PRIMITIVA NOVENA A MARIA SANTISIMA DEL ROSARIOQUE SE VENERA EN LA BASÍLICA DEL
ROSARIO DE LIMA, PERÚ
1866
ORACIÓN
Soberana Reyna de los Ángeles
y de los hombres: Serenísima Emperatriz de los cielos y dela tierra; Santísima
María del Rosario, sola Virgen entre las madres, y sola madre entre las Vírgenes:
como única Virgen Madre de Dios, Señora nuestra y abogada de pecadores en el
acatamiento divino, yo el mayor pecador de todos, os saludo como a muy amada
Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa del Espíritu Santo. Templo y
Sagrario de la Santísima Trinidad: yo os suplico humildemente con todo el
afecto de mi corazón puesto a vuestros sacratísimos pies, que os dignéis poner
en mí esos vuestros ojos misericordiosos: pues no se ha oído jamás que los apartáis
de quien así implora vuestro favor: el mayor que os pido, juntamente con el que
sabéis que deseo es, que me admitáis en el número de vuestros dichosos
esclavos; pues como tal os quiero servir perpetuamente, y ser perpetuo esclavo
de la que se llamó Esclava del Señor, cuando fué anunciada por Madre suya; y
pues María quiere decir Señora, sed María siempre para mí: sed mi Señora de aquí
adelante, que como mi Señora os ofrezco mi corazón, mi alma, mi cuerpo, mis
pensamientos, palabras y obras ahora y en la hora de mi muerte, para lo cual me
dispongo con esta escritura de mi esclavitud, que quisiera firmar con la sangre
de mi corazón. Entre tanto, Señora dispongo traer siempre conmigo la cadena de
esclavo vuestro, en vuestro sagrado Rosario rezando todos los días y celebrando
entre año vuestras principales festividades: haced que así lo cumpla
perfectamente, y que en mi vida y en mi muerte experimente la eficacia de
vuestro poderoso patrocinio, pues Dios gusta de que todos los bienes se nos
comuniquen por vuestro medio, y que el miserable pecador que no os invocare en
esta vida temporal, no le goce a él en la vida eterna. Amen.
ANTÍFONA
Tu Rosario sagrado
Virgen, Madre de Dios, causó a todo el mundo grande gozo, porque de tí nació el
Sol de justicia, Jesucristo Dios nuestro, el cual nos dio su divina bendición
contra la antigua maldición y confundiendo a la muerte nos dio la eterna vida.
L/: Celebremos con alegría espiritual, la presente
solemnidad de la Virgen María.
R/: Para
que ella misma interceda por nosotros a nuestro señor Jesucristo
ORACION:
Rogámoste señor Dios nuestro, que nos concedas a tus esclavos el don de tu
gracia celestial, para que a los que fue principio de su salud, el parto de la
Virgen Madre bienaventurada María sea también aumento su Concepción según lo
presente de toda paz y felicidad, por Cristo Nuestro Señor Amen.
DIA PRIMERO
Señor Dios Trino y Uno,
en quien creo, en quien espero a quien estimo sobre todas las cosas: os doy
muchas gracias, porque os dignasteis de hacer y coronar á María Santísima que
por sus merecimientos y por su Concepción Purísima me con cedáis una pureza de
ángel, buena vida y buena muerte, y lo que especialmente os suplico en esta
Novena. Amen.
GOZOS
Cantemos
con devoción
Á
la que es de Dios Sagrario,
Señora por tu Rosario
logre yo
mi salvación.
De
Jesucristo la vida
el
Rosario nos propone,
y
en eso a todos impone
que
es su imitación debida:
también
es cosa sabida
que
es regla sin excepción.
Entre
clases divididos
estos
misterios verás,
y
en ellos meditarás
como
fuimos redimidos:
tus
sentidos recogidos
ten
en su meditación.
En
los misterios gozosos
hallarás
alta doctrina,
y
de afectos una mina
los
más tiernos y amorosos:
son
los verdaderos gozos
en
nosotros su fruición.
Si
meditas con fervor
los
dolorosos misterios,
sacarás.
afectos de ellos
de
compasión y dolor:
Por
ellos tu Redentor
te
exijo su imitación.
Todo
el bien que de Dios viene
con
sus tesoros preciosos,
en
los misterios gloriosos
hallarás
que se contiene:
medítalos
cual conviene
y
en ellos pon afición.
Todos
pues con voluntad
el
Rosario lo recemos,
y
con él siempre alabemos
a
la Madre de piedad:
toda
la divinidad
puso
aquí su habitación.
Es
remedio universal
el
Rosario sacrosanto,
de
toda pena y quebranto
y
en todo peligro y mal:
su
virtud es tanta y tal,
que
sana toda aflicción.
Aquel
que el Ave María
devotamente
rezare,
y
a la Virgen saludare
con virtud y oración pía:
del
juicio en el grande día.
no
verá su perdición.
