VIERNES TERCERO DEL MES CONSAGRADO A LOS DOLORES DE MARIA
SANTISIMA
L/:
Abre, Señor, mis labios
R/: Y mi lengua
anunciará tu alabanza
Gloria al Padre etc.
I. Te
compadezco ¡oh afligida María! madre de los dolores, por el que experimentó tu
tierno Corazón con la profecía del santo anciano Simeón, y te suplico, ¡Madre
Amantísima! por ese tu corazón tan afligido me alcances la virtud de la humildad
y el don del santo temor de Dios.
Ave
María.
II.
Contigo me duelo ¡oh María! madre del dolor, por las angustias que tu
sensibilísimo corazón sintió en la huida a Egipto; y por este tu corazón
angustiadísimo, alcánzame la virtud de la misericordia especialmente para con los
pobres y el don de piedad.
Ave
María.
III. Duélome contigo ¡oh María, madre afligidísima!
por las congojas que tu solícito Corazón experimentó al perder a tu Hijo
amantísimo; y por este tu dolorosísimo y angustiadísimo corazón, te suplico, oh
amabilísima Madre mía, me alcances la virtud de la castidad y el don de la
sabiduría.
Ave
María.
IV. Compadézcote ¡oh María Madre afligidísima!
por la consternación que tu maternal corazón experimentó al encontrar a Jesús
con la cruz a cuestas; y por este tu amoroso Corazón traspasado de dolor, te
suplico ¡Madre amantísima! Me alcances la virtud de la paciencia y el don de la
fortaleza.
Ave
María.
V. Compadézcote ¡oh afligidísima Señora! Madre
dolorosísima por el martirio que sufrió tu corazón generosísimo al hallarse
presente en la agonía de Jesús; por este martirio de tu corazón te suplico ¡oh
Amada Madre mía! me alcances la virtud de la templanza y el don de consejo.
Ave
María.
VI. Te compadezco ¡oh María Madre dolorosa!
por la herida que recibió tu piadoso corazón con la lanzada que abrió el
costado de Jesús y traspasó tu corazón sacratísimo; por la aflicción que
entonces sufriste, Suplicote ¡oh amada Madre mía! me alcances la virtud de la
caridad para con mis prójimos y el don
de entendimiento.
Ave María.
VII. Corapadézcote ¡oh María Madre
dolorosísima! por el excesivo dolor que experimentó tu corazón amantísimo al
dejar sepultado el cuerpo de Jesús. Por este tu corazón de tal modo angustiado,
suplicóte ¡oh Madre mía! me alcances la virtud de la diligencia y el don de
sabiduría.
Ave
María.
L/:
Ruega por nosotros Virgen dolorosísima.
R/: Para que seamos
dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
ORACIÓN
Suplicamoste ¡oh Señor Nuestro Jesucristo! interceda por nosotros ante el trono de tu clemencia, ahora y en la hora de nuestra muerte, la Bienaventurada Virgen María Madre tuya, cuya sacratísima alma fué traspasada por un cuchillo de dolor durante tu Pasión. Por Tí mismo Jesucristo, Salvador del mundo que con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Así sea.
300 dias de indulgencia. Pio VII. 14 de enero
de 1815.
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