NOVENA PIADOSA AL GLORIOSO SAN CARALAMPIO PRESBÍTERO
MÁRTIR
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios misericordioso, Dios de infinita bondad, ¿cómo sufres
Señor, tanta iniquidad y malicia? postrado yo delante de tí, innumerables veces
te he prometido con todas las veras de mi corazón no volver jamás a ofenderte:
¿y he cumplido mi palabra? ¡Ay de mí, que infeliz y perverso he multiplicado
con mis pasos mis horrorosos crímenes Toda mi vida la he gastado en maldades, y
ahora que ya pronto se debilitará mi espíritu, se abreviarán mis días, y solo
me resta el sepulcro, ¿aun usas conmigo de misericordia? ¿Quién es el hombre
para que así lo ensalces? ¿Por qué lo has hecho el blanco de tu amor? ¡Oh Dios
mío yo he abusado de tanta bondad é indulgencia; pequé, pequé muchísimas veces
delante de tí, ¿y qué haré yo ahora para desagraviarte, o protector de los
hombres? Ya está sobre uní el castigo: no hay sanidad en mi carne al considerar
tu enojo, si hay paz entre mis huesos al recordar la multitud de mis culpas:
mis iniquidades se han elevado sobre mi cabeza, y me agobian como la más grave
y pesada carga: se pudrieron y están corrompidas mis cicatrices: me he hecho a
mí mismo miserable, me hallo por todas partes atormentado, y estoy afligido y humillado
hasta el extremo; pero no es, o Señor el miedo de es tas penas el que me
contrista; es solo tu bondad agraviada la que atormenta mi corazón : quisiera
padecer más y más por desenojarte, y lograr ver tu rostro risueño y satisfecho.
¡Oh! ¡Quien dará agua a mi cabeza, y una fuente perenne de lágrimas á mis ojos
para llorar día y noche mi desgracia! Yo me arrepiento, Se ñor, de todas mis
culpas, y mi alma sedienta te desea á tí, a mi Dios, que eres la fuente viva,
como el ciervo desea el manantial de las aguas, Perdón, perdón imploro rendido,
y confío en tu misericordia que lo he de alcanzar de todos mis pecados, para
que así justificado, logre gozarte eternamente en el cielo. Amen.
DIA PRIMERO
ORACION
Esforzado predicador de la fe de Jesucristo San Caralampio,
que despreciando los edictos del impío Severo, que mandaba sacrificar a los
ídolos, enseñabas a los hombres el camino seguro de la salvación, dándoles a
conocer al Dios verdadero, único objeto de nuestro amor y reconocimiento, y el
solo digno de todo sacrificio: nosotros te suplicamos que intercediendo con el
Todopoderoso nos alcances una fe viva para confesar en todas partes los al. tos
misterios de nuestra santa religión, haciéndonos superiores con la gracia, a
los dicterios y burlas de los impíos, que intentan ridiculizar los usos más
sagrados de los cristianos; y te rogamos también que interpongas tus ruegos
para que nos conceda el Señor lo que en esta novena le pedimos, si es de su
gusto, y ha de aprovechar a nuestras alanas, las que por tu intercesión
esperamos, que libres de los lazos de la carne, gozarán de la bienaventuranza
en tu compañía en el cielo. Amen.
GOZOS
Caralampio, victorioso
del satánico furor:
Del aire y mal contagioso
sé nuestro libertador.
