martes, 13 de marzo de 2018

NOVENA A SAN COSME Y SAN DAMIAN





NOVENA A LOS SANTOS MÉDICOS SAN COSME Y SAN DAMIÁN

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Jesús dulcísimo bondad suma, yo confieso que eres mi Dios y que te he ofendido con mis enormes culpas, más conociendo que eres Redentor mío, me postro a tus pies y arrepentido te pido perdón por todas mis ingratitudes, valiéndome para conseguirlo, de tu preciosísima sangre, que habiéndose derramando para mi remedio, está pidiendo misericordia para los pecadores. Pequé Señor: más ya me pesa de haber agraviado a quien es digno de todo amor. Espero que me recibas en tu gracia, y con ella propongo en lo que me quedare de vida, amarte, servirte y no apartarme de tu santa voluntad. Primero morir que ofenderte mi Jesús, ten misericordia de mí. Amén.

ORACIÓN
Gloriosísimos Mártires de Cristo, y abogados míos, San Cosme y San Damián, que unidos en caridad verdadera, y como hermanos, más por la fe cristiana que testimoniaron con el derramamiento de su sangre, me valgo de su poderosa intercesión: y les suplico, fiado en su misma santidad, me alcancen de Dios nuestro Señor, primeramente todo aquello que conduce a la gloria suya, coma para bien de mi alma: y después, el remedio de mis aflicciones, la paciencia que necesito en los trabajos, y por el favor que solicito en esta novena de mi devoción, cómo y en cuanto conviniere para mi salud eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
(La siguiente oración es la que cambia según el día que corresponda de esta novena, se realizaran todos los días: Padre Nuestro, Ave María, Gloria; sumadas a las oraciones que continúan y por ultimo las letanías de los santos)


PRIMER DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia, que a gloria tuya se la comunicaste a tus fieles siervos San Damián y San Cosme para que, desterrando los errores de la gentilidad, abrazaron tan firmemente la fe católica. Te suplico a Ti que complaces en la generosa voluntad de estos Santos: Poniéndolos por mis intercesores, te pido me des fortaleza para permanecer en mi fe católica: y que en la hora de mi muerte cuando el demonio me combata con tentaciones contra la fe, que yo no sea vencido. Así mismo el bien que deseo en cuanto fuere de tu agrado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

ORACIÓN
Mártires Santísimos Cosme y Damián, aunque no merezco su protección, más conociendo que la caridad con que favorecieron a los miserables en la tierra; les suplico obsequio de su bondad, rogar por el bien de sus criaturas, y que sean mis intercesores para el remedio de la necesidad, que al presente necesito. (Aquí se hace la petición por la persona que lo necesite).


ORACIÓN
Santos médicos pidiendo su intercesión, para quien  los ha elegido por sus abogados, deseoso de que en vista de su valimiento, todos los hombres tributen alabanza y glorifiquen a Dios, que se hace admirable en sus Santos. Les pido por la dilatación de nuestra Santa fe: por  la Santidad de la Iglesia Católica, por la paz y concordia entre los pueblos; por la libertad de las almas que padecen el purgatorio; por la salud de los enfermos y por el acierto de los médicos en sus curaciones; y finalmente por su devotos consiguiéndoles una muerte en gracia, en que aseguren la eterna gloria. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


SEGUNDO DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia, que a gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus siervos fieles San Cosme y San Damián para que dando milagrosa salud a enfermos incurables, justamente los alumbrasen en el alma y siendo gentiles trajesen al gremio de la Santa Iglesia, donde recibiendo su fe, confesasen a Cristo. Te suplico por intercesión de estos Santos, poniéndolos por mis intercesores, me des la caridad verdadera para beneficiar a mis prójimos en cuerpo y alma. Así mismo el bien que deseo en cuanto fuere de tu agrado. Por Jesucristo nuestro Señor Amén.


TERCER DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia que en la gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus siervos fieles San Damián y San Cosme, para que reconvenidos del tirano, sin acobardarles los crudelísimos tormentos que les esperaban, abominasen los ídolos que les propusieron para la adoración, predicaron que solamente en Jesucristo, y su Santa ley está la salvación.  Puesto que te complaces en la valentía admirable de estos Santos, poniéndoles por mis intercesores, te pido me des una resolución firme, para que, despreciando los vanos respetos del mundo, y preciándome de ser cristiano, practique las virtudes propias de mi fe cristiana. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


CUARTO DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia, que a gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus fieles siervos San Cosme y San Damián, para que aprisionados con pesadas cadenas, puestos en estrecha cárcel permaneciesen constantemente en su confesión, alegrándose de padecer por Cristo, a quien tenían en el corazón para amarlo, y en la boca para bendecirlo. Puesto que te complaces en la invicta constancia de estos Santos, poniéndolos por mis intercesores te pido me des esta virtud para sufrir con resignación mis trabajos y no desistir de mis buenos propósitos, aunque padezca mucho para ejecutarlos, así mismo el bien que deseo en cuanto fuera de tu agrado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


QUINTO DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia, que a gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus fieles siervos San Damián y San Cosme, para que arrojados al mar con las cadenas que los oprimían en medio de las olas testificasen tus verdades, y confundiesen a los gentiles, que los miraban andar libremente sobre las aguas, como por tierra firme, premio de la confianza que les aseguraba tu favor. Puesto que te complaces en las maravillas que obraste en estos Santos, poniéndolos por mis intercesores, te pidió me des aquella confianza admirable que necesito para vencer mis pasiones, y glorificarte con mis victorias, así mismo el bien que deseo en cuanto fuere de tu agrado.  Por Jesucristo nuestro Señor. Amen.


