada
Por piadosa tradición
Se asegura que en región
Lejana fue fabricada,
Y a esta Corte trasladada
De la ciudad de Antioquía.

Mil y mil veces dichosa
Esta villa que os posee,
Y que tan de veras cree
La protección milagrosa,
Eficaz y poderosa
Que el cielo por vos envía,

Antes que el moro feroz
Esta región ocupase
Y toda la devastase
Con saña cruda y atroz,
Nuestros padres a una voz
Os llamaban Madre pía.

En una vega se vio
Su humilde trono primero,
En que con ferviente esmero
Este pueblo la adoró:
Madrid gozoso corrió
A venerarla a porfía.

La vega que un día fue
Pantanosa, fea y triste,
Después, porque vos quisiste,
Con tal renombre se ve,
Que el mundo no basta á fe
A su grande nombradía.

El sarraceno inhumano,
Por hollar nuestra ley santa,
Quiso manchar con su planta
Vuestro asilo; más en vano,
Pues su atrevimiento insano
Halló lo que merecía.

El esforzado Gracián,
Piadoso y de celo lleno,
Marchó con rostro sereno
A castigar tal desmán:
Os invocó con afán,
Y arrolló a la banda impía.

Victoria tan milagrosa
No fue solo el bien que logra,
Pues Gracián también recobra
A sus hijas y a su esposa,
Cuya muerte lastimosa
Con resignación sufría.

Con este nuevo portento
Madrid, que fiel os adora,
Os proclama su Señora
En debido acatamiento:
Desde entonces ni un momento
De su dicha desconfía.

Los héroes en santidad
Que esta villa vio en su seno
Y tienen el mundo lleno
De su ardiente caridad,
Besaron con humildad
Vuestros pies en algún día.

San Isidro Labrador
Y Santa María fueron
Quienes por su fe obtuvieron
Mil pruebas de vuestro amor,
Y se vio por su favor
Socorrido el que pedia.

Los Reyes de esta Nación
Tan católica y valiente
Os tributaron frecuente
Y sincera adoración.
ATOCH A fue su blasón
Mayor y de más valía.

Jamás se vio interrumpido
Vuestro culto religioso
Desde su origen glorioso
Y de todos conocido,
Puesto que a todo afligido
Vuestro amparo protegía.

Cada vez más se acrecienta
De ATOCH A el culto devoto:
Desde el país más remoto
Vuestro santuario frecuenta
El peregrino, y presenta
Sus dones con alegría.

Dignaos, oh Virgen santa,
Continuar vuestras bondades,
Y que logren las edades
Tal honor y gloria tanta,
Según que piadosa canta
Nuestra voz en este día.

Y también, Señora, dad
A la España atribulada
La quietud tan deseada
Que en vos es fuerza lograr,

Pues nunca os querréis negar
A quien siempre en vos confía.
Venid, venid, a cantar
Hoy las glorias de María.

L/: Ruega por nosotros Santísima Virgen de Atocha
R/: Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

ORACION: Señor, perdona los delitos de tus siervos, para que los que no podemos agradarte con nuestras acciones, alcancemos la salvación por intercesión de la Madre de tu Hijo Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo Dios por todos los siglos de los siglos. Amen.

DIA SEGUNDO
Dios te salve, Señora del mundo, estrella de la mañana, lucero brillante que anuncia el sol de justicia a este mundo de pecado; Virgen pura entre las vírgenes; luz divina puesta sobre el monte santo de gracias y virtudes. Dios te salve, Niña preciosa, nacida en este valle de lágrimas para atraer sobre él la mirada de Dios y sus eternas complacencias. Bendita seáis ¡oh Señora! en el primer momento de vuestro nacimiento. Bendita seáis ¡oh Señora! en el primer instante en que el pueblo de Madrid os conoció con el título sagrado de Antioquía en esta vuestra peregrina imagen, amparo en sus aflicciones, socorro en sus necesidades, iris de la paz de España, fuente inagotable de gracias y favores sobre vuestros hijos. Yo os suplico, piadosísima Madre, me acojáis en el seno de vuestra protección, y seáis para mí, como lo habéis sido para este pueblo, arca del verdadero Noe, puerto de seguridad, fortaleza santa que me libre de los combates de mis enemigos espirituales y corporales, y me alcancéis de vuestro Hijo y Señor mío Jesucristo la gracia que le pido por vuestra mediación, si me conviene; y si no lo que fuere más acepto a sus divinos ojos, y a vuestra mayor gloria y bien de mi alma. Amen.