De los humanos consuelo,
su santidad anunciaron
varias cruces, que brillaron,
cuando naciera, en el cielo;
y en su bautismo el Señor
confirmóla prodigioso:
Varón en la fe constante
y en los tormentos paciente,
y en la caridad ardiente
y en la esperanza brillante;
pues la virtud y el honor
hacen su nombre glorioso:
Con una fe singular
hizo tan raros portentos,
que a vista de los tormentos
nunca se vio vacilar;
y él que tan alto favor
debe al Todopoderoso:
Como el iris de bonanza
viste a Dios en las prisiones,
siendo las persecuciones
el crisol de tu esperanza;
porque desprecia el rencor
del tirano, valeroso:
A Jesucristo imitaste,
de los mártires modelo,
y de su honor por el celo
tu pecho le consagraste;
pues tan encendido amor
hizo tu nombre famoso:
Al poder de tu oración
debió su gracia el tirano,
y el estúpido pagano
su sincera conversión;
pues tanto hacía el pecador
era tu amor ardoroso:
La más heroica obediencia
vióte sufrir del tirano
aquel furor inhumano
con que probó tu paciencia;
la palma del vencedor
conquistando valeroso:
Del sanguinario Severo
venciste la crueldad,
con tan serena humildad
que pasma el tigre fiero
porque ostenta el Señor
con su siervo poderoso:
Al ver de su castidad
La más nítida belleza
Deslumbra la impureza
Se transforma en santidad
Pues de la fama el clamor
Lo pregona milagroso:
El dolor y la flaqueza,
peste y esterilidad
huyen con velocidad
de su gracia y fortaleza;
pues con él brilla el Señor
magnífico y ostentoso:
Como la rosa entre espinas
hace lucir su hermosura,
resplandece su fe pura
entre gentiles doctrinas;
y el pagano admirado
se hace cristiano piadoso:
Con cadenas amarrado
tu espíritu no padece,
que es libre quien obedece
á Jesús crucificado;
pues se rindió por su amor
á la muerte generosa:
A tu nombre espavoridos
huyen los vientos insanos,
y los míseros humanos
somos por tí socorridos:
tanto poder el Señor
dió a su siervo venturoso:
L/: Ruega por
nosotros ¡Oh bienaventurado Caralampio!
R/: Para que
seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
ORACION: Eterno
Dios, y Señor de todo lo criado, que siempre fiel a tus promesas has colmado a
los hombres de beneficios por la intercesión de tus santos: nosotros te
suplicamos humildemente, que, porque veneramos la memoria de tu ínclito mártir
San Caralampio, nos libres del hambre, de la peste, y de todo aire contagioso;
como se lo tienes prometido; y dándonos tu gracia para imitar sus virtudes,
logremos después de la muerte alabarte por eternos siglos en tu compañía en la
gloria. Amen.
SEGUNDO DIA
Generoso y pacientísimo héroe del cristianismo San
Caralampio, que después que los verdugos Porfirio y Bapto por mandato del
presidente, cebaron con garfios de hierro su crueldad en tu inocente cuerpo,
les diste las gracias porque te lo habían renovado, convirtiéndoos esta
mansedumbre a la fe de Jesucristo, la que defendieron valerosos hasta conseguir
la corona del martirio: nosotros te rogamos, nos alcances del Señor lo que
pedimos en esta novena, si nos es conveniente y de su agrado, y un
arrepentimiento verdadero de nuestras culpas; para que imitando a aquellos
afortunados verdugos en su conversión, merezcamos alabar y gozar eternamente en
compañía tuya a Dios que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.
TERCER DIA
Admirable y milagroso presbítero San Caralampio: ¿qué no deberemos
esperar de tu protección, cuando tienes de tu mano a la omnipotencia divina?
Ella castigó a los impíos que osaron ultrajar tu cuerpo, arrancando las manos
al capitán Lucio, y torciendo la cara al presidente Luciano, los que lograron
Por tus oraciones después que se te rindieron una salud completa. Confiados
pues, en tu valimiento con el Altísimo, te rogamos nos consigas una salud
robusta de alma y cuerpo, el arrepentimiento con todas las veras del corazón de
nuestros enormes pecados, y lo que pedimos en esta novena, si ha de ser para
gloria de Dios y en beneficio de nuestras almas. Amen.
CUARTO DIA
Humildísimo y esclarecido sacerdote San Caralampio, que
habiéndote herido con agudos clavos todo el cuerpo, y atado de tu venerable barba
te condujeron de Magnesia a Antioquia los crueles soldados del Emperador
Severo, sin que desplegases tus labios para quejarte, o para defenderte de tan
inicuo proceder, y por un prodigio singular prorrumpió en tus elogios un
caballo con voz clara y perceptible: rendidamente te rogamos eleves al Señor
nuestros ruegos, y alcances de su bondad, nos dé paciencia para sufrir por su
amor las adversidades del mundo, y gracia para desatar nuestra lengua en sus
alabanzas, y en actos fervorosos de contrición impetrándonos lo que pedimos en
esta novena, si fuere de su beneplácito, y la bienaventuranza de la gloria.
Amen.
