NOVENA AL DULCE NOMBRE DE MARIA
ACTO DE CONTRICIÓN
¡Oh
María, Reina soberana y poderosa! Tu Nombre Dulcísimo de María me sea sabrosa y
dulce comida con que sustente mi alma siempre: asísteme, Señora, en todos los
peligros de mi vida, y no me desampares en las angustias que me causan mis
pecados, de los cuales me pesa muy deberas, y me pesa de todo corazón por ser
ofensas contra un Dios tan bueno. Y verdaderamente arrepentido de todas mis
culpas, repito en tu Nombre, una y mil veces ¡oh Virgen María! que me pesa en
el alma de haber ofendido a Dios, por ser quien es, y me pesa con todo mi
corazón y propongo firmemente de nunca más pecar, de confesarme de todas mis
culpas con verdadero dolor, arrepintiéndome de todas ellas, espero tendrás
misericordia de mi alma, y que con la eficacia de tus ruegos y protección de tu
Dulcísimo Nombre de María, me alcanzarás perdón y verdadero dolor de mis
pecados, gracia para vivir como quien ha de morir, hasta que, por tus méritos,
amparo y ruegos, tenga la dicha, como lo espero, de poner mi alma en tus manos,
para ir a venerar, alabar y glorificar a la bienaventuranza el poder y la
eficacia de tu Dulcísimo Nombre de María. Amen.
DIA PRIMEROORACION
¡Oh
María piadosísima! que con la eficacia y poder que encierra en sí tu Nombre
Santo de María, sabes alcanzar a los pecadores el perdón y verdadero dolor de
sus culpas, para sacarlos del estado miserable del pecado mortal. Yo
humildemente te ruego, por la dulzura, eficacia y poder de tu agraciado nombre
de María, que siempre me tengas de tu mano, que me pongas bajo de tu protección
y amparo, y que me libres del abominable monstruo del pecado mortal, hasta que
con una muerte en gracia ¡oh Virgen María! merezca gozar tu presencia y siempre
alabar en la gloria tu Dulcísimo Nombre de María. Amen.
Se rezan cinco Ave Marías
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh
María gloriosísima! Yo alabo, engrandezco y reverencio cuanto puedo tu
Dulcísimo Nombre de María, porque considero que toda la Santísima Trinidad te
dió un nombre, que después del nombre de tu benditísimo Hijo Jesús, es sobre
todo nombre, porque en tu nombre ¡oh Virgen María! se arrodille toda criatura
del cielo, de la tierra y del infierno; y toda lengua confiese la gracia,
gloria y virtud de este Santísimo nombre de María porque no hay otro nombre después
del de tu benditísimo Hijo Jesús, que sea tan poderoso socorro, ni hay otro
nombre dado en la tierra a los hombres después del Dulce Nombre de Jesús, del
cual venga tanta salud a los míseros hombres, porque el Nombre de María alivia
a los afligidos, sana a los enfermos, alumbra a los ciegos, penetra a los
duros, recrea a los cansados, unge a los luchadores, y a todos libra del yugo
del demonio. La fama de tu Santísimo Nombre ¡oh clarísima Virgen María! Primero
estuvo encerrada, mientras vivías en el mundo, más después de tu Asunción en
alma y cuerpo a los cielos, se divulgó por todo el universo, porque con la
predicación de los Apóstoles, se llenó todo el orbe de tu Santísimo Nombre y se
manifestó tu gloria. De tanta virtud y excelencia es tu Nombre ¡oh benditisima
Virgen María! que a tu invocación el cielo se ríe, la tierra se alegra, los
ángeles se gozan, los demonios tiemblan y todo el infierno se estremece. Ruégote,
pues, altísima Virgen María, por la preciosidad de tu Nombre incomprensible,
que a mí y a todos los que lo invocaren, nos concedas todos los bienes, todos
los gustos, todas las delicias que dentro de tí encierra este Nombre Dulcísimo,
María. Favorece con tu constante protección a toda la Iglesia militante, asiste
a todos los sacerdotes, y especialmente a los que aumentan tu devoción y culto
en cualquiera de sus ministerios, remedia todos los trabajos y enfermedades, así
espirituales como corporales de todos los fieles, y líbranos de todo pecado
mortal. A las almas del purgatorio sácalas de sus penas. Pon tus piadosos ojos
en los miserables pecadores, hijos tuyos, que vivimos en este valle de
lágrimas entre tantos peligros, para con tu vista comunicar a todos tus devotos
tus grandes misericordias. A todos los que invocaren tu Dulcísimo Nombre de
María, con especial a nosotros, que nos valemos de su poder, alcánzanos lo que
te pedimos en esta novena, por este mismo nombre de María, y después una buena muerte,
para cantar las alabanzas de tu Dulcísimo y poderoso Nombre de María por toda
la eternidad. Amen.
Alabado sea el Dulcísimo
Nombre de María.
Repítase cinco
veces, en reverencia de las cinco letras del Dulcísimo Nombre de María.
Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar y la
Purísima Concepción en gracia de su Madre y Señora nuestra, María Dolorosísima.
Amen.
DÉCIMAS EN ALABANZA Y OFRECIMIENTO
María
en gracia concebida,
Mujer
sobre todas pura,
Milagrosa
criatura,
Mar
de gracias sin medida:
Por
la luz esclarecida
De
aquel dichoso momento,
Ilustra
mi entendimiento
Con
luz tan pura de fe,
Que
siempre en Dios sólo esté
Fijo
mi conocimiento.
Madre
Virgen de Dios Hombre,
Dale
oído a mi oración,
Por
tu limpia Concepción
Y
por tu sagrado Nombre.
Ave María.
Alba
que al cielo amaneces,
Aurora
que al mundo naces,
Ave
que anuncias las paces,
Arco
que al mundo apareces:
En
tu nacimiento ofreces
El
seguro a mi esperanza;
Pues
si nació la que alcanza
De
Dios todo cuanto quiere,
Para
cuando yo pidiere
Tengo
en tí abierta libranza.
Madre
Virgen de Dios Hombre,
Emplea
en mí tu valimiento,
Por
tu feliz nacimiento
Y
por tu sagrado Nombre.
Ave María.
Reina
de alta majestad,
Rendida
profundamente,
Rara,
graciosa, excelente,
Retrato
de la humildad:
Cuando
aquella dignidad
De
Madre de Dios lograste,
Por
tu humildad lo dudaste,
No
obstante, condescendiste:
Pues
¿quién engreído resiste,
¿Si
tú tanto te humillaste?
Madre
Virgen de Dios Hombre,
Ejercita
tu piedad,
Por
tu real maternidad
Y
por tu sagrado Nombre.
Ave María.
Inalterable
en la pena,
Invencible
en el tormento,
Inmutable
al sufrimiento
Y
en la tempestad serena:
Estuviste
de ansia llena
Viendo
padecer a tu Hijo:
Por
este dolor prolijo,
Dame
de él tal compasión,
Que
tenga en mi corazón
Al
Crucificado fijo.
Madre
Virgen de Dios Hombre,
Logre
yo de tus favores,
Por
tus agudos dolores
Y
por tu sagrado Nombre.
Ave María.
Altísimo
regio asiento
Asunta
al cielo ocupaste,
Aclamada
Reina hallaste
A
tus pies el firmamento:
Llena
de gloria y contento
Desde
el cielo me convidas,
Y
yo en ansias encendidas
Deseo
tanto ir á, tus pies,
Que
por lograrlo una vez
Daría
gustoso mil vidas.
Madre
Virgen de Dios Hombre,
Atiende
a mi petición,
Por
tu gloriosa Asunción
Y
por tu sagrado Nombre.
Ave María.
SEGUNDO
DIA
ORACION
¡Oh
María amorosísima, cuyo Nombre amabilísimo de María todo es un abrasado Etna de
ardiente y perfecta caridad: yo humildemente te ruego, por aquel gran incendio
de amor divino que siempre ardió en tu pecho, por el que siempre has tenido a
tus hijos los pecadores, y por el que causa en nuestros corazones tu amable nombre
de María, me concedas la virtud de la caridad perfecta, para ejercitarla con
mis prójimos en todas las obras de tu agrado, y con una muerte en gracia ¡oh
Virgen María! continúe tu verdadero amor en la gloria, donde deseo y espero alabar
tu Dulcísimo Nombre de María para siempre. Amen.
Las cinco Ave Marías
TERCER
DIA
ORACION
¡Oh
María dulcísima y merecedora de que todas las criaturas del cielo y de la
tierra engrandezcan, alaben y glorifiquen eternamente tu Dulcísimo Nombre de
María! Concédeme, Madre dulcísima, que no se aparte de mi boca, ni de mi corazón,
ni de mi memoria, entendimiento y voluntad la dulzura de tu Nombre de María, para
que siempre de ti hable, de tí me acuerde, á tí te quiera, en tí contemple y
nunca me aparte de tí, hasta que con una muerte en gracia ¡oh Virgen María!
goce la felicidad de alabar por eternos días en la gloria tu Dulcísimo Nombre
de María. Amen.
Las cinco Ave Marías
CUARTO
DIA
ORACION
¡Oh
María clarísima, que con tus resplandores iluminas a todo el mundo, por todas
las luces que ha comunicado y con que brilla tu Dulcísimo Nombre de María! te
niego que alumbres mi entendimiento con la más clara luz de las verdades
eternas, para que con el verdadero conocimiento de lo que siempre ha de obrar,
aparte mi corazón de todo lo temporal, para que, abrasado con el encendido
fuego de tu amor, anhele siempre á tí, ¡oh Virgen María! y con toda devoción te
diga: ¡Ay Madre de afligidos, cuán merecido tienes el nombre de ilustradora de
los corazones, luz de las almas y remedio de los necesitados! Seas alabada por toda
la eternidad, en la cual, por tu intercesión poderosa y con una muerte
en gracia, ¡oh Virgen María! espero con toda confianza glorificar, alabar y
bendecir con todos los bienaventurados las grandes misericordias, perfecciones
y grandezas de tu Dulcísimo Nombre de María. Amen.