DIA TERCERO
Piadosísima Madre nuestra, sagrada Micol , prudente Abigail , Raquel hermosa, Judit valiente, Ana santa, cuyas iniciales componen el venerando y augusto nombre de María, que significa Estrella del mar, conjunto de todas las gracias y abismo de todas las perfecciones, por cuya invocación han logrado siempre la Iglesia y las naciones los mayores triunfos contra sus enemigos; y en esta vuestra prodigiosa imagen, conocida primero con el nombre de Antioquia y después con el célebre de Atocha, favorecisteis siempre a los españoles, y con particular predilección al pueblo de Madrid: haced, Virgen Sacratísima, que invocando con verdadera y sólida devoción vuestro nombre, glorioso para el cielo, piadoso para la tierra y terrible para el infierno, ponga a mis pies las huestes formidables de mis enemigos visibles e invisibles á sola la invocación de vuestro nombre, y con especialidad la gracia que pido en esta novena, con tal que sea en honor vuestro y bien de mi alma. Amen.

DIA CUARTO
Bendita seáis, Niña preciosa, Emperatriz augusta, soberana Reina de cielos y tierra, que ofreciendo en el santo templo de Jerusalen el sacrificio de vuestro corazón al Todopoderoso, los cielos se abrieron para recibir el holocausto más agradable que hasta entonces se había ofrecido ante el trono de la Santísima Trinidad, pues excedía á los sacrificios de los patriarcas y sacerdotes de la antigua ley; por el amor con que os ofrecisteis al Señor en el santo templo, y por el que habéis manifestado a esta religiosa corte, ocupando desde los tiempos más remotos este sagrado lugar, donde siempre habéis querido ser honrada y venerada por el pueblo español, sin que la ocupación de los enemigos de Dios y del Estado os pudiesen privar de recibir los más reverentes homenajes aun en los días en que se vio esta nación ocupada por el alfanje y la media luna: alcanzadme piadosísima Señora, ofrezca yo siempre a la Divina Majestad el holocausto de las buenas obras, encendiendo en mi corazón el fuego de su amor y de vuestra adoración; y la gracia especial que deseo en esta novena, si ha de ser para gloria de Dios, honra vuestra y bien de mi alma. Amen.


DIA QUINTO
Dios te salve, Virgen y Madre de Dios, que asegurada por el Arcángel de la integridad de vuestra virginal pureza, prestasteis vuestro consentimiento para que el Verbo eterno, sin dejar de ser Dios, lomase por obra del Espíritu Santo en vuestras purísimas entrañas la naturaleza humana, a fin de obrar nuestra redención. Una y mil veces seáis bendita entre todas las generaciones; una y mil veces sea bendito el fruto de vuestro vientre , Jesucristo vuestro Hijo querido y Señor nuestro: y pues fuimos redimidos en él y por él, así como rescatados por vuestra alta protección cuando la España se vio presa de las lunas africanas por nuestros pecados, salvando con esta peregrina imagen la fe y antigua monarquía de nuestros mayores, y llenando de terror a los enemigos de Dios y de vuestro pueblo predilecto, sin que pudieran separaros del lugar donde os colocó la piadosa devoción de Madrid , como áncora de su esperanza, emblema de su religiosidad, muro de su fortaleza, y puerto de su salvación. Alcanzadme, piadosísima Señora, consiga los frutos de la redención, y al mismo tiempo vuestra maternal protección, y la gracia que os pido en esta santa novena, con tal que sea del agrado de Dios y a honra vuestra y bien de mi alma. Amen.

DIA SEXTO
Dios te salve, Virgen purísima de Nazaret, que apenas os visteis Madre de Dios caminasteis con prontitud a las montañas de Judea, llenando de bendiciones la casa de Zacarías e Isabel, y santificando al Precursor antes de nacer, para que los propios y los extraños viesen las misericordias del Señor Dios de Israel, que es bendito en todas las generaciones, porque hizo la salud y redención de su .pueblo, é iluminó a los que estaban sentados en las tinieblas y en las sombras de la muerte, conduciéndolos a los caminos de la paz y de la felicidad eterna. Los cielos os alaben, soberana Señora; los pueblos os bendigan por vuestra grande caridad, y por el amor con que visitáis y socorréis a nuestra nación y a nuestra corte en sus grandes calamidades y aflicciones, viniendo, en cuanto se os invoca con el sagrado título de Atocha, al socorro de sus necesidades, al amparo de sus aflicciones. Por tan grande bondad, Señora nuestra, alcanzadnos participemos de las piedades con que siempre habéis mirado a vuestros hijos afligidos y atribulados, para que, como en la casa de Zacarías, alabemos y ensalcemos las misericordias de Dios; y al presente consiga yo la gracia especial que pido en esta novena, si ha de ser para gloria de la Majestad Divina, honor vuestro y salud de mi alma. Amen.

