martes, 24 de abril de 2018

NOVENA AL DULCE NOMBRE DE MARIA







NOVENA AL DULCE NOMBRE DE MARIA

ACTO DE CONTRICIÓN

¡Oh María, Reina soberana y poderosa! Tu Nombre Dulcísimo de María me sea sabrosa y dulce comida con que sustente mi alma siempre: asísteme, Señora, en todos los peligros de mi vida, y no me desampares en las angustias que me causan mis pecados, de los cuales me pesa muy deberas, y me pesa de todo corazón por ser ofensas contra un Dios tan bueno. Y verdaderamente arrepentido de todas mis culpas, repito en tu Nombre, una y mil veces ¡oh Virgen María! que me pesa en el alma de haber ofendido a Dios, por ser quien es, y me pesa con todo mi corazón y propongo firmemente de nunca más pecar, de confesarme de todas mis culpas con verdadero dolor, arrepintiéndome de todas ellas, espero tendrás misericordia de mi alma, y que con la eficacia de tus ruegos y protección de tu Dulcísimo Nombre de María, me alcanzarás perdón y verdadero dolor de mis pecados, gracia para vivir como quien ha de morir, hasta que, por tus méritos, amparo y ruegos, tenga la dicha, como lo espero, de poner mi alma en tus manos, para ir a venerar, alabar y glorificar a la bienaventuranza el poder y la eficacia de tu Dulcísimo Nombre de María. Amen.



DIA PRIMEROORACION
¡Oh María piadosísima! que con la eficacia y poder que encierra en sí tu Nombre Santo de María, sabes alcanzar a los pecadores el perdón y verdadero dolor de sus culpas, para sacarlos del estado miserable del pecado mortal. Yo humildemente te ruego, por la dulzura, eficacia y poder de tu agraciado nombre de María, que siempre me tengas de tu mano, que me pongas bajo de tu protección y amparo, y que me libres del abominable monstruo del pecado mortal, hasta que con una muerte en gracia ¡oh Virgen María! merezca gozar tu presencia y siempre alabar en la gloria tu Dulcísimo Nombre de María. Amen.

Se rezan cinco Ave Marías



ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh María gloriosísima! Yo alabo, engrandezco y reverencio cuanto puedo tu Dulcísimo Nombre de María, porque considero que toda la Santísima Trinidad te dió un nombre, que después del nombre de tu benditísimo Hijo Jesús, es sobre todo nombre, porque en tu nombre ¡oh Virgen María! se arrodille toda criatura del cielo, de la tierra y del infierno; y toda lengua confiese la gracia, gloria y virtud de este Santísimo nombre de María porque no hay otro nombre después del de tu benditísimo Hijo Jesús, que sea tan poderoso socorro, ni hay otro nombre dado en la tierra a los hombres después del Dulce Nombre de Jesús, del cual venga tanta salud a los míseros hombres, porque el Nombre de María alivia a los afligidos, sana a los enfermos, alumbra a los ciegos, penetra a los duros, recrea a los cansados, unge a los luchadores, y a todos libra del yugo del demonio. La fama de tu Santísimo Nombre ¡oh clarísima Virgen María! Primero estuvo encerrada, mientras vivías en el mundo, más después de tu Asunción en alma y cuerpo a los cielos, se divulgó por todo el universo, porque con la predicación de los Apóstoles, se llenó todo el orbe de tu Santísimo Nombre y se manifestó tu gloria. De tanta virtud y excelencia es tu Nombre ¡oh benditisima Virgen María! que a tu invocación el cielo se ríe, la tierra se alegra, los ángeles se gozan, los demonios tiemblan y todo el infierno se estremece. Ruégote, pues, altísima Virgen María, por la preciosidad de tu Nombre incomprensible, que a mí y a todos los que lo invocaren, nos concedas todos los bienes, todos los gustos, todas las delicias que dentro de tí encierra este Nombre Dulcísimo, María. Favorece con tu constante protección a toda la Iglesia militante, asiste a todos los sacerdotes, y especialmente a los que aumentan tu devoción y culto en cualquiera de sus ministerios, remedia todos los trabajos y enfermedades, así espirituales como corporales de todos los fieles, y líbranos de todo pecado mortal. A las almas del purgatorio sácalas de sus penas. Pon tus piadosos ojos en los miserables pecadores, hijos tuyos, que vivimos en este valle de lágrimas entre tantos peligros, para con tu vista comunicar a todos tus devotos tus grandes misericordias. A todos los que invocaren tu Dulcísimo Nombre de María, con especial a nosotros, que nos valemos de su poder, alcánzanos lo que te pedimos en esta novena, por este mismo nombre de María, y después una buena muerte, para cantar las alabanzas de tu Dulcísimo y poderoso Nombre de María por toda la eternidad. Amen.

