NOVENA
AL PEREGRINO JACOBEO
SAN AMARO
ESCRITA POR D. E. MELENDO
BURGOS 1954
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Omnipotente
y siempre eterno Dios, principio de todo principio y fin de todo fin, abismo
infinito de perfecciones infinitamente perfectas; que te dignaste criar al
hombre a tu imagen y semejanza, y aún después de su prevaricación en el paraíso,
le miraste con ojos de misericordia, dejándole la luz de la razón natural,
dándole luego la ley escrita y últimamente la de gracia, que es el
perfeccionamiento y coronación de las demás; para que, viviendo en justicia y
santidad, pasara rectamente por el desierto de este mundo y pudiera arribar
felizmente al puerto de la gloria. Por estas tres grandes muestras de tu amor
¡oh Dios mío! y por la muchedumbre de los justos que se han santificado
especialmente en la ley de la gracia, te suplico, Señor, que fortalezcas al
pueblo cristiano para que persevere con fervor y espíritu de verdad en tu
servicio; hasta que lleguemos a ver vuestro divino rostro en la patria de los
justos. Amén.
Aquí se rezan tres Padre
nuestros, tres Ave-Marías y tres Gloria Patris, en reverencia del misterio de
la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
PRIMER DÍA
¡Oh amantísimo Jesús! luz
divina de las almas que iluminaste a tu siervo Amaro, para que dé remotas
tierras emprendiera su peregrinación al Apóstol Santiago de España, y al llegar
al Hospital del Rey, en Burgos, le hiciste conocer por una nueva inspiración
divina el deseo de emplearle en tu servicio asistiendo a los pobres enfermos
que se hallaban en aquel Santo Hospital. Por esta muestra de tu amor con que
diste a conocer tus designios a este humilde siervo tuyo; te suplico, Señor,
que infundas en mi corazón los sentimientos de caridad que infundiste en el
bienaventurado San Amaro, para que haciendo obras dignas de un buen cristiano
mientras estuviese en este mundo, consiga alcanzar algún día la corona inmortal
de la gloria y la gracia que al presente os pido en esta Novena si es para la
gloria vuestra, aumento del culto de este Santo y utilidad de nuestras almas.
Amén.
AFECTOS
Vos sois nuestro Dios y os alabaremos siempre.
Vos sois nuestro Padre y os respetaremos como humildes hijos. Vos sois en fin
el Señor de las virtudes; a Vos es dada toda la gloria, toda la alabanza y
bendición por los siglos de los siglos. Amén.
Con la siguiente oración
se concluye todos los días.
ORACIÓN
Oh Dios de bondad y padre
amorosísimo, que siendo dueño del universo y majestad infinita os dignáis comunicar
vuestras luces a las más humildes criaturas, y no desoís la oración del pobre
que a Vos acude; inflamad. Señor, las almas nuestras en vuestro divino amor,
para que en todas las adversidades y peligros espirituales y corporales
acudamos a vuestro soberano amparo; perseverando hasta el fin de nuestra vida
en el ejercicio santo de las virtudes cristianas, para que podamos vivir libres
de las muchas calamidades que nos rodean y seguros de toda perturbación, por Jesucristo
Nuestro Señor. Amén.
GOZOS
Pues estáis en la mansión
de nuestro Dios infinito:
intercede por nosotros
Amaro, Santo bendito.