QUINTO DIA
Ínclito mártir de Jesucristo San Caralampio, que
sentenciado por el tirano a que te quemasen a fuego lento, se apagó este a tu
presencia, quedando tú más robusto y vigoroso, suplícale á nuestro Dios y
Señor, que, probados con las adversidades y tentaciones, salgamos de ellas sin mancha,
como el oro acrisolado en el fuego: que nos dé su santísima gracia para
resistirlas; y nos conduzca al feliz puerto de la salvación. Impétranos también
Santo mío, nos conceda lo que pedimos en esta novena, si fue re así su
voluntad, a la que gustosos nos sometemos en todo, pues somos sus obedientes
hijos, y reconocidos esclavos, marca dos con la sangre del Cordero Cristo
Jesús, por cuyos méritos esperamos lograr la vida eterna. Amen.
SEXTO DIA
Ínclito atleta de la religión cristiana San Caralampio,
que habiéndote mandado el Cesar curases á y un endemoniado, luego que estuvo en
tu presencia el espíritu de contradicción, temiendo tu eximia santidad, te rogó
no lo castigases, prometiendo abandonar a aquel hombre a quien por 35 años
había atormentado; como lo ejecutó luego que se lo ordenaste: nosotros te
rogamos humildemente nos alcances del Señor, que por tu intercesión seamos
libres de los lazos que nos tiende Satanás, quien nos rodea como león rabioso
que quiere devorarnos: guíanos, Santo bendito, por la es trecha senda de la
virtud, para que consigamos después de la muerte entonar en tu compañía
dulcísimos himnos al supremo autor de la gracia, en los eternos palacios de la
gloria. Amen.
SEPTIMO DIA
Ilustre defensor de la fe de Jesucristo San Caralampio,
que des pues de haber librado del demonio a aquel infeliz a quien había
atormentando 35 años, para probar más el Emperador tu virtud y poder, hizo te
presentasen un joven que llevaba tres días de muerto para que lo resucitases, y
orando a Dios, lo volvisteis a la vida con admiración de los circunstantes:
nosotros te pedimos interpongas tu valimiento con el Todopoderoso, para que nos
resucite de la horrorosa muerte del pecado, volviéndonos a la vida venturosa de
la gracia. Ah santo mío, ¡y cuanto necesitamos de toda tu protección! Pero
¿cómo hemos de dudar de tu favor, sien do tu anhelo cuando vivías en el mundo
la salvación de los hombres? Pues ea, consíguenos y del Señor, así lo que
pedimos en esta novena, como también un auxilio eficaz para arrepentirnos de
todas nuestras culpas, y lavar nuestras almas en la saludable piscina de la
penitencia, para lograr de este modo acompañarte en la gloria. Amen.
OCTAVO DIA
Poderoso San Caralampio, que convirtiendo a los habitantes
de Antioquia con la multitud de prodigios que obrabas a su vista, te atraías,
con tan heroicos hechos su veneración, al mismo tiempo que la indignación del Cesar,
quien mandó apedreasen tus quijadas y pasasen cerca de tu rostro teas
encendidas; pero respetándote las llamas se apartaron de su dirección natural,
y dirigiéndose a los circunstantes quemaron á setenta soldados: por todos estos
prodigios que obró el cielo en tu defensa rendidamente te suplicamos enciendas
en nuestros corazones el fuego de la caridad, para que consuma con sus llamas
toda la impureza y mancha que encuentre en nosotros, que purificados así logremos
por tú mediación lo que pedimos en esta novena, y después las delicias de la
bienaventuranza. Amen.
ULTIMO DIA
Glorioso mártir San Caralampio, que al aguardar sobre tu
cabeza el golpe decisivo de la es pada que había de consumar tu carrera
ilustre, á vista de toda la concurrencia se abrieron repentinamente los cielos,
y Jesucristo desde su trono te llamó para premiarte lo que habías padecido por
su nombre, y ordenándote le pidieses cuanto quisieras seguro de que te lo concedería,
le rogaste: que los que conservasen la memoria de tu martirio fuesen libres de
la hambre, peste y todo aire contagioso: nosotros desde luego te elegimos por
nuestro patrón y abogado, y supuesto que venéranos la memoria de tus heroicos
hechos, haz que se cumpla en nosotros tan liberal promesa, dándonos lo preciso
para nuestra subsistencia: una salud perfecta de alma y cuerpo: lo que pedimos
en esta novena si es para gloria de Dios: alcanzándonos también de su majestad
una muerte dichosa, para que en tu compañía le alabemos eternamente en el
cielo. Amen
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