viernes, 16 de marzo de 2018

NOVENA A SAN SEBASTIAN





NOVENA EN HONOR DEL BIENAVENTURADO SAN SEBASTIÁN DE ROMA


ACTO DE CONTRICIÓN
¡Dulcísimo y amorosísimo Jesús! ¡Salvador mío amabilísimo!  rey de inmensa majestad, Dios omnipotente y manantial perenne de las aguas cristalinas de la gracia! yo creo firmemente con vos, Verdad eterna: espero en vos, misericordiosísimo Señor y os amo, amor mío, con todo mi corazón, a lo menos siento en mi alma vivos deseos de amaros porque sois mi Dios. ¡Qué lástima, ¡Padre mío, que siendo vos tan bueno, tan santo, tan grande, me haya atrevido a pecar a la vista del cielo y contra vos! Pero merced a vuestra gracia, ya lloro mis extravíos. Pésame, Jesús mío, de haberos ofendido. Pésame de haber pecado contra vos. Aborrezco la culpa, y propongo no ofenderos más. También pido a vuestra clemencia la gracia que necesito para hacer dignamente esta santa Novena en obsequio de vuestro ínclito soldado y glorioso mártir san Sebastián patrón y protector nuestro. Por sus merecimientos concededme los auxilios y gracias para vivir santamente, lograr la perseverancia final y estar con vos en la gloria. Amen.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Protector mío poderosísimo san Sebastián! ¡valeroso soldado de Jesucristo! dechado de santidad y campeón del pueblo cristiano! que para seguir al Rey de las virtudes y ganar almas para el cielo no perdonasteis ni medio ni empresa que pudiese extender el nombre del Señor; aun cuando fuese exponiendo vuestra vida a las más terribles pruebas é inminentes peligros: animada mi alma, ó Santo mío, y confiadamente entregada á vuestra protección, porque sois poderosísimo, espera que libraréis a mi patria, de la que sois patrón, del azote asolador de peste y epidemia, y de cualquiera otro sacudimiento ó tribulación: y haréis, que cuantos estamos bajo vuestra tutela y cuidado vayamos por días medrando en la virtud. Así después de haber sido favorecidos con vuestro amparo en esta vida, seremos vuestros compañeros en la gloria. Amen.


DIA PRIMERO
¡Soberano Rey deja gloria, Dios y Señor de las virtudes!  que después de haber venido fuerte armado, y haber vencido y lanzado fuera el príncipe de las tinieblas, continuáis vuestra victoria y triunfo por medio de vuestros soldados: diciendo vuestro Benjamín sagrado todo el que ha nacido de Dios vence el mundo." Perfectamente realizado lo vemos, ó Señor, en vuestro Invictisimo mártir san Sebastián, héroe de la gracia é impertérrito defensor y propagador de vuestro nombre y de la santidad de los divinos preceptos. (Aquí se varia la oración en los siguientes días) *Vuestra gracia, ó Señor, le previno, para que a su tiempo viniese a ser el apóstol de vuestros confesores, y defensor de la Iglesia, porque con el fervor y virtud que le comunicasteis por medio del sacramento de la regeneración fué un muro por la casa de Dios. Por tan altas prerrogativas de que le colmasteis, os suplicamos nos toméis bajo las alas de vuestra protección, contra los asaltos de los enemigos capitales. Y además consigamos por sus merecimientos la gracia que pedimos en esta santa Novena, si ha de redundar a gloria vuestra y bien de mi alma. Amen.


OFRECIMIENTO
Eterno y omnipotente Dios, uno en esencia y trino en personas, en quien tan solo puede encontrarse la felicidad de vuestras criaturas: recibid. Señor, y bendecid este obsequio, que os ofrecemos en memoria de vuestro esclarecido siervo y mártir san Sebastián defensor de vuestra Iglesia, nuestro abogado y tutelar. Continuad, misericordiosísimo Padre, otorgando las demandas, que, valoradas con sus relevantes méritos, os presenta por nosotros. Librad a mi Patria de toda plaga destructora. Y así como nos disteis el ser para que os amásemos y sirviésemos en tiempo, os gozásemos en dichosa eternidad, así nos fortalezcáis para cumplir este fin, y cantar con nuestro santo vuestras altísimas misericordias entre los dulces resplandores de la gloria Amen.


ANTÍFONA DE SAN SEBASTIÁN
Escogió el Señor a este varón santo según su corazón, y le dio el resplandor de la visión eterna. Celebremos la solemnidad del bienaventurado mártir san Sebastián. Gozo haya en el cielo y en la tierra. Aleluya.
L/: Ruega por nosotros, san Sebastián.
R/: Haz sean perdonados nuestros pecados.
ORACIÓN: Atiende, ó Dios todo poderoso, a nuestra flaqueza: y pues nos oprime el peso de nuestros pecados, alívianos de el por la gloriosa intercesión del bienaventurado mártir san Sebastian. Por nuestro Señor J. C. Amen.