Viniste de tierra extraña,
tal vez de nación francesa,
a cumplir una promesa
al grande Apóstol de España,
Santiago, y toda tu hazaña
fue amparar al pobrecito:
Con mucho gozo volviste
desde Galicia a Castilla
cumplida con fé sencilla
la ofrenda que al Santo hiciste;
y a ser consuelo viniste
del enfermo cual medito:
Si el demonio tentador
en figura de mendigo
quiere habérselas contigo
astuto y engañador,
tu gran caridad y amor
te elevan a lo infinito:
Más de una vez te encontraron
esperando en los caminos
a los pobres peregrinos
que a tí cansados llegaron,
y cargártelos miraron
con un esfuerzo inaudito:
Si al más llegado doliente
de más repugnante cura
asistías con ternura
edificando a la gente,
y ahuyentabas felizmente
su angustia, pena y conflicto:
Del Rosario de María
la constante devoción
de tu predestinación
viste que prenda sería;
por eso en el Cielo un día
se leyó tu nombre escrito:
Con penitente dolor
tu cuerpo mortificabas
y cada día aumentabas
tu humildad y tu fervor,
y así te elevó el Señor
de su gloria al finiquito:
Siempre es la muerte del justo
el principio de la vida,
y así la ve fenecida
sin penas, ayes ni sustos;
por eso Amaro, con gusto
la recibiste contrito:
Si en la noche de tu muerte
las campanas se tañían
y resplandores venían
desde el Cielo a esclarecerte,
por tu venturosa suerte
con mayor gozo repito:
Pues estáis en la mansión
de nuestro Dios infinito
intercede por nosotros
Amaro, Santo bendito
V. —El Señor le amó y le distinguió.
R. —Le vistió vestidura de gloria.
ORACIÓN: Suplicamoste
Señor que nos haga recomendables la intercesión del bienaventurado Amaro,
humilde siervo tuyo, para conseguir por su patrocinio lo que no podemos por nuestros
merecimientos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
DIA
SEGUNDO
ORACION
Oh divino Jesús, manantial de todo bien y fuente de toda
consolación, que alentáis a vuestros siervos para que cumplan los votos que os
ofrecen como lo hicisteis con el peregrino San Amaro; que cumplido el voto que
ofreció al Apóstol Santiago, volvió gozoso al Hospital donde os había prometido
emplearse en el ejercicio de las virtudes, asistiendo cuidadosamente a los
pobres enfermos de aquel establecimiento. Por aquella santa resolución que Vos
infundisteis en su alma, os suplico humildemente que deis aliento a mi flaqueza
con vuestra gracia divina; para que forme yo también una resolución firme de
serviros y agradaros, y me concedáis las gracias que os pido por medio de esta
Novena, si es para gloria vuestra, culto de este Santo y bien de las almas.
Amén.
DÍA TERCERO
ORACION
Oh amorosísimo Jesús, vigilante pastor de nuestras almas,
que al verlas en peligro de perderse como ovejas extraviadas del redil las
avisáis los riesgos que corren si se separan de los pastos saludables de
vuestras gracias espirituales, como lo verificasteis con vuestro siervo Amaro a
quien el demonio en figura de mendigo quiso burlar; y conocido por el Santo
quedó corrido y avergonzado huyendo en precipitada fuga de su presencia; por
esa solicitud divina con que avisáis a vuestros siervos de los peligros que
corren, os suplico, Señor, os dignéis avisarme en todos los peligros que pueda
correr en este mundo de perderme y me concedáis la gracia que os pido en esta Novena,
si es para gloria vuestra, aumento del culto de este Santo y bien de las almas.
Amén.
DÍA CUARTO
ORACIÓN
Oh amabilísimo Jesús, cuya ardiente caridad hace inflamar
a las almas en vuestro divino amor, y con los ejemplos de esta virtud que Vos
mismo practicasteis viviendo en este mundo, encendéis los corazones de los
justos hasta abrasarlos en la hoguera de vuestro amor. Por la caridad que
abrasaba el corazón del bendito San Amaro, la cual le obligaba a salir a los
caminos en busca de los pobres enfermos y peregrinos que llegaban cansados y a
cargárselos sobre su espalda conduciéndolos al Santo Hospital para curarlos y
asistirlos, os suplico, Señor, humildemente encendáis en mi corazón la llama de
la caridad, para que ame a Dios y al prójimo como a mí mismo y me concedáis la
gracia que os pido en esta Novena, si es para gloria vuestra, aumento del culto
de este Santo y bien de las almas. Amén.
