miércoles, 14 de marzo de 2018

NOVENA A SANTA LUCIA




NOVENA A SANTA LUCIA DE SIRACUSA
Dada a la luz por el Rvd. P. Roque Alberto Fassi, de la Orden del Carmen
1863

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Omnipotente Señor, que criasteis la bellísima criatura de la luz, para que con su claridad viésemos las obras admirables de vuestra Omnipotencia, y alabásemos á buenas luces vuestra bondad infinita comunicada a tantas criaturas y después disteis a vuestra Iglesia en vuestra esposa Santa Lucía otra bella luz, para que los pecadores ciegos no tropezaran en tantos peligros, que el Demonio siembra en el mundo, y los hace caer; y en esta misma luz virginal, que no hace humo, colocasteis en vuestra Iglesia una lámpara de perpetua claridad y resplandor, con que adornaste todas las almas, como vírgenes prudentes, para parecer en vuestro tremendo juicio prevenidas de buenas obras: os rogamos nos concedáis por los méritos de vuestra amada esposa Sta. Lucía, luz de auxilios divinos, para no errar el camino que nos muestra el santo Evangelio; y viendo a esa luz nuestras faltas las lloremos arrepentidos para lograr vuestra gracia y después la gloria. Amen.


DIA PRIMERO
ORACIÓN
Gloriosa Virgen Santa Lucía, que conminada de la luz, fuisteis elegida por el divino Padre de las lumbres para guía de los pecadores ciegos, que siguiendo las tinieblas, dejan el camino del Cielo y la que arde en sus corazones, una luz natural que desprecian; y vos como esposa fiel de Jesús le consagrasteis vuestros bellos ojos para que no vieran vanidad, sino amor divino y virginal pureza, y para más agradable sacrificio, provocada de un joven lascivo, que dijo estar enamorado de vuestros ojos, los arrancasteis del cielo de vuestro bellísimo rostro, donde lucían como dos soles, y para que jamás sirviera sino para ejemplo de pureza, los enviasteis al engañado joven, para que en ellos viera si desengaño; y vuestro esposo Jesús, como más de vos enamorado os los restituyó más bellos: alcanzadnos de vuestro Jesús, modestia cristiana, y el retiro de nuestras ojos, para que viendo solamente la grandeza de Dios estimemos la pureza que hermosea al alma, y su custodia puntual nos aumente del divino Criador la gracia. Amen.


GOZOS
Pues quien devoto confía
En vos, halla intercesora
Sednos nuestra protectora
Gloriosa santa Lucía.

De nobles padres nacisteis
En Zaragoza de Sicilia,
Y a vuestra ilustre familia
Nuevo esmalte la añadiste;
En tu Oriente al mundo diste
Y al Cielo nueva alegría.

Ave María.

Tu eficaz meditación
Con Águeda, dio la vida
A tu madre, que afligida
Suplicó su intercesión;
Lo sanó vuestra oración
Del flujo que padecía.

Ave María.

Si a un joven le diste en ojos,
Que abrasaba impuro fuego,
Fué porque viéndolo ciego
Le distes tus propios ojos;
Del triunfo fueron despojos,
Que tu candor conseguía.

Ave María.

Del Cielo fué inspiración
Resolución tan, briosa,
Con que salís victoriosa
Del fuego de su pasión;
En tan proclamada acción
Os lleváis la primacía.

Ave María.

De liberal blasonasteis
Dándole tus ojos bellos;
Si él se desojó por ellos,
Tú por él te desojaste:
Amor con amor pagaste,
Mas tu amor a otro quería.

Ave María.

Pascasio, Juez, te prendió,
Sabiendo que eras cristiana,
Y a la casa más profana
Que le llevasen mandó;
Por este medio pensó
Que tu candor mancharía.

Ave María.

Se desengañó, cuan loca
Su vana presunción era,
Cuando al juzgarte ligera;
Te halló que eras firme roca
Pues de donde tu pie toca,
Moverte en vano porfía.

Ave María.

Viendo, no os puede arrancar
Porque raíz es tu planta,
Manda en tu blanca garganta
Un cuchillo traspasar;
Que no podía faltar,
Hierros a su tiranía.

Ave María.

Por eso, según recelo
Vuestro esposo celestial
Se os mostró tan liberal,
Enviándoos el pan del Cielo;
Al tener cuchillo al cuello
Tal convite se seguía.

Ave María.

Sois de la vista abogada,
Admitid, pues, nuestros ruegos
Y a vuestros devotos ciegos
Dadnos vista mejorada;
En la gloria tan deseada
Veros piden con fé pía.

Ave María




Antífona: ¡Oh Lucia, Esposa de Jesucristo! eres columna firme: todo el pueblo cristiano aguarda que recibas la corona de la vida.

L/: La gracia fue, derramada en tus labios.
R/: Por esto Dios te bendijo para siempre.

ORACIÓN: Señor Dios Salvador nuestro, escuchad benigno nuestras súplicas, para que, así como nos alegramos en la solemnidad de la bienaventurada Santa Lucía, vuestra virgen y mártir, así también seamos encendidos con piadosos afectos de devoción. Por nuestro Señor Jesucristo vuestro Hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.