Las cinco Ave Marías
QUINTO
DIA
ORACION
¡Oh
María misericordiosísima, que apenas pones los ojos de tu clemencia en los
miserables pecadores, cuando al punto sienten en sus corazones los efectos de
tu piedad! Con toda la confianza que debo, te pido por la benignidad de tu
Dulcísimo Nombre de María, que pongas en mí los piadosos ojos de tu
misericordia: líbrame de la fealdad del pecado mortal; dame resolución para
buscar a Dios con una vida penitente y constante; haz que yo siempre viva en tu
presencia, dulcísima María, Madre de los pecadores, para que al verme tan
miserable y necesitado, me socorras con las dulces bondades de tus piedades,
para que por este medio alcance de tu amorosa clemencia ¡oh Virgen María! Una muerte
en gracia, para después en la gloria ensalzar, alabar y glorificar siempre la
misericordia de tu Dulcísimo Nombre de María. Amen.
Las cinco Ave
Marías.
SEXTO
DIA
ORACION
¡Oh
María piadosísima! Que, con la invocación de tu poderoso Nombre de María,
ilustras los corazones con las luces de tu gracia, para desterrar las feas
sombras del pecado: por el poder y santidad de tu clarísimo Nombre de María, te
ruego humildemente que me des luz y alcances gracia para aborrecer mis pecados,
para arrepentirme de todos ellos y para confesarlos con firme propósito de no
más pecar, con verdadero dolor de haberlos cometido y con eficaces deseos de
llorarlos con lágrimas de. verdadera contrición, de hacer por ellos continua y rigorosa
penitencia para alcanzar el perdón; y espero con una muerte en gracia ¡oh
Virgen María! entre al cielo a cantar las alabanzas de tu Dulcísimo Nombre de
María, por toda la eternidad en la gloria. Amen.
Las cinco Ave Marías
SEPTIMO
DIA
ORACION
¡Oh
María agradecidísima, que con tus ejemplos nos enseñaste a dar gracias a Dios
por los beneficios recibidos! Por la dulzura de tu Santo Nombre de María te
pido que me concedas la virtud del agradecimiento, para que siempre le dé
gracias a Dios por las mercedes que me ha hecho, y después que de tu piedad
alcance, como lo espero, lo que te pido en esta novena de tu Dulcísimo Nombre
de María, lo sepa agradecer con amarte, quererte y servirte como tú quieres lo
haga todo el tiempo de mi vida, y después de ella, por los méritos y ruegos ¡oh
Virgen María! merezca continuar mi agradecimiento con las eternas alabanzas de
tu Dulce Nombre de María en las eternas delicias de la gloria. Amen.
Las cinco Ave Marías
OCTAVO
DIA
ORACION
¡Oh
María apasibilísima! cuyo corazón siempre gozó paz y dulce reposo, por la
apacibilidad y tranquilidad fervorosa con que tu amanto corazón descansaba
pacífico en las delicias gloriosas de tu Amado, te ruego con toda humildad que
me concedas la más verdadera y fervorosa devoción de tu Dulcísimo Nombre de
María, para que por este medio alcance la verdadera paz, que como fruto del
Espíritu Santo me haga entregar el corazón al más exacto cumplimiento de la ley
Divina, al más verdadero amor de Dios y del prójimo, y de tí ¡oh María
amabilísima! para que con esta disposición aspire mi alma, en el último término
de mi vida, al gozo de la paz eterna, que con una muerte en gracia ¡oh Virgen
María! espero lograr, para que por todos los siglos eternos alabe tu apacible y
Dulcísimo Nombre de María en la gloria. Amen.
Las cinco Ave Marías
NOVENO
DIA
ORACION
¡Oh
María hermosísima, que con tu singular y rara belleza recreas al mismo Dios que
te crió y a todos los bienaventurados que contemplan tu beldad por tu Dulcísimo
Nombre de María, te ruego que me concedas la gracia de admirar siempre tu
perfectísima castidad, para que arrebatadas mis potencias y entregados mis
sentidos a tu hermosura incomprensible, aborrezca, como de todo corazón
aborrezco mis pecados, me confiese de todos con verdadero dolor, haga por ellos
rigorosa penitencia, y embelesado todo en tu amor y belleza, sólo en tí piense,
Purísima María, sólo de tí hable y sólo á tí te adore con un amor que nunca se
acabe, hasta que con una muerte en gracia ¡oh Virgen María! pase a gozar de tu
hermosura por toda la eternidad, para continuar las alabanzas de tu belleza y
de tu Dulcísimo Nombre de María en la gloria celestial. Amen.
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