DIA SEPTIMO
Dios te salve, Virgen sacratísima , vara milagrosa de Moisés, torre inexpugnable de David, lirio hermoso entre espinas , presentado en el templo de Jerusalén a dar cumplimiento a una ley que no os obligaba, ofreciendo en él la víctima más agradable a los divinos ojos que cuantas habían ofrecido todos los Patriarcas del 31 antiguo Testamento, por la sublime virtud de obediencia que resplandece en el gran misterio de vuestra Purificación, y por el amor con que habéis mirado siempre el honor del nombre español, protegiendo sus ejércitos, bendiciendo sus banderas, y llevando vuestro nombre glorioso con el suyo a los países más remotos de la tierra y de los mares, para gloria de nuestras armas, alegría de nuestro pueblo, honra y prez de nuestros valientes guerreros; alcanzadme , amabilísima Madre y Señora nuestra, me ofrezca yo siempre sumiso y obediente a las leyes de Dios y de su Iglesia, creyendo lo que Dios me manda creer y la Iglesia me propone, para que consiga la gracia que especialmente pido en esta novena, si ha de ser para la mayor gloria de Dios, honra vuestra y bien de mi alma. Amen.

DIA OCTAVO
Emperatriz de los cielos y tierra, yo me glorío de que seáis sobre la tierra la criatura mas elevada, después de vuestro Hijo, en gracia y santidad; yo me glorío de que fueseis llevada en cuerpo y alma a los cielos, para tomar posesión del trono de gloria que vuestro Hijo os preparara a su mano derecha. Gozad, Señora, por toda la eternidad la corona debida a vuestra fidelidad; alégrense los hombres, llénense de júbilo los ángeles y los bienaventurados al vero subir desde el desierto de este mundo, tan abundante de delicias y apoyada sobre la diestra de vuestro Esposo. Oh Reina de la eterna gloria, piedra preciosa de su corona, lámpara inextinguible de su trono, blasón ilustre de nuestra España, amparo de nuestros reyes desde los tiempos más remotos en que su católica nación se vio dominada por el alfanje y la media luna, sin que desde entonces hayáis dejado de asistir propicia a sus ruegos, manifestando vuestra alta protección en los favores y beneficios que a cada paso dispensáis en todas las monarquías, y cuyos votos , en testimonio auténtico, resplandecen en ese altar y  ese trono, colocado por la mano de Dios entre nosotros para gloria de vuestro nombre de Atocha y protección universal de todas las generaciones: por tan gran elevación alcanzadme, Reina de nuestros reyes, el consuelo de ver a vuestro Hijo y a vos en el cielo, y felicitaros en él por tanta gloria y tanto poder como os ha concedido; y al presente lo que os pido en esta novena, a mayor honra suya, amor vuestro y bien de mi alma. Amen.

DIA NOVENA
Soberana Emperatriz de los cielos y de la tierra, ningún espíritu humano ni angélico amó tanto a Dios como vos; comunicadme en este momento un rayo de vuestro amor, para que yo pueda decir con todos los afectos de mi corazón: gloria, honor y alabanza eterna al Padre increado, porque os coronó como a su Hija predilecta; gloria, honor y alabanza eterna al Hijo Unigénito, porque os coronó como a su Madre escogida; gloria, honor y alabanza eterna al Espíritu Santo, porque os coronó como a su Esposa adorada; gloria también a vos, Reina de cielos y tierra, patrona de las Españas, Virgen sacratísima de Atocha, que desde los tiempos apostólicos (según la tradición) manifestáis vuestra particular predilección en favor de sus pueblos, atrayendo a vuestro trono las súplicas de todos los siglos, los homenajes de tantos príncipes y reyes, las adoraciones de tantos pueblos, el amor y la gratitud de esta corte de Madrid, sobre la cual extendéis continuamente vuestro patrocinio, por lo que se os apellida su Madre, su Reina y su Señora. Haced, patrona de Madrid y de España, sea conocido vuestro nombre prodigioso en todas las naciones y pueblos del orbe, para que todos os alaben, os amen y os adoren con el mismo espíritu con que os adoran en el cielo los ángeles, y en la tierra os adoraron tantas almas justas a quienes habéis protegido, entre los cuales se cuentan San Ildefonso Arzobispo de Toledo, San isidro Labrador , Santa María de la Cabeza, San Nicolás Factor y otros muchos, a los cuales suplico intercedan por mí, y os presenten mis súplicas y adoraciones, a fin de que me alcancéis de vuestro Hijo Santísimo la gracia que con tanto fervor os he pedido en esta novena, si fuere de su divino agrado, y si no lo que más me convenga y sea de su santísima voluntad y de la vuestra, que siempre será para gloria de Dios, honra vuestra y bien de mi alma. Amen.

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