El
justo, el ángel y el santo
con
acorde melodía,
á
su Emperatriz María.
la
alaban con este canto:
el
Cielo se alegra en tanto
con
esta salutación.
El
Rosario bien rezado
es
remedio universal,
de
todo quebranto y mal
señal
para el de hombre
predestinado atribulado:
es
tan santa ocupación.
Venid
todos y alabemos
á
nuestra reina María,
y
en toda hora cada día
devotos
la veneremos:
si
así fuere, no dudemos
de
su gran retribución.
Por
tí benditos seamos
como
humildes lo pedimos,
y
pues por tí a Dios tuvimos
Por
tí también lo veamos:
por
vuestro medio esperamos
verle
en la celestial Sion.
Que
Dios ha de perdonarte
ten
por cierto, si a María,
invocaras
con fé pía
tratando
tú de enmendarte:
tu
conseguirás salvarte.
sí
alcanzas su protección.
Si
quieres asegurar
los
divinos beneficios.
no
omitas los ejercicios
del
Rosario bien rezar:
Por aquí podrás llegar
á
su firme posesión.
A
todos pues, Madre amable
que
ahora en vida os alabamos
en
la gloria haced veamos
Al
Dios trino inefable:
cuyo
nombre es admirable
por
eterna duración.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dios
te salve, Virgen Sagrada, Purísima María, Lirio purísimo de la Santísima
Trinidad, especial cuidado de la Omnipotencia de Dios, con fé muy constante
invocamos vuestro dulcísimo nombre, gloriosísima Madre para que al intento que
esta Novena se dirige, logre su piadoso efecto nuestra esperanza: la gracia de
tu Soberano Hijo está contigo; y pues la tienes toda de su mano, haz benignísima
Señora, que sea tan poderosa para nuestras miserias y necesidades, como lo es
para librar al mundo de los combates del infierno, y sea eficaz a nuestras
humildes súplicas, como os es, para llenar en el Cielo a todos los bienaventurados
de gloria: llena eres, Señora, del poder y gracia de la Trinidad Santísima.
Bendita seas por toda la eternidad: Criatura excelentísima, preciosísima,
poderosísima; toda la Omnipotencia se emplea en vuestro Santísimo Nombre
(dulcísima María,) y pues después del Nombre Soberano de vuestro preciosísimo
Hijo, no hay otro de tan segura defensa: haz que a la invocación se doblen las
rodillas quebrantados cuantos enemigos amenazan nuestra fé. Y lo repetimos,
Señora, doblando con nuestros corazones los suspiros. Bendita seas, Purísima
María, Excelentísima María, sed para nosotros siempre María; María en nuestros
ojos, María en nuestros corazones, María en nuestras almas; y pues a tu dulce invocación
se regocija el Cielo, se alegra la tierra, se gozan los ángeles y los demonios
tiemblan, estremézcanse y vuelvan la espalda derrotados los enemigos que
tenemos como secuaces del infierno: sosiega las turbaciones que nos congojan;
bien sabemos y humildes confesarnos Madre Misericordiosísima, que rehúsa la pronunciación
de vuestro purísimo nombre, la indignación de nuestros labios; que lo traemos
ofendido con nuestros delitos; que hemos irritado a vuestro Sacratísimo Hijo
con el desahogo de nuestras culpas, que son causa de estas amenazas; pero a eso
venimos Señora, a que penetres los ánimos obstinados, a que nos enseñes a huir
los vicios y ejercitar las virtudes, para que con estas prevenciones aplaquemos
el justísimo enojo del Cielo: sea inefable vuestro aliento para ampararnos.
Pues no permites tú que se pierda un hombre que pudo decir MARIA, no nos
perdamos. y no nos pierdan nuestros delitos, que ya gritamos todos MARIA. Rompe
con los enemigos: a ellos, Señora, disípelos vuestro nombre, como a nubes
fáciles; y el Sol de vuestro Hijo que en vos es bendito como fruto soberano de
vuestro vientre, acompañe la mirada risueña de tus misericordiosísimo ojos, á
las lágrimas de vuestras congojas, al dolor de nuestros corazones con que arrepentidos
pedimos perdón de nuestros delitos; y pues no ha menester vuestra misericordia
que os repita sus daños nuestras miserias, regocijaos, Señora, con el Sol que
tenéis en vuestros brazos, para que aplaque su justicia, alcanzándonos penitencia.
con que le desagraviemos, y gracia con que le agrademos, para que vivamos
seguros con el aliento de vuestro Hijo y con el vuestro. Y
tú Rosa divina, pues eres la flor de los de deleites de María, ponte a sus
ojos, para que por ese medio seamos bien vistos en su presencia, tus hijos,
siervos y paisanos: cerca estás del corazón de Jesús, y tan cerca, que eres su
mismo corazón: ponle en el vuestro, pasándolo por tu mano, y con afecto
ardiente a Jesús tu dulce Esposo amante, pon estas súplica: rendidas para que
por tí, en tí y por María, vivamos seguros en este valle de lágrimas, se
mantenga firme tu Patria en la fé, líbranos de enemigos en la tierra, y alcance
nuestra esperanza las promesa de tu gloria. Amen.
