TRIDUO
A MARÍA SANTÍSIMA DE LA DIVINA PROVIDENCIA
Se hace un Acto de contricción y luego se recitan estas oraciones:
I. Así como a nosotros con sobrada
justicia es debido el humillante nombre de pecadores; hacia Vos, o
gran Virgen, es mucho más debido el glorioso
título de Refugio de pecadores, que os
da la Iglesia; pues que siendo Vos Madre
del Divina Salvador, sois también Madre de Misericordia, y Reina
poderosa del cielo y de la tierra, y tenéis corazón y poder para
ayudar a todos. Por lo mismo amparadnos también, o Virgen piadosísima, para que
con amargura de nuestro corazón nos confesemos pecadores, y
alcanzadnos dolor y perdón de nuestros pecados por los que Dios
justamente nos castiga, y la gracia feliz de llorarlos
siempre y de no pecar más.
Ave María.
L/: Refugio de pecadores
R/: Ruega por nosotros
II. Quién jamás podrá consolarnos en nuestras
necesidades, sino Vos Virgen amabilísima, que sois proclamad»
por la Iglesia, Consoladora delos afligidos, Vos
consolasteis a nuestros infelices progenitores coa la promesa, que
Dios les hizo de Vos, y consolasteis á lodo el mundo con darle el
grande Reparador de nuestros, males, y habéis consolado a todos los
que han acudido á Y os con confianza. Consoladnos también, os pedimos, o
amorosísima Abogada nuestra, mientras que afligidos y llorosos a Vos
suspiramos, alcanzándonos del Padre de misericordia y
Dios de toda Consolación, socorro en todas nuestras indigencias y
tribulaciones.
Ave María
L/: Consuelo de los
Afligidos
R/:
Ruega por nosotros
III. Habiendo sido Vos destinada por Dios, Oh Virgen
inmaculada, para ser el auxilio del pueblo cristiano en sus ^necesidades, todos
cuantos acuden a Vos, ya sean los enfermos en sus enfermedades, ya los pobres
en sus indigencias, los atribulados en sus aflicciones, los navegantes en las
tormentas, combatientes en las batallas, los agonizantes
en la muerte, hallan en vuestro maternal corazón alivio, y remedio.
Nosotros también desde ahora nos ponemos bajo vuestro Patrocinio, o
Madre de la Divina Providencia, y llenos de confianza en
vuestra inefable piedad os suplicamos, que os dignéis escuchar nuestras
necesidades; librarnos de todos los peligros y males; alcanzarnos
todos aquellos bienes que necesitamos; y guiarnos después felizmente al deseado
puerto de la salud eterna.
Ave María
L/: Auxilio de los
Cristianos
R/:
Ruega por nosotros.
DEPRECACIONES
Oh
amabilísimo Corazón de María, por vuestro amor be resuelto en el
día de hoy no consentir á pensamiento alguno malo, ni a juicio
temerario. María Santísima, ayudadme a desecharlos al instante. Ave María.
Oh amabilísimo
Corazón de María, por vuestro amor he resuelto no decir mentira
alguna, ni palabra indecente: purificad, benignísima Madre, esta mi
lengua. Ave María.
Oh amabilísimo
Corazón de María, por vuestro amor he resuelto guardarme en este día
de toda acción mala, y evitar las ocasiones: alcanzadme, Virgen Santísima, el
precioso don de la castidad, y que en todas mis acciones agrade al
Señor, y dé gusto a vuestro purísimo corazón. Ave María.
Virgen María
Madre de Dios, rogad a Jesús por mí.
Santísima Virgen
Madre de Dios María, ved aquí a vuestros pies un alma
llena de miserias. Yo soy aquel, que con mis pecados he crucificado
tantas veces a vuestro Hijo; yo lo he pisado, yo lo he pospuesto
a la misma nada. No merezco, por tanto, que os dignéis mirarme con
ojos de misericordia. Mas no obstante acordaos, que sois
refugio de pecadores; ni se sabe, que hayáis nunca abandonado a quien
recurre a Vos con confianza, ¿Queréis Vos empezar por mí? ¡Ah! no sea así. Mirad, que imploro vuestro auxilio
para salir del pecado, y para no volver jamás a él, ni ofender más para siempre
a mi Criador y á mi Dios. Alcanzadme de la misericordiosa divina
Providencia esta gracia tan justa, Vos que lo podeis todo ante el Señor, y
hacedlo de modo, que para hoy y para siempre elija yo antes morir,
que pecar más. Así sea.
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