ORACIÓN FINAL
Señor mío Jesucristo, verdadero Dios y hombre, que por solo vuestro infinito amor descendisteis del cielo a la tierra, y os vestisteis el saco de la naturaleza humana en el purísimo vientre de María Santísima, Madre y Señora nuestra, y compadecido de que el enemigo común, como lobo carnicero, hubiese hecho presa en mi pobre alma, padecisteis cruelísimos tormentos, hasta morir afrentosamente clavado en un madero, resucitando glorioso al tercer día triunfando de la muerte y del demonio. No permitáis, Señor que por mi fragilidad vuelva yo a ser esclavo de tan fiero enemigo, antes bien dadme auxilios de vuestra gracia para formar un acto de verdadera contrición, con que me pese de haberos ofendido, sólo por ser Vos quien sois, con propósito firme de no volver más a ofenderos: y concededme la petición que hago en esta novena, y el perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida, para que mi alma logre después veros y gozaros por eternidades en la gloria, donde vives y reinas en unidad del Padre y del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.


DIA SEGUNDOORACION
Gloriosa Santa Lucía, que como otros mártires nos muestran, los instrumentos de sus martirios, nos hacéis ostentación de vuestros bellos ojos en un plato, y no porque el tirano os los quitara, sí solo vuestro amor a la pureza virginal, y que los renunciasteis para no mirar ni ser mirada de otro que de vuestro esposo Jesús; y si en los ojos, como espejos naturales se representan entrañados cuantos miran, siendo los vuestros de cristal de roca en la fortaleza, entra­ñadnos en ellos para que quietos y sosegados de pasiones, quedemos tan modestos, que se conozca somos discípulos vuestros en esa y restantes virtudes; vuestros ojos hermosos nos miren benignos, como soles de vuestro rostro, para que dejando toda vanidad y curiosidad queden los nuestros de alma y cuerpo tan sanos, que no miren sino al Cielo, esperando de vuestro esposo Jesús la gracia que os pedimos en esta Novena. Amen.


DIA TERCERO
ORACION
Gloriosa Patrona nuestra, que agradecida a vuestra madre Eutiquia, enferma de un flujo de sangre, peregrinasteis al sepulcro de vuestra paisana Santa Águeda para pedir la salud de vuestra amada madre, que con tanta pureza y recogimiento os había educado, y hecha oración á aquella heroína celestial esta os honró llamándoos hermana mía Lucia, y os exhortó al martirio por vuestro esposo Jesús que a ambas adoptó por bijas y esposas y así hermanas por amor y pureza: os suplicamos pidáis al Señor se digne hacernos hermanos por la caridad divina, y quedemos libres de toda enfermedad de carne y sangre, esto es, de todo amor propio y curados de todo accidente de ojos, para que empleados estos en el culto de vuestro esposo, no miren sino las grandezas de Dios, que se ven en la naturaleza y gracia; y firmes en tan santa ocupación, queden nuestros ojos cerrados a todo lo terreno, y abiertos para veros en la eternidad de la Gloria. Amen.


DIA CUARTO
ORACION
Gloriosa Patrona de los pobres, que habiendo alcanzado en el sepulcro de vuestra Santa hermana Águeda la salud de vuestra madre, para pagar a vuestro esposo Jesús tan gran beneficio, le ofreciste todo vuestro cuantioso dote temporal repartido a los pobres; y replicando pía vuestra madre reservaseis esa acción para después de sus días, no sufrió vuestro amor a Jesús tanta dilación, sino que luego donasteis a Jesús en sus pobres todo vuestro patrimonio copioso: os rogamos inspiréis a todos los que abundan de bienes temporales, sea su voluntad última y primera la distribución de aquellos en los pobres, para que depositado en sus manos les sirvan de precio para comprar barata la gloria, que la limosna da a los que le ejercitan voluntarios; y á vos resulta mucha gloria accidental por haber dado ejemplo de piedad a los limosneros, y por haber renunciado por vuestro esposo tantas riquezas. Dios por vuestra intercesión mueva a todos a hacer limosna, para que en vuestra compañía logren las bellas riquezas del Cielo. Amen.


DIA QUINTO
ORACION
Gloriosa Santa Lucía, que, habiendo sabido el esposo terreno, a quien contra vuestra voluntad os habían vuestros padres ofrecido esposa, que habíais repartido a los pobres vuestro copioso dote, y el ciego y avaro impío llamó a esta bizarría cristiana desperdicio de su casa, fuisteis baldonada, y sufristeis tantos oprobios con paciencia cristiana, y acusada por el mismo esposo terreno delante del tirano Pascasio, respondisteis con denuedo y valor cristiano, alegre porque así os veíais digna de padecer por vuestro esposo celestial: os suplicamos nos alcancéis del mismo igual desprecio de bienes temporales, que tan asidos nos tienen a la tierra y atendamos solamente al celestial patrimonio que tiene Dios reservado para los limosneros, que habiendo empleado sus caudales en limosnas, dejaron todo por el que es todo nuestro consuelo, y que es espejo de los Bienaventurados en el Cielo, a quien miren nuestros ojos por la eternidad. Amen.