DIA SEGUNDO
Señor
Dios Trino y Uno, en quien creo, en quien espero, a quien amo y estimo sobre
todas las cosas: os doy muchas gracias porque os dignasteis de hacer y coronar
a María Santísima Reyna de los Arcángeles, a quienes excedió incomparable mente
en la confianza que hicisteis de ella para el conocimiento de la Encarnación
anunciada por uno de ellos; y os suplico, que por sus merecimientos y por su Natividad
santísima, me concedáis que en mi se logre el fruto de tan gran beneficio con
una buena vida y buena muerte; y lo que especialmente os suplico en esta
novena. Amen.
DIA TERCERO
Señor Dios Trino y Uno, en quien creo, en
quien espero, a quien amo y estimo sobre todas las cosas: os doy muchas gracias
porque os dignasteis de hacer y coronar á María Santísima reina de los
Principados, a los cuales excedió incomparablemente en su ministerio, que es
cuidar de su salud eterna de los hombres; y os suplico que por sus merecimientos
y por su devotísima presentación, me concedáis buena vida y buena muerte, y lo
que especialmente os suplico en esta novena. Amen.
DIA CUARTO
Señor
Dios, Trino y Uno, en quien creo, en quien espero, a quien amo y estimo sobre todas
las cosas: os doy muchas gracias porque os dignasteis de hacer y coronar á
Manía Santísima Reyna de las Potestades; a quienes excedió incomparablemente en
el poderío sobre los demonios; y os suplico, que por sus merecimientos y por su
castísimo desposorio con el Patriarca Señor San José, me concedáis verme libre
de sus diabólicas sugestiones, en una buena vida y buena muerte, y lo que
especialmente os suplico en esta Novena. Amen.
DIA QUINTO
Señor
Dios, Trino y Uno, en quien creo, en quien espero, a quien amo y estimo sobre
todas las cosas: 05 doy muchas gracias porque os dignasteis de hacer y coronar
a María Santísima, Reyna de las Virtudes a quienes excedió incomparablemente en
la virtud de hacer milagros, y os suplico por sus merecimientos y por su
admirable Anunciación, me concedáis buena vida y buena muerte, y lo que
especial mente os suplico en esta Novena. Amen.
DIA SEXTO
Señor
Dios, Trino y Uno, en quien creo, en quien espero, a quien amo y estimo sobre
todas las cosas: os doy muchas gracias porque os dignasteis de hacer y coronar a
María Santísima, Reyna de las Dominaciones, a quienes excedió incomparable
mente en la superintendencia de los demás espíritus inferiores a ellos, y os
suplico que por sus merecimientos, y por su humilde Visitacion, me concedáis
buena vida y buena muerte, y lo que especialmente os suplico en esta Novena. Amen.
DIA SÉPTIMO
Señor
Dios, Trino y Uno, en quien creo, en quien espero, a quien amo y estimo sobre
todas las cosas: os doy muchas gracias porque os dignasteis de hacer y coronar
a María Santísima, Reyna de los Tronos, a quiénes excedió incomparablemente en
ser el mejor y más sublime Trono de vuestra Divina Majestad; y os suplico que
por sus merecimientos y por su fervorosa Expectación, me concedáis buena vida y
buena muerte, y lo que especialmente os suplico en esta Novena. Amen.
DIA OCTAVO
Señor
Dios, Trino y Uno, en quien creo, en quien espero á quien amo y estimo sobre
todas las cosas: os doy muchas gracias porque os dignasteis de hacer y coronar
a María Santísima, Reyna de los Querubines, a quienes excedió incomparablemente
en sabiduría; os suplico que por sus merecimientos y por su pronta Purificación
me concedáis buena vida y buena muerte, y lo que especialmente os suplico en
esta Novena. Amen.
DIA NOVENO
Señor
Dios, Trino y Uno, en quien creo, en quien espero, a quien amo y estimo sobre
todas las cosas: os doy muchas gracias porque os dignasteis de hacer coronar a
María Santísima Reyna de los Serafines, a quienes excedió incomparablemente en
el ardor de vuestro amor: os suplico por sus méritos y por su dichoso Tránsito,
Asunción, Coronación gloriosa, y por la Corona de su Sacrosanto Rosario, en que
se ostenta la mejor Rosa de Jericó con sus quince misterios Gozos, Dolorosos y
Gloriosos, me concedáis buena vida y buena muerte, y lo que especialmente os
suplico en esta Novena. Amen.
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