SEXTO DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia, que en la gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus fieles siervos San Damián y San Cosme, para que condenados a la hoguera, no temiesen la voracidad de las llamas porque en su interior ardían el fuego más poderoso de tu amor, al que respetando el material no les ofendió, sino que revertido contra los que lo atizaban, los redujo a cenizas con asombro de los demás gentiles, que asistían a tan prodigioso espectáculo. Puesto que te complaces con la fineza con la que estos Santos te amaron, poniéndolos por mis intercesores, te pido me des a gustar de este tu divino fuego para que te amé a ti solo y solo por Ti, así mismo el bien que deseo en cuanto fuere de tu agrado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


SÉPTIMO DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia, que en la gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus siervos San Damián y San Cosme, para que, puestos en el potro de los tormentos, sufriesen con la alegría el descoyuntamiento atrocisimo de sus miembros todos, y enviaste a tus ángeles para que los confortasen y los sacasen sanos del suplicio. Puesto que te complaces en los gloriosos triunfos de estos Santos, poniéndolos como mis intercesores, te pido que mes des la ayuda de tus soberanos mártires, para que triunfe sobre el demonio y el pecado. Así mismo el bien que deseo en cuanto fuere de tu agrado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


OCTAVO DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia, que en la gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus siervos San Damián y San Cosme, para que levantados en altas cruces, allí fuesen mortalmente heridos, primero con piedras, y después con dardos, y aunque obrando tu providencia, los tiros se volvían contra su autores, haciendo en ellos el estrago que intentaban en los ínclitos Mártires, empero no les falto el deseo de morir en la demanda en obsequio tuyo. Puesto que te complaces en el ánimo esforzado de estos Santos poniéndolos por mis intercesores, te pido me des voluntad y resignación para abrazarme a la cruz de mi estado y en ella esperar los golpes que quisieres enviarme, así mismo el bien que deseo en cuanto fuere de tu agrado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


NOVENO DÍA
Omnipotente Dios, autor soberano de la gracia, que en la gloria tuya se la comunicaste en abundancia a tus fieles siervos San Damián y San Cosme, para que ofrecidos gustosos los cuellos al cuchillo, consiguieran, por último, por el derramamiento de su sangre, la corona de Mártires y habiéndoles glorificado en el cielo, con tu vista para que también sean glorificados en la tierra, obras por sus medios muchos milagros con los miserables que se valen de su protección. Puesto que te complaces en el glorioso martirio de estos Santos, poniéndolos por mis intercesores, te pido me des una muerte en gracia tuya, y que me disponga para ella con las virtudes de la Fe, Esperanza y Caridad, y así mismo deseo el bien en cuanto fuere de tu agrado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

GOZOS A LOS SANTOS MÁRTIRES COSME Y DAMIÁN

Pues sois delante de Dios
Abogados poderosos,
Sed nuestros intercesores
Oh Cosme y Damián Gloriosos.

Al estudio consagrados

La medicina emprendisteis
Y I los pobres socorristeis,
En sus males desgraciados;
Con milagros portentosos
Ahuyentasteis sus dolores

Los enfermos que acudieron
A vosotros en sus males
Inveterados, fatales,
El remedio recibió:
Vuestro celo cuidadoso
Los libertó de temores.

Con la señal de la cruz
Curas notables hicisteis,
Y con ellas devolvisteis
A mil pobres la salud
Estos hechos prodigiosos
Os atrajeron honores

Vuestro nombre fué invocado
Con segura confianza.
Pues él era la esperanza,
Del triste desconsolado,
Que con ardor fervoroso
Os llamaba en sus, dolores.

Los Gentiles os persiguen
Con rabia y grande furor,
Mas os defiende el Señor
Y su intento no consiguen;
De tormentos horrorosos
Fuisteis siempre y vencedores.

El vil tirano creyó
Acobardar vuestro celo,
Con tormentos; pero el Cielo,
De firmeza os revistió,
Y con pecho valeroso
Despreciasteis sus rigores.

En el ecúleo tendidos
Con duras cuerdas atados,
Cruelmente atormentados
No exhalasteis un gemido,
Y al tormento doloroso
Fuisteis por Dios superiores.

Al mar fuisteis arrojados,
Pero el Señor os libró,
Un Ángel suyo envió
Para ilesos de él sacados:
Y a tierra vuelto gozosos
Entonasteis sus loores.

Pensando que el fuego haría
Lo que el agua no pudiera
Os arrojan a una hoguera
Con furor, y saña impla;
Pero el cielo cuidadoso
Os libró de sus ardores.

En vano blanco os hicieron
De sus dardos y saetas,
Sin fuerza quedaron estas
Y dañaros no pudieron:
Tantos hechos milagrosos
Os declaran vencedores.

Vuestro fervor y constancia
Premiada ha sido en el cielo,
Donde sois nuestro consuelo,
Oh médicos generosos
Escuchad nuestros clamores.

Pues que delante de Dios
Vuestro ruego es poderoso
Sed nuestros intercesores
Oh Cosme y Damián gloriosos.

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