Alabado sea el Dulcísimo Nombre de María.

Repítase cinco veces, en reverencia de las cinco letras del Dulcísimo Nombre de María.

Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar y la Purísima Concepción en gracia de su Madre y Señora nuestra, María Dolorosísima. Amen.


DÉCIMAS EN ALABANZA Y OFRECIMIENTO

María en gracia concebida,
Mujer sobre todas pura,
Milagrosa criatura,
Mar de gracias sin medida:
Por la luz esclarecida
De aquel dichoso momento,
Ilustra mi entendimiento
Con luz tan pura de fe,
Que siempre en Dios sólo esté
Fijo mi conocimiento.
Madre Virgen de Dios Hombre,
Dale oído a mi oración,
Por tu limpia Concepción
Y por tu sagrado Nombre.
Ave María.


Alba que al cielo amaneces,
Aurora que al mundo naces,
Ave que anuncias las paces,
Arco que al mundo apareces:
En tu nacimiento ofreces
El seguro a mi esperanza;
Pues si nació la que alcanza
De Dios todo cuanto quiere,
Para cuando yo pidiere
Tengo en tí abierta libranza.
Madre Virgen de Dios Hombre,
Emplea en mí tu valimiento,
Por tu feliz nacimiento
Y por tu sagrado Nombre.
Ave María.


Reina de alta majestad,
Rendida profundamente,
Rara, graciosa, excelente,
Retrato de la humildad:
Cuando aquella dignidad
De Madre de Dios lograste,
Por tu humildad lo dudaste,
No obstante, condescendiste:
Pues ¿quién engreído resiste,
¿Si tú tanto te humillaste?
Madre Virgen de Dios Hombre,
Ejercita tu piedad,
Por tu real maternidad
Y por tu sagrado Nombre.
Ave María.


Inalterable en la pena,
Invencible en el tormento,
Inmutable al sufrimiento
Y en la tempestad serena:
Estuviste de ansia llena
Viendo padecer a tu Hijo:
Por este dolor prolijo,
Dame de él tal compasión,
Que tenga en mi corazón
Al Crucificado fijo.
Madre Virgen de Dios Hombre,
Logre yo de tus favores,
Por tus agudos dolores
Y por tu sagrado Nombre.
Ave María.


Altísimo regio asiento
Asunta al cielo ocupaste,
Aclamada Reina hallaste
A tus pies el firmamento:
Llena de gloria y contento
Desde el cielo me convidas,
Y yo en ansias encendidas
Deseo tanto ir á, tus pies,
Que por lograrlo una vez
Daría gustoso mil vidas.
Madre Virgen de Dios Hombre,
Atiende a mi petición,
Por tu gloriosa Asunción
Y por tu sagrado Nombre.
Ave María.




SEGUNDO DIA
ORACION
¡Oh María amorosísima, cuyo Nombre amabilísimo de María todo es un abrasado Etna de ardiente y perfecta caridad: yo humildemente te ruego, por aquel gran incendio de amor divino que siempre ardió en tu pecho, por el que siempre has tenido a tus hijos los pecadores, y por el que causa en nuestros corazones tu amable nombre de María, me concedas la virtud de la caridad perfecta, para ejercitarla con mis prójimos en todas las obras de tu agrado, y con una muerte en gracia ¡oh Virgen María! continúe tu verdadero amor en la gloria, donde deseo y espero alabar tu Dulcísimo Nombre de María para siempre. Amen.

Las cinco Ave Marías


TERCER DIA
ORACION
¡Oh María dulcísima y merecedora de que todas las criaturas del cielo y de la tierra engrandezcan, alaben y glorifiquen eternamente tu Dulcísimo Nombre de María! Concédeme, Madre dulcísima, que no se aparte de mi boca, ni de mi corazón, ni de mi memoria, entendimiento y voluntad la dulzura de tu Nombre de María, para que siempre de ti hable, de tí me acuerde, á tí te quiera, en tí contemple y nunca me aparte de tí, hasta que con una muerte en gracia ¡oh Virgen María! goce la felicidad de alabar por eternos días en la gloria tu Dulcísimo Nombre de María. Amen.

Las cinco Ave Marías



CUARTO DIA
ORACION
¡Oh María clarísima, que con tus resplandores iluminas a todo el mundo, por todas las luces que ha comunicado y con que brilla tu Dulcísimo Nombre de María! te niego que alumbres mi entendimiento con la más clara luz de las verdades eternas, para que con el verdadero conocimiento de lo que siempre ha de obrar, aparte mi corazón de todo lo temporal, para que, abrasado con el encendido fuego de tu amor, anhele siempre á tí, ¡oh Virgen María! y con toda devoción te diga: ¡Ay Madre de afligidos, cuán merecido tienes el nombre de ilustradora de los corazones, luz de las almas y remedio de los necesitados! Seas alabada por toda la eternidad, en la cual, por tu intercesión poderosa y con una muerte en gracia, ¡oh Virgen María! espero con toda confianza glorificar, alabar y bendecir con todos los bienaventurados las grandes misericordias, perfecciones y grandezas de tu Dulcísimo Nombre de María. Amen.