DIA SEGUNDO
* Vuestra gracia, ó Señor, le ha conducido siempre por los rectísimos senderos de la virtud, para que sus días fuesen días llenos a vuestros ojos purísimos. De aquí aquella rectitud en sus juicios, aun en los años infantiles; aquel menosprecio de las naderías del mundo; y aquel hermosear más y más cada día su alma grande. Por todas estas gracias, que tan abundantemente le prodigasteis, ó Dios mío, y por sus merecimientos, concededme la gracia que necesito para ser fiel a vuestros llamamientos. Encaminad hacia mí una mirada de predilección, y además la gracia que os pido en esta santa Novena si ha de redundar a gloria vuestra y bien de mi alma. Amen


DIA TERCERO
* Vuestra gracia, ó Señor, en tan alto grado lo dotó de la prudencia del espíritu, que sin embargo los vivos ardores de seguiros en el camino de la cruz, supo engañar al mundo bajo el traje de soldado, para realizar los altos fines á que le teníais destinado. Por esta virtud, y por todas las demás de que le adornasteis, dignaos, Dios mío, dirigirme en todas mis obras y acciones, para cumplir siempre las obligaciones de buen cristiano. Y además concededme la gracia que os pido en esta santa Novena, si ha de redundar a gloria vuestra y bien de mi alma. Amen.


DIA CUARTO
* Vuestra gracia, ó Señor, le infundió una fe tan heroica, que le hizo obrar tantos prodigios, mostrando en todas sus palabras y obras cuan profundas raíces tenía en su corazón esta virtud teologal, sin la cual es imposible agradaros, por ser la primera base del hermoso edificio espiritual. Humildemente suplicamos, ó gran Dios, a las puertas de vuestra clemencia, por la fe que comunicasteis a vuestro siervo nos deis virtud para imitarle, conservando la que profesamos siempre pura. Y, además nos concedáis la gracia que os pido en esta santa Novena, si ha de redundar a gloria vuestra y bien de mi alma. Amen.


DIA QUINTO
* Vuestra gracia, ó Señor, en tal manera le animó, que en ocasión alguna dejó de confiar en vos, y en vuestras inefables misericordias. Las persecuciones, ó Dios mío, las amenazas, los tormentos, ni aun la muerte misma pudieron distraer su espíritu fervoroso, ni perturbar la confianza que tenía en vos. A la vista de tan heroica esperanza, ó Señor, concedednos la virtud de no desconfiar jamás de vuestra adorable providencia. Y además la gracia que os pido en esta santa Novena, si ha de redundar a gloria vuestra y bien de mi alma. Amen.


DIA SEXTO
*Vuestra gracia, ó Señor, encendió en su tierno y candoroso corazón una hoguera tan admirable de caridad, que a manera de un volcán sagrado pega fuego a! mundo. Conoce que en amaros á vos y a sus hermanos por vos se encierra toda la ley y los profetas, cifra toda su ambición en que seáis conocido y amado. Por tan inflamada caridad, que comunicasteis a vuestro siervo, ó Señor, haced que se pegue a nuestros corazones este fuego divino, para que amemos a vuestra majestad sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos. Y además concedednos la gracia que os pedimos en esta santa Novena, si ha de redundar a gloria vuestra y bien de mi alma. Amen.


DIA SÉPTIMO
* Vuestra gracia, ó Señor, que le escogió a medida de vuestro corazón, como al Profeta, le comunicó tan prodigioso celo, que todos sus movimientos y deseos tenían por norte vuestra mayor honra y gloria. Este celo les conducía a los calabozos y cárceles para animar a vuestros confesores, que padecían por vuestro nombre, y convertir a los infieles, cuyos crímenes los había arrastrado a las prisiones, librándonos así de la eterna. Por sus merecimientos ruego, ó Dios mío, me concedáis el celo abrasado de este campeón, que le imité siempre trabajando por vuestra gloria. Y además me concedáis la gracia que os pido en esta santa Novena, si ha de redundar a gloria vuestra y bien de mi alma. Amen.


DIA OCTAVO
* Vuestra gracia, ó Señor, vuestro espíritu, que en los tribunales de los hombres responde por los que sufren por vos acompañó vuestro atleta a la presencia de Diocleciano; le hizo llevadero el tormento de las saetas, y le endulzó el cruel martirio de los azotes llenándole de gozo y alegría, porque le hacíais digno de confesar Vuestro nombre hasta exhalar su último aliento en los tormentos. Me confundo, Señor, a la vista de la constancia de nuestro Patrón, y de mi cobardía. Pero espero que por él me daréis el ánimo que necesito para confesar siempre la fe que profesé en el santo bautismo. Y además me concederéis la gracia que os pido en esta santa Novena, si han de redundar a gloria vuestra y bien de mi alma. Amen.


DIA NOVENO
* Vuestra gracia, ó Señor, que enriqueció su alma de tantas excelencias, acompañándole en esta vida, y mereciéndole la imperecedera corona de la gloria, le ha hecho príncipe en vuestro reino y poderoso protector de todos los que invocan su nombre. Muchos pueblos lo han conocido, ó Dios mío, y en medio de sus sacudimientos, azotes con que los penáis por sus desvíos, encuentran en él un tutelar y defensor. ¿Cuántas veces mi Patria en medio de asoladores contagios, ha tenido en él un Jeremías, que ha orado a vuestra clemencia por el pueblo y por esta ciudad, que está particularmente bajo su cuidado y poderosos auspicios? Atended, ó Señor, a los merecimientos de nuestro santo Patrón, y concedednos días de salud, de vida, de salvación. Y además concedednos la gracia que os pedimos en esta santa Novena, si ha de redundar a gloria vuestra y bien de mi alma. Amen.



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