DIA SEXTO

ORACION

Admirable maestra de humildad y modestia cristiana Santa Lucía, que preguntada por el tirano Pascasio, si estaba en vos el Espíritu Santo, respondisteis con verdad cató­lica y modesta: Los que viven castamente, son templos del Espíritu Santo, y enojado el tirano sobre no conocer al Espí­ritu Santo, sentenció cruel y abominable fuerais llevada al lugar público de las mujeres perdidas, para que os dejara el Espíritu Santo; y vos llena de confianza cristiana le dijisteis que Dios os guardaría pura: os suplicamos pidáis a vuestro esposo celestial nos libre de nuestras pasiones carnales, que nos arrastran tras sí, para que puros nos gloriemos en Dios, y por Dios de la victoria que el Espíritu Santo ha ofrecido a los que pelean con valor en el campo de tantas batallas como se ven en el mundo, y así los engañosos placeres cedan a nuestra fortaleza, que Dios comunica a cuantos quieren recibirla, y podamos cantar la victoria de la castidad hermosa entre los ángeles, a que aspiremos con anhelo celestial, para ver a Dios con más puros ojos. Amen.


DIA SEPTIMO
ORACION
Singular Protectora de las vírgenes y castos Sta. Lucía, que con el peso milagroso que Dios pesador de espíritus os comunicó, lograsteis fortaleza para resistir á todas fuerzas humanas, y quedasteis tan inmóvil, que jamás os pudieron mover para ser llevada al infierno de la lascivia, y enojado el tirano os mandó cercar de pez y de otros incendios, y celebrarlos con fuego, para que quedareis abrasada; pero venerando el fuego material al que ardía en vuestro corazón encendido por el Espíritu Santo, y cortés no se atrevió a abrasaros, antes si olvidado de su natural activo os lució y hermoseó: os suplicamos pidáis al Espíritu Santo, abrase en su divino amor a los castos y vírgenes; y que el fuego de la lascivia jamás nos abrase, y resistiendo á sugestiones diabó­licas, quedemos seguros de esta y de su fuego infernal, á tanto que nuestros corazones sean templo vivo y puro del Espíritu Santo ahora y en la eternidad, celebrando la santidad y pureza vuestra, que hoy y siempre logra lauta gloria y esperemos acompañaros en ella. Amen.


DIA OCTAVO
ORACION
Celestial discípula del Espí­ritu Santo Santa Lucía, que doctrinada en las eternas verdades del Sto. Evangelio por el mismo Espíritu Divino, resististeis a las porfiadas disputas del tirano, que con sus falacias de gentil quería llevaros a la adoración sacrílega de sus ídolos, y le respondisteis con tanta sabiduría celestial, que si no quedó convencido del Evangelio porque no lo merecía, sino que lo desmerecía, al menos quedó confuso y avergonzado, no pudiendo responder a las verdades que le predicabais, y agitado de rabia de verse vencido de vuestra rara sabiduría, no pensó sino en tormentos con que atormentaros, y oyéndoos que a los siervos de Dios nunca faltarán palabras ni sabiduría para confundir los errores, porque el que habla en ellos es el Espí­ritu Santo, quedó el tirano sin poder hablar: os suplicamos pidáis al Espíritu Santo, vuestro único maestro, nos enseñe con sus santas inspiraciones lo que debemos obrar para ver en el Cielo en compañía vuestra la verdad de la santa Iglesia católica, conformada con vuestra celestial sabiduría. Amen.


DIA NOVENO
ORACION
Amante esposa de Jesús Sacramentado Sta. Lucía regalada en vuestra muerte, con el suave maná del Santísimo viá­tico, que apenas dicha tal leemos de otro mártir, por no permitirle los tiranos, quedáis por tanto favor celebrada esposa Eucarística en nuestra memoria, Moisés murió en el ósculo del Señor, como fiel amigo suyo y vos; que recibido el Santísimo Viático le entregasteis vuestro espíritu, ¿có­mo moristeis? En el ósculo de vuestro esposo Eucarístico, dando amorosa a este aquel aliento que dé el mismo recibisteis, al criaros para esposa suya, y creo píamente lo depositó Jesús en su corazón para uniros toda a su amor consumado. La luz del primer día cree muchos que fué símbolo de Jesús Sacramentado, y así accidente sin arrimo de substancia alguna; y siendo vos conminada de la luz, símbolo de Jesús Sacramentado, al morir se unió con vos en lazo más estrecho amor lucido, para entrar vos en el Cielo adornada de joya la más bella y admirada de todos los cortesanos celestiales. Ojalá os veamos triunfante con vuestro Jesús en la Gloria y la santa Iglesia católica logre en sus Monarquías aquella paz que antes de morir la profetizasteis, muertos los tiranos que la afligían. Amen.

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