Las cinco Ave Marías



QUINTO DIA
ORACION
¡Oh María misericordiosísima, que apenas pones los ojos de tu clemencia en los miserables pecadores, cuando al punto sienten en sus corazones los efectos de tu piedad! Con toda la confianza que debo, te pido por la benignidad de tu Dulcísimo Nombre de María, que pongas en mí los piadosos ojos de tu misericordia: líbrame de la fealdad del pecado mortal; dame resolución para buscar a Dios con una vida penitente y constante; haz que yo siempre viva en tu presencia, dulcísima María, Madre de los pecadores, para que al verme tan miserable y necesitado, me socorras con las dulces bondades de tus piedades, para que por este medio alcance de tu amorosa clemencia ¡oh Virgen María! Una muerte en gracia, para después en la gloria ensalzar, alabar y glorificar siempre la misericordia de tu Dulcísimo Nombre de María. Amen.

Las cinco Ave Marías.


SEXTO DIA
ORACION
¡Oh María piadosísima! Que, con la invocación de tu poderoso Nombre de María, ilustras los corazones con las luces de tu gracia, para desterrar las feas sombras del pecado: por el poder y santidad de tu clarísimo Nombre de María, te ruego humildemente que me des luz y alcances gracia para aborrecer mis pecados, para arrepentirme de todos ellos y para confesarlos con firme propósito de no más pecar, con verdadero dolor de haberlos cometido y con eficaces deseos de llorarlos con lágrimas de. verdadera contrición, de hacer por ellos continua y rigorosa penitencia para alcanzar el perdón; y espero con una muerte en gracia ¡oh Virgen María! entre al cielo a cantar las alabanzas de tu Dulcísimo Nombre de María, por toda la eternidad en la gloria. Amen.

Las cinco Ave Marías


SEPTIMO DIA
ORACION
¡Oh María agradecidísima, que con tus ejemplos nos enseñaste a dar gracias a Dios por los beneficios recibidos! Por la dulzura de tu Santo Nombre de María te pido que me concedas la virtud del agradecimiento, para que siempre le dé gracias a Dios por las mercedes que me ha hecho, y después que de tu piedad alcance, como lo espero, lo que te pido en esta novena de tu Dulcísimo Nombre de María, lo sepa agradecer con amarte, quererte y servirte como tú quieres lo haga todo el tiempo de mi vida, y después de ella, por los méritos y ruegos ¡oh Virgen María! merezca continuar mi agradecimiento con las eternas alabanzas de tu Dulce Nombre de María en las eternas delicias de la gloria. Amen.

Las cinco Ave Marías



OCTAVO DIA
ORACION
¡Oh María apasibilísima! cuyo corazón siempre gozó paz y dulce reposo, por la apacibilidad y tranquilidad fervorosa con que tu amanto corazón descansaba pacífico en las delicias gloriosas de tu Amado, te ruego con toda humildad que me concedas la más verdadera y fervorosa devoción de tu Dulcísimo Nombre de María, para que por este medio alcance la verdadera paz, que como fruto del Espíritu Santo me haga entregar el corazón al más exacto cumplimiento de la ley Divina, al más verdadero amor de Dios y del prójimo, y de tí ¡oh María amabilísima! para que con esta disposición aspire mi alma, en el último término de mi vida, al gozo de la paz eterna, que con una muerte en gracia ¡oh Virgen María! espero lograr, para que por todos los siglos eternos alabe tu apacible y Dulcísimo Nombre de María en la gloria. Amen.

Las cinco Ave Marías



NOVENO DIA
ORACION
¡Oh María hermosísima, que con tu singular y rara belleza recreas al mismo Dios que te crió y a todos los bienaventurados que contemplan tu beldad por tu Dulcísimo Nombre de María, te ruego que me concedas la gracia de admirar siempre tu perfectísima castidad, para que arrebatadas mis potencias y entregados mis sentidos a tu hermosura incomprensible, aborrezca, como de todo corazón aborrezco mis pecados, me confiese de todos con verdadero dolor, haga por ellos rigorosa penitencia, y embelesado todo en tu amor y belleza, sólo en tí piense, Purísima María, sólo de tí hable y sólo á tí te adore con un amor que nunca se acabe, hasta que con una muerte en gracia ¡oh Virgen María! pase a gozar de tu hermosura por toda la eternidad, para continuar las alabanzas de tu belleza y de tu Dulcísimo Nombre de María en la gloria celestial. Amen.

Las cinco Ave Marías.





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