DIA QUINTO
ORACIÓN
Oh divino Jesús, Rey de la gloria y Señor de las virtudes,
que las practicasteis todas en grado heroico desde el pesebre de Belén hasta la
cumbre del Calvario, y nos dejasteis ejemplos sublimes que imitar. Por las que
a imitación vuestra tuvo el glorioso San Amaro, cuando asistía a los enfermos
de las dolencias más repugnantes, con la mayor ternura y edificación de cuantos
le veían; os suplico. Señor mío, que deis aliento a mi flaqueza, para que
siempre que tenga ocasión de emplear mi caridad con los enfermos la haga de una
manera eficaz y cariñosa y me concedáis la gracia que os pido en esta Novena,
si es para gloria vuestra, aumento del culto de este Santo y bien de las almas.
Amén.
DÍA SEXTO
ORACIÓN
Oh reina del cielo y poderosísima Señora para defender a
vuestros devotos, estrella del mar que los guiais al puerto de la gloria en
donde os alaban y contemplan. Por la devoción tiernísima que tuvo el peregrino
San Amaro, a vuestro Santo Rosario, os suplico ¡oh madre mía! me alcancéis el
fervor y la perseverancia en el ejercicio de vuestro Santísimo Rosario, que es
prenda segura de nuestra predestinación, y pidáis a vuestro divino Hijo la
gracia que espero conseguir en esta Novena, si es para gloria suya y vuestra,
aumento del culto católico y bien de las almas. Amén.
DÍA SÉPTIMO
ORACIÓN
Oh pacientísimo y amabilísimo Jesús, que siendo la
inocencia misma y el santo de los santos, quisisteis sufrir por nosotros como
pecador y penitente las humillaciones, los trabajos y las afrentas en toda la
carrera de vuestra vida santísima, coronándola por fin con los tormentos inauditos
de la sagrada pasión y muerte de Cruz. Por el espíritu de penitencia que tuvo
el bienaventurado San Amaro, con el cual mortificaba su cuerpo en la soledad,
os suplico me alcancéis espíritu de resignación en vuestra divina voluntad,
para que mortificando aquí mis pasiones rebeldes, pueda veros algún día en el
cielo, y me concedáis al presente la gracia que os pido por medio de esta
Novena, si es para gloria vuestra, aumento del culto católico y bien de las
almas. Amén.
DÍA
OCTAVO
ORACION
Oh Jesús, soberano bien, que siendo inmortal y eterno
quisisteis sujetaros a la muerte por redimirnos y darnos la vida eterna, y para
enseñarnos y fortalecernos con vuestro ejemplo. Por el espíritu de resignación
con que abrazó gustoso la muerte el bendito San Amaro, mirándola como el
principio de la vida venidera; os suplico humildemente me alcancéis la
resignación y fortaleza que necesito para morir como verdadero cristiano, y
esperar con fé viva en la bienaventuranza eterna de la gloria, y me concedáis al
presente la gracia que os pido por medio de esta Novena, si es para gloria
vuestra, aumento del culto católico y bien de las almas. Amén.
DIA
NOVENO
ORACIÓN
Oh Dios omnipotente, cuyos antiguos prodigios ilustraron
tanto a vuestro pueblo, y los habéis repetido tantas veces con vuestros
siervos, para dar a conocer vuestro beneplácito con las almas que fielmente os
sirven. Por el milagro que hicisteis en la muerte de vuestro fidelísimo siervo
Amaro, permitiendo se tocaran solas las campanas en la noche de su dichosa
muerte, así como que cubriera un resplandor celestial la morada donde el Santo
había muerto, con gran admiración de las gentes que lo vieron; hacedme. Señor,
manso y humilde de corazón, para que perseverando fielmente en vuestro servicio
merezca en la hora de mi muerte tener el consuelo y la esperanza de que me
recibáis en vuestra gracia en la patria del descanso eterno y me concedáis al
presente la gracia que os pido en esta Novena, si es para gloria vuestra,
aumento del culto de este Santo y bien de las almas. Amén
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